Capítulo 10

3.6K 333 17
                                    

Haylin

Ya son las nueve y quince. Kerian ha llegado hace algunos minutos. Creo que para él, lo de ayer ha quedado atrás. Sin embargo, para mí, nada ha cambiado, es algo incómodo. Se ha revelado mucho en estos últimos minutos. Me ha contado casi la mayor parte de su vida pasada. Sé que el mismo día en el que le pediría matrimonio a Jennifer, descubrió que le engañaba con su mejor amigo. También sé que ese mismo día ocurrió el accidente que le dejó ciego. Ha de haber sido muy difícil para Kerian sobrellevar toda esta situación sólo-a excepción de su familia que siempre estuvo para él-; sin la mujer que amaba a su lado. He estado maquinando que, la posible raíz de su reacción el viernes pasado sea que, quizá aún, la siga queriendo. Porque de qué otra manera se podría reaccionar cuando te hieren, y más si llega de la persona que más has querido. En alguna parte de mi mente, sin poder evitarlo, esa idea me desagrada.

-¿Puede que aún la sigas queriendo? -propuse. Era la primera vez que hablaba después de que comenzó a hablar. Ese es mi método para con los pacientes: escucharlos, dejar que liberen todo lo que les oprime.

-No -responde de inmediato-. Es decir. Cuando ella llegó a mi apartamento, muchos recuerdos vinieron a mi mente, y pensar en lo que me hizo... me dolió tanto escucharle decir todo aquello. ¿Sabes? Todavía me sigo preguntando porqué llegó después de tanto tiempo... y sólo para decirme que se casaría... -niega confundido-. Mi enfado se vio acrecentado con el simple hecho de recordar todo lo que estuve a punto de hacer por ella años atrás... Sólo en ese momento todo en mí se nubló. Quería desaparecer... dejar de vivir -golpea con su puño tres veces el reposabrazos del sofá-. Pero ahora entiendo que fue un gran error, una enorme tontería sin sentido...-se toma del pelo y suspira profundamente- y bendito sea Dios por haberme mandado a un ángel como tú. -En su rostro una gran sonrisa se extiende, y en mis mejillas, el rubor se hace presente al escucharlo llamarme "ángel".

No sé por qué comienzo a sonreír como una estúpida. Sin embargo, la sonrisa se borra de inmediato cuando un indeseable recuerdo asoma sin esperarlo, sus narices en mi cabeza: "tú eres todo menos un ángel". Esfumo ese pensamiento rápidamente de mi cabeza.

-Gracias. Me halagas Kerian... -logro decirle en un apenas audible susurro. No sé porqué siento como si me hubiera quitado un peso de encima al oírlo decir "no", refiriéndose a la pregunta que le hice por sus sentimientos hacia Jennifer.

-Creo que es hora de irme -murmura minutos después. Se levanta, se ajusta su abrigo azul, toma el bastón y comienza a marchar con paciencia hacia la puerta. Es entonces cuando recuerdo lo que Nata me dijo: "dile a Kerian sin falta que el viernes daremos un paseo, los necesito a ambos para lo que tengo preparado en mente.".

-Kerian -digo algo dubitativa poniéndome en pie. No pierdo nada con decirle lo del viernes. Además, aprovecharé para informarle sobre el día de la próxima cita.

-¿Sí? -se detiene y se voltea.

-Bueno... Eh... quería preguntarte si te gustaría salir conmigo... Es decir... Con Natalia y conmigo mañana -musito de manera atropellada-. Ella quiere que le acompañemos a dar un paseo. Dice que te tiene un regalo y que por eso quiere que vayas. -Vaya mala mentirosa que soy.

-¿Ah sí? -enarca la ceja de la cicatriz y sonríe de medio de lado-. ¿Tú no quieres que vaya también? -su sonrisa se extiende y mis manos comienzan a sudar de los nervios.

-Eh... Claro que sí... -la lengua se me enreda y no sé qué más decir.

-Dile que está bien, que me encantaría ir con ustedes. -Lo dice con una encantadora sonrisa-. Dile a tu amiga que podríamos ir con mi chofer, si gusta, claro está.

-Le diré -murmuro veloz-. Hasta luego Kerian... Y tu próxima cita es el próximo miércoles a las cuatro de la tarde -me despido.

-Lo tendré apuntado en mi cabeza. Hasta mañana, Haylin. -Su voz es profunda cuando pronuncia mi nombre. Sale del consultorio y me vuelvo a reclinar sobre el suave asiento. Respiro profundo y me desabrocho un botón de la camisa blanca. ¿Por qué de pronto tengo tanto calor? "Es Kerian Haylin..." me susurra inocentemente el subconsciente.

Haylin: A través de tu piel |PARTE 1| EN EDICIÓN ©Where stories live. Discover now