50 Sombras de Londoño. (Malum...

By Maluma_Historias

42.4K 2K 164

Todo ha sido por querer madurar y ser una mujer de golpe. More

50 Sombras de Londoño
Capítulo 2
Capítulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capítulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capítulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capítulo 15
Capitulo 16
Capitulo Final
Nota

Capitulo 1

4.2K 165 22
By Maluma_Historias

Narra Anabella.

— Amiga... -Tosió- Por favor -Tosió de nuevo- Ve por mi.

Me rogaba. Le deje su sopa.

— ¿No te cansas?

Negó y tosió de nuevo.

— No lo puedo entrevistar así.

Rodé los ojos.

— Bien... Iré. Prepara o dime donde están las cosas.

— Okay.

Me fui al baño de mi habitación y me quite el pijama.

Soy un desastre. No me presenté.

Me llamo Anabella Mellark. Tengo 19 años, cumplí hace dos meses. Vivo en un lugar algo alejado de Seattle, con mi mejor amiga Alondra. Ella estudia Periodismo y yo Artes y Telecomunicaciones. No es algo que me apasione demasiado, pero me sirve de algo. Mi familia vive en Miami, o sea, mi mamá y su marido. Se separó de mi padre hace unos cuantos años. Me lastimó, pero bueno, ellos son felices así y eso me agrada.
Tengo el cabello castaño, los ojos azules, no demasiado cuerpo ni tampoco soy apasionada de la moda. Me gusta lo sencillo, normal. Amo leer y mirar películas con Alondra.

Ya una vez lista, me mire al espejo. Mordí mi labio, viendo que podría hacer con mi cabello. Decido hacerme una cola de caballo normal. Tampoco demasiado.

— Ally, me voy.

— Okay... Ten cuidado.

Salí del departamento y baje hasta la calle. Subí al coche de Alondra, el mio no es la gran cosa y, por la zona a la que voy, no es coche apropiado.

O sea... Es lo mismo que enfrascar una cucaracha con una hormiga. Patético.

La zona es... De gente adinerada. Nada por mi apariencia. Ellos son empresarios, con celulares grandes y táctiles, coches, propiedades... Yo apenas estudio y trabajo en una ferretería, tengo un Nokia 6131 de tapita, un "Fitito" destroncado y un departamento... Normal.

Apenas llegué a la empresa, me baje del coche.
Me quede admirando todo. Era una empresa gigante. De seguro más de 40 pisos. En las grandes entradas de vidrio y metal, tenia unas enormes letras en dorado. Formando la palabra "Royalty World Inc." y una corona.

Demasiado lujo. Solamente con verlo desde afuera.

Me adentré a la gigante empresa. Una rubia me miró.

— ¿Usted ha de ser la señorita Jhonson? Pase.

No me dejo terminar que ya estaba adentro de un ascensor con ella.

Payasa.

Mientras subíamos, la mujer me hablaba. Pero de nervios o ansiedad, no le daba atención.

— Aquí llego yo. Hasta luego.

Baje del ascensor, admirando todo. Cada una de las empleadas, eran rubias.

¿Nada mejor o este tipo tiene obsesión con las rubias?

— Bienvenida señorita Jhonson, soy Karime...

— De hecho, yo soy Mellark. Anabella Mellark -Le corregí- Es que la señorita Jhonson tiene un resfriado y no ha podido venir.

Me sonrió.

— Oh, bien. El señor Londoño la recibirá ahora.

Asentí. Mientras esperaba, me sente en una silla.

Todo muy lindo, muy mono o lo que quieran. Pero las rubias me marean, ya no se cual es cual.

— Señorita Mellark, el señor la está esperando.

Asentí y me levante. La rubia me dejo en una gran puerta de madera. Suspire y abrí.

Soy muy torpe, siempre lo fui. Vivo lastimada por ello. Soy torpe y atolondrada.

Acabo de caer dentro de la oficina.

Intente levantarme. Estoy tan avergonzada que no puedo.

— Señorita Jhonson ¿Se encuentra bien?

Levanté mis ojos. Me encontré al tipo mas bello de mi vida.

Unos maravillosos ojos marrones. Cuerpo bien formado. Una barba "Candado" bien cuidada. Cabello desordenado pero lindo, color castaño. Un perfecto y liso traje gris. Un tatuaje en su mano y un semblante serio increíble.

— Eh... Mmm... Yo... Si, lo siento.

Me levanté con su ayuda.

— Y... Emm... Este...

Estaba demasiado nerviosa, tanto que tartamudeaba

— Soy Anabella Mellark... La señorita Jhonson tuvo un resfrío, fiebre y eso, no ha podido venir y me pidió el favor... Es una amiga.

Asintió y me dio un leve empujón.

— Entonces señorita Mellark, empecemos. Sientese por favor.

— Ah... Si. Si.

Me senté en uno de los sofás de la oficina. Él se puso detrás de su escritorio, delante de mi.

Preparé la grabadora, la libreta con preguntas... Y...

— No... Que idiota.

Murmuré para mi. Olvide lápiz o birome. Mordi mi labio.

— ¿Sucede algo?

— Eh... Este... Amm... Lo siento solo...

Su mirada me intimidaba. No se porqué.

Se levantó y de uno de los lapiceros, agarro un lápiz. Me lo entregó

— Gracias...

— Comience.

Me miraba desde dónde estaba y me ponía nerviosa. Me mordí el labio.

Tengo esa costumbre. Desde chica. No se porqué.

— Primera pregunta... ¿Que es lo que lo apasiona de su trabajo?

Sonrió, como burlándose de mi.

— Todo... Me gusta ver a la gente sonreír.

Asentí, anotando temblorosamente su respuesta.

— Dicen que usted hace obras de bien y se presenta en distintos lugares... ¿A que se Debe?

Me miró, intimidándome de nuevo.

— Me gusta hacerlo... Invierto en comedores para gente pobre. Ayudo a gente en situación de calle. Invierto en veterinarios, hospitales... Cosas similares.

Se apoyó en el escritorio. Me sentía el doble de intimidada.

—Tambien se dice que ha sido adoptado a los 4 años por una familia bastante bien ¿Por qué?

— Prefiero no responder eso -Caminó- Siguiente pregunta.

— ¿Usted es Gay?

Al darme cuenta de lo que dije y de leer, me cubrí la boca.

— Lo siento... Lo siento... Es que Alondra es...

— No soy Gay, Anabella -Respondió, ahora si, burlón- Y la señorita Jhonson es algo extrovertida.

— Curiosa -Corregí- Emm... Eh...

— ¿Que hay sobre usted? ¿Que hace de su vida?

Se sento delante de mi, en un sofá. Le sonreí y mordí nuevamente mi labio.

— No hay mucho que saber sobre mi.

Respondí sincera.

— Estudio en la escuela de ciencias, arte y telecomunicaciones "Wall Seattle"... Trabajo...

— Oh... Yo estaré ahí, soy uno de los inversionistas. Quizás nos volvamos a ver.

Sus ojos me miraban todo el tiempo y era incómodo.

— Amm... Si. Supongo.

Se levanto de donde estaba y se puso detrás de mi.

— Nunca vi una mujer tan hermosa como usted, Ana.

Susurró tras de mi. Temblé.

— Lo siento... Debo irme.

Me levante nerviosa.

— Permitame acompañarla.

Salimos de la oficina. Camine con él detrás mio.

— Bueno... Espero que volvamos a vernos.

— Eh... Amm... -Mordí mi labio- Si, yo igual.

El ascensor se abrió. Me adentré y voltee.

— Anabella...

— Juan...

El ascensor se cerró.

Continue Reading

You'll Also Like

33.9M 3.5M 70
Lluvia y sol. Chocolate y menta. Multicolor y monocromía. Así son Floyd y Felix; dos amigos de la infancia que se reencuentran bajo las circunstancia...
55.3M 3M 26
TERCER LIBRO Jack Ross y el compromiso nunca se habían llevado bien. Cosa que, siendo sinceros, le había facilitado muchas situaciones en la vida. Si...
5.6M 558K 57
Lamento que tus ojos no se iluminen al mirarme. Lamento que en tu mente no haya espacio para mí. Lamento ser invisible en tu vida. Lamento que cua...