Desperté con un agradable olor masculino que me envolvía, no quería abrir los ojos, no quería despertar y pensar que se trataba de un sueño muy vivido y Adam estaba en Inglaterra y estaba sola en mi cama. Me ajuste al cuerpo que estaba a mi espalda y acaricie el brazo que usaba como almohada y me rodeaba el cuello.
Una sonrisa se instalo en mi cara, una sonrisa de satisfacción, como si el mejor de los sueños se hubiera hecho realidad, un brazo rodeo mis cardera y me acerco a un cuerpo cálido, unos labios suaves se subieron por mi hombro, cuello, y un extraño punto debajo de mi oreja, era como si el mejor de los sueños se hubiera hecho realidad, el aire fresco se mezclo con el aroma masculino. La suavidad del rose de su piel, el calor que mi piel experimentaba cada vez que tocaba mi piel no era algo que haya experimentado antes, la luz se empezó a hacer más fuerte y abrí los ojos, me gire despacio y todos los vellos del cuerpo se me pusieron de puntas.
Adam me miraba con una hermosa sonrisa mostrando sus dos hoyuelos.
— Buenos días, señorita Stone— dio con voz seductora.
Trace la línea de su mandíbula con mis dedos no tanto en la yema de mis dedos su barba de tres días sin afeitar — buenos días, señor Daniel's.
Mire el entorno y estábamos en el jardín, nos habíamos quedado dormidos en el jardín, el roció de la noche estaba en todas partes y tenía unas pequeñas gotas en el cabello encantándome.
— ¿hemos dormido aquí?
Asintió con la cabeza y me abrazo uniendo nuestros pechos — sí, pero para ser sincero no sé quien se quedo dormido primero.
Escondo la cabeza en el hueco de su cuello y sonrió, aspiro su aroma. Huele tan bien—puedo apostar que fui yo— murmuro contra su cuello.
Suspiro y se giro boca arriba llevándome con él — Adam es ¿qué...— deslizo una mano en mi cabello y me beso, lento pero muy apasionado, arrancándome un gemido cuando giro su lengua. Tire de su labio inferior, una mano se instalo en mi cadera, mis manos vagaron por los botones de su camisa quitándolos y deslizando mis dedos por su piel desnuda.
Un fuerte rugido apareció de la nada y hojas comenzaron a volar por todas partes enredándose en mi cabello.
Comenzamos a reír y uní mi frente con la suya, me acosté a su lado mientras entrelazábamos nuestras manos— buenos días señor Muller, creo que ha puesto el soplador de hojas muy fuerte otra vez.
Adam me envolvió en un abrazo y beso un lado de mi cabeza — tu vecino es muy inoportuno.
—lo siento Jen, buenos días para ti también—grito desde el otro lado de la alta cerca.
— No tienes ni idea— nos pusimos de pie y caminamos hasta dentro en la casa.
Que si había algo más atractivo que ver a Adam cocinando ver a Adam cocinando sin camisa, esto por mucho equivalía al mejor sueño de la vida, me encantaba la V de sus oblicuos, y la sexy forma que sus abdominales se contraían o la piel tersa de estos se movía con cada movimiento, no sabía que me estaba haciendo babear mas si el exquisito olor a tocino o el torso desnudo de Adam.
¿Cómo rayos cocinaba tocino sin camisa?
¿Esa cosa salta por todos lados y esta hay sin inmutarse un solo segundo?
Mire como los músculos de sus brazos se movían girando los panqueques, y no podía negar que también tenía una buena vista de su trasero, sus pantalones de vestir se ajustaban a sus estrechas caderas y caía con suavidad a los lados dejando a relucir una muy buena curva en su trasero, si fuera mujer juraría que pasaba horas haciendo sentadillas pero no, había visto las rutinas de Adam y no había una sola sentadilla en toda su rutina, eran pesas, escalada, muchísimas lagartijas, salto de cuerda y luego algún pobre hombre se subía al cuadrilátero con él.
