Capítulo XXII
COMPRAREMOS UN HERMANO
Después de haber "Bautizado", irónicamente la biblioteca de la mansión Malfoy habíamos partido en dirección al comedor donde ya no había nadie como era de esperarse, más el morbo causado por mi regreso no seso en lo que restaba del mes donde recibimos fortuitas visitas de diversas familias.
La única de las visitas que alegro recibir fue a Pansy y a su familia compuesta por su esposo Zabini y sus dos pequeños. Charlamos de muchas cosas sobre todo de su boda que había sido celebrada en el tiempo que yo me encontraba fuera de la mansión Malfoy, mas sin embargo me conto con lujo de detalle lo que había ocurrido antes, durante y después de la ceremonia.
Hablamos sobre nuestra vida en pareja, el cómo le había costado bastante adaptarse a una rutina de ama de casa o como ella lo nombraba "Mujer Florero", aunque ambas sabíamos que era tratada así por Blaise, pero era entendible como paso de trabajar y ser una mujer imparable a una total madre de familia, sinceramente para mí no fue difícil esta transición puesto que nunca trabaje en un trabajo formal.
Es irónico como pase de no hacer nada en la escuela a no hacer nada en mi casa.
Fue pasando el tiempo, conforme a los días y los meses Draco y yo estábamos bien, no se habían vuelto a suscitar situaciones incómodas en mi matrimonio, me atreva a afirmar que éramos un matrimonio estable y maduro, nuestra familia se encontraba bien, claro no todo era miel sobre hojuelas aun tenia mis encuentros con Astoria que no perdía oportunidad para insinuársele a mi esposo.
Platique con Pansy quien se había vuelto mi mejor amiga sobre las insinuaciones descaradas de Astoria a mi esposo, ella me platico que mientras estaba en Hogwarts nunca hubo movimientos de ella sobre Draco, aunque también mencionó que Draco estaba comprometido con ella mucho antes de que estallara la guerra mágica.
Por un momento me sentí culpable por haber causado la ruptura de su compromiso, trataba de entender cómo se sentía ella, más sin embargo también entendí que yo no podía hacer nada pues yo en un principio fui obligada a casarme con Draco, claro después apareció el amor. Lo único que me mantenía tranquila con esta situación era que Draco la ignoraba o la esquivaba muy bien digamos que estaba muy bien amaestrado pues ya sabía cómo actuar cuando ella se le insinúa.
Conforme a los meses también transcurrieron los años y actualmente habían pasado alrededor de seis años, ya hace seis años que me había casado con mi esposo, seis años de casada con Draco si esto no lo olvide, era un milagro el que no olvidara la fecha digamos que si me había pegado unos postick's en la frente para no olvidar la fecha de la boda, bueno dejándome de bromas lo termine apuntando en un calendario mágico que me avisaba con tiempo.
Para nuestro sexto aniversario le tenía preparada una hermosa sorpresa a Draco, todo iniciaría con una deliciosa cena, después bailaríamos nuestra canción de bodas, veríamos las estrellas al final como él tanto amaba, todo será hermoso, de eso estaba segura ya lo tenía planeado todo desde principio a fin.
Toda la mañana me dediqué a tener todo preparado, con ayuda de Scorpius, que aún me seguía insistiendo en que le comprara un hermanito o una hermanita, decía que no importara lo que fuera, pero quería un bebe para jugar con él, muchas veces me había planteado volverme a embarazar eh incluso se lo había planteado a mi esposo que solo se negaba diciéndome "los Malfoy solo tenemos un heredero", aunque yo sabía que tenía miedo de que pasara lo mismo que la última vez.
- Mi amor ya te he dicho que los bebes no se compran – le repetía una y otra vez a mi pequeño Dragón.
- ¿Entonces? – preguntaba él, muy inocentemente.
- Los bebes se hacen...- me atreví a responder.
- Está bien, pero ¿entonces como lo hago? – pregunto ahora.
- ¿Cómo se hacen los bebes? - pregunte con temor, realmente no tenía la edad para tener esta platica con mi hijo aún me quedaban 7 años para eso.
- ¡Sí, quiero saber cómo se hacen!
- Es complicado – respondí intentado que se zanjará el tema.
- Creo que podré entenderlo – respondió él con más insistencia.
- No lo creo.
- Si lo haré Mami.
- No, mi niño es muy complicado.
- ¡Bueno si no me lo dices tú me lo dirá mi abuelo! – respondió él mientras salía corriendo de la habitación donde nos encontrábamos.
- ¿Así? Pues a qué esperas andando – fue lo último que le dije.
Este niño, cada día está más inquieto y mira que quiere un hermanito, pero no sabe lo que cuesta tener un hermanito.
Si mi mami no me quiere decir, el cómo se hacen los bebes mi abuelito Lucius me dirá como se hacen los bebes. Pero sobre todo me dirá como le hago para tener un hermanito, y que mi mami tenga otro bebe para yo poder jugar con él, me aburro siendo el único niño en la casa, lo bueno es que todos me consienten excepto mi mama dice que luego me hago igual que mi papá y eso no lo entiendo, yo quiero ser como mi padre cuando sea grande.
Quiero ser tan grande como él, para poder trabajar mucho y comprarle a mi madre lo que ella quiera, aunque también me quiero casar con ella como lo hizo mi papá, pues él siempre la tiene para él, siempre que estamos juntos los tres él la abraza y la besa y eso no me gusta nada.
Bueno me voy de camino a buscar a mi abuelito Lucius, para que me conteste las dudas que tengo sobre los bebes hasta que me encuentro con la señora o señorita Astoria saliendo de la habitación de uno de los amigos de papá, no entiendo porque siempre que la veo esta con un hombre diferente. Es muy raro, mi mamá siempre está de la mano de mi papá y a la señorita Greengrass siempre la veo con muchos creo que le gusta hacer amigos.
- Hola bastardo – me saludo ella, mientras se acomodaba el cabello.
- Hola señita Greengrass, buenos días.
- Buenos días engendró del demonio.
- Le pido amablemente que modere su lenguaje – repetí lo que le escuche a mi abuelo la noche pasada, cuando hablaba con mi papá.
- ¿Quién te crees que eres? –pregunto ella – para corregirme escuincle mal educado.
- ¡No soy un mal educado! – le respondo a su acusación, era claro que no lo era.
- Claro que lo eres, si no lo fueras no me habrías corregido.
- La corrijo, porque mi madre siempre me ha dicho que si hay algún error o se cometió uno siempre hay que corregirlo para que no vuelva a pasar.
- ¡Pues tu madre es una estúpida!
- ¡Mi madre no lo es!, más sin embargo estúpida es aquella persona que se niega a su realidad.
- ¿Eso que tiene que ver con esto? – pregunto ella.
- Se lo explicaría, pero, es que no es seas estúpida solo eres inmune a los zombis. – le dije lo que le decía a mi mamá a papá cuando ya n quería discutir con él.
Me fui sin más, quien se cree para decirle eso ¡Estúpida a mi mamá!, por merlín ni que fuera ella, pero bueno recuerdo lo que mi abuelo me decía "ignora al ignorante cuando no tenga deseos de aprender"
Bueno me fui a buscar a mi abuelito de nuevo para que me dijera que se hacía para tener un hermanito, busque por muchos lados primer fui al jardín donde esperaba verlo con mi abuelita, pero no estaba allí, así que fui a su despacho, pero tampoco lo encontré, por lo que fui a su habitación, pero tampoco estaba, la vencida era ir a la biblioteca entonces al entrar pude gritar ¡Eureka!, ya lo encontré estaba sentado en el sillón que tanto ama.
- ¡Hola abuelito! - corrí y lo abracé.
- Hola dragón, ¿Qué te trae por acá? – me pregunto.
- Es que, quiero sabes algo – le comento.
- Haber dime, tal vez te puedo ayudar – me dice él.
- Quiero saber ¿Cómo le hago para que mi mami tenga un bebé?
- Muy fácil, pon mucha atención.
- Ok – le respondo centrándome en lo que me dirá.
- Primero necesitas ir a su cuarto, segundo tomaras un paquetito de pastillas.
- ¿Las que siempre toma? - pregunto para no equivocarme.
- Si las de color de rosa – me responde él.
- ¿Y después que hago? – pregunto.
- Las tendrás que tirar todas.
- ¿No pasar nada si no las toma? – pregunto pues no quiero que a mi mami le pace algo malo.
- No dragón, no le pasara nada.
- ¿Entonces porque las toma? – le pregunto.
- Esas pastillas, son las que no permiten que te hagan un hermanito.
- ¡Entonces hay que tirarlas todas!, pero abuelito si ve que no hay nada comprará otras y se las tomará – le digo pensando lo que mamá seguro hará.
- No porque una vez que las tires dejaras estos dulces parecidos, ¿Entiendes? – me pregunta.
- ¡Sí!, primero voy a su cuarto, segundo tiro las pastillas y tercero pongo los dulces, ¿Verdad? – pregunto.
- Así es – me dice él, entregándome los dulces.
- ¿Así de fácil se hace un bebe? – pregunto.
- Sí, pero tendremos que esperar para que él bebe esté listo.
- ¿Se tiene que cocinar?, como cuando espero que las galletas estén listas.
- Algo así, ya verás que no es mucho lo que hay que esperar.
- Si abuelito.
- Anda, ve entonces antes de que tu madre se dé cuenta.
- Asus ordenas capitán – le digo para después salir corriendo de la biblioteca. Sin más tiempo que perder me fui a la habitación de mis papis e hice lo que mi abuelito me dijo, solo espero y mami no se enoje, pero de verdad quiero tener un hermano, si ella no quiere hacerlo tengo que ayudarle para tener a mi bebe.