ADAM el defecto mas perfecto...

Por LenaaMaddox

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Jennifer Stone a su corta edad a probado ambos lados de la vida. Luego de la muerte de su madre y que su padr... Mais

Untitled part
capitulo 1: Dolor
capitulo 2: LA ZORRA
capitulo 3: ojos verdes.
capitulo 5 ¡¿Nico?!
capitulo 6 tráeme café y donas
capitulo 7 la vena asesina.
capitulo 8 Hay unos segundos...
capitulo 9: ¡Sube el maldito auto Daniel's!
capitulo 10 tentación
capitulo 11 ¿Hay una mezcla de pegamento industrial en mi piso?
capitulo 12 womanzicer
capitulo 13 Suspendida.
capitulo 14 cobra
capitulo 15 alguien mas.
capitulo 16 amiga...
capitulo 17 !púdrete!
capitulo 18 Candy
capitulo 19 tacones estilo punk
capitulo 20 la gallina de los huevos de oro
capitulo 21 palabra con A.
capitulo 22 ir lento
capitulo 23 ¿reto o amenaza?
capitulo 24: no vine solo.
capitulo 25 ¿que quieres?
capitulo 26 ¿crees?
capitulo 27 León.
capitulo 28 así que... ¿el parque?
capitulo 29 !detente y piensa!
capitulo 30 hay que caminar antes de correr.
NOTA
capitulo 31 se comportan como niños.
capitulo 32 todo de ti.
capitulo 33 estoy bien.
capitulo 34 ¿miedo a volar?
capitulo 35: mucha potencia para ti.
capitulo 36 : cita.
capitulo 37 ¿que me has hecho?
capitulo 38 everiday everiday
capitulo 39 problemas
capitulo 40 ¿qué él hizo qué?
capitulo 41 una cerveza
capitulo 42 orgullo potterico
capitulo 43 demonios si
capitulo 43: !feliz cumpleaños!
capitulo 45: Hagrid
capitulo 46 Eres mi defecto más perfecto.
capitulo 47 ¡Ahoy mi capitan!
capitulo 47 pálida.
capitulo 48 escalera real de color
Capitulo 49 la familia mas inoportuna.
capitulo 50 !Oh por dios no!
capitulo 51 Si quieren jugar rudo, se jugar rudo.
capitulo 52 el medio para un fin.
capitulo 53 Fin.
Información
AVISO IMPORTANTE

capitulo 4: ¿que haces aquí?

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Por LenaaMaddox


Cuando llegue a casa me di una ducha, el calor era demasiado fuerte tanto que podría derretir un glasear en menos de quince minutos, además el agua me ayudo a aliviar todas las tensiones del día. Me vestí con unos short cortos y una camiseta que normalmente usaba para dormir, no me puse sujetador porque el calor se iba a intensificar y era algo innecesario estaba en mi casa y no esperaba a nadie.

Estoy en mi casa y hago lo que quiera

Me serví un vaso de jugo y empecé a hacer el trabajo de del señor Ramos. Busque las la información y mi curiosidad creció cuando encendí el navegador y no pude evitar teclear Adam Daniel's fue el primero en aparecer, en la pagina que encontré decía que era hijo de Thomas Daniel's y Karelina Daniel's sus padres se habían divorciado tenía un hermano mayor, se había mudado a California cuando tenía cinco años.

—cuando la madre de Adam se fue de la casa con su entrenador de tenis—por eso es así con las mujeres. Pero no es motivo suficiente que su madre haya engañado a su padre no significa que las mujeres sean una mierda— su padre venia de una larga familia de empresarios muy famosos y extremadamente ricos. Tenía algunos arrestos por exceso de velocidad y un par de peleas callejeras. Nada grave, era un chico relativamente normal, solo que era muy sexy y rico.

Pero él NO me puede llamar la atención.

Él tiene escrito problemas por todas partes.

Deje de leer cuando el timbre sonó, cerré el navegador y me dirigí a la puerta y volvieron a tocar el timbre.

—Un segundo— dije mientras me acomodaba la camiseta.

Cuando abrí la puerta vi a Adam de pie, el aire salió de mis pulmones en un jadeo sonoro, mi corazón golpeaba contra mi pecho y al parecer a mis pulmones se les había olvidado cómo se respiraba porque por más que lo intentara no querían reaccionar. Estaba cubriendo la mayor parte de la puerta con su cuerpo, se había cambiado y tenía una camiseta blanca y una chaqueta de cuero con unos jeans desgastados y un poco rasgados que se le veían grandiosos, el cabello alborotado y húmedo; las manos me empezaron a picar por querer pasar los dedos por su cabello, olía a limpio y a su colonia quería oler su cuello para detectar cual era, sus labios curvados en una leve sonrisa hacían que mis piernas temblaran.

Tome mi labio inferior entre los dientes. Se veía como un modelo de CQ era algo increíble, sabía que estaba babeando pero no podía evitarlo necesitaba una puta cámara quería una foto suya en este momento. —Hola— su voz era suave con los pétalos de las rosas

Mi respiración se entrecorto y mi pulso se disparo, se veía tan sexy, parecía sacado de una revista de modas pero él era mejor que ver a un modelo era una especie de visión maravillosa que tendría una vez en mi vida.

— ¿Qué haces aquí?— pregunte sin aire y viéndolo como una idiota.

—vengo a empezar el trabajo a que mas vendría si no.

Una sonrisa de ganador atravesó sus labios hasta llegar a sus ojos verdes haciéndolos más brillantes y llamativos.

No podía ser legal ser tan sexy

Por alguna ley natural tenía que tener algún defecto. tenía que encontrarle algún defecto, si no le encontraba un defecto me iba a morir de un paro cardiaco si se volvía a aparecer así en mi casa.

—No puedo, tengo que salir pronto— dije buscando una salida práctica y rápida esa ya era práctica y conocida, nadie podía discutir antes eso porque cuando tienes que salir tienes que salir punto y fin.

Trate de cerrarle la puerta en la cara pero la detuvo con una mano —no veo que estés ocupada en estos momentos— entro sin ser invitado y se detuvo detrás de mi —deja de quejarte y empecemos. —Se mantuvo de pie detrás de mí. — y por si piensas que no tengo nada que hacer te equivocas, estoy esperando una llamada muy importante. Casi de vida o muerte— dijo con dramatismo fingido.

Cerré la puerta y lo lleve hasta el comedor, estaba mirando todo como si fuera la casa más interesante del mundo aunque había remodelado cada habitación de la casa con ayuda de May y parte de mi fondo universitario. Parecía más grande de lo que en realidad era gracias a los espacios abiertos pero su cuerpo llenaba gran parte de la amplia sala. El chico tenía que medir al menos un muy buen metro noventa o casi dos metros, agradecí que los techos fueran altos porque fácil mente podría chocar contra ellos.

— Linda casa ¿Y tus padres?— pregunto mientras miraba las fotos esparcidas por la casa como si pudiera buscar información mía en las fotos.  ya quisiera.

— No están ¿quieres algo para beber?— pregunte sin ánimos— ¡espera! ¿Cómo sabes donde vivo?— dije girándome sobre mis talones.

Si eres estúpida Jenny, tenias que preguntar eso cuando lo viste que animal eres, enserio.

El único que sabía con exactitud en donde vivía era Carlos y le di estrictas órdenes que no dijera nada a nadie ni porque le estuvieran haciendo la peor de las torturas chinas. Carlos no me pudo traicionar de esa manera, lo mataría si había sido él.

Sonrió mostrando uno de sus hoyuelos robándome el aliento y haciendo que mi cuerpo reaccionara de manera rara— un pajarito me lo dijo— dijo en una sonrisa— ¿tienes cerveza?

No me había percatado que lo estaba observando como si fuera una acosadora, di unos pasos hacia atrás y puse los ojos en blanco negando con la cabeza.

—deberías dejar de usar drogas eso de andar hablando con pájaros no es muy saludable que digamos— dije sin ganas—y no te pongas cómodo ya vamos a empezar el trabajo— dije en tono aburrido.

—Seguro— se sentó en el sofá como solo los chicos populares y con estilo se sientan. —nunca me había aburrió tanto estar en una casa con una chica sin sus padres. Normalmente las chicas están casi desnudas y tratando de llamar mi atención— se paso las manos por el cabello.

—Qué bueno que no viniste a divertirte y tú no eres mi tipo.

Camine hacia la cocina y saque dos botella de cerveza y me dirigí a la sala, cuando regrese tenía una foto de Sam y yo en un día de picnic con Di y May.

— ¿Quién es ella?— pregunto mientras tocaba la cara de Sam

—No es tu problema— le entregue su cerveza le arrebate la fotografía con fuerza y me adelante unos pasos hacia el camino al comedor. — Daniel's trae tu trasero aquí— dije en voz seria, pero en el fondo me estaba divirtiendo muchísimo más de lo que era posible. Su apellido sonaba bien en mi boca Daniel's saboree cada letra.

— ¿Cómo me llamaste?— estaba unos pasos más atrás que yo así que me gire, tenía una sonrisa y una ceja arqueada.

Me.Esta.Destruyendo

—Daniel's— saboree cada letra de su apellido con mi lengua y le coloque un pequeño siseo al final de su apellido batiendo mis pestañas levemente y sonriendo de medio lado.

Se acerco dando un paso largo al frente entrecortando el espacio que hacia entre nosotros, mi corazón dio un vuelco en mi pecho, mi respiración se volvió a cortar me encantaba su aroma fuera lo que fuera pero a esa distancia su fragancia ya había secuestrado mi voz en el fondo de mi garganta. Y respirar era un reto.

—Oh, Stone— pronuncio mi apellido en voz gruesa  que me hizo temblar en mi interior mientras una oleada de deseo subía por entre mis piernas.

Mierda.

Estúpidas hormonas.

Deslizo un dedo por mi brazo hasta llegar a mi barbilla—Solo la personas que trabajan para mi padre y para mí me llaman Daniel's y uno que otro profesor...—tomo aliento y levanto mi barbilla— Tu puedes llamarme Adam o como desees.

Un estremecimiento contenido atravesó mi espina dorsal y en mi mente estaba sacándolo de la casa porque tenía un miedo a lo que pudiera hacer no es que fuera la persona mas consiente o responsable del mundo y a esa mala combinación agréguenle hormonas ¿Cuál es el resultado? Algo que me arrepentiría toda mi vida o no me sentiría orgullosa de lo que pudiera hacer con este gigantesco y sexy sujeto.

No entendía como me estaba haciendo perder mi control con tanta facilidad, eso me hacia odiarlo y desearlo al mismo tiempo pero me hacia odiarlo mas por su fama de gigoló. No quería que me gustara, pero un polvo con el seria increíble ¿no? Porque solo es sexo no es nada especial, es una manera de reducir estrés, fortalece el sistema inmunológico, ayuda a la circulación y reduce el envejecimiento.

—Me gusta llamarte—deslice mis manos por sus enormes, fuertes y tonificados brazos, y vi como su mirada se extendía por mis labios hasta mis pechos— Daniel's, así que siéntate para que podamos empezar a hacer este trabajo— Me aparte de él y me senté en una de las silla del comedor. — Daniel's hablo enserio empecemos este trabajo para que te vayas de mi casa.

Tomo una fuerte y sonora bocanada de aire y se paso los dedos por el cabello hasta llegar a su cuello.

Rayos, yo quiero hacer eso.

Mis manos empezaron a picar por ser ellas quienes acariciaran ese denso y oscuro cabello.

—Ok, no puedo trabajar así— su voz se volvió rasposa y un poco gruesa.

Cruce los brazos sobre la mesa y pregunte:

—así ¿Cómo?

Mi voz sonaba como un murmullo de niña buena que le quedaba perfecto a la situación.

—con tanta tensión... sexual, yo soy muy pero muy bueno casi soy un dios en este juego. Pero sé por experiencia que unir juego previo y clases no son una muy buena idea que digamos—Asentí con la cabeza e hice un gesto con la mano para que continuara hablando. —Hagamos un trato ¿te parece?— sus ojos verdes se veían líquidos por la frustración.

—Suéltalo— dije poniendo me cómoda en mi lugar— Pero por si acaso no voy a firmar ningún contrato estilo Cristian Grey o un acuerdo de confidencialidad por las porquerías que salgan de tu boca ¿de acuerdo? — me cruce de brazos sobre la mesa y mi voz volvió a ser la de siempre un gran alivio paso sobre mis hombros.

La imagen de verlo desnudo cruzo mi mente y mantuvo enterrada en mi cabeza unos pocos segundos, se veía tan proporcional tan ardiente e irresistible, si se veía bien estando vestido... desnudo tenía que ser como estar en el paraíso. Un fuego más intenso que los anteriores recorrió entre mis piernas y tuve que cruzar las piernas bajo la mesa con fuerza.

—no es ningún contrato sadomasoquista o ningún acuerdo de confidencialidad no me va eso del estilo de vida BDSM. Es un trato entre tú y yo que diga que mientras estemos trabajando o teniendo alguna conversación acerca de la universidad no habrá ninguna... insinuación hacia el otro ¿estás de acuerdo?

Extendió una mano sobre la mesa e hice gestos de estarlo pensando unos momentos.

— Se me está cansando el brazo— se quejo.

Lo pensé unos segundos más — de acuerdo— Sonreí abiertamente y estreche su fuerte mano.

Saque las pocas notas que habían en mi cuaderno sobre el trabajo y empezamos a discutir sobre cuál era la mejor pagina y la más segura de datos para trabajar en ellas, cuando por fin nos pusimos de acuerdo en una él se encargaba de dictar mientras yo escribía y nos turneábamos, pero estaba celosa que tuviera una letra cien veces mejor que la mía, mejor que la de cualquier persona que conociera en realidad, su letra era perfecta, seguida y con un estilo cursiva que la hacía elegante y muy propia, ninguna letra era más grande que la otra—amenos que estuviera escribiendo en mayúsculas— en ocasiones me detenía a mirarlo levemente mientras escribía y era muy atractivo, su voz grave y duros ojos verdes cubiertos por unas largas y gruesas pestañas negras y una mandíbula cuadrada y perfecta.

Después de cuatro horas y media consecutivas y tres cervezas para Adam ya no podía ni escribir ni dictar una palabra más, los ojos me ardían y mi muñeca se empezaba a quejar.

— Ya no puedo ni leer ni escribir una palabra más— dije mientras me dejaba caer en el respaldo de mi silla y mi estomago comenzaba a gruñir.

Suspiro y dio una sonrisa sexy con hoyuelos ardientes.

—pensé que aguantarías mas. Tenias cara de que podías con más.

—aguanto mucho mucho mas que tu, es solo que tengo hambre— mire el reloj de mi teléfono y en dos horas tenía que presentarme en el club y era viernes de cerveza así que el club estaría a reventar ya que los viernes de cervezas se hacían una vez cada tres meses y teníamos todo tipo de cervezas— lata, botella, barril, cara, económica, alemana suiza todas— era toda una locura. —Ya deberías irte —estire los brazos sobre la mesa y me levante.

—voy a comprar algo para comer ¿quieres venir?—su voz era dulce y nada sarcástica, no parecía él.

— ¿En dónde está la insinuación, doble sentido o sarcasmo en eso?— pregunte un poco sorprendida.

—En ninguna parte— se paso las manos por el cabello— además tienes hambre, tengo hambre y he estado contigo durante cuatro horas. ¿Vienes o no?

Lo mire sospechosamente pero mi estomago estaba rugiendo como si tuviera una manada de elefantes en el. —solo a cenar en un rato voy a tener que salir ¿ok?

—ok, vamos camino hacia la sala.

— ¡espera! No voy a ir así espérame me cambio rápido y nos vamos.

Subí las escaleras corriendo y me puse unos pantalones ajustados negros un top suelto azul eléctrico con una chaqueta blanca y unos botines negros altos con tachuelas en la parte de atrás que eran mis favoritos. No me estaba vistiendo para impresionarlo, el de seguro estaba a acostumbrado a mini faldas con crop top corazón o en v profundos y a botas de cuero con labios rojos y chicas mas denudas que vestidas; pero me estaba vistiendo como a mí me gustaba, como era yo, como estaba cómoda y como a mí me gustaba ir a trabajar y como me sentía hermosa.

