capitulo 3: ojos verdes.

10.8K 421 75
                                    

Estaba tan cansada cuando sonó la alarma que no me quería mover, pero le había prometido a Carlos llevarle unos apuntes, y no estaba acostumbrada a faltar a la universidad por cansancio. El cansancio nunca era una escusa. Había terminado el ensayo del señor Smith después de llegar del club y lo entregaría hoy, había guardado todas las cosas que Sam.

Me duche y me puse una camiseta holgada de tirantes morada unos jeans ajustados y me deje el cabello suelto me rice las puntas, gracias a dios no me veía tan cansada como me sentía pero aun así me aplique un poco de corrector bajo los ojos, solo para asegurar un poco de mascara para pestañas.

Guarde mis cuadernos y me serví un cuenco de cereal con yogurt y lo devore como si no hubiera mañana.

Cuando llegue a la universidad el reloj del salpicadero decía que aun me quedaba tiempo de sobra para entrar a clase. Camine a paso lento por el pasillo saque mi teléfono y recordé que no había llamado a Sabrina busque en los contactos su número y al tercer sonido contesto alegremente. —Hola Jenny, no me llamaste ayer— si su alegría en ocasiones me daba nauseas.

—lo sé, lo siento— me disculpe— lo olvide estaba muy ocupada, ya sabes lo de siempre. ¿Es mal momento?—no trate de disimular el cansancio de mi voz.

—te entiendo pero si quieres puedes... Ya sabes...no tiene nada malo que...

— ¡NO! —La detuve— no voy a volver a tener esta conversación contigo ya di mi respuesta definitiva.

El cansancio había desaparecido y la molestia se abrió paso.

Esa conversación la habíamos tenido esa conversación en persona y no la quería volver a tener por teléfono mi punto estaba claro no voy a dejar mi vida en California para mudarme a D.C a empezar de cero, en un lugar donde no conozco a nadie y hace frío como para congelar el aire.

Eso no iba a pasar.

—Jen no te sulfures... en dos semanas Samanta cumpleaños y quería saber de ¿qué obsequiarle?

¡Genial! Ahora la sulfurada soy yo.

—Una versión infantil del mago de Oz.

— ¿Qué le puedo regalar?

La línea quedo en silencio unos segundos.

Por preguntas así me enfado.

—no lo sé, pero le gustan los peluches, va a cumplir cuatro años, usa la imaginación.

—Jenny reconsidera mi propuesta, estarías mejor con alguien mayor con estabilidad y tiempo. No pasarías tanto tiempo sola y...

—Sabes mi respuesta— la corte—no voy a dejar mi hogar ni todo lo que he logrado aquí. Ya te di mi respuesta y May ya te dio la suya no voy a dejar todo por hacerte feliz. Olvida el tema, y para la próxima que saques el tema no voy a ser tan cortes, y no es una amenaza.

Cerré los ojos un instante y choque contra lo que creí era una viga, pero... las vigas no eran cálidas, y no tenían ¡ohpordios! ¡6! No ¡dios santo! ¡8! Cuadros ¡dios santo tiene un eight-pack!

Eso es posible.

¿Es eso posible en una sola persona?

Por lo que lo siento es muy, muy posible.

Conté sus músculos uno por uno de nuevo y no me había equivocado tenía un eight-pack. Toque cada musculo una vez mas y cuando reconoci que era una persona y no una fantasia  fue que retire mi mano estaba todavía en su estomago.

ADAM el defecto mas perfecto... En Edición. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora