Grandeza sin límites |Ouran h...

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Su padre se casó con una mujer de gran fortuna, por lo que Rei tiene que cambiar todo lo que una vez conoció... More

🌸Prólogo: Un mundo extraño.🌸
🌸02. Bienvenido al club.🌸
🌸03. Secreto no secreto, parte 1.🌸
🌸04. Secreto no secreto, parte 2.🌸
🌸05. Algo importante.🌸
🌸06. Es sólo un recuerdo.🌸
🌸07. A los gemelos les gusta divertirse, parte 1.🌸
🌸08. A los gemelos les gusta divertirse, parte 2.🌸
🌸09. La destreza de Honey.🌸
🌸10. La casa Murakami-Hashimoto.🌸
🌸11. Tamaki, y sus celos.🌸
🌸12. El Síndrome de Haruhi.🌸
🌸13. Hitachiin VS el destino.🌸
🌸14. Un romance sin precedentes, parte 1.🌸
🌸15. Un romance sin precedentes, parte 2.🌸
🌸16. ¿Qué sucede con Rei-chan?, parte 1.🌸
🌸17. ¿Qué sucede con Rei-chan?, parte 2.🌸
🌸18. La estrategia perfecta.🌸
🌸19. Padre tonto.🌸

🌸01. Lo que significa ser un chico.🌸

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By eihctaM

- ¿Yo?, ¿ser un gigolo?, por Kami, ¡por supuesto que no!

- Anfitrión, no gigolo, son diferentes.

- Si, si, lo que sea, me niego. – Rei dijo convencida, dándose media vuelta para irse, pero un par de hombres vestidos de negro detuvieron su paso.

- Por lo menos escucha la oferta completa, y mañana me das una respuesta. - dijo Kyoya, sonriendo inocentemente.

Rei lo miró sin saber que responder, estaba rodeada y no tenía como rechazar el escucharlo. El receso no terminaba en un rato, y no conocía a nadie del lugar, ¿tenía otra opción?

Rei miraba el techo fijamente mientras repasaba las palabras de su, ahora, Senpai. Estada recostada sobre su espalda en su cama, dio una media vuelta y quedó con una almohada pegada al rostro para así ahogar un grito. Se sujetó con exasperación sus rubios cabellos, para después tironearlos al recordar la cifra de dinero que pagaban las chicas para ser atendidas. ¡No era tan malo ser un gigolo después de todo!

Gruñó con el ceño fruncido pensar en esa sonrisa disfrazada por inocencia que le dedicó su Senpai al despedirla.

Se levantó de golpe, apoyándose en sus manos. Su cabello saltó de su cabeza y espalda, despeinándose, pero eso era lo que menos le importaba en ese momento.

Corrió a toda prisa al cuarto de Ren, su hermano mayor. Hurgó en el closet de su hermano, pues a pesar de que este fuera un otaku que se la pasaba encerrado, pertenecía a la alta sociedad, por lo que debería haber más de un traje, o eso sospechaba. Escuchó trompetas de triunfo al encontrar lo que buscaba, y se retiró como entró; ignorando completamente los reclamos furiosos de Ren.

Se dirigió de vuelta a su propia habitación, y sólo se colocó la parte superior del traje por encima de su camiseta deportiva. Se observó en el espejo de cuerpo completo que está en la puerta de su armario, y consideró que se veía de cierta forma elegante; con su tela de calidad y el color blanquecino del saco. Rei poseía una apariencia naturalmente andrógina, por sus rasgos finos, los cuales se volvían filosos y fuertes por sus expresiones no muy alegres.

- ¡Se supone que no le debes robar la ropa a tu nii-chan! - Ren se asomó desde su puerta, observando como Rei giraba sobre ella misma, admirándose - Que fetiche más extraño. - murmuró tapándose la boca.

- No es ningún fetiche, ¡¿Y qué haces en mi cuarto?! - reclamó ella, dando patadas a la puerta, tratando de cerrarla sin importarle el que la cabeza de Ren estaba en juego.

- Tu entraste de peor forma al mío. - le respondió él sin inmutarse - Ahora, en serio, ¿para qué querías mi ropa?, porque te advierto que ahora somos hermanos, y no puedes comportarte así.

- ¡Ugh!, ¡no es eso, idiota! - le gritó, desabotonando los primeros botones de la camisa - Me ofrecieron entrar a un club gigolo.

- ¿Gigolo dices? - preguntó incrédulo Ren - Seguramente te estás confundiendo, es imposible que en Ouran Highschool haya ese tipo de club, además, ¿cómo es que te ofrecieron unirte si eres mujer?, que yo sepa es un club de anfitriones hombres.

- Bueno, se llama Host Club, y.... tienes razón. - respondió pensativa - Creo que se me olvidó decir que era mujer, pero de todas formas pensaba unirme. – murmuró la última parte, y por suerte Ren estaba más ocupando en alarmarse por lo que no alcanzó escucharla.

- ¡¿Host Club?! - gritó sorprendido, para después sujetarla de los hombros - No vayas a ese club, los hombres son libidinosos y se aprovechan de chicas de corazones puros. - la sacudió levemente - Mi nueva hermanita no debe meterse con esos perver...

- ¿Te robaron la novia? – ella alzó una ceja, mientras seguía siendo sacudida.

Ren se detuvo, se dio media vuelta, y se golpeó contra la pared al lamentarse mientras un aura depresiva lo invadía - Se robaron su atención de mí. - se lamentó llorando cascadas.

Rei sintió pena por él. Tsk, tsk, tsk, la única oportunidad de que un friki se casara se fue al desagüe por culpa del Host Club.

...

Rei se paseó por su habitación con su teléfono pegado a la su oreja, fue un regalo de su madrastra, esperando respuesta de parte de la otra línea.

- Casa Ito. - se escuchó una voz femenina, muy seria e indiferente que haría dudar a cualquiera de haber llamado.

- Yumiko-san...

- ¡Rei-sama!, debería estar estudiando. - el tono de la mujer del otro lado de la línea cambió abruptamente a uno más sumiso.

- No me llames así. - reclamó, apoyando una mano en su cintura, escuchando unos murmullos tímidos en respuesta - Si es verdad que de ahora en adelante puedo pedir lo que quiera como todo millonario, necesito que canceles el encargo de mi uniforme, y que traigas lo más pronto un peluquero profesional.

- ¿Qué?, pero su padre...

- Es para hoy, Yumiko-san.

- E-está bien. - respondió rendida la secretaria, para después cortar. Se sentía un poco mal al tratar de esa forma a Yumiko, pero estaba ansiosa.

La rubia se sentó en su colchón soltando un suspiro, para luego recostarse. Tomó un mechón de su largo cabello rubio, y lo alzó para verlo - Fue bueno mientras duró. - susurró con un sabor amargo en su garganta, tiene muchos recuerdos enfrascados.

No le interesaba estudiar, hubiera explicado a la secretaria. Entre los estudios y ella no había muchos problemas a pesar de ser un poco tonta, pues ha estado más de una vez sin vacaciones para subir sus notas.

Extrañaba tanto su antigua vida. No le desagradaba estar en una mansión, tener una habitación de tamaño XXL y privacidad al 100%, pero para ella era difícil adaptarse a paredes totalmente diferentes a las cuales vio por años.

Un suave golpeteo la sacó de los recuerdos de un musgo en la esquina de su antigua casa. Se dirigió a la puerta de su habitación, encontrándose quién sería el que le corte su pelo.

- Dígame, Rei-sama, como querrá su cabello. – comentó el peluquero, poniéndole una manta encima.

- No me digas así. - murmuró con molestia, carraspeó para concentrarse - Quiero verme como un chico. - respondió inmediatamente, con la vista fija en su reflejo.

- ¿Disculpe?

- Lo quiero muy corto, quiero verme más varonil. – explicó, haciendo señas con sus manos.