Me cepille el cabello y metí un pañuelo al bolcillo trasero, mis pantalones eran tan ajustados que me sorprendía que entrara algo en esos bolcillos, eran muy ajustados pero también increíblemente cómodos para el trabajo. Baje las escaleras y estaba sentado con una foto en sus manos era una donde mama estaba embarazada de mi y Gonzalo tenía una mano en su abultado estomago.

—Vamos— dije mientras corría por la cocina por mi teléfono y mis llaves. Luego camine con paso ligero hasta la sala.

—lis...ta— Sus ojos se fiaron mi pantalón dándome un repaso rápido.

—Lindos zapatos— dijo con la voz un poco ronca.

—gracias, son mis favoritos— Camine hacia la puerta principal la abrí y deje que el saliera, ágilmente cerré la puerta con la llave y camine hacia mi auto y en frente de mi había una gran moto, no pude evitar quedármela viendo.

Dios.

Santo.

Eso es lo que creo que es.

—Es una harley davidson— me gire lentamente para verlo sonreír

Dios él es más peligroso para mí de lo que pensé, cada segundo tiene mas y mas peligros representados tenía que alejarme de el todo lo que fuera posible y lo más rápido de lo que nunca había alejado a nadie antes; todo él era el tipo de peligro que me llamaba a gritos que me metiera en problemas de nuevo que metiera la pata y estaba segura que si no me alejaba a tiempo de el acabaría hundida hasta el cuello de problemas solo era cuestión de tiempo tarde o temprano ocurriría.

Volví a mirar la moto y podía sentirlo de tras de mí, su aliento en mi oreja.

—esa es el amor de mi vida, y no es cualquier harley davidson es una harley davidson v rod night special; es el amor de mi vida. —su voz era un murmullo suave y delicado en mi oreja.

Mi piel se erizo por el contacto de su aliento en mi cuello.

—muy increíble, realmente.

Mis palabras sonaban mas como un quejido que como una afirmación seria, di unos pasos a mi auto y abrí la puerta del conductor.

— ¿Quieres que te lleve?— pregunto en voz áspera.

Desde luego que quiero subirme a esa harley pero me temo que si me subo a eso estaré cayendo a mi pasado no muy favorecedor.

—no, me gusta conducir ¿A dónde vamos?

—pensaba en ir por pizza o lo que sea.

—pizza suena bien

—conozco la mejor pizzería del mundo. Sígueme.

Me subí al auto y me puse el cinturón y encendí el auto.

Mientras lo seguía a una distancia prudencial, en mi mente estaba preparando como alejarme de él de la mejor manera y sin que se diera cuenta, pero eso era totalmente imposible Adam era como un tanque de guerra doblemente blindado, era indestructible así que lo haría rápido terminaríamos el trabajo y lo dejaría a un lado como si nunca lo hubiera conocido, como si hubiera sido un fantasma y el tiempo lo hubiera olvidado, nunca existiría para mí.

Nos detuvimos en frente de un lugar pequeño, estacione el auto frente al local justo al lado de su moto, cuando atravesamos las ligeras y desgastadas puertas de madera el olor a ajo y a condimentos abrió mi apetito un cien por ciento más, el aroma en el aire era delicioso y me hacia agua la boca. Nos sentamos en un cubículo en una esquina apartada de las familias y adolecentes gritones a los cuales ya estaba acostumbrada, pude evitar unas cuantas miradas de estudiantes de la universidad, revise el menú con la vista.

— hola Adam ¿Están listos para ordenar?— una chica de baja estatura y cabello claro, hablo con voz sobre animada.

—si una pizza especial con queso extra y maíz— Adam sonaba muy confiado.

— ¿algo para beber?

— dos cervezas.

La chica lo anoto en una libreta y salió de nuestra vista lanzándome una mirada asesina a la que respondí con un guiño. — ¿Vienes muy seguido?— pregunte un tanto perezosa.

Fijo sus hermosos ojos verdes en los míos y puso los codos sobre la mesa.

— Pongamos las cartas sobre la mesa— sonrió maliciosamente— ¿Cuál es tu historia? No te diré la mía porque digamos que ya la buscaste por internet y te apareció la mayor parte. Pero tú no estás en internet, ¿Cuál es tu oscura historia?

—has escuchado el dicho popular de: los caballeros no tienen memoria y las damas no tienen pasado; pues yo soy una dama y no tengo ningún tipo de pasado y si lo tengo lo he olvidado. Y no sé porque piensas que te he investigado

La mecerá dejo las cervezas más rápido de lo imaginado, sacudió su cabello hacia Adam y le guiño un ojo.

— ¿algo más? Adam — pregunto con tono cantarín.

—nada mas puedes irte.

Puso los codos sobre la mesa y entrelazo sus dedos bajo su mentón. —interesante, así que eres una chica sin pasado eso es algo muy interesante.

— en ocasiones, en otras solo es fácil.

En su cara se dibujo una sonrisa de superioridad. — ¿te gustan las cosas fáciles?

Tenía la mala costumbre de ponerme de mal humor cuando tenía hambre y ahora podría comerme una ballena con todo y huesos, mis pensamientos me habían molestado y no quería estar con Adam en ese lugar ni en ningún otro lugar quería estar en mi casa con una gran taza de helado preparándome para el trabajo. —odio las cosas fáciles, me gusta lo complicado y soy adicta a lo imposible. Por eso no me gustas tú.

Soltó una carcajada: divertido por mi mal humor.

—bien bien, una pregunta fire girl ¿me odias a mi o a todos los hombres en general?

—Únicamente a ti— gruñí y puse los ojos en blanco.

Soltó una carcajada, aun divertido por mi mal humor.

—podrías explicarme como eres la única chica con la cual no me he acostado y de antemano ya me odia y sin ningún aviso previo, y no entiendo como no has intentado llamar mi atención de ninguna manera y hablo enserio de ninguna manera ni moviendo el cabello o has buscado tocarme cada vez que tienes la oportunidad, no te retienes ni intentas sonreír cada vez que hablas conmigo, creo que no te he visto sonreír mientras estas hablando conmigo, esto es algún tipo de trampa para atraerme porque te aseguro que probablemente va a funcionar.

—no es ningún tipo de... treta extraña para atraerte. Solo no me gustas. claro y sencillo

—¡si no te gustara no estarías aquí conmigo!.

Mi enojo creció a un nivel involuntario.

—no salgo con malas personas y de mi boca no ha salido que seas una mala persona y es solo que te tomas el atrevimiento de sacar malas conclusiones sobre mí y todas las mujeres sobre la tierra por el hecho de tener una vagina o una V entre las piernas— dije mientras hacia una V con le debo medio y el dedo índice—, no me gusta que saquen conclusiones cuando no me conocen

Concentre toda mi atención en las vetas dibujadas de la madera y pase los dedos sobre ellas como si estuviera dibujándolas con el dedo. Me estaba mirando con los ojos muy abiertos y sorprendidos.

— ¡Dios! ¡Wau! ¡Me estas matando!— Sus carcajadas parecían aullidos de un perro a media tortura.

— ¡Ya! Listo tu y yo vamos a ser amigos y tu lo vas a disfrutar mucho al igual que yo. Seremos los mejores amigos sobre la faz de la tierra

—puedo ser tu amiga, pero no vamos a hacer ese tipo de amigos raros y nada de amigos con derecho a rose, y solo seremos amigos mientras te mantengas alejado de mis bragas y no intentes meterte en ellas.

Solo serás mi amigo hasta terminar este trabajo eres un riesgo muy grande para mí.

— no te vas a acostar conmigo lo has dejado claro y lo entiendo— lo mire con ojos dulces y se le ilumino la mira y se me escapo una sonrisa reprimida.

Mierda

— no voy a pensar ni en el color de tus bragas o de qué modelo son... a menos que me lo pidas.

Afinque todo mi peso sobre mis codos y me acerque un poco.

—eso no va a pasar así que podemos ser amigos.

Una mirada feroz cruzo sus hermosos ojos verdes acompañados de una sonrisa llena de picardía.

—nunca digas nunca.

—no estoy diciendo nunca, estoy diciendo no me voy a acostar contigo mientras respire.

Guiño un ojo. Y puse los míos en blanco.

La camarera llego con una pizza que olía delicioso, y la dejo sobre la mesa junto con los platos y los cubiertos.

—Buen provecho Adam— las pecas que tenía en el rostro casi desaparecían ante su gigantesca sonrisa luego me miro a mi con ojos de ahógate y muere. Y se retiro de la mesa.

—Así que cuéntame de ti ¿Cuál es tu historia?

Pregunte mientras tomaba un trozo de piza.

— Seguro ya la has leído en internet— dijo mientras le quitaba importancia.

—no la he leído por eso te pregunto ¿quieres que te trate como una persona normal o como la típica estrella a la que estas acostumbrado?

Una luz ilumino sus ojos, haciendo que sus ojos se volvieran líquidos y volviéndome liquido los huesos.

— ¿Qué quieres que te diga?

— lo básico, creciste, donde naciste, cuáles son tus metas cosas básicas o sueños.

—eh naci en Inglaterra en Liverpool viví allí durante dos años luego nos mudamos a Londres, luego mi madre se fue de la casa con su entrenador personal y nosotros nos mudamos aquí, luego fui a vivir con mis abuelos un tiempo cuando tenía diez luego regrese por cinco años luego me volví a marchar y estudie mi primera carrera en la en la universidad de economía y ciencias políticas en Londres me gradué un año de adelanto y ahora estoy estudiando una medicina básica y me estoy especializando en justicia criminal.

Suspiro y dio un bocado a su pizza, le di un trago a mi cerveza y un mordico a mi pizza, pero estaba en shock. Era un genio un maldito genio su cerebro tenía que ser como el de Alvert Einstein o quien sabe que pero era increíble era un paquete completo —sexy, estudiado, inteligente, rico, encantador, problemático, chico malo—

Este problema viene en un empaque muy prometedor.

Él no me lo está haciendo nada fácil.

— Estás jugando ¿no? Porque eso fue un chiste— no podía creer lo que me estaba escuchando

— no, es muy enserio naci en Liverpool

Parecía distraído pero la línea de su mandíbula era dura y parecía molesto.

— Hablo de... tienes una carrera en ¿ciencias políticas o en economía?

— Economía— su voz era dura y distraída, pero yo seguía encantada y tenía muchas preguntas para hacerle.

—hablas de que estudiaste en Londres una carrera de economía y ahora estas estudiando medicina y te estás especializando en justicia criminal ¿Cuántos años tienes? ¿Treinta?

Soltó una carcajada abierta y sonora.

—no, apenas voy a cumplir veintidós

Se quito la chaqueta y dejo ver un tatuaje tribal en su brazo izquierdo y uno que apenas se dejaba ver por la manga de su camiseta que se ajustaba perfectamente a sus hombros y pecho resaltando todos los músculos en el.

Jadee.

¡diossanto!

Este chico se hace cada vez más irresistible y peligroso

Esto ya no me está gustando.

Le di otro bocado a mi pizza para no babear.

—no pareces del tipo que se especializa en justicia criminal.

— ¿Por qué?— junto las cejas repentinamente molesto y concentrado en nuestra conversación.

Estire el brazo por la mesa señalando sus tatuajes.

—solo digamos que no tienes pinta de esa carrera.

— no veo el ¿por qué?. Digo no me meto en problemas... buena parte del tiempo. Además de pequeño mi padre y abuelos eran muy estrictos. Bueno mi padre aun es muy estricto con nosotros.

—así que tienes un hermano

Estaba realmente sorprendida.

—si en realidad uno de ellos es mi hermano, compartimos la misma sangre, los demás son hermanastros pero nos llevamos tan bien como si fuéramos hermanos mi padre se caso con su madre siete años después que nos mudamos aquí.

— ¡vaya! Un hermano nunca me lo hubiera imaginado.

—son tres: Aarón mi hermano de sangre que es cinco años mayor, los gemelos Alejandro y Axel que son mis hermanastros y son tres años mayores.

— Aarón, Alejandro, Axel y Adam— dije un poco sorprendida de que todos los chicos tenían nombre por la A.

— mi padre tiene una adicción por los nombres por la A en los barones y Ana también así que ese es el resultado. Son tal para cual.

Era lindo escucharlo hablar así de su padre, lo hacía más humano y menos estrella de cine porno.

— Así que eres el menor de cuatro— dije un poco asombrada.

—sí, todo lo que me lo enseñaron ellos, nunca te recomendaría estar cuando nos estemos peleando todos es... algo no muy agradable de ver. Aunque el único capaz de golpearme es Aarón, los gemelos se distinguen por Alejandro por ser rápido y Axel por ser fuerte pero con el tiempo los he podido hacer caer a los dos muy fácilmente. Son tercos como unas mulas viejas y aun ahora discuten con mucha frecuencia en las decisiones de su empresa, sus reuniones son muy muy entretenidas sobre todo cuando se trata de la construcción de un nuevo edificio.

Estaba aturdida con la idea de cuatro Adam corriendo por una casa y me daba jaqueca imaginarlos peleando en una habitación. Pobre habitación tenía que acabar destruida.

— ¿todos tienen tatuajes?

—casi solo Aarón Alejandro y yo a Alex nos le agradan las agujas dice que nunca se pondría una aguja en el cuerpo a menos que sea para un examen de sangre y para hacérselo lo piensa muchas semanas antes.

— ¿y tu padre? ¿Dónde está?

—probablemente en casa, molesto porque no he ido en un mes.

— ¿vive lejos?

—no, es solo que no he querido recibir un sermón de cómo soy el menor de la familia y ya todos tienen sus negocios yo me tengo que hacer cargo del negocio familiar— se encogió de hombro y volvió a apretar la mandíbula, así que me levante un poco y vi a siete chicos que normalmente veía en los pasillos de la universidad, creo que eran parte de un equipo de no sé qué.

— que hay de ti ¿en qué te vas a especializar?

—medicina general y después medicina de emergencias.

— y ¿eres de aquí?

—sí, nací y crecí aquí.

— ¿y tus padres?

Tome mi tercer trozo de pizza y le di un último trago a mi cerveza.

—No quiero hablar de ellos— dije mientras miraba mi pizza.

— ¿Por qué elegiste la universidad de california? Digo sé que es muy buena y todo eso pero sé que hay una lista de espera o algo asi.

— ¿desde cuándo pase de ser la preguntona a la preguntada?

La mesa de atrás empezó a gritar de nuevo y vi como algo en la mandíbula de Adam se movió, se puso de pie y la mesa quedo en silencio al instante.

—dime ¿Por qué esta universidad?

—recibí una beca completa y necesitaba un lugar donde nadie me conociera y me pareció una muy buena idea.

— ¿tú eres la becada?

—sip, todavía hay rumores sobre eso o piensan que se la chupe al comité directivo para entrar.

—no en realidad, es solo que me daba curiosidad saber quién era la famosa becada—puse los ojos en blanco y mordí la pizza — y ¿de qué querías escapar?

—las damas no tenemos memoria. Y la respuesta correcta seria de todo y de nada a la vez.

Mi celular sonó, lo mire y era la alarma de que tenía que partir al trabajo ahora. Su celular sonó se disculpo y se fue al baño.

Ordene la cuenta la pague y le pedí a la mesera una hoja y un lápiz y escribí en letra rápida

             Adam.

Tuve que irme lo siento, me surgió algo importante la cena ya esta pagada.

Jennifer.

Sali del pequeño restaurante me subí al auto y me dirigí al club.

*

Me estacione en la parte de atrás del club y entre por la puerta de empleados, me deslice por la barra y el lugar es taba lleno pero no como de costumbre en una noche de cerveza normalmente se pone lleno a nivel de vino una de las kardashian desnuda o Selena Gómez está cantando gratis.

Les serví a mis clientes habituales con un giño.

— ¡odio! ¡Odio cuando el circuito se reúne!— se empezó a quejar patricia— me quitan propinas y tiempo— cruzo los brazos e hizo un puchero.

Naomi soltó una carcajada fuertemente —calmada tigre, sabes que cuando lleguen de su reunión en el circuito, vendrán sedientos y con los bolsillos llenos y todo ese dinero extra que les pesa en los bolsillos lo dejaran en nuestras manos —froto su pulgar con su dedo índice— y así tú te dejaras de quejar.

Cuando pensaba en las pistas mi estomago se hundía en un nudo apretado. Recuerdos de los malos momentos que parecían buenos, las carreras, peleas; por un tiempo mi vida giro en torno a las pistas, todo mi ser me impulsaba a llegar a ellas, a los peligros que había en ellas a la constante emoción y adrenalina que me causaba estar detrás de un volante aunque nadie conociera mi nombre.

