Capítulo 5 🌙

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Arianne

¿Dónde estoy?

¿Qué pasó?

Despierto en medio del bosque con la cabeza adolorida y mi ropa manchada con espesa sangre que me marea. Siento mucho dolor en cada parte de mi cuerpo y mis ojos se llenan de lágrimas. La luz de la luna sigue brillando en el cielo y me cuesta ver. Intento respirar normalmente, pero los latidos de mi corazón no quieren calmarse. Estoy aterrada hasta la médula y mi voz suena como un jadeo débil cuando pregunto:

—¿Theo? —pregunto —. ¿Dónde estás, Theo? ¡Por favor, regresa a mí! ¡Theo!

El silencio del bosque me da la respuesta y sollozo. Mis ojos desesperados miran frenéticamente mi entorno, pero no veo nada. Ni gritos, ni lobos arrastrando a mi hermano.

Nada.

Lo perdí.

Y tal vez para siempre.

🌙

Intentar bloquear el dolor en mi corazón ante los recuerdos es una lucha imposible de ganar. Theo sigue muy vivo dentro de mi mente y no puedo olvidarlo. La culpa es como un pedazo de vidrio cortándome la piel.

El sufrimiento es eterno.

Anoche no pude dormir porque di vueltas en la cama. Pasaron muchas cosas en pocos días. Mamá todavía insiste, pero no respondí sus llamadas porque voy a retroceder y regresar con ella. No logré localizar a Amelia y Asher Karlsson conoce a mi padre.

Asher...

Su nombre significa problemas y probablemente es un potencial asesino por las cosas que me contó Lily de él. Es sospechoso de algunos crímenes en New Hope. Fantástico. El primer chico que tiene mi interés quizás es un homicida. Oh, eso no es todo. Sabe quién es Josh Laroux y tengo como propósito del día buscarlo para que me cuente cualquier información. Él me dará respuestas.

Extiendo las piernas en la tumbona del patio y contemplo el amanecer. El coro de los pájaros ha comenzado y me encanta como los rayos del sol iluminan mi piel. Anhelo que este minuto de paz dure el resto del día, aunque es imposible.

Mi vida es un mapa de desdichas.

—¿Noche difícil? —pregunta Ethan.

Lo miro con una sonrisa. Su cabello revuelto le da un aspecto somnoliento y sus ojos lucen cansados. Lily sigue en la cama.

—Sí —contesto —. Tuve una pesadilla.

Se sienta a mi lado con un bostezo.

—¿Quieres hablar de ello?

Mi estómago cae. No quiero hablar de esto con él, ni de cualquier otra cosa personal para el caso.

—Realmente no.

Su mirada es cálida y comprensiva.

—Si necesitas algo puedes decírmelo —Su sonrisa es amable —. Somos amigos a partir de ahora.

Mi sonrisa demuestra la emoción que siento. Él y Lily son mis primeros amigos.

—Gracias.

—Iré a la cafetería para desayunar. Lily no despertará hasta el mediodía —murmura —. ¿Te gustaría acompañarme? Yo pagaré la cuenta. Café con brownies.

Asiento con entusiasmo. Ya tengo hambre de solo pensar en devorar esas delicias.

—Me encantaría, pero antes necesito que me hagas un favor.

Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora