Capítulo 15

2.8K 302 12
                                    

Kerian

Sus labios se adhieren perfectamente a los míos y una sensación que hace tiempo no sentía comienza a embargarme. El olor de su perfume es embriagador y delicioso. No hizo falta a que pronunciara palabra para saber que ella era la persona que se estaba frente a mí. Nuestros labios no se cansan, danzan sin cesar a un ritmo lento y de vértigo. No sé qué ha pasado con respecto a su actitud anterior, pero no me importa. Quiero seguir con esto y deseo averiguar profundamente a dónde nos llevará. Seré paciente y esperaré el tiempo que sea necesario.

Sus dedos se enredan en mi cabello y lo jalan conforme el beso va aumentando de intensidad. Es algo exquisito, y creo que me estoy acostumbrando a ello. Con el pasar de los segundos y la respiración entrecortada, detenemos este repentino y abrumador beso. Mi frente se posa sobre la suya. Suspiro una y otra vez; ella hace lo mismo.

—¿Por qué cada vez que se abre una puerta terminamos besándonos? —susurro divertido. Hablo en voz baja para evitar despertar a Fabiola. Haylin ríe.

—No lo sé. Dime tú —dice serena—. ¿Por qué hablamos así? —pregunta de pronto.

—Fabiola —musito como respuesta. Haylin asiente sobre mi frente y se separa repentinamente de mí. Ahora sólo queda la deliciosa sensación de sus labios sobre los míos.

—Había olvidado por completo a tu hermana. Lo siento.

—No te preocupes. No tengas miedo de que nos encuentre así. Ella ya sabe lo que ha pasado entre nosotros.

—¿Qué? ¿Cómo? —esto último lo dice en voz aún más baja.

—Jennifer. Después te cuento —musito como respuesta—. Tú venías a algo, ¿no es cierto? —indago curioso.

—Eh... quiero hablar contigo y... —de repente parece nerviosa—, disculparme por como actué contigo en la madrugada, ya sabes, cuando...

—Entiendo... —comprendo de inmediato—, no tienes que disculparte conmigo, no importa y no ha sido nada, tranquila...

—¿Podemos buscar un lugar más apropiado para hablar? —Me interrumpe.

—Bueno... —dudo por un momento. Quizá podríamos ir hasta allí...—, sé de un lugar donde nadie nos interrumpirá Haylin. Espérame aquí un momento, me pondré algo encima...

—Tómate el tiempo que quieras Kerian, pero te suplico que no sea mucho. Lo que tengo que contarte es muy importante —musita seria.

—No te preocupes Haylin... te aseguro que no tardaré.

Camino pausadamente hacia a la habitación, busco una camiseta y un abrigo, tomo el bastón y me dirijo hacia la puerta de salida.

—¿A dónde vamos? —pregunta impaciente Haylin.

—Ya verás... —le digo —. Te parecerá muy familiar... —sonrío para mis adentros.

                                                                              ***

Haylin

—¿Es enserio Kerian? —ruedo los ojos al abrir la puerta de la azotea. Camino por delante de él y salgo a la oscura noche de Manhattan. El ruido incesante de los automóviles nos acompaña y un aire sumamente frío empieza a abrazar la piel desnuda de mis hombros. Intento frotármelos para intentar  encontrar un poco de calor. ¡Mierda! ¿Por qué tuve que ponerme una camiseta para salir? ¿Y por qué la peor camiseta que tengo? Una gris manchada por tantos procesos de lavado. Suspiro.

—¿No dije que iba a parecerte familiar?

Doy una vuelta para ver a Kerian. Una brillante sonrisa enmarca su rostro. Mientras se acerca a mi lado, no puedo dejar de observarle; es inevitable.

Haylin: A través de tu piel |PARTE 1| EN EDICIÓN ©Where stories live. Discover now