Comencé a sudar frio al pensar a volver a caer en ellas y en sus adictivas calles y trucos.

—Jen, estas pálida ¿te sientes bien?— la voz de Ben me saco de mi trance.

—si solo me perdí un poco en el pasado... ya sabes para no olvidar cuales son mis metas y a donde no voy a regresar— Mi vista se volvió borrosa y mis ojos se llenaron de lagrimas, intente sacudir la cabeza pero las lagrimas no se iban.

—Pati sírveme dos whiskys fuertes cuando puedas— pido Ben con su voz dura de jefe— cariño Laura no me dejaría vivir tranquilo si te viera derramar una lagrima en el club o en cualquier otro lugar.

— ¡qué bueno que Laura está en casa con los gemelos!

— los tres son los amores de mi vida, ya pronto van a cumplir tres meses y aun no creo que soy padre. — la emoción brotaba de él como un volcán en plena erupción.

—espera que sean adolescentes, no vas a poder esperar a que se vallan de casa o que no se escapen por las noches— me burle de él.

—No me arruines el momento.

Patricia dejo los vasos frente a nosotros tome uno y lo levante frente a él, tomo el suyo y propuse un pequeño brindis.

—por las malas decisiones, porque nos enseñaron cueles eran las buenas. Salud— brinde.

—salud.

Deslice el contenido ámbar por mis labios hasta mi garganta y quemo todo el camino hasta mi estomago, sacudí la cabeza.

—gracias Ben, me hacía falta.

—lo sé, lo podía leer en tu cara. Ahora sigamos con el trabajo.

Cuarenta y nueve minutos después estábamos a punto de reventar, las ventas de cerveza se habían triplicado comparadas con las de los últimos mes, los tragos nos tenían apuradas y el trago especial del día era el orgasmo. Todas nos veíamos apresuradas en la barra principal y los chicos no se veían mucho mejor en la otra barra, todos los chicos se creían el ganador de la carrera, por lo que estaban muy exaltados y ya habíamos sacado a dos peleoneros del club.

— dos cervezas.

— ¡dios! llevo esperando una hora me pueden dar mi cerveza.

—para hoy. Una cerveza de barril.

—tengo sed.

Repartimos cervezas como locos y los chicos es la barra se veían presionados por el trago especial. Las chicas corrían de un lado a otro por los privados y las mesas. La música retumbaba por todo el lugar y cuerpos moviéndose y dejándose llevar por la música se podían ver por todo el lugar.

Tenía dos horas trabajando y me tuve que sacar la chaqueta porque el calor era insoportable.

— Quítate más ropa.

— Tus papis te hicieron con muchas ganas.

—Mamacita te quiero completa en mi alfombra

Escuche todo tipo de chillidos cuando me deshice de la chaqueta para trabajar más cómoda.

Cuando la barra se despejo a un ritmo normal, estaba mojada con una capa de sudor, así que me recogí el cabello en una coleta alta.

Dos horas después la musca se hizo más enérgica y recordé que estaban tocando Luis y Adrian así que el ambiente estaba muy cargado de energía y vibra o como lo llamaba Adrian ambiente sexoso, cuando trabajaban juntos la música era alucinante y en un instante José encendió las luces estroboscopias nuevas que lo tenían muy emocionado y la pista de baile se hizo como en una película, un montón de cuerpos moviéndose de aquí para allá, rosándose y frotándose.

Enserio las luces llevaban todo a otro nivel

Revise la barra y que todos tuvieran tragos y en la esquina de la barra un chico levanto o a una chica sobre la barra me acerque a ellos y deje caer una mano sobre la barra.

—Los hoteles están una calle más abajo— grite sobre la música.

La chica era morena con el cabello corto y un vestido rojo. Ambos se giraron al mismo tiempo y mi mirada se centro en el chico, entrecerré los ojos y los rasgos, el color de los ojos. AY MI DIOS.

No.

Me lo.

Puedo.

Creer.

— ¡Carlos!—exhale en un grito.

—Jen, Jennifer ¿Qué haces aquí?— se veía anonadado y muy sorprendido.

—trabajo aquí y por lo que veo te recuperaste muy pronto de tu enfermedad, estoy segura que al caer la noche se fueron tus males. —Me di vuelta y di unos pasos y volví a gira sobre mis talones— y baja a tu chica de la barra esto es un club decente no un bar de estriptís. No lo quería tratar mal apropósito pero enserio no podía creer que me hubiera plantado en la universidad para poder estar en el club. que se pudra

La noche transcurrió y no vi mas a Carlos la barra no paraba de pedir cervezas y chicas estaban trabajando como nunca antes habían pasado tres horas mas y no había empezado ninguna pelea, me sentía físicamente cansada pero las mezclas de música de los gemelos hasta a mi me animaban en un ciento diez por ciento.

Me puse de espaldas, para organizar las botellas, odiaba verlas desorganizadas se me hacia mas difícil hacer los tragos cuando las botellas estaban esparcidas por toda la parte posterior.

—ocho chupitos de jim beam, cuatro perlas negras y dos submarinos — pidió una voz masculina.

Me gire y me quede pasmada unos segundos esto se está volviendo una muy mala costumbre el quedarme sin respiración cuando veía a Adam... oh por el bebe Jesús Adam estaba sentado en un banco frente a mí con otros dos chicos muy atractivos.