Admire su espalda ancha y su hombro tatuado el tribal que se abultaba en su brazo era muy sexy, el exagerado tamaño de Adam y el tatuaje lo hacían ver intimidante y peligroso y no podía decidirme por cuál de las dos era más atractivo.
Se giro lentamente regalándome una buena mirad a su muy atractivo eight-pack, mi mirada subió lentamente por su pecho ancho y firme como una pared de concreto, mordí mi labio inferior nunca me cansaría de ver a Adam, podía verlo todo el día y no me aburriría, cuello grueso y la piel era tersa y suave a la vez, me gustaba la vista que tenía cuando estaba de espaldas pero esta era millones de veces mejor. Cuando por fin llegue a sus ojos tenía una media sonrisa y sus ojos estaban ligeramente oscurecidos.
Baje la mirada hasta su pecho de nuevo era increíble él tenía que ser modelo de ropa interior, pagaría mucho —montones— dinero por una revista con una portada donde Adam tuviera muy poca ropa, de preferencia unos bóxer ajustados y el negro le iba bien a su piel bronceada así que unos bóxer muy ajustados en negro serian fantásticos.
— ¿Jen? ¿Qué estás haciendo?— pregunto con voz un poco ronca.
Seguí mi recorrido por su cuerpo. — nada ¿Por qué piensas que estoy haciendo algo?
Un sonrisa se dibujo en mi cara, tenía un poco de bello en la zona bajo su ombligo, era oscuro pero no cortaba su figura, en realidad lo hacía lucir más atractivo, mas masculino.
— Jen si sigues mirándome así no puedo cocinar.
Descanse mi mentón en mi mano y arquee una céjame mientras seguía mi recorrido con la mirada — ¿mirarte cómo?
— ¿Al menos podrías mirarme a los ojos?— Gruño y lleve mi mirada hasta sus ojos encantándome más— gracias.
— ¿Cómo te estoy mirando Daniel's?
Me humedecí los labios y me mordí el inferior sus ojos se oscurecieron puniendo mis pezones duros y adoloridos.
— ¡Joder! Y dicen que los chicos somos los pervertidos. —Gruño— me estas devorando con la mirada.
Sonreí abiertamente— no te estoy devorando con la mirada— me frunció el seño diciendo "ah no" así que negué con la cabeza— nop estoy haciendo mucho mucho más que eso.
Cruce los brazos sobre mi pecho tratando de ocultar mis pezones que querían salir a saludar — si me sigue mirando así te voy a sacar de la cocina y hablo enserio.
Se giro y solté un leve suspiro inaudible —me gusta cómo te quedan esos pantalones— dije mirando de nuevo su trasero
— Jen— dijo con voz de advertencia.
— pero prefiero los jeans, los que están algo gastados un poco en las rodillas y usas cuando estamos en el departamento, me encantan esos jeans. Deberías usarlos más seguidos.
Se giro y me estrecho con la mirada, apago la cocina y camino hasta donde yo estaba. Su mirada era pesada y lujuriosa, se detuvo detrás de mí y giro al banco donde estaba sentada, un ardor comenzó a crecer entre mis piernas, me encantaba su olor y la intensidad de su mirada quemaba toda mi piel acelerando mi respiración.
Mi mirada estaba jifa en sus ojos verdes oscurecidos, estábamos a centímetros de que nuestros labios se tocaran, intente acercarme pero retrocedió un poco, gruñí un poco y me quede jifa en mi lugar.
— ¿tienes una idea de lo que me haces cuando me miras así?— su voz era ronca y cargada de deseo.
Negué con la cabeza, no podía hablar por más que lo intentara no podía.
Dios, necesitaba que me besara ahora, mis pechos se sentían tan pesados, y su voz no estaba ayudándome mucho que digamos. Me acerque un poco mas y retrocedió.
