Haylin: A través de tu piel |...

By YustinR24

111K 10.2K 1.1K

Saga Haylin #1 Basada en el video "Dangerously" de Charlie Puth. Haylin Cooper es una mujer temerosa e ins... More

Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21/ Parte 1
Capítulo 21/ Parte 2
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Epílogo
Noticias
Booktrailer
PUBLICACIÓN EN FÍSICO

Capítulo 15

2.8K 302 12
By YustinR24

Kerian

Sus labios se adhieren perfectamente a los míos y una sensación que hace tiempo no sentía comienza a embargarme. El olor de su perfume es embriagador y delicioso. No hizo falta a que pronunciara palabra para saber que ella era la persona que se estaba frente a mí. Nuestros labios no se cansan, danzan sin cesar a un ritmo lento y de vértigo. No sé qué ha pasado con respecto a su actitud anterior, pero no me importa. Quiero seguir con esto y deseo averiguar profundamente a dónde nos llevará. Seré paciente y esperaré el tiempo que sea necesario.

Sus dedos se enredan en mi cabello y lo jalan conforme el beso va aumentando de intensidad. Es algo exquisito, y creo que me estoy acostumbrando a ello. Con el pasar de los segundos y la respiración entrecortada, detenemos este repentino y abrumador beso. Mi frente se posa sobre la suya. Suspiro una y otra vez; ella hace lo mismo.

—¿Por qué cada vez que se abre una puerta terminamos besándonos? —susurro divertido. Hablo en voz baja para evitar despertar a Fabiola. Haylin ríe.

—No lo sé. Dime tú —dice serena—. ¿Por qué hablamos así? —pregunta de pronto.

—Fabiola —musito como respuesta. Haylin asiente sobre mi frente y se separa repentinamente de mí. Ahora sólo queda la deliciosa sensación de sus labios sobre los míos.

—Había olvidado por completo a tu hermana. Lo siento.

—No te preocupes. No tengas miedo de que nos encuentre así. Ella ya sabe lo que ha pasado entre nosotros.

—¿Qué? ¿Cómo? —esto último lo dice en voz aún más baja.

—Jennifer. Después te cuento —musito como respuesta—. Tú venías a algo, ¿no es cierto? —indago curioso.

—Eh... quiero hablar contigo y... —de repente parece nerviosa—, disculparme por como actué contigo en la madrugada, ya sabes, cuando...

—Entiendo... —comprendo de inmediato—, no tienes que disculparte conmigo, no importa y no ha sido nada, tranquila...

—¿Podemos buscar un lugar más apropiado para hablar? —Me interrumpe.

—Bueno... —dudo por un momento. Quizá podríamos ir hasta allí...—, sé de un lugar donde nadie nos interrumpirá Haylin. Espérame aquí un momento, me pondré algo encima...

—Tómate el tiempo que quieras Kerian, pero te suplico que no sea mucho. Lo que tengo que contarte es muy importante —musita seria.

—No te preocupes Haylin... te aseguro que no tardaré.

Camino pausadamente hacia a la habitación, busco una camiseta y un abrigo, tomo el bastón y me dirijo hacia la puerta de salida.

—¿A dónde vamos? —pregunta impaciente Haylin.

—Ya verás... —le digo —. Te parecerá muy familiar... —sonrío para mis adentros.

                                                                              ***

Haylin

—¿Es enserio Kerian? —ruedo los ojos al abrir la puerta de la azotea. Camino por delante de él y salgo a la oscura noche de Manhattan. El ruido incesante de los automóviles nos acompaña y un aire sumamente frío empieza a abrazar la piel desnuda de mis hombros. Intento frotármelos para intentar  encontrar un poco de calor. ¡Mierda! ¿Por qué tuve que ponerme una camiseta para salir? ¿Y por qué la peor camiseta que tengo? Una gris manchada por tantos procesos de lavado. Suspiro.

—¿No dije que iba a parecerte familiar?

Doy una vuelta para ver a Kerian. Una brillante sonrisa enmarca su rostro. Mientras se acerca a mi lado, no puedo dejar de observarle; es inevitable.

—Créeme, esta vez, te prometo que...— murmura—no cometeré la locura de lanzarme. Te aseguro que ya no soy tan débil. Y todo te lo debo a ti... —esto lo dice con una voz profunda. Sonríe cuando se dirige a mí.

Frunzo el ceño. ¿Qué es lo que siente Kerian hacia mí? ¿Será simplemente un deseo carnal o... amor? No lo creo. En una semana nadie se puede enamorar. No sé por qué de pronto tengo miedo al pensar en ello, aunque... a una pequeña parte de mí le agrada esa idea. Sonrío.

—¿Y bien? Estamos solos... —murmura de pronto Kerian

Suspiro.

—¿Podemos tomar asiento? —le interrumpo y empiezo a mirar a nuestro alrededor. ¡Mierda! No hay donde sentarse.

—Bien, ¿y en dónde nos sentamos? —pregunta Kerian, alzando una ceja.

Cavilo durante algunos segundos...

—En el suelo junto a la pared que nos separa del precipicio —digo por fin.

—Entonces... ¿Qué esperamos? —sonríe ampliamente.

—Vamos...

—¿Y bien? —indaga Kerian segundos después de habernos sentado.

Respiro profundo antes de hablar. Tengo que analizar muy bien lo que diré. ¿Le cuento lo de Ethan y Gael? Dudo por algunos segundos. Esta historia solamente la conocen mis padres y Natalia. Ah, y claro que mi padrino; Víctor. ¿Podría confiarle también confiarle a Kerian mi pasado? Mi subconsciente asiente en modo de aprobacióm. Bueno... Aquí vamos...

Sin embargo, antes de que pronuncie palabra, un repentino, fuerte y frío viento me congela la piel. Me froto nuevamente, pero esta vez y sin querer, un estornudo se me escapa.

—¿Tienes frío? —pregunta Kerian.

—Eh... —no me deja responder.

—Espera. —Le veo quitarse su abrigo—Eleva tus manos. —Ordena de pronto.

—Oh no Kerian, no te molestes, yo...

—Eleva tus manos y ponte de espaldas a mí. —Me ignora por completo y su orden no deja cabida a réplicas—. Podrías pescar un resfrío.

Pongos los ojos en blanco y hago lo que dice. No puedo evitar sonreír. Oh Kerian...  Hago lo que dice.

—Ya —le digo.

Segundos después, sus manos rozan la piel de mis brazos desnudos. Durante algunos instantes, se quedan allí, en mi piel. Acaricia levemente y suspiro encantada.

—No muevas tus brazos Haylin. —su voz ronca y susurrante me eriza la piel. ¿Qué me sucede contigo Kerian?

—Ok.

La suave tela de su abrigo, abraza perspicazmente la piel de mis brazos y hombros. En el movimiento, Kerian se acerca más de lo debido a mi cuello. Le escucho suspirar profundo. Hago lo mismo cuando siento la calidez de su respiración posarse sobre mi cuello.

—¿Listo? —me susurra Kerian al oído.

—Listo —afirmo extasiada por su dulce y disimulada caricia. Me ajusto el abrigo y Kerian se aparta. Me doy la vuelta y le veo, recostado sobre la pared, con un pie extendido y la respiración entrecortada. Respiro de la misma manera.

—Lo siento Haylin —murmura negando incesantemente— Disculpa si te incomodé.

—Eh... —ninguna palabra coherente se atreve a salir de mis labios.

—Ibas a decirme algo ¿no? —musita de pronto.

Tardo algunos segundos en reaccionar. Le miro lascivamente durante algunos instantes. Sacudo la cabeza.

—Claro... —suspiro. Pienso muy bien en lo que voy a decir—. Quiero hablarte sobre lo que ocurrió en la madrugada, del motivo de mi pesadilla, de la causa que me llevó a ser tan fría contigo...

Kerian asiente atento.

—Murmurabas algunos nombres mientras dormías. ¿Tienen esos nombres que ver con el motivo? —indaga serio.

—Sí.

—¿Quieres hablar de ello?

Suspiro profundo y cierro los ojos.

—Si no quieres...

—Ethan y Gael —le interrumpo— ¿Escuchaste esos nombres? —abro los ojos y le miro, esperando a su respuesta. Le veo fruncir el ceño. Agacha la cabeza por un momento y le veo frotarse la barbilla. Levanta la cabeza nuevamente y murmura:

—Sí, creo que esos fueron.—
Kerian levanta la ceja expectante—. ¿Algo ocurrió con ellos?

—Es difícil hablar sobre esto Kerian. Se vuelve más complicado aún cuando pienso que los demás me juzgarán por ello.

—Yo no te voy a juzgar Haylin —musita—. Nadie, absolutamente nadie en esta vida, tiene derecho a juzgarte. Nadie es perfecto, créeme. Sólo estoy aquí para escuchar y apoyarte si es necesario —sonríe—. ¿Es que acaso no me ves como a un amigo?

—Bueno... —río levemente con las mejillas encendidas, pensando en todo lo que hemos hecho juntos. Si eso es ser amigos...

—Sé lo que estás pensando Haylin... —en su rostro se dibuja una sonrisa sexy—. Amigos con ciertos derechos entonces, ¿no?

Las mejillas me arden aún más.

—Quizá con más derechos de los que debería... —murmuro ruborizada.

—Eso es porque tú lo permites Haylin.—Niego abrumada por sus palabras—. ¿No crees que nos estamos desviando del tema? —pregunta de pronto serio—. Hablo enserio Haylin, puedes confiar en mí.

Suspiro. Confiaré en ti Kerian...

—Hace cinco años —inicio, tratando de buscar las palabras adecuadas—, conocí a Ethan. Estuvimos saliendo durante un año, nos enamoramos y empezamos una relación. Al tercer año, decidimos mudarnos a un departamento juntos. Todo marchaba bien. Finalicé con éxito mis estudios en psicología en la Universidad de Georgia. Mi padrino, Víctor, fue la persona quien impulsó mi carrera. Me ayudó a comprar un consultorio en Atlanta. Me dio a conocer entre sus amigos, entre las personas más poderosas del ámbito: doctores y políticos. A partir de ese momento y con tan sólo 22 años, me convertí en una de las psicólogas más jóvenes y exitosas de Georgia. Ethan y mi familia siempre estuvieron allí, orgullosos, apoyando y dándome fuerzas... —suspiro y miro a Kerian, quien está absorto en mis palabras.

"Pero todo comenzó a cambiar un día, cuando llegó Gael, un abogado rico de 29 años. Atravesaba una seria depresión; su mujer había fallecido en un fatídico accidente de tránsito. En la primer cita, fue difícil entablar una conversación con él. Se encerraba en su propia burbuja. Una burbuja de dolor.  Se quedaba muchas veces absorto, mirando hacia la nada. El silencio era realmente incómodo. A la semana siguiente, no se presentó; no dije nada al respecto y tampoco presté mucha atención. A la tercera semana, volvió, pero más desecho que el primer día. Ese mismo día habló, y bastante. Me contó sobre la muerte de su mujer y, sorprendentemente, entre lágrimas, me dijo que también a un hijo, porque ella estaba embarazada. Luego, del llanto a la furia, me dijo que el hijo que esperaba su mujer, no era suyo. Me comentó que su mujer le había engañado con su hermano. Después de todo ello, entendí su dolor. ¿Sabes? Creer por algún tiempo que ese hijo era suyo y, enterarse que su propia sangre le había traicionado después..." —tomo un poco de aire antes de continuar. Kerian permanece en silencio. Sin embargo, poco después murmura con un cierto deje de amargura:

—Entiendo lo que es que te traicionen. Más si es alguien tan cercano a ti...

No digo nada ante eso.

—Ese día —prosigo—, no pude evitar sentir una profunda lástima por él. Le di un abrazo inocente, sincero y de apoyo. Él lo correspondió, pero... percibí que no de la misma forma. Creo lo malinterpretó, porque en ese mismo instante intentó besarme... —frunzo el ceño al recordar el momento—, obviamente le rechacé, me pareció totalmente indebido, ya sabes... —niego irónicamente—, poco profesional.

Miro a Kerian; tiene el entrecejo fruncido y la sombra de una sonrisa se asoma por sus labios.

—Continúa Haylin... —musita con una ceja levantada y la cabeza levemente agachada.

—A partir de ese momento... —lo recuerdo más claro que nunca—, todo comenzó a cambiar. Las citas eran cada vez más incómodas; de pronto él se me acercaba más de lo debido. Llegaba a tal punto de utilizar su problema como una excusa para estar cerca de mí. Notaba que el problema de su depresión ya no existía. Su problema ahora era yo. Una extraña obsesión. Hubo un tiempo en el que recibía flores y regalos costosos. En un principio pensé que eran de Ethan. Luego de algunos meses, todo se volvió insostenible, ya no me sentía tranquila. Cancelé varias citas. Le imploré a mi secretaria que no le dejara entrar y que devolviera cada regalo que llegara de él.

"Y un día, sin esperarlo, Gael se apareció por mi oficina. No parecía él, sus ojos estaban completamente rojos, desvaídos, su manera de mirarme me asustó y en ese momento no supe qué hacer. Estaba completamente drogado y me insultó en la mayoría de las ocasiones. Sin embargo, unos oficiales que llamó mi secretaria, le sacaron del consultorio inmediatamente. Antes de marcharse, me dijo que me anduviera con cuidado, que él sabía con quién estaba yo, y que esa persona lo podía pagar muy caro. En esos instantes comprendí que se refería a Ethan. El miedo me invadió. No sabía qué hacer y a mi mente surgió lo que había pasado algunas semanas antes de ese encuentro. Para ser más clara, Ethan y yo habíamos decidido dar el siguiente paso, ya sabes..."

—El matrimonio —me interrumpe Kerian, de pronto pensativo con las manos sujetando sus rodillas.

—Exacto —afirmo—. Muchas cosas se cruzaron por mi mente en ese momento. Pensé en denunciarlo por acoso, pero no tenía pruebas y me pareció ñ una pérdida de tiempo luchar contra un abogado rico, poderoso y con influencias. Todo me pareció tan complicado; el compromiso, la amenaza y esa situación con Gael... Fue entonces cuando decidí contárselo a Ethan. Él se enfureció y me dijo que contrataría a un guardia personal para mi cuidado en todo momento. Después de ello, estuve algún tiempo sin saber de Gael. No se acercó al consultorio ni una sola vez, hasta que un día... sorpresivamente, se apareció en mi consultorio. Me amenazó con hacerle daño a Ethan y a mi familia una vez más. Fue en ese preciso instante cuando me pidió algo a cambio...—murmuro con un nudo en la garganta—, algo que... "supuestamente", acabaría con todo aquello...

—¿Haylin? —pronuncia mi nombre firmemente.

—¿Sí Kerian? —mi voz es un susurro agudo.

—No es necesario que continúes. Creo saber cómo terminará esta historia, y sin importar lo que hayas hecho, ten en cuenta que no te juzgo; te apoyo —murmura firme—. En ocasiones, Haylin, los seres humanos se sacrifican por las personas que más aman sin importar el motivo. No te martirices por ello...

No sé en qué momento comienzo a llorar. No sé en qué momento nos ponemos de pie. Tampoco sé en qué momento los brazos de Kerian me envuelven con fuerza. No lo sé. Sólo sé que sus brazos me calman, me reconfortan...

—Tienes... —hipeo—, razón Kerian. Quizá...si sólo quizá me hubiera sacrificado... el final de toda esa historia hubiera sido distinto. Tan distinto que no lo hubiera perdido a él.

Los brazos de Kerian dejan de rodearme y, seguidamente, sus manos se posan en mis mejillas. Segundos después, sin esperarlo, Kerian acerca sus labios a mis mejillas y comienza a besarlas con suavidad y ternura.

—Tranquila Haylin —susurra suavemente sobre una de mis mejillas—. ¿Te sientes bien?

Asiento. Aunque poco convencida.

—Un poco.

—Bien —murmura alejando sus labios de mis mejillas. Sus manos siguen sin apartarse de mi rostro—. Haylin, ahora que estás más tranquila ¿puedo hacer una propuesta?

Sonrío.

—Por supuesto —murmuro—. Pero ten en cuenta que el sadomasoquismo no me va —digo en plan de broma.

Kerian ríe.

—Lo tendré en cuenta Haylin —sonríe jocoso—, pero no es ese tipo de propuesta.

Esta vez parece serio.

—Te escucho —digo rápidamente.

—Comencemos de cero. Como amigos; pero esta vez sin ninguna clase de derecho. ¿Entiendes lo que trato de decir?

—Claro que sí Kerian —sonrío; por supuesto que entiendo lo que trata de decir.

—Entonces, ¿qué dices Haylin? ¿Amigos?

Me parece sensata su propuesta.

—Claro que sí.

—Bien —sonríe de lado.

Suspiro.

—Y para empezar Kerian... No hace falta ya que tus manos sigan en mi rostro —le digo en broma.

Kerian ríe y sus manos abandonan de inmediato mi rostro.

—Bueno Haylin... —murmura segundos después—, como ya somos amigos... ¿Te encantaría ir a una pequeña cena en mi departamento la noche del próximo martes? Fabiola nos hará compañía. ¿Qué te parece?

Me quedo en silencio durante algunos imsegundos. Disimulo que lo pienso y le respondo:

—Allí me tendrás.

—Bien... —musita Kerian. Le veo tragar profundo. ¿Está nervioso?¿Por qué? —. ¿Estás totalmente segura de que no quieres tener alguna clase de derecho?

¿Qué? Abro los ojos ante su indirecta. Mi corazón da un brinco al escucharlo. ¿Estoy segura de querer ser sólo su amiga? No sé por qué de repente siento calor bajo el abrigo de Kerian. Me lo quito rápidamente. ¿Por qué de repente me invade este deseo por besarle? Vamos Haylin... tú puedes contenerte... Me muerdo el labio inferior, cierro los ojos y me dejo abrazar por el frío aire de Manhattan.

—¿Haylin? —su voz es ronca.

Suspiro y abro los ojos. No puedo evitar mirarle. Su cuerpo entero es una delicia para mi vista. Aún recuerdo la sensación de sus manos recorrer mi piel. Segundos después, con la voz febril y cargada de deseo le murmuro:

—No lo sé Kerian. Dejemos que el tiempo lo decida...

Nuevo capítulo!!! Bendiciones para todos!!!

Continue Reading

You'll Also Like

171K 17.7K 48
Cuarta historia de LOBO BLANCO, espero que la disfruten. Todos los derechos reservados, no se admiten copias o adaptaciones de ningún tipo. Gracias...
12.6K 1.3K 9
Jimin había empezado a trabajar hace un mes en la guardería pequeños gigantes, y rápidamente se había encariñado con un pequeño llamado Jeon JeongMin...
1.1K 233 50
El rey estaba cansado de los caprichos del emperador quien estaba sacando dinero de los reinos de su costado para hacer más costosa la capital, donde...
498K 28.9K 34
Nicholas Pritch toda su vida estado solo por el abandono de sus padres a temprana edad, su único objetivo en la vida es ser el mejor en la carrera de...