Uno tenía el cabello castaño claro y los ojos ligeramente verdes de buena estructura física con una camiseta gris y el otro era de cabello rubio y ojos cafés con una camiseta de varios colores fríos.

— Jen, ¿trabajas aquí?— me miro de arriba abajo mi ropa sudada.

Su cuerpo ocupaba toda mi visión y era algo hermoso de ver, tenía un corte muy pequeño en el labio, casi invisible pero tenía algo color rubí saliendo por la herida.

Tome los vasos de chupitos y los puse sobre la barra tome la botella de jim beam.

—tú qué crees

Le guiñe un ojo y prepare las perlas negra rápidamente mientras sacudía las botellas en el aire las puse frete a ellos y luego prepare los submarinos con cerveza de barril y los deje frente a ellos con una servilleta frete a Adam y le hice señas de que tenía sangre en el labio.

El chico de cabellos oscuro dejo mucho más dinero que el costo de los tragos así que los llame.

— ¡ey!, chicos hay mucho mas del valor de los tragos.

El chico de cabello oscuro me miro y me guiño un ojo —tu propina linda vales cada centavo.

Le devolví el guiño y atendí a otros clientes. Seguí atendiendo clientes, por un par de horas hasta que Ben me llama con cara cansada y preocupada.

—vamos a cerrar una hora más tarde hay demasiada gente aun ya te puedes ir.

—me voy a quedar, necesito el dinero.

—está bien, pero te necesito en la barra de los privados las chicas están apuradas con los tragos y luego te regreses. ¡Rápido!

Le conteste como si fuera un general y sali de mi cómoda barra, me abrí paso como pude entre la gente para llegar a los privados, entre en la barra y salude a Karina y a Ana, estaba al borde de gente así que me puse a su lado y tome a las chicas más cercanas que vi.

— ¿Qué van a tomar?

— ¿están preparando delirios nocturnos?

—no solo en febrero.

—eso es una lástima ¿Cuál es el especial?

— todo tipo de cerveza y nuestro coctel es el orgasmo.

—dos orgasmos.

Los prepare y empecé a tomar pedidos de cerveza, una tras otra, al cabo de unas horas los privados volvían a la normalidad y por fin vi a Gabriela la salude con la mano y me respondió el gesto.

Me puse a organizar las botellas para que a las chicas se les hiciera más fácil cuando me fuera a la barra principal.

— ¿Están preparando shot B52?— pregunto una voz femenina y dulce.

— y ¿Cuántos quieres?

— cuatro.

Me gire tome las botellas y las agite en el aire la chica de cabellos multicolor me miraba embobada mientras preparaba los shot, los flamee y detrás de ellas aparecieron unas chicas que aplaudieron al ver los shot los soplaron y los bebieron. Recogí el dinero y lo metí a la caja, me despedí de las chicas y me dirigí a la barra principal algo que me costó más trabajo que de ida entre en la barra y Patricia me lazo una pequeña toalla—normal mente las usábamos para secar nuestro sudor— me la pase por la cara.

—unos chicos te esperan el tu lado— dijo Naomi mientras preparaba un Cosmopolitan— quieren que los atiendas tu.

—Voy enseguida, necesito ir voy al baño—le dije al oído.

—apresúrate.

Me dirigí al baño entre al pequeño baño de empleados, cerré la puerta cuando termine de hacer mis necesidades me lave las manos y la cara y me las seque con una toalla de papel y me dirigí a mi estación.

Cuando llegue estaban Victoria, Mat y Ali junto el grupo de Adam.

—chicas como están ¿lo de siempre?

—te vez como salida de una revista y para mí lo de siempre— contesto Mat con una sonrisa.

— Lo de siempre, sexy—contesto Victoria

—Lo mismo— contesto Ali molesta.

— Perfecto, trabajan una cerveza un sexo en la playa y un poema oscuro.

Le serví la cerveza de barril favorita de de Mat, y empecé a preparar el sexo en la playa de Ali agitando botellas y arrojándolas en el aire cuando lo termine le puse una sombrilla y lo puse frente a ella y por último el poema oscuro de Victoria era la cosa más simple del mundo así que lo prepare rápidamente y lo puse frente a ella.

— Gracias preciosa— dijo Mat con su voz seductora

—Todo por ti guapo— le guiñe un ojo y me gire hacia el otro grupo— ¿Qué van a tomar?

Adam tenía el rostro fruncido —tres chupitos bombas— su voz era molesta.

Prepare los chupitos lo más rápido que pude para sacarlo de mi vista me entretenía demasiado no me permitía trabajar.

Puse los tres chupitos en frente de él pero se quedo allí sentado, sus amigos tomaron sus tragos.

Atendí a Adam y a sus amigos el resto de la noche dejando gigantescas propinas en mi tarro, todos se mantuvieron rodeados de todo tipo de chicas pude ver como Max se encargaba de sacar a doce peleoneros de club.

Y a eso de las dos y media Adam se fue con una chica rubia de piernas largas y vestido negro.

¡Típico!

Rubias.

A las cuatro de la mañana se apago la música y se encendieron las luces, tuvimos que llamar a Max y a Jorge para que terminaran de sacar a los rezagados, organice mis propinas y limpiamos el club.

—Jen toma tu porquería— era Luis hablando sobre una memoria llena de música infantil, mix del mago de Oz y una versión más divertida de cumpleaños para niños— ya la termine me debes veinticuatro cervezas.

— ¿veinticuatro?

—sí, eso fue lo que me tome haciendo tu cosa esa, cuando termine estaba totalmente ebrio estaba como una cuba. No lo volvería a ser ni siquiera por mi madre.

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