Dulce Maldad [En Librerías]

By JessRe

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«Detrás de toda belleza, se oculta el peor de los males» #1 en fantasía 16/02/17 #2 en fantas... More

Dulce Maldad en librerías 🌙
Trilogía Destinados 🌙
Sinopsis 🌙
Prólogo 🌙
Capítulo 1 🌙
Capítulo 2 🌙
Capítulo 3 🌙
Capítulo 4 🌙
Capítulo 5 🌙
Capítulo 6 🌙
Capítulo 7 🌙
Capítulo 8 🌙
Capítulo 9 🌙
Capítulo 10 🌙
Capítulo 11 🌙
Capítulo 12 🌙
Capítulo 13 🌙
Capítulo 14 🌙
Capítulo 15 🌙
Capítulo 16 🌙
Capítulo 17 🌙
Capítulo 18 🌙
Capítulo 19 🌙
Capítulo 20 🌙
Capítulo 21 🌙
Capítulo 22 🌙
Capítulo 23 🌙
Capítulo 24 🌙
Capítulo 25 🌙
Capítulo 26 🌙
Capítulo 27 🌙
Capítulo 28 🌙
Capítulo 29 🌙
Capítulo 30 🌙
Capítulo 31 🌙
Capítulo 32 🌙
Capítulo 33🌙
Capítulo 34🌙
Capítulo 35 🌙
Capítulo 36 🌙
Capítulo 37 🌙
Capítulo 38 🌙
Capítulo 39 🌙
Capítulo 40 🌙
Capítulo 41 🌙
Capítulo 42 🌙
Capítulo 43 🌙
Capítulo 44 🌙
Capítulo 45 🌙
Capítulo 46 🌙
Capítulo 48 🌙
Capítulo 49 (Final) 🌙
Agradecimientos 🌙
Secuela 🌙
Portadas 🌙

Capítulo 47 🌙

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By JessRe

Asher

Llegamos a New Hope cuando ya comienza a oscurecer.

Más de un día ha transcurrido desde el secuestro. Me mantengo en silencio e intento concentrarme en la chica que amo. El destino se empeña en complicarme las cosas, no encuentro ningún sonido de sus pensamientos. Me consuela saber que está cerca. Lo presiento. No todo está perdido, llegaremos a tiempo.

Espera un poco más, bonita...

Hay dos camionetas listas para transportarnos cuando bajamos del jet. A lo lejos puedo ver al padre de Emmie esperándonos junto a tres licántropos más. Luce letal sin disimular la rabia. Él también quiere ver correr la sangre de nuestros enemigos y me complace. Aulus tiene las horas contadas.

—Todos pueden ir —mis ojos se dirigen a Audrey—. Excepto tú, te quedas con mi madre.

Ella abre la boca para decir algo, pero Kellan la interrumpe.

—Es peligroso para alguien como tú, Audrey. Mantente a salvo.

Audrey observa a Axel quién se encoge de hombros dándome la razón. Más le vale. ¿En qué estaba pensando cuando decidió traerla con nosotros? No conocemos mucho a la chica y hay enemigos en cualquier parte. No podemos confiar en ella.

—De acuerdo —murmura la pelirroja—. Espero que la encuentres.

—Puedes ir con mi madre —Me limito a decir, ignorando sus buenos deseos.

Mamá se encuentra a poca distancia, abrazada a sí misma. No hemos vuelto a hablarle. Ella tampoco ha hecho el intento de acercarse, teme nuestro rechazo. Hizo una buena elección. Lo que menos deseo es escucharla hablar mal sobre Arianne.

—He sido bastante claro, Axel. ¿Por qué demonios la trajiste cuando ordené que no?

Encoge nuevamente su hombro.

—Ella quiso venir.

—Esto es un asunto familiar —Le recuerdo—. Arianne y Emmie están siendo partes de un ritual. Una bruja maligna quiere matarlas. ¿Y tú arriesgas a la chica que te gusta en este viaje?

No tiene la decencia de verse avergonzado. Siempre pensando con la cabeza de abajo.

—Tú lo has dicho, ella estará con mamá.

No necesito discutir con mi hermano ahora. Encontrar a Arianne es mi único propósito. Ignoro a Axel para acercarme a papá y Andrew.

—Mis hombres atacarán cuando lleguemos —informa el Alfa cuando me uno a ellos—. Haré pedazos a los desgraciados que me arrebataron a mi hija. Aquí no tratamos con guantes de seda a nadie.

Nunca en mi vida estuve más de acuerdo con algo. Quiero destripar a Aulus y darle su cabeza a Arianne como regalo. Ella estará encantada de recibirla.

—¿Qué esperamos? —Andrew suena impaciente—. Emmie no tiene mucho tiempo y yo tampoco.

—Los cazadores esperan una orden de mi parte —agrega Josh—. Supuse que sería mejor hacer esto por nuestra cuenta. Abigail y Aulus tienen deudas pendientes conmigo.

Oigo el resentimiento, la furia y la determinación en su voz. Tal vez no fue el padre perfecto, pero ha llegado la hora de reparar sus errores. Mataremos a todas esas escorias. El mundo estará agradecido con nosotros y Arianne al fin vivirá con tranquilidad.

—Si cambiamos de forma, estaremos ahí en veinte minutos —digo.

—Quizá menos —alega Ashton —. Hemos ignorado un gran detalle muy importante.

—¿Qué?

Señala el cielo.

—La luna.

Mi cuerpo se congela, echo un vistazo al cielo oscuro. Ahí está la luna, brillando con más intensidad que nunca. Mierda...

—Arianne cambiará de forma —recalco —. Necesito estar ahí.

Maldición. Maldición. ¿Qué más se complicará esta noche? Yo le prometí estar a su lado.

Debo llegar a tiempo.

—Nos dividiremos —expresa papá—. Kellan vendrá conmigo. Él no cambia de forma como todos, pero su poder será muy útil.

Kellan asiente.

—Arianne debe salir de esto —espeta—. Ella es demasiado valiosa para perderse en la oscuridad. Le prometí ayudarla con sus poderes y eso haré.

No quiero ser idiota, por lo tanto, le agradezco.

—Gracias por hacer esto.

—Es mi deber ayudar. Los dioses están de nuestro lado en estos momentos.

—Bien —Papá nos mira a todos—. ¿Listos? Es hora de demostrar que nadie se mete con los Karlsson.

🌙

Arianne

Hay una nube de humo a mi alrededor y me cuesta respirar. El olor a incienso me sofoca. Toso mientras Emmie llora a mi lado. Susurra el nombre de Andrew, llamándolo, pero él no podrá escucharla. Mi corazón se rompe por ella y siento que la culpa una vez más me traspasa.

Nos quedamos en silencio durante al menos diez minutos. Lo más probable es que ella esté pensando en una manera de salir de aquí al igual que yo. Con estas cuerdas atadas a mis muñecas, no estoy segura de que pueda lograrlo, pero debo hacer algo. Si tengo que cortarme el brazo para regresar a Asher lo haré.

—Odio esto —musita Emmie con frustración —. Si pudiera cambiar de forma ya estarían muertos.

La tristeza en su voz me hace un nudo en el estómago. Malditos tramposos que usan nuestras debilidades para mantenernos quietas.

—Saldremos de aquí —afirmo —. Siento haberte metido en esta situación.

Emmie me da una sonrisa comprensiva.

—No es tu culpa, Arianne.

Sí, sí es. Arruiné su ceremonia y destruyeron su manada con el propósito de atraparme. Todos los que están cerca de mí terminan muertos. Soy un parásito.

—Lo siento —Es lo único que puedo decir.

Observo a Alem con la esperanza de que nos ayude a salir. Quiero convencerlo, ponerlo de mi lado. Se supone que la magia vudú ha tenido como objetivo ayudar al prójimo por siglos.

—Por un momento creí que tú eres honesto —susurro. Está orando en un idioma que desconozco —. Siempre pensé que el vudú era maligno y no me equivoqué. Las personas que lo practican son una mierda.

Quiero atraer su atención e insultándolo es una buena idea. Comprobar si hay humanidad en él. Ante el sonido de mi voz, Alem levanta la vista bruscamente hacia mí. Mis palabras parecen golpear justo en el lugar que necesito.

—No todos somos iguales.

—Emmie es una chica inocente. Acaba de encontrar a su compañero. ¿Por qué quieren arruinarle la vida? Aún le queda mucho por disfrutar, no merece esto.

Emmie lucha contra las cuerdas ante mis palabras y Alem prosigue a derramar restos de líquido cerca de mis pies.

—Te dije que olvidaras el asunto y no me escuchaste —manifiesta el sacerdote —. Es tarde. Ella ha logrado atraparte.

Siempre fue el enemigo y no quiso ayudarme cuando acudimos a él. Es un traidor.

—Menos charla y más trabajo —espeta Aulus, acercándose con una daga. Mi cuerpo se atiesa al instante cuando veo el arma de plata.

