— Permiso, Gaara —dijo una voz que reconocí al instante.
Temari...
Levanté mi vista y si, era mi hermana.
Ella lucía completamente radiante y tranquila, tenía una media sonrisa que se extendió cuando mis ojos se conectaron con los suyos.
— Pensé en venir a visitarte a ti y a Kankurô unos días —dijo acercándose a mi escritorio—. ¿Cómo estás, hermanito? —preguntó inclinándose y posando ambas manos en el escritorio, quedando a unos centímetros de mí. No pude evitar suspirar pesadamente, la sonrisa de Temari se borró al instante.
— Los del consejo... —hablé—, quieren que tenga otra cita de matrimonio, ellos ya la eligieron —anuncié, Temari se quedó viéndome atentamente, pensando.
— Esos del consejo —suspiró levantándose—. Siempre piensan en su bienestar —comentó algo molesta, cruzando los brazos.
—... Sí —suspire.
— ¿Quién es la chica? —pregunta Temari viendo por la ventana, pensando.
Busqué la foto que me dieron los ancianos y se la di. Ella se quedo mirándola por un rato, detallándola.
— Es muy hermosa —confesó después de un rato observándola, yo sólo asentí—. Deberías... darle una oportunidad de conocerla mejor, se ve muy dulce, quizás te gusté —dijo riendo un poco.
— Quizás sí, me guste, pero...
— ¿Pero...?—repitió.
— No puedo evitar... compararla con _____ —confesé, Temari se quedó viéndome sin ninguna expresión en el rostro, lo cual me preocupó.
— No sabes lo que odiamos las chicas eso, en serio Gaara, no sabes —comentó molesta y moviendo la cabeza en señal de desaprobación—, en serio es muy molesto —agregó.
— ¿Lo lamento?
— Tienes que lamentarlo, sé que aún ______ no sale de tus pensamientos pero por favor, no la compares con cada chica que te parezca linda, harás que te golpeé el rostro —advirtió y sólo asentí de acuerdo—. Bien, iré a ver a Kankurô —dijo empezando a caminar a la puerta—, nos vemos luego ¿si? —dijo volteando a verme, yo sólo asentí y ella me dedicó una cálida sonrisa para después salir cerrando la puerta.
De verdad no sabía que las chicas odiaban eso.
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— ¿Y cuando es eso, eh? —preguntó Kankurô cruzándose de brazos.
— En cinco días —le respondí mientras leía unos documentos.
— Que bueno que Temari está aquí para ayudarte —comentó—, ciertamente, no sé nada de ese tipo de cosas y tú, menos.
— En efecto —concorde con él.
Kankurô y yo no eramos buenos en nada de las citas, al menos él dice que no lo es, pero ha tenido más citas que las que yo tendré en toda mi vida, no le preguntó porque cree que no es bueno para eso, sólo digo que concuerdo con él.
— Y... ¿Es linda? —preguntó de repente haciendo que levantará la mirada por un momento.
— Vela tú mismo —le di la foto, él la tomó y la observó imitando la cara de Temari.
— Es muy linda —comentó sonriente—, de verdad que ser Kazekage te hace llevarte las mujeres mas hermosas, Gaara —bromeó, yo me sonrojé un poco haciendo que mi hermano soltara una carcajada.
La verdad, odiaba cuando hacía eso.
— Oye, pero de verdad es muy linda, incluso puedo decir que es más linda que _______.
— No lo creo —respondí automáticamente haciendo que Kankurô me mirara atentamente, haciendo que me diera cuenta de lo que acaba de decir—. Quiero decir que... que... no
— No importa, Gaara, lo entiendo. —me interrumpe Kankurô completamente relajado.
Realmente no sé que me está pasando.