Cuando me fui a mi casa a la mañana siguiente, no pude evitar darle un fuerte abrazo a papá y a mis abuelos. Se lo merecían. Yo lo merecía. Ya no había nada que pudiera aterrarme, y eso era todo lo que más me importaba.
Los chicos se habían ido para ver sus trajes de bodas y todas las cosas técnicas de las que yo no debía ser partícipe. Aunque lo de la dama de honor... tsk... eso no me lo quitaba nadie.
Mi abuela y el abuelo, al notar toda la felicidad que yo estaba irradiando, me preguntaron que qué pasaba.
— Mike y Lean se van a casar — sonríe. Mi abuelo no tuvo expresión y mi abuela abrió los ojos como platos.
Claro, es que está enamorada de él.
Qué tonta soy.
Reí un poco ante la acotación de mi mente y sonreí.
— Me alegro mucho por ellos — sonrió —. Y les doy mis felicidades.
— Yo voy a ser la dama de honor — señalé.
— Eso es un gran orgullo — Apareció papá —. Podemos ir a comprar tu vestido para la ceremonia que... ¿cuándo será?
— Primero se van a casar por civil — me encogí de hombros — y luego fingirán una celebración en su casa. Con música de boda y un pastel gigante.
— ¿No lo harán en la iglesia? — quiso saber el abuelo.
— No, Mike no es creyente — me encogí de hombros, otra vez.
Pst. Claro que no. O sea, invoca seres de la oscuridad súper raros.
Malditos locos.
Fui a la nevera para tomar un vaso de jugo y me fui a mi habitación. Agarré mi teléfono y lo observé unos segundos, sin saber qué hacer.
De pronto la pantalla se iluminó con un número desconocido llamándome.
— ¿Hola?
— ________.
— Perdón ¿con quién hablo?
— Soy Taylor.
— ¿Taylor? ¿Estás bien?
— Sí, claro que sí. Es que... quería despedirme de ti, por última vez. Estoy a punto de ser ingresado.
— Oh, por Dios, Taylor. No sé qué decirte. Sólo espero que puedas ser feliz.
— Yo también lo espero, _______. Y ojalá podamos volver a vernos algún día, aunque en mucho tiempo; de momento no creo que ninguno quiera tener relación con nada de lo que pasó este tiempo.
— No, claro que no.
— _______, sé que mataron a Megan. Y la verdad es que no siento nada sobre ello. Mira, es obvio que esto no te importa, pero aún así quiero decirlo: Gracias por hacerlo. Gracias por permitirlo. Megan estaba llegando a extremos totalmente preocupantes y no estaba en mi alcance ayudarla en algo. Su vida se deterioraba cada día, todo en ella estaba muriendo. Y la verdad es que no era la chica de la que alguna vez me hice amigo. Aunque supongo que ninguno de nosotros está igual. Pero ella ahora está en un lugar que la ayudará a librar su alma, o eso espero. Y si tú te sientes bien con lo que pasó, yo también lo haré. No merecemos más de esto ¿verdad?
Negué con la cabeza, con una lagrima cayéndome.
— Claro que no.
— Voy a extrañarte, ________, a ti y a lo que alguna vez todos nosotros fuimos.
— Yo también, compañero. Siempre te recordaré.
— Arriba el ánimo... Yo lo estoy intentando.
— Yo también lo haré, es una promesa. Y sé que saldrás de ahí y serás todo eso que alguna vez me dijiste que serias. Vas a ser más alto, más fuerte y con una alta capacidad de abrazar perros.
Pude oírlo reír desde el otro lado de la línea.
— Siempre voy a acordarme de ti. Y siempre querré lo mejor para ti y tu vida. Quiero que consigas ser feliz, quiero que consigas a una chica que te quiera tanto que nunca sea capaz de dejarte. Espero que consigas amigos que no tengan la más mínima intención de arruinarte la vida y espero que consigas dejar esos intentos frustrados de homicidio a tu pequeño perro, Sammy.
— Sammy por ahora está en buenas manos; mi sobrina lo está cuidado. Sé feliz, ________. Tal vez algún día la vida nos vuelva a reunir.
— Tú también sé feliz, Taylor psicópata.
— Adiós, enana. Cuídate mucho.
— Tú también, Taylor. Tú también.
Y cortó la llamada, dejándome con un nudo en la garganta, con las lágrimas mojándome las mejillas, pero con el alma tranquila por saber que estaría mejor en algún momento.
Por alguna razón, sentía que Taylor era el que más se merecía ser feliz. No sabía del paradero de Luke, así que no podía decir mucho al respecto. Pero Taylor... Taylor era el chico más bueno que había conocido. Algo tonto y desequilibrado, pero siempre quería hacer reír a los demás.
Lo que más me alegraba era que Taylor nos había perdonado. A todos. Y yo también lo había hecho ¿de qué servía guardarle rencor a una chica muerta? ¿de qué servía detestar a un chico que estaba a punto de ingresar a un hospital psiquiátrico? ¿de qué servía la indiferencia hacia un adolescente cuya vida estaba manchada en consecuencia a una ambición excéntrica?
De nada. De nada servía. Sólo resignarse. Eso era lo único que quería hacer; resignarme. Después de todo, el pasado no se podía cambiar. Y a sabiendas de que nadie tenía toda la culpa de lo que había pasado, habíamos aprendido una buena lección.
Pero ya ninguno tenía miedo. No podía. Las cosas siempre tienen un final; las cosas nunca se quedan sin completar.
— Ya todo está bien — susurré, sonriendo —. Todo lo está.
Y sí que lo sentía. Sentía cómo todo había mejorado. Sentía que ya no llevaba un costal de terror en la espalda.
Alguien aventó algo que hizo un sonido sordo en mi ventana. Fruncí el ceño y me dirigí hasta ella, pero no alcancé a asomar mi cabeza cuando Masky, Hoddie y Toby estaban dentro de mi casa.
— ¿Y ustedes? ¿Qué hacen aquí?
Toby se quitó las googles, Masky se quitó la máscara y Hoddie se quitó el pasamontañas. Los tres se pusieron unos lentes negros que no me permitían ver sus ojos.
— Hemos venido en representación de las fuerzas negres... ne-nogras... Negros... Negras y blancas — dijo Toby. Fruncí el ceño y sacudí la cabeza.
— ¿Qué?
Hoddie negó con la cabeza y Masky resopló.
— No, sólo era por decir algo. Veníamos a despedirnos de ti.
Algo en mi pecho dolió un poco.
— ¿Se van?
— Así es — dijo Hoddie
— ¿Para siempre?
— Exacto.
— No.
Fruncí el ceño otra vez y miré a Toby y Masky, quienes se miraban fijamente.
— Lo arruinaste, Masky. Ya se había asustado.
— Y por eso dije que no — dijo Masky, como si fuese obvio —. No voy a mentirle.
— Aguafiestas.
— No — Masky me miro —. No nos vamos para siempre, solo tenemos que ir a hacer un trabajo lejos y por un largo tiempo —Se encogió de hombros —. Pero no te alteres; sabes que nunca te vas a librar de nosotros.
Sentí que mi corazón se calmaba.
— ¿Yo? ¿Asustarme? Tsk... Para nada.
— Ajá, sí, claro — dijo Hoddie.
— Bueno, eso era lo que nosotros queríamos decir. Nos vamos ahora mismo — dijo Toby, caminando hacia la puerta —. Ah, y supimos que tus amigos rubios se van a casar.
— ¿Cómo lo...? —Sacudí la cabeza —. Da igual. Espero que les vaya de maravilla.
— Ojalá — dijo Hoddie, poniendo la mitad del cuerpo fuera de la ventana —. Nos vemos.
— Adiós — sonreí. Él asintió y saltó por la ventana.
— No hagas locuras — dijo Toby, riendo —. Y espero ver un plato de waffles para mi bienvenida cuando regrese. Soy el más importante de nosotros.
— Tendré pan con ketchup, waffles y cheessecake para cuando vuelvan — sonreí.
— ¿Oíste eso, cara depresiva? Comida gratis para cuando volvamos.
— ¡Cállate, Tobías!
— Como sea — rió el aludido —. Nos vemos pronto —Saltó por la ventana. Miré a Masky.
— No nos extrañes demasiado — bromeó. Entorné los ojos —. Espero que estés bien cuando no estemos.
— ¿Qué dices? Pfff, por favor. Sé cuidarme sola.
— Ajá — rió. Me dio un beso en la frente —. Nos vemos.
— Adiós — sonreí. Él saltó por la ventana y luego oí sus pasos correr por el bosque.
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Hoooola :3
Ahora sí puedo hacer la elección de nombres para la rayita. Espero por favor que todos ustedes voten por el que más les guste ;-; POR FAVOR ;-;
1-. Jude
2-. Danielle
3.- Erika
4.- Cat
5.- Jess
¡A votar!
~ V.