Me remuevo dentro del pentágono, gritando con ira. Tiro de las cuerdas hasta que mis muñecas duelen y amenazan con sangrar. Pelearé hasta el final. No les facilitaré las cosas de ningún modo.

—¿Sigues luchando, Arianne? Al parecer no aprendiste la lección, creí que eras inteligente. Ríndete y será menos doloroso.

Mi respiración es cada vez más agitada.

—Te haré pagar por esto —afirmo —. Tú mismo viste de lo que soy capaz, no pueden detenerme.

Aulus bufa.

—Hace algunas horas te di la oportunidad de redimirte y partiste una viga en mi cráneo —Me recuerda y toca su cabeza—. Agradezco ser un licántropo experimentado y poder regenerarme con facilidad.

Y yo lamento no haberlo matado con mis propias manos. Debí arrancarle el corazón en el momento tuve la oportunidad.

—Cuando arranque tu cabeza, no podrás regenerarte. Y lo disfrutaré, maldita sea. Realmente lo disfrutaré.

Él me ignora.

—Sigue hablando, Arianne. Aprovecha ahora que puedes hacerlo.

Los hombres continúan con la oración y Alem enciende con un fósforo la hierba que sostiene.

Es estramonio.

Debí suponerlo. Los malditos hechiceros utilizan esta hierba para entrar en trance. El humo que expulsa la toxina empieza a envolverme y toso desesperadamente. Siento que me quemo, no puedo respirar. La sensación es horrible. Me pica la piel, la garganta y mis ojos están ardiendo. Apenas soy consciente cuando Aulus se acerca con la daga y corta la palma de mi mano. Mi sangre empieza a brotar y cae dentro de una copa.

—Necesito un poco de tu sangre —explica Aulus—. Todo lo relacionado con la magia siempre me ha parecido fascinante. Hago esto para experimentar. Abigail es mi señora y gracias a ella seré más fuerte. Un nuevo dios al que temerán y respetarán.

Ya no puedo hablar. De a poco estoy muriéndome.

—Pasarán por un momento de sopor y todo terminará después —continúa hablando—. Ríndete, Arianne. No ganarás.

¿Sopor? ¿Algo parecido al sueño? Aulus me obliga a abrir la boca y un líquido amargo invade mi garganta. Trato de escupirlo, pero él mantiene mi boca cerrada con sus manos. Sus largas uñas me lastiman las mejillas y empiezan a sangrar.

—La hiedra púrpura quemará tu organismo —explica como si fuera lo más normal del mundo—. Es el peor dolor que un licántropo puede pasar. La planta romperá tu lazo con Asher y tu alma será absorbida por Abigail.

Oigo los gritos aterrorizados de Emmie.

—¡Por favor, no! —ruega Emmie—. No hagan esto. Por favor...

Me niego a cerrar los ojos. La esperanza sigue en mí. No permitiré que Abigail gane.

Vamos a salir de aquí. Sé que vamos a salir.

Viví cinco años de tortura debido a la culpa. Cinco años creyendo que podría recuperar a Theo. Lucho por lo que creo y lucharé hasta que me roben el último aliento. Lucho porque soy fuerte y porque siempre encuentro una manera de hacerlo.

Tengo motivos para luchar.

Theo.

Asher.

Los Karlsson.

Siempre hay un motivo para luchar.

He pasado por cosas peores. Destruyeron mi vida, quieren romperme. ¿Por qué debo darles la satisfacción de verme morir? Me niego a morir. No moriré. No hoy. Mientras oigo los gritos de Emmie y las oraciones de Alem, sucede algo inesperado.

Tiro mi cabeza hacia atrás y mis propios gritos me sorprenden. Mis encías duelen y mi pecho quema como un volcán en erupción. Mientras empiezo a retorcerme, las cuerdas que sostienen mis muñecas se estiran y desenredan. Emmie a mi lado sonríe.

—No puede ser... —masculla Aulus en shock—. Ella... ella está cambiando de forma.

La rabia despierta a mi loba interior. Continúo gritando, no solo de dolor, sino también porque esto me conmociona. Mi madre tenía razón.

El ser que habita en mi interior podrá salvarme y liberarme.

Mis piernas y mis manos están liberadas. Segundos después, estoy fuera del pentágono. Caigo al suelo gritando en agonía. Estoy sin aire. Todo me duele.

Emmie.

Debo llegar a Emmie.

Aulus pretende detenerme, pero vuela, impactando contra una mesa. Mierda... mis poderes. ¡Puedo usar mis poderes psíquicos! Soy más poderosa de lo que pensé. Intento reírme, pero mi risa termina en un grito ensordecedor. El fuego se expande en mi interior, quemando cada parte de mí. Empiezo a escupir el veneno que Aulus me obligó a beber. Los efectos que tiene sobre mí son mínimos.

La sangre druida me protege.

Mi ropa se rompe, estoy fuera de control. Cuando miro mis manos, noto que están convirtiéndose en garras. ¿Qué demonios? Mis músculos se sienten apretados.

Y luego sucede lo que tanto temía.

Mi espalda se encorva y mis huesos se rompen. Lágrimas salen de mis ojos y cualquier palabra es silenciada por un grito agónico. Mi piel es cubierta por pelajes de color marrón. El dolor explota en cada parte de mi cuerpo, pero sé que valdrá la pena. Debo sobrevivir. Apenas han pasado algunos minutos, sé que esto durará hasta que la luna se esconda.

«Resiste, Arianne».

—Pensé que esto no sería un problema —maldice Aulus—. Terminen el ritual de la rubia.

—Primero necesita consumir el alma de Arianne —expone Alem —. Es indispensable.

—¡No me importa! ¡Terminen con la rubia!

—¡No! —rujo, enseñando mis dientes—. ¡No!

—¡Deténganla! —exclama Aulus—. ¡Hagan algo, inservibles!

Clavo mis garras en la garganta del primer idiota que me ataca y muere en cuestión de segundos. El siguiente se dobla por la mitad y el tercero ni siquiera intenta acercarse. Decide huir como un cobarde. Dejo que el dolor se expanda por completo. Las velas se apagan y el temblor no tarda en llegar. El aire ya no entra ni sale fácilmente de mi cuerpo. Es más difícil respirar. A través del dolor y la sangre, oigo un estruendo.

Lo primero que noto son sus gruñidos y su aroma familiar. Cálidos ojos color avellana se encuentran con los míos y mi corazón se derrite. Veo a Asher en su forma de lobo. Intento moverme para llegar hasta él, pero me derrumbo al suelo y grito con agonía.

—«Estoy aquí, bonita. Resiste. Mírame, por favor. Estoy aquí».

Una lágrima se desliza por mi mejilla.

—«Asher...»

—«Siento llegar tarde, pero aquí me tienes. Estoy tan orgulloso de ti».

Me sostengo a mis patas y mi mandíbula se estira formando un hocico. Oh, dioses... Miro a Aulus quién tiene intenciones de huir como un maldito cobarde. Hijo de puta...

—«Asher, acaba con ese bastardo».

Sin dudarlo, se abalanza sobre Aulus. El enemigo cambia de forma al instante. Empieza la batalla. Los Karlsson forman un círculo alrededor de Aulus a excepción del lobo blanco. Andrew está rompiendo las cuerdas de Emmie con sus dientes y sacándola del pentágono. Hay cuatro licántropos que no logro reconocer.

Distingo a un lobo negro al igual que Asher y Ashton. Es el señor Aiden. Me siento satisfecha viendo a Aulus acorralado. No escapará. Hay un desorden caótico. Mi garganta se siente como si estuviera en carne viva debido a mis gritos. También estoy mareada, muy mareada. Unas botas negras aparecen en mi campo de visión y levanto la mirada para encontrarme con los ojos azules de Josh.

—Sé que puedes con esto, Arianne.

Me retuerzo en el suelo y siento una cálida mano tocándome: Kellan.

—Curaré todas tus heridas con mi tacto —sonríe —. Pronto acabará, Arianne. Eres muy valiente.

Soy llanto, lágrimas y un montón de sollozos ahogados. No puedo creer que estén aquí. Vinieron por mí y la bruja no logró su objetivo. ¿Es un sueño?

—Tu transformación está interfiriendo en la curación —explica Josh—. Respira, Arianne.

—El ritual...

—El ritual no fue llevado a cabo —Josh me consuela —. Todo estará bien, Arianne. Piensa en ti. Eres la más importante ahora.

Permito que mi loba interior tome el control y admiro el escenario con un caos incontrolable. Asher y sus hermanos lograron retener a Aulus, Emmie está libre y no hay rastros de Alem. ¿Dónde fue tan rápido? ¿Y Abigail?

—Respira, Arianne —repite Josh —. Respira...

Respira.

Respira.

Respira.

Lo hago a pesar de la dificultad y permito que las siguientes horas se conviertan en angustia por el cambio de forma, pero valdrá la pena. Sé que sí.

🌙

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Pueden encontrar una versión mejorada y capítulos inéditos de Dulce Maldad en librerías. Más información en: www.planetadelibros.com.ar

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