- Oh, entiendo. Tomboy. - respondió sonriente, dejando a Rei con signos de interrogación encima de la cabeza por la última frase dicha.

El peluquero lavó su cabello, y de a poco dejó que el volumen de su cabellera cayera cual cascada de oro. Cortó delicadamente por la nuca, dándole más atención al flequillo. El tono dorado se revolvió como seda y cayó elegantemente con su suavidad, enredándose una vez olvidados.

...

- ¡Por favor, Rei-neesan! - suplicó Sakura.

- Ay, por favor a ti para que me dejes en paz. - gruñó con rabia al tener a su hermanastra de 13 años colgando de su cuello.

Este encuentro fortuito se llevó a cabo cuando Rei abandonó su habitación rascándose la nuca, sintiéndose rara, y cuando Sakura paseaba por los pasillos mientras texteaba.

Se miraron, y dijeron al mismo tiempo un corto "Ah", antes de que el caos comenzara.

- ¡Mamá! - gritó como berrinche, mientras pataleaba al estar unos cuantos centímetros sobre el suelo al ser Rei mucho más alta que ella.

La mujer nombrada, quien las había pasado de largo al ver lo bien que se llevaban, se giró con sus mejillas sonrosadas. Haruka, la madre de Ren y Sakura, era una mujer un poco más baja que Rei, con un sedoso cabello entre castaño y morado, sus ojos eran amatistas tan brillantes al igual que Ren, pero a diferencia de él, eran calmados y amables.

- Hazle caso a Rei-chan, es mayor y no tiene por qué fingir ser tu novio. - regañó a la pequeña, haciendo que esta hiciera un puchero y saliera corriendo gritando que nunca tenía nada de lo que quería - Lo siento Rei-chan, la han mimado demasiado. - bufó al cruzarse los brazos.

- Si... lo creo. - comentó Rei enojada, masajeando sus hombros. Tal vez Sakura sea pequeña, pero pesaba más de lo que aparentaba.

- Pero, ¿por qué te cortaste el cabello?, era muy bonito cuando lo tenías largo.

- Voy a apuntarme al Host Club. – respondió, mientras empezaba a caminar junto con su madrastra por los pasillos, en dirección desconocida y sólo pasando el rato.

La mayor rio levemente - La novia de mi querido Ren estaba obsesionada con uno de esos anfitriones.

- Seguramente Ren la ahuyentó antes de que visitara ese club. - comentó divertida, llevando sus puños a su cintura.

- Oh, ¿Qué dices? – volvió a reír divertida Haruka. Aunque a primera vista parecía una dama muy gentil, era una madre ciertamente cruel.

- ¿Se divierten sin mí? - se asomó un adulto castaño con gafas por otro pasillo, llamando la atención de las dos féminas.

- Papá. - dijo la rubia de melena corta, mientras que Haruka sonreía a la vez que sus mejillas se sonrojaban.

- Hayato-kun. – lo saludó gustosa de verlo, mientras este se acercaba a las dos con una sonrisa.

Rei se perturbó al ver a su padre caminar con su pijama, bata y pantuflas que tiene desde que ella tenía 5 años - ¡¿Cómo puedes recibir a tu hija y esposa con esas pintas?! - exclamó, avergonzando a su padre.

- Es no tengo mucha necesidad en trabajar, me paso el día en casa, y... ¿te hiciste algo?

La mandíbula de Rei se desencajó unos segundos - ¿Es en serio, viejo?

- Si, te hiciste algo. - ignoró como lo había llamado su hija con tono pensativo, pues estaba muy, muy acostumbrado, con su esposa a un lado casi muriendo de risa.

- ¡Me corté el pelo!, ¡antes medía como un metro y ahora me llega hasta la nuca, por Kami! - empezó a exclamar a gran volumen, haciéndose escuchar por toda la mansión.

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Me imagino a Haruka como los típicos personajes que dicen "Ara, ara", jeje

Sólo detalles

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