Capítulo XXIII
TRAVESURAS
Salí corriendo de la biblioteca para ir a la habitación de mis padres, para hacer mi tarea, entre directo a hacer mi trabajo para que en poco tiempo tenga a mi hermanito listo, así no seré el único en la casa. La verdad no sabía dónde donde empezar a buscar las pastillas, pero mi abuelito me dijo que eran pequeñas y rosas, así como los dulces que me dio me puse a buscarlas.
Entre los cajones de la cajonera del cuarto de mi papi y mi mami, encontré muchas cosas raras la verdad, que no se para que se usan, entre ellas uno paquetitos de color metal como con una liguilla dentro además de que si al apretaba se resbalaba parecía que tenía agua dentro, también encontré una botella con agua pegajosa no sé qué es, también encontré unas cadenas como las que le ponen a los perros para pasear, unas de esas cosas que le ponen a los malos en las manos, la verdad no se para que las utilizan mis papis, creo que se divierten mucho.
Bueno deje las cosas en su lugar para que no noten que he estado buscando entre sus cosas, fui al closet de la ropa para ver si por ahí me las encuentro, pero solo me encuentro con las prendas de mi padre y mi madre la de mi madre es rarita, creo que es para el calor porque está bastante descubierta para el invierno, pobre de ella mi papá no es capaz de comprarle ropa más abrigadora, pero cuando yo me case con ella le comprare toda la ropa que ella quiera, pero si pienso nunca la he visto con esos vestidos muy cortos.
Ya me estaba cansando, había abierto todos los cajones que podía y no encontraba nada estaba por darme por vencido hasta que recuerdo que no había revisado el baño, no alcanzaba las cosas que tenía en la repisa de arriba, por lo que me tuve que subir, entonces las encontré ¡Eureka!, estaban en el baño, encontré las pastillas que mamá utiliza para que no tenga yo un hermanito, es bastante egoísta porque no me quiere dar un bebé, yo lo puedo cuidar sin que ella se preocupe, pero no ella no me quiere dar un bebe a mí su hijo, que lo merece todo dime mi abuelita.
Pero esto se acabó, en lo que menos se espera va a quedar embarazada de mi hermanito, voy a tener un hermanito eso lo puedo asegurar, muy pronto tendré a alguien con quien jugar y enseñarle a como ser un gran Malfoy, así como mi abuelito y mi papá me enseñaron a mí. Me di prisa a hacer mi misión antes de que me encuentren cambie las pastillas de mamá por los dulces que me dio mi abuelito.
Una vez que las cambié me salí corriendo de la habitación, pero en cuanto salí me encontré con mi papá que me miró raro, porque no le gusta que corra en la casa, él dice que me puedo lastimar.
- ¿Qué pasa Dragón, no te eh dicho que no corras en la casa? - dice mientras me levanta en brazos.
- Nada padre, solo estaba buscando a mami, pero no la encontré.
- ¿Así, porque será que no te creo? – me pregunta.
- Pero, si te estoy diciendo la verdad – le respondo, la verdad no sabía mentir y tengo que aprender a hacerlo.
- Está bien, dragón are como que te creo, sabes que no se te valla a olvidar que hoy te vas a ir de paseo con tus abuelos y regresan pasado mañana.
- Así, se me había olvidado que vamos a ir a la casa del campo. ¡Oye! papá dime ¿porque me quieres lejos de la casa hoy?
- Eso lo contesto muy fácil, dime algo.
- Haber dime.
- ¿Quieres un hermanito sí o no? – me pregunta.
- ¡Pues claro que sí! – le respondo es lo que más quiero.
- Entonces es fundamental que no estés aquí.
- Pero, ¿Por qué? – le vuelvo a preguntar.
- Porque no puedo hacerte un hermano si te encuentras aquí.
- ¿Es como una receta secreta? – le pregunto.
- Exactamente, es una receta secreta.
- Está bien, me iré para que me hagas un hermano.
- Perfecto – respondió mi padre dejándome en el piso.
- Adiós papá, iré a buscar a mi mamá.
- Adiós Dragón.
Yo seguí mi camino, tendría que buscar a mamá, pero primero necesitaba notificarle a mi abuelito que todo estaba hecho, ya solo nos quedaba esperar, así que fui corriendo a la biblioteca donde él tendría que estar a menos que se haya ido, pero no me tarde mucho por lo que debería estar allí.
- ¡Misión cumplida capitán! – entre diciéndole a mi abuelito que estaba en su sillón aun leyendo.
- ¿Qué misión? – pregunto mi mamá que salía de atrás con un libro en sus manos.
- Este ... - no sabía que responderle, así que volteé a ver a mi abuelito para pedirle ayuda, porque o me ayudaba o nos atrapaban a los dos.
- Lo mande a traer papel para hacer una carta - respondió mi abuelito.
- Bien, ¿Pero, donde está el papel? – volvió a preguntar mi mamá, ahora si estamos muerto o en AskAvan lo que sea menos doloroso.
- Es que se me olvido, jajaja – le respondí riéndome un poco tratando de aligerar el ambiente cuando ya la habíamos regado.
- Si es muy despistado como su papá – respondió mi abuelito.
- ¿Quién es despistado? – pregunto mi papá entrando por la puerta.
- Tú – le respondió mi madre.
- En mi defensa, no es que sea despistado, sino que tengo muchas cosas en las que pensar.
- Ahora así se dice – contesto mi abuelo.
Cuando la conversación giro entorno a otra cosa me pude relajar, ya no hablaríamos de mis travesuras o de lo que pude o no hacer, estaba salvado aun sea por ahora.
- ¿Cuándo partirán padre? – pregunto mi papá a mi abuelito que me tenía sentado en sus piernas mientras leía su libro preferido y yo jugaba trenzando su cabello.
- Hoy antes de las 6 pm, ya está todo preparado – contesta mi abuelito.
- Perfecto – responde mi papá, yo me bajé de las piernas de mi abuelito y me fui con mi mami, ya tenía sueño y quería dormirme en sus brazos.
- ¡cárgame mami! – le dije mientras estiraba mis brazos para levantarme.
- Ven mi pequeño dragón – me dijo mi madre, para después cargarme.
- No deberías tratarlo como a un bebe, ya está mayor – le dijo mi papá cuando ya me había acurrucado en sus brazos.
- Oh, vamos aun es mi pequeño Dragón – respondió mi mamá.
- Pero, ya es mayor – contra ataco mi papá.
- No seas envidioso Draco – le dijo mi abuelito.
- Si, papá no seas envidioso que mi mamá es solo mía – le digo.
- Pero no por mucho – me dijo.
Ya después me quedé dormido por lo que no supe lo que termino de decir mi papá.
- ¿Para donde irán? – pregunte a mi esposo.
- Mis padres, irán a la casa de campo y se llevarán a nuestro dragón con ellos – respondió.
- Están seguros, ¿No quieren descansar? – le pregunto a mi suegro.
- No querida, estamos más que encantados por poder llevárnoslo – me respondió él.
- Entonces tendré que ir a preparar las cosas para el viaje, ¿Cuánto tiempo se irán?
- 3 días, estaremos fuera.
- Perfecto, prepare lo necesario.
Me levante con mi dragón en brazos, estaba un poco pesado, pero no exagerado podía perfectamente con él, camine directo a su habitación lo coloque en su cama, como me daba nostalgia no hace mucho aun había una cuna en esta habitación junto a los juguetes de mi dragón, ahora hay una cama pequeña y los juguetes ordenados cuidadosamente.
Prepare lo necesario todo tipo de cambios, además de que le podría una mochila con varios bocadillos para el viaje y su estadía, conocía perfectamente a mi hijo y se de primera mano que no comería cualquier cosa, eso se lo atribuía a la familia de mi esposo.
Porque en mi familia no somos para nada quisquilloso para la comida, la verdad es que la vida nos había dado fuertes lecciones que ahora nos mantenía de pies, sobre todo a mi hermano Luke quien fue el que más se sacrificó por el bien de nosotros.
- Sabes que Scorpius quiere un hermano – me dice mi padre sin retirar la vista de su libro.
- Claro que lo sé, lo ha pedido desde que tiene los 3 años – respondo.
- Entonces, ¿Qué es lo que esperas para darle uno? – me pregunta sin retirar aun la vista.
- Creo que lo mismo que tú – le respondí.
- No entiendo – me dijo él.
- Mucho tiempo les pedí un hermano y nunca me lo dieron – señalo ahora si tenía su atención sobre mí.
- Vamos, Draco eran otros tiempos – responde.
- Y eso que tiene que ver, no importan los tiempos cuando se quiere se hace.
- Claro que importa, Draco, te recuerdo que no te nos opusiste en nada hasta el final.
- Eso era diferente, en ese entonces tenía miedo de lo que pudiera pasar.
- Pues entonces no somos tan opuestos, ambos teníamos miedo.
- ¡Oh, por Merlín!, ¿Miedo a qué? – me pregunto.
- A lo que pudiera pasar, Draco tu madre se desgarro el día que naciste, eras muy grande cuando naciste, nos arriesgábamos mucho al tener un segundo bebe, además no creas que nos casamos por amor, en un inicio nos casamos por compromiso, claro que a lo largo de los años el amor surgió eh incluso aprendimos a la mala que ambos éramos el uno para el otro.
- Así que, no se amaban – repetí.
- En un inicio no, pero el tiempo nos dijo otra cosa, o es que piensas que me siguió a todos lados por convicción, no Draco tu madre no me dejo solo por Amor, amor a mí su esposo, pero sobre todo amor a su familia.
- De eso no tengo duda alguna.
- Pero lo que nos pasó a nosotros no quiere decir que les pase a ustedes.
- No pero aún hay miedo dentro mío de perderla, aun no olvido lo que paso.