Deslizo sus manos por los costados de mis piernas haciendo que me estremeciera, subió lentamente hasta llegar a mis caderas, sus manos se deslizaron bajo mi camiseta haciendo mis manos deslice mis manos hasta llegar a sus bíceps. Se humedeció los labios y lengua roso mis labios, haciendo que enterrara mis unas en sus musculo. Se separo un poco más y tuve que cruzar mis piernas para conseguir un poco de alivio, pero no funciono.
Comenzó a trazar leves círculos en mi cintura
¿Por qué demonios no me besas?
La pregunta estaba en mi cabeza de ida y vuelta no podía pensar en otra cosa que no fuera la sensación de sus labios sobre los míos
— ¿quieres haces una pregunta?— dijo con un tono profundo que hizo que me calentara hasta los huesos.
Asentí con la cabeza, abrí la boca para hablar pero mi voz no salía de su escondite, se acerco mas haciendo que nuestros labios se rozaran mientras hablaba — ¿dime qué quieres preguntar Jen?
Idiota.
Lo estaba haciendo apropósito.
No iba a caer, me negaba.
Este es mi juego Daniel's
Me recompuse y me aparte unos milímetros.
— ¿Te hicieron photoshop cuando era pequeño?. — conseguí preguntar lentamente, una sonrisa cruzo su cara y me lamí los labios se acerco y yo me aleje un poco.— ¿porque ¡dios!... — deslice mis dedos suavemente por su brazos hasta llegar a su cuello y luego baje por su pecho mientras desliza mis uñas por su otro brazo lo sentí estremecerse— me encanta mirarte y toc...
Unió sus labios a los míos antes de que pudiera terminar la oración, era un beso desesperado nuestras bocas se movían a su ritmo su lengua acariciando la mía, deje que el beso nos consumiera. Todo comenzaba a dar vueltas, Adam sabia tan bien, jadee en su boca pero no me quería detenerme, como detenerme de algo que era tan bueno deslice mis brazos por su cuello y él se ubico entre mis piernas, una de sus manos en mi cadera mientras la otra exploraba y jugaba con mi pezón atreves de la fina tela de encaje, mi espalda de arqueo y Adam me levanto con una mano mientras la otra jugaba con mi otro pezón, me apoyo contra la pared y jadee cuando nuestras caderas quedaron perfectamente conectadas, justo en mi centro donde el calor se volvía mas intenso.
(...)
Los labios de Adam en los míos, sus manos vagando bajo mi camiseta rosando mis senos el calor aumentando en cada respiración sus caderas apretándolo cada vez más contra mí y mis piernas envueltas en sus caderas, el color se extendía por cada parte de mi, era como estar en llamas.
Un gruñido profundo se deslizo desde el fondo de su garganta haciendo que entrara en un frenesí, casi no podía respirar pero no me importaba, no quería que Adam se apartara movía sus caderas en lentos círculos haciéndome jadear. Enrede mis dedos en el cabello de su nunca y tire de él con fuerza. Presiono fuerte contra la pared haciéndome soltar un raro sonido era entre un gemido y un jadeo.
—Adam— dije mientras él seguía su camino por mi cuello mordiendo y besando haciéndome jadear por aire.
De alguna forma mi camiseta salió volando aterrizando en alguna parte. — ¡Dios! eres perfecta— dijo contra mi boca arrastrando los dientes por la parte interna de mis labios causando que mi cerebro hiciera corto circuido.
Estaba sentada en el cuarto de televisión con los perros de Adam, todo estaba en silencio el único sonido era el de la televisión, Amy ya estaba medio dormida y Carlo estaba entretenido mordisqueando una pelota. Me deslice entre los dos perros y camine hasta la cocina, no había visto a Ann ni a Nick desde que llegamos hace un par de horas. Saque una pequeña taza llena de fresas y me senté en la isla de la cocina.
Me comí un par de fresas y las guarde de nuevo en el refrigerador subí las escaleras y me detuve cuando llegue a la oficina de Adam, la puerta estaba entre abierta así que la empuje y me apoye del marco. Estaba usando unos pantalones deportivos y una camiseta gris, estaba leyendo algún documento sud-rayando unas partes, toque el marco de la puerta y se giro con una sonrisa.
— Hola extraño— salude.
—Hola potterhead— dejo el documento sobre una mesita de café y palmeo el asiento a su lado.
Camine hasta él y me senté cuando tiro de mí y me termine sentando en sus piernas. — ¿Qué haces?— pregunto acariciando su mejilla.
— solo reviso un contrato. Nada serio, ¿quieres que salgamos a comer?
Negué suavemente y le bese la comisura de los labios —no, quiera preguntarte... en realidad es pedirte algo— mierda ya estoy metiendo la pata, Adam sonrió y me estrecho entre sus brazos.
Le dio un pequeño mordisquito a mi labio inferior, haciendo que todo mi cuerpo se encendiera como una antorcha.
—Nena pide lo que quieras y es tuyo— dijo mientras acariciaba mi mejilla con suavidad.
Haber Jennifer Stone tú no eres una cobarde así que menos a la obra.
Tú puedes.
Además no es nada que no haya hecho antes.
Está acostumbrado a esto.
Solo que es la primera vez que se lo piden.
Me mordí el labio inferior y juegue un poco con mi cabello — ¿me quieres acompañar hoy al club?
Sus ojos se abrieron como platos. Pero no sabía si era por la sorpresa o porque no encontraba una excusa para decir no. Abrió la puerta para hablar pero lo interrumpí antes que pudiera decir algo:
—si no puedes está bien solo fue una idea tonta no es tan imp...
—shhhh— dijo cubriendo mis labios con un dedo, espero un segundo y luego sonrió — ¿sin vigilantes?
Sonreí y aparto su mano — sin vigilantes.
— ¿solo yo?
Asentí con las cabeza — solo tú.
Su boca cayó sobre la mía con una pasión que me consumió, su boca era en todo lo que podía pensar, lo único en lo que quería pensar un maravilloso calor se extendió por mi cuello atreves de mi pecho y luego más abajo entre mis muslos. Me beso siguiendo el patrón de mis labios de mis labios. En mi interior algo quemaba, ardía y dolía me aferre a él cuando deslizo mi espalda en el sofá.
Adam estaba sobre mí, con sus poderosos brazos a mí alrededor su boca en la misa, deslizado y acariciando su lengua con la mía.
Oh dios mío
Sus labios.
Podría escribir un libro entero describiendo como se sentían sus labios en los míos. Nos besamos más lento, más suave un profundo sonido vino del fondo de su garganta un estremecimiento cruzo mi cuerpo, el dolor entre mis piernas aumento de una manera casi desgarradora, asustándome a mi mista de lo mucho que deseaba a Adam.
El beso se intensifico, haciéndome enterar mis dedos en mi cabello, di un grito ahogado cuando giro su lengua en mi boca, una de sus manos se ubico en mi cadera y me hizo vibrar, mi espalda se arqueo, sabia a chocolate y a hombre era delicioso, sentía la lujuria subir por mi piel y se arremolinaba en la boca de mi estomago, cuando levanto la cabeza — decimado pronto para mi gusto— tomo mi labio inferior entre sus dientes y con un gemido de satisfacción se aparto.
Estamos respirando pesado. Muy pesado.
— ¿Eso fue un sí?— pregunte.
Adam se sentó tirando de mi para que estuviera en la misma posición sus ojos verdes brillaban como luces de navidad. Mi pecho subía y bajaba bruscamente mis manos seguían en sus brazos, alzo una mano y trazo la línea de mi labio inferior y luego lo beso de nuevo.
—No— mi corazón cayó al piso— eso fue un ¡demonios si!