capitulo 8 Hay unos segundos...

7.2K 330 12
                                    

Joder, joder, joder ahora si la regaste a lo bien, enserio sexo consensuado, lo único que has sabido del sexo en años es que sabes cómo funciona— o al menos eso creo— eran tan tan tan sabes que no me hablas eres tan tan tan de algo y no es estúpida porque tú en definitiva sobrepasaste por mucho los niveles de estupidez humana tu eres más eres la reina de las estúpidas. No tiene sentida sabes que no me vuelvas a dirigir la palabra hablar contigo es hablar con una estúpida pared que dice soy pared y soy estúpida.

La pantalla de mi teléfono entro a la vida.

Salvada por la campana.

Lo conteste. —hola.

—hola, habla la maestra de Samanta— era una mujer y su tono era asustado. — ¿hablo con Jennifer Stone?

Mi corazón se acelero en un segundo.

—Sí, ella habla— mi voz era lenta.

—hablo para informarle que Samanta acaba de ser llevada al hospital de emergencia...

— ¡¿Qué?!— dije en un grito.

Mi cara perdió todo color. Las piernas me fallaron y un par de manos me tomaron de la cadera y me dejaron caer suavemente en la silla.

—No me vuelva a decir eso en su vida... ¿Dónde está?— estaba molesta.

Y recordé al médico de mi madre diciéndole a May que mi madre había muerto. "lo siento señora hicimos lo que pudimos...pero su tumor era demasiado grande no pudimos hacer nada de verdad lo siento" o al psicólogo al que me obligo ir Di "lo sentimos pero ella no quiere hablar tiene un trauma emocional y lo superara cuando se sienta lista" o a... mi madre "lo siento pero ya no me puedo quedar". Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi visión se nublo.

— ¿en donde esta?— volví a preguntar mas asustada.

—Está en un hospital cercano al colegio esta a unas cuantas calles— la mujer del otro lado de la línea sonaba aterrorizada

—voy para allá.

Corte la llamada guarde todo a trompiscones en mi mochila y todos los ojos estabas sobre mí.

—Jenny ¿estás bien?—pregunto Gabriel mientras me veía guardar todas las cosas en mi mochila.

—No.

Una lagrima resbalo por mi mejilla sin darme cuenta. Me colgué la mochila en el hombro y sali corriendo por la cafetería empujando a todo aquel que estaba en mi camino, escuche insultos y otras miles de cosas pero no les preste la mayor atención. Llegue al estacionamiento busque las llaves en mi bolsillo encendí el auto y sali a toda velocidad del estacionamiento.

Estaba conduciendo como una maniaca me salte varias luces rojas y me escabullí evitando una multa. Pero recibiría una cuantas en el correo durante los próximos días.

Cuando llegue a la clínica entre corriendo. Me pare en frente la secretaria.

—Samanta Smith cuatro años, llego hace unos treinta minutos. —no podía casi hablar y mi respiración era pesada.

—Señorita cálmese, déjeme buscar— tecleo algo en la pantalla de su ordenador— Si, ella está aquí.

— ¿puedo entrar a verla? ¿Ella está bien?— las preguntas salían como dardos.

—No me temo que no puede ella está en cuidados intensivos ahora. En un rato saldrá un medico diciendo su estado por el momento espere allá— dijo señalando la pequeña sala de espera casi vacía.

ADAM el defecto mas perfecto... En Edición. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora