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—en esa historia ha demostrado aún más su irresponsabilidad, miren que llevar a un menor de edad a su departamento estando los dos solos, ¡está enfermo!.
—Le pido, señor Green, que no ofenda a mi cliente —dijo firme el abogado de Liam —por favor, Horan, prosiga.
—Creo que esta parte se la dejo a Liam...
—Sigue tu —susurró el castaño desde el otro lado, con las mejillas sonrojadas.
—¡Ah, claro! ahora le da vergüenza —vociferó —pero que cínico es.
—¿Podría callarse? —le gritaron de nuevo al señor Green pero, para sorpresa de todos, esta vez fue el mismísimo Louis Tomlinson.
—Tomlinson, estoy tratando de ganar este caso.
—Y no lo haremos si sigue insultando a medio mundo —miro a la juez —señoría, con todo respeto, no creo que sea necesario que mi hermano siga narrando esas cosas.
—Oh, claro que lo es, es muy necesario, joven; recuerde que cada frase, cada palabra está siendo escrita —Louis con un poco de disgusto asintió —muy bien... Niall, ¿puedo llamarte así?.
—Seguro.
—Eres un joven muy apuesto, Niall -el mencionado se sonrojó.
—G-gracias.
—¿Te lo habían dicho antes?.
—S-sí.
—¿Quienes?.
—Pues... algunas chicas y chicos del colegio, y... —el rubio se quedó callado.
—¿Y...?
—Y Liam —admitió, la juez soltó un suspiro.
—Bien, joven Horan, parece ser muy extrovertido pero, al parecer, tiene sus puntos débiles; por favor, le pido que siga con la narración —Niall suspiró
—Esta bien, pero Liam, no me vayas a matar después de esto —Liam soltó una risita.