Capítulo XV: "Manners"

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Al entrar Antoniette estaba sentada en el sofá en frente de la televisión comiendo un sándwich y un vaso de jugo, reí al verla

-          ¿Qué? – preguntó Antoniette mirándome

-          Nada – dije y me dirigí a Austin – Ven – me di la vuelta y caminé hacia mi habitación, abrí la puerta y Austin me siguió detrás al entrar escuché un 'Ohh' de parte de él

-          Asombroso ¿no? – dije volteándome a verlo

-          Es increíble, y ¿puedes vivir en esta comodidad tanto como estés aquí? – dijo mirando todo a su alrededor

-          Sí, bueno, no has visto el estudio de baile, tampoco el baño, así que, ¿un recorrido en los próximos 5 minutos que tengo antes de irme? – dije mirando el reloj de la pared

-          Sí, pero, ¿debes irte? – dijo apenado y con la mirada baja

-          Ay cariño – dije acercándome a él y tomando su rostro – vendrás con nosotros – Austin no era de esas personas que invaden tu espacio personal o se tomaba atribuciones, y yo, de verdad se lo agradecía

-          ¿En serio? – dijo sonriendo y mirándome a los ojos

-          En serio – dije y deposité un corto beso en sus labios – Ahora, ¿vamos?

-          Claro – dijo abrazándome a su costado por la cintura y saliendo de la habitación

-          Bueno – dije caminando por el pasillo – este es el pasillo – reímos – por allá está el sofá, la televisión, Antoniette con un pedazo de pastel que se le irá a las caderas y no le quedará el traje de hoy – dije burlándome, ella hizo una catapulta con su tenedor y me lanzó la cereza – ¡Auch! – ella sacó la lengua mirándome, yo reí y proseguí con Austin quien reía a mi lado – Ha ha, consideraré no llevarte si haces alianza con Antoniette – dije con fingida molestia

-          No, tu sabes que mi alianza es sólo contigo – besó mi mejilla y susurró a mi oído – Hasta la muerte – me helé al oír esas palabras me recordó el 'hasta que la muerte los separe' de las bodas, de alguna extraña manera mi conciencia me decía que no debía herir a Austin, no entendía el por qué de esto así que decidí dejarlo pasar y proseguí

-          Está bien, te creo, entonces bueno cocina, sofá, comedor – dije apuntándole todo a nuestro alrededor – y... - abrí la puerta de estudio de baile – este es nuestro estudio privado

-          ¡Wow!, es magnífico – dijo mirando todo

-          Si, lo es – dije imitando su acción

-          Y... ¿aquí instalo mi bolsa de dormir o podre dormir en el piso de tu habitación? – dijo riendo, yo también reí

-          No, Austin tu no dormirás ni en el piso del estudio, ni en el piso de mi habitación – hice una pausa y le miré a los ojos – Dormirás conmigo

-          _______, - me miró a los ojos y tomó mis manos - gracias pero si no quieres que duerma en el piso lo haré en el sofá, no es que no quiera dormir contigo pero creo que sería incorrecto con Antoniette aquí, de verdad, gracias, pero no puedo – dijo.

 Austin era un chico conservador a pesar del tipo de bromas que nos hacíamos entre amigos.

Luego de morir su madre y que su padre se casara con la madre de Alfredo su padre había procurado darle la mejor educación que pudiese, esto incluía modales, dentro de estos, el no dormir juntos. Austin se lo agradecía mucho a su padre y creo que para mostrarle su satisfacción por como lo había educado, y para hacer que su padre se sintiese orgulloso de él es que había estudiado toda su vida becado, y ahora que entraba a Harvard a estudiar Medicina, también becado, esperaba no decepcionarlo en ningún ámbito y menos a miles de kilómetros de distancia, donde la conciencia le pesaría doble si hacía algo de lo que su padre, a menos que él personalmente se lo contara, no se enteraría.

-          Está bien, pero no podrás prohibirme acostarme a tu lado a ver televisión – dije sonriéndole y abrazándole

-          Está bien, pero si te quedas dormida te llevaré a tu habitación – dijo besando mi frente

-          Va bien, es un buen trato – dije acomodando mi cabeza en su cuello y abrazándolo fuerte, el hizo lo mismo

-          Gracias – le solté luego de un rato

-          ¿Por qué? – interrogó sin separarse de mi

-          Por estar en cada momento especial e importante para mí

-          Siempre estaré cuando me necesites pequeña

-          Gracias – me separé y lo bese cortamente en los labios -ahora vamos antes de que Antoniette nos interrumpa de nuevo

-          Si, aunque deberíamos dejarla ganar alguna vez – dijo saliendo del estudio abrazándome por un costado y yo me abrazada a su cintura

-          Si, alguna vez –reí


Derecho a Tocar [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora