Capítulo 32 🌙

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Arianne

Nos reunimos con los demás en el concurrido parque de diversiones. Estoy maravillada. El campo entero está repleto de cada paseo con señales luminosas, juegos imposibles de ganar y carteles publicitarios de horrible comida que engorda. El atardecer baña el escenario de color naranja. La música está a tope y las personas emocionadas. Miro las atracciones con una pequeña sonrisa de felicidad. Me siento como una niña de nuevo. La última vez que asistí a un parque de diversiones tenía diez años y Theo cinco.

Ese día hizo un berrinche porque quiso subir a la montaña rusa, pero mamá no le permitió debido a su edad. Lloró mucho y solo se tranquilizó cuando le compré un helado de chocolate. Mis ojos se llenan de lágrimas ante el recuerdo.

―Arianne... ―dice Asher, abrazándome ―. No te traje aquí para hacerte sentir mal.

Sonrío.

―Soy muy sentimental.

Me besa en la frente.

―Te cumpliré el deseo de ganar un peluche para ti. Obtendré el más grande.

Me acurruco contra él sin dejar de reír. Es Asher quién me sujeta a pesar de todo.

―Suena como un buen plan.

―El mejor plan.

Andrew me recibe con los brazos abiertos cuando corro a él y me aferro a su cuerpo como un koala. Ashton está a su lado con una lata de cerveza en la mano y un cigarro en los labios. No hay vistazos de Axel, pero sí de Kellan.

Paz. Quiero que este día esté colmado de paz.

―¿Les gusta la estadía en Irlanda? ―pregunta Kellan ―. Aquí tenemos grandes celebraciones.

Andrew me baja al suelo.

―También tienen mucha belleza ―comenta, observando a una morena de curvas ―. ¿Por qué no vinimos antes?

Resoplo.

―¿Dónde está Axel?

―Supongo que follándose a Audrey ―contesta.

Asher niega.

―Le advertí que se lo guarde en sus pantalones. Espero que esté funcionando muy bien los métodos anticonceptivos que usa ―refunfuña mi lobito ―. No queremos que regrese al pueblo con un hijo ―mira a su hermano ―. Eso te incluye, idiota.

Andrew palidece y sus ojos se desorbitan. Me cubro la boca para no reírme a carcajadas.

―Ewww, no iría tan lejos. Cálmate, idiota ―espeta ―. Yo tomo muchas precauciones.

―La idea es divertirnos y no hablar sobre métodos anticonceptivos ―masculla Kellan con la vista en mí ―. Me gustaría obtener un peluche para ti.

La cara de Asher es todo un poema cuando está celoso.

―Ese es mi trabajo ―responde Asher, apretando mi mano ―. Ganaré un peluche para mi chica.

Kellan lo mira con una expresión aburrida.

―Veremos si puedes ganar un peluche ―Kellan desafía a Asher ―. Te reto.

Asher da un paso cerca de él.

―Acepto, pero escucha bien, brujo ―La palabra suena como un insulto ―. Asegúrate de no hacer trampa o patearé tu culo.

―Asher...

La sonrisa de Kellan es presumida y victoriosa.

―Soy el mejor en los tiros así que no necesito hacer trampa ―Eleva las cejas ―. Nunca perdí.

Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora