*Una semana después
Diana
- No puede creer que esté haciendo esto-. Susurré, tomando con desánimo el té con leche que me había preparado Harry en cuanto se levantó.- ¿Acaso te has puesto de acuerdo con Nick para joderme la vida, no? -.
- Tal vez -. Contestó, haciendo caso omisivo a mi mirada que lo mataría si fuese posible aunque si muriere, ¿no sufriría acaso yo? Haciendo una mueca, seguí observando sus movimientos hasta que dignó a acercarse para desayunar juntos.
- ¿Estarás todo el día así? Porque por más que te maquilles una y otra vez, tu rostro no será tan bello como cuando sonríes-. Sus palabras agridulces hicieron que mi corazón latiera velozmente y mis mejillas se tornaran de un color carmesí.- Sé te costará ser indulgente con Lizzy pero es momento de dejar el dolor atrás y ser feliz. ¿Acaso no quieres eso? -. Mirándome por un largo rato, suspiró en cuanto no escuchó nada de mi parte. Levantándose, tomó su taza para ir hacia el estudio debido a que hoy comenzaban a grabar el nuevo álbum y pese a su poca tolerancia, siempre buscaba ser dulce conmigo. ¿Por qué debía llevarle la contraria? Pensé.
- ¡Harry! -. Exclamé, para acercarme a él rápidamente.
- ¿Qué? -. Girando su rostro, trató de sonreír pero ni siquiera disimuló la tristeza que asomaba por sus pupilas.
- Te amo y mucho-. Sin esperar su respuesta, lo abracé fuertemente y luego, para su gran asombro, uní nuestros labios en un suave y dulce beso.- Perdóname por ser tan cascarrabias y por olvidar que tú también estás pasando por una etapa estresante-. Volviéndolo a besar, sonreí en cuanto sentí que me correspondía.- Ten un bonito día, cariño-. Riendo suavemente, me escapé de sus brazos ni bien escuché la voz de los chicos. Una vez que Harry se encontraba trabajando más animado junto a ellos, revisé por última vez a los niños que seguían durmiendo en compañía de su tía Araceli que tenía el día libre para suerte de todos y en especial, mía.
- ¿Ya te vas? -. Escuché que decía, en cuanto quise arrimar lentamente la puerta de mi habitación.
- Sí, ya han pasado unos minutos y estoy atrasada-. Haciendo una mueca, traté de irme pero su voz nuevamente me detuvo.
- Recuerda que me prometiste que te ibas a portar bien con tu madre y que la ibas a perdonar. Ya la has hecho sufrir demasiado, Diana-.
- No recuerdo esa promesa pero intentaré ser una buena chica-. Guiñándole un ojo, sonreí en cuanto la vi rodar los ojos. Sí, a veces me gustaba jugar a la "mala chica" aunque siempre terminaba cediendo y más, si había de por medio emociones.- Espero que mi madre no intente jugar desde ese bando sino me tendrá a sus pies en cuestión de segundos-. Resoplando, me focalicé en comportarme seriamente debido a que esto no era una juego y quería saber la verdad por una vez en mi vida y sólo mi madre podía decirme lo que realmente había pasado el día en que abandoné mi casa a los quince años de edad.
Lizzy
- ¿Crees que vendrá? -. Pregunté, estrujando mis dedos temblaban anticipación.- Harry me dijo que estaba bastante pálida porque estuvo vomitando por varios minutos durante la madrugada. ¿Habrá sido conveniente reunirnos con ella? No busco que ella esté mal, Nick-. Con aquellas preocupaciones rondando intermitentemente en mi mente, espié nuevamente a través de la ventana de la sala para ver si alguien se asomaba. Poco después, el ruido de un motor hizo que mis nervios aumentaran y más cuando abrí la puerta de entrada para darle la bienvenida junto a Nick que en ningún momento dejó de sujetar mi mano temblorosa. Ni bien ella nos vio, apostó por una postura rígida y con sus ojos cargados de hielo, trató de mantenerse neutra en cuanto nos saludó con dos besos en la mejilla.
- Por favor, pasa que hace frío y no es bueno que estés mucho tiempo afuera en tu estado-. Cerrando la puerta, tomé su abrigo para colgarlo mientras que Nick traía una bandeja con bocadillos dulces y con tazas de café recién preparados por él.- Espero que te guste porque tu papá los ha escogido cuando fue a recogerme al hospital luego mi turno-. Esperando alguna reacción de su parte, ella sólo atinó a recostarse en el sofá para acariciar su pequeño vientre que comenzaba a notarse cada vez más.
- No, gracias. Ya he desayunado con Harry-. Sonriendo levemente, se mantuvo callada por un momento.- Además, el doctor me ha recomendado no tomar café-.
- Y yo que escogí con amor ese paquete de café en granos-. Susurró con un tono de diversión, Nick.- Parece que el bebé te está haciendo la vida complicada-.
- Ni te lo imaginas, papá-. Acomodándose en el sofá, dirigió su mirada hacia mi rostro petrificado al saber que había llegado el momento de la verdad.- Estoy para escucharte, si es que estás preparada para hablar-. Susurró, ganándose una mirada de advertencia de parte de Nick.- Vengo en zona de paz, papá-. Levantando sus manos, dio a entender que esta vez me escucharía calmadamente y no, como la vez anterior.
*Días atrás* [Flashback de la conversación que ellas tuvieron.]
- El día en que te fuiste... -.
- ¿Qué sucede con ese día? -.
- Ese día, Erick llevó a Hea a casa y me la presentó como nuestra hija-. Sintiendo la presión de la mano de Nick sobre la mía, seguí hablando. Él era mi apoyo.- Fue una sorpresa saberlo y más, para ella que hasta ese momento había crecido sin madre. ¿Te imaginas lo que fue enterarme que tenía otra hija y que ella, a su vez, tenía una familia a la cual no conocía? -.
- Se me hace difícil imaginármelo cuando ese día me echaron de la casa como un perro. ¿Dónde se encontraba mi madre? Cierto, se encontraba en la puerta sin hacer nada más que mirar cómo lloraba.
- ¿Crees que fue fácil dejarte ir? Tenía miedo no sólo de lo que me podía hacer sino ti misma. Erick sólo buscaba lo mejor para nuestra hija pero no para vos, para la hija que había logrado engendrar con Nick cuando nos habíamos separamos por un tiempo por su aventura con otra mujer de su trabajo-.
- Entonces, ¿él también tuvo la culpa de lo que hiciste el otro día? Pues, no creo que te haya amenazado para hacer aquella prueba a mis escondidas.
- No se trata de eso, cariño-.
- Claro que no porque aquí la razón de que esto sucediese es que no supiste amar a tus hijas por igual-.
- Ese no es el problema, hija porque la verdadera razón para que hice esa prueba era para...-.
- ¡Basta! Esta vez no caeré nuevamente en tus mentiras, mamá-.
- Como t edecía aquella vez... La razón por la que hice esta prueba no fue porque la quiero más que a ti-. Mirándola directamente a sus ojos, intenté que me creyera porque decía la verdad pese a que el tiempo ya había jugado en mi contra como para lograr que ella me perdonase.- La única razón por la que hice la prueba es porque siento que estoy en deuda con Hea-. Sollozando, dejé que Nick me abrazara por un rato.- No puede salvarla de su muerte cuando fui yo la que la incentivó a escaparse con Jace sabiendo que Erick no estaba de acuerdo con ello-. Volviendo a quebrarme de dolor, dejé de prestar atención a todo para ahogarme en mis propias lágrimas.
- No entiendo... -.
- No hay mucho que entender, Diana-. Respondió, en cuanto vio que no podía decir algo más como para convencerla de que no lo había hecho con intención de lastimarla.- Lo que tu madre quiere decirte es que hizo esa prueba porque se lo debía a tu hermana.
- Ella está muerta, papá-.
- Sí, pero la criatura que llevas en tu vientre no lo está y aunque nos pese a todos, es su hijo.- Con aquellas palabras, logró que su rostro se tornara sombrío.
- Entonces, lo que buscaban con esa prueba era saber si era lo suficientemente buena como para ser madre de este bebé, ¿no es así? -.
- No, no estás entendiendo hija-.
- ¿Qué es lo que no entiendo? ¿Qué me están utilizando? ¿Qué soy simplemente un mero objeto que traerá al mundo al hijo de Hea? Porque déjame decirte algo, papá. Desde el día en que implantaron a este bebé en mi vientre, es mío y no dejaré que tú ni nadie me diga que no es mi hijo-. Varias lágrimas resbalaron por su mejilla antes de girar sobre sus tobillos y salir apresuradamente en busca de su abrigo. Poco después, el sonido de la puerta cerrándose fuertemente hizo que sollozara todavía más.
- Todo salió mucho peor de lo que imaginaba, Nick-.
- Con el tiempo, ella entenderá que lo que hiciste fue lo mejor-. Besando mi cabello, siguió consolándome a pesar de mis heridas seguirían abiertas hasta el día en que ella comprendiera el motivo de tal prueba. ¿Por qué no entiendo que sólo busco su bienestar? ¿Por qué no entiende que quiero protegerla?
Diana
- ¿Estás bien? -. Preguntó, abriéndome la puerta de copiloto. Negando con la cabeza, evité mirarlo a los ojos.- Sólo llévame a casa, Marco-.
- ¿Quieres que le avise a alguien que vayamos para allá?-. Volviendo a negar con la cabeza, limpié el rastro de lágrimas infinitas que seguían cayendo sobre mis mejillas. Recordando que Harry estaba con los chicos, pensé en que lo mejor sería ir a otro lugar.
- Marco, no quiero que me lleves a casa. Quiero que me lleves a esta dirección-. Tomando un papel impecable de mi bolso, se lo tendí.
- ¿Es la casa de tu hermano? -. Asintiendo, él me entregó nuevamente el mismo.- Conozco la dirección. Jace me la dio hace días por si algún día querías ir-. Sin decir nada más, él se introdujo en la carretera para comenzar a alejarnos de la casa de mis padres.- Pensé que ibas a quedar por más tiempo pero veo que las cosas no han salido como esperabas-.
- No, creo que ya es normal que nada salga como quiera-. Acariciando mi vientre, deseé no estar en esta situación. ¿No estar embarazada hubiera sido lo mejor? Negando con la cabeza, me convencí de que el bebé no tenía la culpa de nada y como se lo había dicho a mi papá, ya había creado lazos sentimentales que me daban el derecho de defenderlo al ser una parte mía.
- Bien, ya estamos aquí. ¿Quieres que te espere? -. Desajustando mi cinturón seguridad, sonreí a Marco. Era el único que hasta ahora me había tenido paciencia.
- No, ve y haz tus cosas. Te llamaré en cuanto quiera volver-. Saludándolo con la mano, esperó que me acercara hasta la reja de la casa de mi hermano en la que otro guardaespaldas me esperaba para abrirla y así, dejarme pasar hacia el interior.- Gracias-. Susurré, ni bien estuve en la sala que estaba bastante acogedora para ser decorada por un hombre.
- ¡Diana! -. Escuchando que me llamaba, me giré sobre mis talones para acercarme hacia él y abrazarlo por un largo tiempo. Sin importar que detrás de él, se acercaba tímidamente mi sobrina.- ¿Qué sucede? No esperaba tu visita tan repentinamente-.
- ¿Podemos hablar? -. Separándome, traté de sonreír al ver a mi querida sobrina que me miraba con curiosidad.
- ¿Quién es ella, Papá? ¿Es tu novia? -. Riendo suavemente, negué con la cabeza por las ocurrencias de la niña.
- No, hija. Ella es tu tía Diana-. Acercándola, besé su mejilla para luego sentir que sus brazos rodeaban mi cuello cariñosamente.
- Entonces, ¿ella podrá jugar a las muñecas conmigo? -. Sonriendo, sus ojos se llenaron de alegría.
- Claro que sí, cariño. Ve a buscar tus muñecas mientras que yo hablo con la tía-. Esperando que ella se alejara a su habitación, ambos tomamos asiento para comenzar con la conversación.- Bien, te escucho-.
- ¿Tú sabías sobre la existencia de Hea? -. Fue lo primero que pregunté, al sentir un nudo en la garganta.
- Sí, la conocí el día en que Erick te echó de casa-. Haciendo una mueca, tomó mi mano que comenzaba a temblar.- Lo que no entiendo es, ¿qué tiene que ver en esto ella?-.
- Ella tiene que ver en todo, Matt-. Dejando que una de las primeras lágrimas rondara por mi mejilla, respiré bruscamente para tratar de contenerme.- Mamá ha hecho una prueba de caligrafía porque creía que yo había firmado el papel para extraer los gametos de ella como de Jace y así, luego quedar embarazada-.
- No puedo creer lo que me dices. ¿Estás segura? -.
- Sí, muy segura. Además, al hacer la prueba comprobaban de si era apta para ser la madre de esta criatura porque aunque ni yo lo crea todavía, Nick me recordó que por más que ella esté muerta, este bebé está vivo y como no es mío, deben cuidarlo porque nuestra madre se lo debía a Hea. ¿No entienden acaso que con esto me hacen más daño? Me siento como un mero objeto, como si sólo sirviera para traerlo al mundo pero a la vez, como si eso fuese lo peor que pudiese suceder-.
- Es un tema delicado, por lo que me cuentas-. Atrayéndome hacia sus brazos, me acurrucó tiernamente.- Pero todo se solucionará, hermana-.
- ¿Es una promesa de hermanos? -. Con un deje de diversión, lo miré a sus ojos y sonreí. Todo podía caer a nuestro alrededor pero teniéndolo a mi lado, nada podía temer.
- Sí, promesa de hermanos-. Repitió, antes de ayudar a su hija que traía un montón de muñecas para jugar.- Parece que tu sobrina, se ha entusiasmada-. Riendo ligeramente, acomodó unos almohadones sobre la alfombra para que ella pudiera sentarse y acomodar a sus juguetes en una ronda en la que estaba incluida como invitada especial.- ¿Quieres algo de tomar? Todavía no he preparado el almuerzo-. Asintiendo con la cabeza, le pedí una taza de té con leche mientras comenzaba a ser partícipe del juego que había imaginado Valentina.
- ¿Debería darle más galletitas, papá? -. Preguntó, sorprendiéndonos a ambos.
- Claro, el bebé también debe alimentarse-. Guiñándome uno de sus ojos, se unió al juego hasta que su hija cerró los ojos de cansancio.- Iré a recostarla, no tardo-. Dejando que cumpliera con su rol de padre, aproveché a mirar mi celular que lo había abandonado a su suerte desde que partí de casa. Al entrar a la bandeja de mensajes, me encontré con varios de Harry. Ni hablar de las llamadas perdidas. ¿Qué habría pasado? Preocupada, marqué su número.
- ¿Diana?
- Sí, ¿qué sucede, Harry?-. Pregunté, comenzando a pensar que le había pasado algo a mis hijos.
- ¿Dónde estás? Te he estado llamado desde que tus padres llamaron para preguntar si habías llegado bien-. Claro, ahora se preocupaban aunque sabía que lo que les importaba realmente era el bebé y no su hija.
- Sí, estoy en casa de Matt. Necesitaba hablar con él antes de ir a casa-.
- Me hubieras avisado. Todos estábamos preocupados por ti, cariño-.
- ¿Sucedió algo de lo que no me haya enterado? -. Pregunté, sabiendo que algo me ocultaba.
- Sí, Marco tuvo un accidente de tránsito y está en el hospital por las heridas que tuvo durante el choque-. Al pensar que él estaba lastimado, sentí deseos de llorar. Él no se merecía estar así.- Al saber que podías estar con él, nos preocupamos y más, cuando no te encontraron en el auto. Hasta llegamos a pensar que te habían secuestrado, Diana-. Entendiendo lo delicado que era la situación, me sentí culpable de no haberle avisado de que estaba con mi hermano.- ¿A qué hora piensas volver? Jace irá a buscarte-.
- Dile que venga, lo estaré esperando-. Escuchando algunas palabras más de preocupación de su parte, asentí para luego cortar la llamada. Al verlo a mi hermano, mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas.- Me tengo que ir, Matt. No podré almorzar contigo, lo siento-.
- Está bien, no llores que me haces sentir peor-. Sonriendo, tomé mis pocas cosas para esperar a Jace que no tardó en llegar. Mientras tanto, le expliqué lo sucedido en casa a mi hermano que comprendió que lo mejor era que me fuese antes de que todos se enfermaran de los nervios.- Vuelve cuando quieras. Siempre estaré para consolarte o para tomar una taza de té con tu sobrina-. Sonriendo levemente, lo abracé antes de ir hacia la camioneta de Jace que ni bien me tuvo cerca, me apresó entre sus brazos.
- La próxima vez, usa tu teléfono o le pediré especialmente a Harry que te dé una buena reprendida-. Queriéndome burlar, entendí que no estaba jugando.
- Lo siento, no fue mi intención generar tanto revuelo-. Girando mis ojos, me acomodé en el asiento para abrocharme el cinturón.- Tal vez, deba aprender a ser como Hea, ¿no crees, Jace? -. Rozando el abismo del peligro, dirigí mi mirada hacia la nada absoluta.
- No puedes ser como ella porque... -.
- Sí, eso ya lo sé. No te preocupes, ya me lo dejaron bien en claro mis padres y no hace falta que tú también me lo refriegues en la cara-. Cruzándome de brazos, permanecí en silencio por más que se notaba que él quería seguir hablando del tema. No dejaría que me siguieran humillando, me prometí. Tal vez, no era Hea pero seguía siendo la persona que en un pasado no muy lejano conquistó al mundo a través del deporte. ¿Acaso eso no me hacía especial? ¿Acaso eso no era suficientemente bueno como para tomarme en cuenta? Con aquellos interrogantes, me mantuve alejada de todos hasta que los brazos de Harry me devolvieron a la realidad.
- Cariño, estaba tan preocupado. ¿Te sientes bien? ¿Necesitas que haga algo? -.
Tal vez no era Hea pero tenía el amor sincero de Harry, el cariño incondicional de mis hijos y a un hermano que me quería pese a todo lo que habíamos pasado. ¿Acaso esto no era suficiente para ser feliz? Tal vez sí, fue lo que pensé antes de perderme en su mirada y en el calor que desprendía su cuerpo.
¡Nuevo capítulo!
Espero que les guste y sepan apreciar la predisposición que tengo al escribir para ustedes. Por cierto, ¿qué les parece la aptitud de Diana? ¿Y la de su madre? Quisiera saber sus opiniones y así, tenerlos en cuenta al momento de escribir el siguiente capítulo.