capitulo 38 everiday everiday

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Nadie te está mirando Jen— me convencí a mi misma— Nadie te está mirando, nadie te está mirando. Nadie te esta jodidamente mirando.

Mientras esperaba en la fila de la cafetería para pagar, mire a la izquierda y vi a uno de los niñeros de Adam, estaba cerca, mierda. Mire a la derecha y una chica de cabello azul me miraba perforándome, así que me encogí, molesta de ser tratada como un animal de zoológico, hasta donde yo sabía todavía era de mala educación clavarle la mirada a una extraño ¿no?

No te miran, no te miran, no te miran— volvi a iniciar mi mantra— nadie te está mirando.

Llego mi turno y pague mi café y un paquete de gomitas y sali pitada del local, acelere al paso casi tropiezo cuando un idiota me empuja del brazo— idiota ¿no vez por dónde vas?— dije siguiendo mi camino, estaba cansada harta de este comportamiento. Atravesé el campus y me encontré con las demás en la parte de atrás de la camioneta de Gabriel. Me subí en la parte de atrás y solté un gruñido.

—cálmate solo es la novedad— me aconsejo Andre.

—dijiste eso la semana pasada— le di un trago a mi café asiendo que me quemara la lengua— todos me miran como si fuera un animal de zoológico.

Sentía lastima de mis amigos por tener que tragarse mi mal humor por estar en la boca de todos y que todas esas chicas me miraban y hablaran de lo zorra que era y que publicaran en todas partes mi relación con Adam.

—Aun no puedo creer que te hallas saltado tu primera clase de química— murmuro Carlos mordiendo una galleta.

— ¿tengo cara de que quiero estar en un salón lleno de idiotas que me tienen la vida miserable hablando a mis espaldas?— gruñí dándole otro trago a mi café — y la respuesta es no, además no me he saltado una clase desde que estoy en primer año, una vez al año no hace daño y esta semana van a dar el nuevo plan de estudio no hay nada muy impresionante.

Me relaje y disfrute del silencio y el sol, Andre encendió su teléfono y empezó a sonar las chicas solo quieren divertirse, me miro y yo la mire y nos pusimos de pie y comenzamos a bailar como dementes en la parte de atrás de la camioneta.

— ¡chicos! Todos tienen una chica interna que quiere divertirse levanten sus culos y bailen— el primero en unirse fue Gabriel el tenia una debilidad por esta canción súper de niña, le siguió Carlos.

Bailamos, gritamos y perdimos los pulmones cantando un montón de canciones viejas del teléfono de Andre cuando sonó la última campanada del día.

—Libres al fin— grito Carlos como si fuera un grito de guerra.

Soltamos una carcajada cuando Gabriel comenzó a cantar libre soy y todos le seguimos en la desordenada y ridícula letra.

¿Pero qué le echaron a nuestro café?

Dos minutos después vi a Adam, Nick y Ann dirigiéndose de donde provenían los estruendosos gritos, me despedí de los chicos y les prometí que los vería esta noche en el club.

Adam me extendió su mano la tome y entrelazo nuestros dedos dejando un suave beso en mis labios y un montón de gritos se escucharon detrás de nosotros y me aparte cuando me percate de que estábamos en medio del estacionamiento rodeados de personas. Todavía no me acostumbraba al hecho de que todo el mundo hablara y comentara.

Sabia de buena fuente que estaban haciendo apuestas para saber cuánto íbamos a durar y que si estaba embarazada y cuantos meses tenia, pero que tan idiotas podían llegar a ser parecía que estaba en preparatoria de nuevo, ni siquiera en preparatoria había tenido estos problemas, me gustaba la universidad de California por su gran espacio pero no había notado que mientras más espacio más es la codicia de chismes y rumores, era algo realmente agotador.

ADAM el defecto mas perfecto... En Edición. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora