Capítulo 9

3.5K 319 24
                                    

Haylin

Me levanto y me estiro. Tomo una relajante una ducha para poder despertar del todo. No he logrado dormir absolutamente nada, y hacerlo sólo por dos horas no es nada relajante. Salgo del baño, y observo divertida la manera de dormir de Natalia. Sus ronquidos son sonoros y no puedo evitar reír ante ellos.

Hoy he decidido cambiar las faldas por unos jeans azules de talla alta y una blusa de manga corta en color ciruela. Por encima de la blusa, he decidido ponerme una chaqueta de cuero en marrón. Me ajusto los tacones, me hago una rápida trenza de medio lado, me ajusto los diminutos lentes, tomo mi bolso y salgo. Como no tuve el tiempo suficiente para preparar el desayuno, me dirijo al Starbucks de siempre. Compro un capuchino con leche y un par de panecillos de chocolate.

Llego al consultorio y saludo amable a Gina. Ésta me devuelve el saludo. Desayuno antes de que llegue el primer paciente, me lavo los dientes y espero sentada en la silla del escritorio. Mientras espero, mi cabeza no puede evitar pensar en Kerian. Cómo reaccionó al leerle la carta, sus lágrimas y luego ese profundo abrazo que nos dimos. Ese abrazo... Cómo me apretujó contra su cuerpo, cómo le correspondí, en un gesto tan extraño e íntimo... Y cómo sus labios recorrieron mis mejillas... Suspiro. Estuve tan tentada de besarle... ¿Por qué siento ese latido irregular en mi corazón cuando le pienso? ¿Por qué sonrío cada vez que recuerdo nuestros impulsivos besos? "Quizá porque te gusta Haylin" me dice mi subconsciente. Eso le confirmé hoy en la madrugada a Nata. Ella pegó un brinco de emoción cuando se lo dije y me abrazó efusivamente. Yo no estuve tan contenta confirmándolo, porque sé que eso puede ser peligroso, que llegar a enamorarme sería un peligro. No quiero hacerme falsas ilusiones. Además, Kerian y yo no podríamos llegar a nada; él sigue siendo mi paciente y yo su psicóloga.

Pienso en lo que debo hacer que hacer mañana: convencer a Kerian de que vaya a la fiesta de compromiso. Me pregunto vagamente qué se traerá Nata entre manos. ¿Qué hará el viernes que no me puede decir ahora? No lo sé. Pero me muero de la curiosidad por descubrirlo.

Tocan la puerta. Despierto del gran letargo en el que me mantienen sumida mis pensamientos y digo:

-Pasa adelante.

El día se ha pasado volando, acabo de salir del consultorio y me dirijo con cierto cansancio hacia el apartamento. Seguro el no haber dormido anoche me está comenzando a pasar factura. Sacudo un poco la cabeza para despertarme un poco. Camino distraída en el dulce atardecer que se comienza a asomar, en la suave brisa que abraza mi piel ahora que no llevo la chaqueta.

Sigo marchando y observo a algunos niños jugando en el parque. Sonrío con nostalgia al recordar mi niñez. En aquella época solía ser tan feliz... Y ahora... Simplemente no me siento así. Mientras me distraigo con esos pequeños niños, me detengo abruptamente al chocar contra alguien. ¡Mierda! ¿Por qué seré tan despistada a veces?

-¿No te disculparás, Haylin? -esa profunda voz... ¡No puede ser! ¡Es Kerian! ¿Cómo supo que era yo?

-Eh... Hola, Kerian... -no sé me ocurre qué decir. Ahora mismo mi lengua no se conecta con mi cerebro.

-¿Esta se convirtió en una de tus manías? ¿Chocar conmigo? -Me ruborizo.

Río por lo bajo, avergonzada.

-Lo siento, es que soy muy... distraída. -me disculpo.

-Te distraes con mucha facilidad -musita y, cuando se gira, puedo notar que sonríe de medio lado. No puedo evitar suspirar...Va guapísimo. Lleva una sudadera negra sin capucha, unos vaqueros negros ajustados, una camisa azul de cuello uve que deja un poco al descubierto su pecho... Trago profundo... y luego observo que porta unos lentes oscuros que impiden ver con claridad sus ojos-. ¿Vas al apartamento? -me pregunta.

Haylin: A través de tu piel |PARTE 1| EN EDICIÓN ©Where stories live. Discover now