Ángel "Un beso silencioso"

cesarvelasquez965

4.8K 539 104

Para Anna la importancia de su vida es poca, pasa noches en fiestas y siempre está en problemas, todo esto pa... Еще

Prólogo
Capítulo 1: Anna
Capítulo 2: Steven
Capítulo 3: Anna
Capítulo 4: Steven
Capítulo 5: Anna
Capítulo 6: Steven
Nota
Capítulo 7: Anna
Capítulo 8: Steven
Capítulo 9: Anna
Capítulo 10: Steven
Capítulo 11: Anna
Capítulo 12: Steven
Capítulo 13: Anna
Capítulo 14: Steven
Capítulo 15: Anna
Capítulo 16: Steven
Capítulo 17: Anna
Capítulo 18: Steven
Capítulo 19: Anna
Capítulo 20: Steven
Capítulo 21: Anna
Capítulo 22: Steven
Capítulo 23: Anna
Capítulo 24: Steven
Capítulo 25: Anna
Capítulo 26: Steven
Capítulo 27: Anna
Capítulo 28: Steven
Capítulo 29: Anna
Capítulo 30: Steven
Capítulo 31: Anna
Capítulo 32: Steven
Capítulo 33: Anna
Capítulo 34: Steven
Capítulo 35: Anna
Capítulo 36: Steven
Capítulo 37: Anna
Capítulo 38: Steven
Capítulo 39: Anna
Capítulo 41 : Anna
Capítulo 42: Steven
Capítulo 43: Anna
Capítulo 44: Steven
Capítulo 45: Anna
Capítulo 46: Steven
Capítulo 47: Anna
Capítulo 48: Steven
Capítulo 49: Anna
Capítulo 50: Anna
Capítulo 51: Steven
Capítulo 52: Anna
Capítulo 53: Steven
Capítulo 54: Anna
Capítulo 55: Steven
Capítulo 56: Anna

Capítulo 40: Steven

41 7 0
cesarvelasquez965


"Voy hacer las cosas bien." — imita el tono de voz de la castaña.

Ella le hace una mueca y regresa su vista al escaparate.

No había pasado ni dos horas en su casa; cuando Anna salió despavorida hacia el cuarto de baño, le gritó mientras tomaba una ducha, que observara el calendario que tenía en la cómoda de su habitación.

"BAILE DE INVIERNO"

Justo como era de esperarse Steven la siguió hasta el centro comercial, el baile de inverno era esta noche, y al parecer para la castaña era el momento perfecto para su regreso al instituto.

—¿Qué tal este? — indica ella alzando un vestido color azul.

El hace un gesto de negación y se acomoda en un taburete que había en aquel salón.

—¿Por qué no invitaste a Emily para escoger el vestido? — pregunta el moreno sintiendo como las horas pasaban lentamente.

—La verdad me gusta más tu compañía que la de cualquier otro. — responde naturalmente y sus mejillas se tornan carmesí.

Él le muestra sus caninos, acercándose a un maniquí. Señala el vestido color negro con miles de diamantes que hacían brillar en cientos de tonos cristalinos, era descubierta de los hombros, con un corset que llegaba hasta la cadera donde el vestido parecía se de algodón, tan suave y delicado que para aquel sujeto había sido hecho para la castaña.

—¡Pruébate este vestido! — expresa con una sonrisa a media luna.

—Al parecer no tienes malos gustos. — bromea ella tomando el vestido.

—Es una excelente decisión. —expresa la empleada de la tienda. —sígame para que pueda tallarse el vestido.

Anna acompaña a la mujer quien parecía encantada por la decisión del precio del vestido, de cómo le quedaría a la agasajada.

Sale del vestidor y las mejillas del moreno comienzan a arden, aquello era extraño, como si al verla ahí parada, convertida en una mujer cambiara la posición de las cosas. Justo como aquel pensó el traje había sido hecho a su medida.

—¿Cómo luzco? — pregunta ella, observando directamente al rostro de Steven.

—¡Perfecta! — responde el ángel.

Por un segundo; nada existía, el aire se detuvo en ese preciso momento, sus ojos ahora totalmente hermosos; brillaban con la esperanza de un nuevo día, sus labios se unen en una tira larga; mostrando aquella sonrisa la cual el moreno esperaba ver todos los días cuando ella abría los ojos.

No sabía que le pasaba, o si aquel extraño sentir en su pecho cambiaría de un momento a otros, los ángeles no pueden sentir, ¡No deben hacer! Pero sin importar cuanto dure todo aquello él lo aprovecharía al máximo.

—Le queda perfecto. — canta la mujer regresándolos a la normalidad. —Tiene que llevárselo. — sonríe ella.

—Si... me... lo voy a llevar. — jadea tratando de recobrar el aliento.


De regreso a la casa el camino fue silenciosos, Steven no hablaba mucho para no hacer pasar por loca a su pupila, pero sin importar esa ley, no quería entablar conversación. Algo ahora era diferente entre ellos, y no sabía que era.

Mientras el ángel comenzaba a hacer una lista; de cuales de las cosas estaban mal en aquel sentimiento que apareció en su pecho, la menor sale de su habitación con el vestido puesto, le sonríe dulcemente y este se sonroja de golpe.

—Steven, ¿Puedo pedirte algo? — musita un tono más bajo.

—¡Por supuesto! — responde de golpe.

Ella lo tantea con la mirada, al momento que muerde su labio inferior. El la conocía tan bien, que no importaba cuanto se tardara en pronunciar aquellas palabras, él ya sabía que le iba a pedir.

Sus alas invisibles para los ojos de la menor se extienden sobre su espalda, y ahora su camiseta, y vaqueros. Se transforman en un esmoquin color negro, sus tenis cambian a unas zapatillas mate.

—Claro que quiero ir al baile contigo...— expone sonriendo dulcemente.

—Era justo lo que iba a pedirte. —expresa ella bajando las escaleras. —es como si me conocieras de toda la vida...

Salen de la casa directo al baile de invierno de la secundaria...

Al llegar al instituto, las luces mostraban el camino hacia el gimnasio donde se debía que sería el baile. El ángel se detiene de golpe al sentir que aquello estaba mal, de todas las maneras posibles ¿Qué estaba haciendo? David el novio de Anna acababa de morir, y ella se refugiaba en él, ella ahora estaba entrando al baile sola, para la vista de cualquiera la castaña llegaba sola al baile. ¿¡Acaso su papel no era diferente!? Observar y anotar. Se responde a sí mismo, el compartir con Anna estaba erróneo para todas sus creencias.

—Steven... no hay nadie más, solo quiero pasar tiempo contigo. — expresa la menor al ver la inmovilidad de su acompañante. —¡Al diablo el mundo entero si esto está mal!

—Anna...— dice débilmente sintiendo la fuerza de sus palabras...

—¡Vamos!

—Al diablo todo...— coincide devolviéndole la sonrisa.

Al entrar la escena fue sumamente diferente, ya que lo único que percibieron sus compañeros era su llegada sola al recinto, muchos de ellos la observaron con los ojos abiertos como platos, entre el asombro de muchos, y las sonrisas picaras de otros su antiguo grupo de amigos se acercó hasta su encuentro.

—Te ves hermosa. — expresa una joven de cabellos oscuros. —siento mucho lo de tu perdida.

—Gracias. — responde Anna con suma delicadeza. Quizás nadie se enteró como pasaron realmente las cosas, pero aquello era una ventaja para ambos, ya que decirle que siguiera mintiendo estaba contra las reglas, ella manejo muy bien su papel de recién llegada.

Después de varias platicas por cortesía, y preguntas absurdas de la fiesta en su casa, el baile siguió su curso.


—Quiero algo de aire freso...— expresa la menor y ambos salen hasta la terraza del lugar.

—La vista es increíble. — expone el moreno.

El cielo iluminado por miles de estrellas mostraban cada uno de los pequeños detalles del rostro de la menor.

—¿Crees que fue buena idea... estar aquí? — duda ella, y su corazón como una máquina de costura descompuesta empieza acelerar su ritmo.

—¿Me concedes esta pieza? — índica el ángel evadiendo por la tangente. La conocía tan bien que sabía que aquella deseaba bailar la canción que en ese preciso momento estaba.

—Sería un honor para mí. — expone la acongojada...

Ambos hacen reverencia el uno al otro y se acercan hasta quedar a un centímetro de la cara.

—Justo en mi época... había un baile donde el contacto no era permitido. — alza la mano derecha, la castaña como un espejo hace lo mismo, comienzan a girar lentamente según las manecillas del reloj, al llegar al punto de las doce, ambos cambian de mano y giran de nuevo. — los contactos se hacían una vez que se conocía a su pareja. — inclina su mano para tomar la de la castaña, coloca su mano detrás de su espalda y la baja antes de llegar a su pelvis.

Ella coloca su mano por encima del hombro del ángel, y la otra en su espalda.

Ambos se mueven según el ritmo de la música, el contacto entre ambos no importaba, porque aquellos hilos invisibles que los mantenían atados; por designo celestial los unió de formas que un contacto físico no podía hacerlo.

—Gracias Steven...— expresa ella. — nunca te he agradecido por estar conmigo siempre. — sus mejillas se sonrojan de nuevo. — quiero que encuentres esa paz de la que habló Vladimir...

—¿Ya no quieres que estemos juntos? — duda él.

—El retenerte es lo más egoísta que he hecho en mi vida. — dice y sus ojos se cristaliza. —mi papá dice que, si amamos realmente a las personas, estaremos felices si ellas lo son...

—Aunque no estén con nosotros, porque su felicidad es la nuestra. — termina el moreno la frase que el señor Martín le decía a una pequeña versión de Anna.

—Me dolerá hasta la última partícula de mi cuerpo. — propone y su rostro brilla por el resplandor de aquella luna que era su única acompañante. — pero te quiero, y sé que mereces encontrar esa paz, la que todos hablan...

—Regresemos al baile. — propone Steven.

Todas aquellas mentiras comenzaban a afectarlo, sus alas pesaban de nuevo, y sentía que algo en su espalda se derretía lentamente. ¿Por qué no puedo decirle la verdad? Se cuestionó de nuevo. Sin importar que sabía a la perfección las reglas, ahora quería lanzar todo por la borda y salir corriendo de aquel lugar.

Mientras bajaban de la terraza nada en la pista de baile había cambiado, todos y cada uno de los jóvenes seguían en sus respectivas actividades. El ángel lleva su vista hasta un grupo de jóvenes reunidos entre ellos.


Sus ojos se abren como platos, siente como un nudo en su garganta le evita tragar y sus pies como dos bloques de concreto se funden en ese preciso lugar.

—Imposible...— pronuncia.

Ahí estaban junto a un grupo de amigos de Anna, sus amigos de la academia de ángeles, pero sin importar cuantos eran finalmente logro enfocar su vista en ella, justo como en aquella historia que le había contado a su pupila, piel reluciente, sonrisa encantadora, su cabello con cientos de ondas doradas que danzaban por el viento.

—¿Qué sucede, los conoces? — duda la menor sin saber que ambos miraban hacia el mismo punto.

—Es... Angélica...— responde Steven tragando una bocanada de aire.

—¿Es ella? — señala la castaña hasta el punto donde se encontraba la mencionada. — esta junto a Andrea. — responde.

—Eso creo...— dice el ángel. —¿¡Un momento puedes verla!? — un escalofrió recorre la espina dorsal del moreno, ahora las cosas se complicaban más de lo habitual. Ningún ser humano podía ver los ángeles, el trato que había hecho con Vladimir solo lo incluía a él. ¿Qué diablos está pasando?

—Tenemos que hablar con ella. — alza ella llena de emoción. — Tenemos que preguntarle donde estuvo todos estos años...

La felicidad de Anna; creo un sentimiento agridulce en el moreno, quien ahora se le complicaba más las cosas, ahora el peso de sus mentiras caía por si solas.

"¡Ahora todo se fue a la mierda!" — pensó el ángel siguiendo el camino de su pupila.

Продолжить чтение

Вам также понравится

535K 62.3K 15
Harry había pasado por varias injusticias a lo largo de su vida. Había perdido y amado; preguntado y respondido. Pero aquella vez, cuando sabiendo qu...
Culpa mía © (1) Mercedes Ron

Любовные романы

69.7M 3M 60
Culpa mía es una película basada en la trilogía "Culpables" - Próximamente disponible en Amazon Prime. ¡Disponible los 16 primeros capítulos! **Ganad...
150K 32.5K 200
⚠️Solo a partir del capítulo 201, primera parte en mi perfil.⚠️ En un giro del destino, Jun Hao, un despiadado matón callejero conocido por su fuerza...