La Extraterrestre - Infiltrad...

By MarcSpenctish

530K 43.7K 7.3K

Debéis pensar que es genial ser una extraterrestre, pero las cosas no son tan fáciles. Mucho menos cuando tie... More

Booktrailer
Prólogo: La pandicornio
1. Mi horrible bienvenida
2. La nueva
3. Bienvenida a la Tierra
4. En el Centro Comercial
5. Aprendiendo a ser Ina
6. Abusonas
7. ¡Huye!
8. ¡Pillada!
9. Una amiga muy lejana
10. Mis amigas
11. Desterrada y sola
12. Mis aliadas
13. Invitada a un Cumpleaños
14. ¡Ayuda!
15. Contacto
16. ¿Dónde estás Alexandria?
17. De fiesta
18. ¡Respuesta de Alexandria!
19. Sobre la pista
20. La búsqueda de Alexandria
21. Frío, caliente...
22. Nosotras
23. Rabia
24. Solas
25. Recuerdos
27. Búsqueda
28. Cada vez más lejos
29. ¿Qué es eso?
30. ¿Dónde está Ina?
31. La pérdida
32. Buscando pistas
33. La difícil situación
34. Huida
35. Árboles
36. ¿Dónde estás, Ina?
37. En peligro
38. Sin salida
39. Acorraladas
40. Más problemas
41. Inteligente
42. A la búsqueda
43. El encuentro
44. Reunión informal
45. El principio del fin
46. Caza
47. Más problemas
48. Caos
49. ¡Corre!
50. Combate
51. Aisladas y débiles
52. El fin
53. El Silencio
54. A salvo
55. Carta de Ina
De vuelta al Instituto

26. Lágrimas

7.1K 568 144
By MarcSpenctish

Valentina

Esta es la casa de Ina. ¡Qué triste se me hace venir sabiendo que ella no está dentro! Espero poder encontrar algo que nos pueda servir, lo que sea. Miro alrededor para ver cuanta gente hay en la calle. Por suerte Ina no vive en una zona demasiado transitada, pero tengo que asegurarme antes de entrar. Hay algunas personas caminando, no se fijan en mí, pero no debo entrar por este lado de la casa. La puerta, por supuesto, está cerrada. Es lo primero que comprobé al llegar, aunque me esperaba este resultado. Tampoco hay una llave debajo del felpudo, Ina es demasiado lista como para eso.

Rodeo la casa por el jardín. En uno de los laterales encuentro una ventana que podría servirme para pasar a su interior, pero está cerrada. Miro hacia la calle principal y no veo a nadie que se esté fijando en mí. Intento forzar la ventana pero nada. No consigo moverla. Me muevo a la siguiente ventana y tampoco hay suerte. Por mucha fuerza que haga no consigo abrirla. Me dirijo pues, a la parte de atrás.

Aquí hay ventanas del mismo tipo. Voy a probar con la primera de ellas. La empujo con mucha fuerza y, por fin, noto cómo cede bajo mis manos. ¡No me lo puedo creer! La ventana se desliza hasta que consigo abrirla por completo. Miro alrededor antes de pasar al interior de la casa. No parece haber nadie mirando desde las casas de los laterales, así que me agarro al alféizar y me cuelo a toda velocidad a su interior. Llego a una habitación que nunca he visto. Aquí nunca nos ha traído Ina. Parece una habitación a la que nunca le da uso. Tiene una cama en el medio y mesillas de noche. Me acerco a ellas y abro sus cajones. Nada, están vacíos. De todos modos, Ina es muy lista. Por si acaso, desmonto el cajón del todo y los miro por debajo. Incluso aparto las mesillas de la pared para ver si hay algo detrás. Quiero examinar todo bien, quiero recuperar a mi amiga. Voy al armario y lo abro de par en par. Está hueco, no hay nada dentro. También lo examino con mucho detenimiento y nada. Parece que no hay nada.

Investigo en la cama y levanto el colchón. No hay nada debajo de él, tampoco debajo de la cama. Decido que haré un análisis más profundo después. Primero haré un recorrido completo por toda la casa hasta que agote lo más sensato, después me dedicaré a cosas como deshacer camas y mirar dentro de los colchones, detrás de los grifos y cosas así. Voy a desmontar si hace falta esta casa. Así que prosigo la ruta y doy esta habitación por examinada en la primera ronda.

Salgo de la habitación y llego a la sala donde solíamos quedar, es la principal de la casa. Ahí está el sofá donde nos sentábamos siempre las tres. Todavía la puedo ver riéndose con ese sonido y su cara inocente, al lado de nosotras dos. En ese sofá hemos pasado tantas cosas. No nos hacía falta nada más. Me acerco al sofá para seguir buscando. De repente he perdido todas las ganas de examinar la casa. Me siento muy cansada, muy, muy cansada, derrotada y triste. Toco el tejido con suavidad, como si acariciase la cabeza de Ina. Miro alrededor, como esperando que vuelva a aparecer hasta que toda mi fortaleza se desmorona como un castillo de naipes. Mis ojos empiezan a estar llorosos, mucho. Intento sorber los mocos, pero al hacerlo noto que mi vista se nubla más todavía por las lágrimas. Aprieto los labios para no llorar. Con ese gesto noto que me tiemblan y me hace ser consciente de que me estoy rompiendo por dentro. No puedo más...

Estallo en lágrimas, de una manera que ya casi no recordaba. Me siento en el suelo de espaldas al sofá y apoyo mi espalda en él y lloro con desconsuelo, estoy destrozada. Me da igual todo. Me da igual que me llame mi madre para saber dónde estoy, me da igual que entre alguien y crea que estoy robando. Mejor..., que me lleven a un calabozo. Estoy muy enfadada y dolorida. Doblo las rodillas y apoyo mi cabeza en mis brazos cruzados sobre ellas. Con este gesto todavía libero más tristeza. Me quiebro en lágrimas que me corren por la cara a toda velocidad, como si me estuviese vaciando desde dentro.

No quiero volver al instituto. Nunca más. No quiero ir allí y ver que no está. Se han llevado a mi amiga. Quiero dejar el instituto y dar miles de vueltas hasta que la recupere, no pienso hacer nada más. Es la mejor persona del planeta. Todavía recuerdo su cara cuando me quitó de encima a aquel hombre. Pude ver en sus ojos que estaba muy triste por mí. Creo que es de las personas que más me quieren en el mundo. Es todo una mierda... ¿Por qué no estás aquí Ina? Eres lo mejor que tengo, junto con Evelin y mis padres y abuelos. Quiero volver a estar todas juntas, otra vez.

Vuelvo a tener una sensación espantosa que me quiebra de nuevo y otra oleada de lágrimas y sollozos destroza mi cuerpo. Me oigo a mí misma sollozando en el silencio de la casa. Esta casa es la casa más triste del planeta. Mis brazos están empapados de mis lágrimas. No consigo parar, no puedo parar. Es como si mi cuerpo intentase explotar y dejarme derrotada, para quedarme dormida y olvidarme por un momento de lo que estoy sintiendo.

Cientos de imágenes se me vienen a la cabeza. Me acuerdo de su sonrisa y mirada inocente. A pesar de lo mayor que era, seguía pareciendo una niña. Era blandita y esponjosa, como un peluche gigante. Era tan suya... de esas personas que no cambian por nada, de esas pocas. Ina tenía cosas que le gustaban mucho y siempre podíamos verla enfrascada con su mundo. Por ejemplo, los plátanos. La recuerdo siempre con plátanos en el bolsillo.

"Los plátanos son estupendos. Es la única fruta que sirve para alimentarse y a la vez de boomerang. Fijaos bien, mirad." Resuena en mi cabeza como si me lo estuviese diciendo ahora. Ina tenía unas ideas rarísimas, siempre estaba jugueteando y contándonos sus planes. Me acuerdo que se llevaba sus plátanos a las fiestas por si la comida era mala o aburrida. El día que fuimos a la discoteca también sacó un plátano y se puso a comerlo allí, en la pista de baile. La mirábamos todos extrañados y ella nos miraba extrañada a nosotros. "¿Qué?" Decía con los ojos muy abiertos, preguntándonos por qué la mirábamos tanto. Si alguien en el mundo se comería un plátano en una discoteca, esa era Ina. Era tan inocente. Nos costó horrores a Evelin y a mí explicarle por qué no era normal comer un plátano en una discoteca.

Me acuerdo del día que le encendimos la televisión e hicimos zapping por todos los canales. "¿Vosotros veis programas de cocina? ¿No sabéis cocinar?" Había cosas que se le hacían muy raras. A veces, lo mejor era ver su cara. Ina se quedaba embobada mirando a la pantalla, y Eve y yo mirando a la cara de Ina. Se quedaba quietecita como una estatua, iluminada por la luz tenue de la pantalla. Era muy graciosa. Después, aparecía su sonrisa eterna que hacía que nos cambiase el humor al instante, nos miraba y nos decía alguna bobada de las suyas.

No recuerdo ningún día que me haya sentido tan mal. Es como estar muy enferma muriéndome por dentro. Aquí estoy, hundida, rota, muriendo y suplicando una bocanada de aire sin llanto que la ahogue. Estoy desesperada y ardiendo de rabia y dolor. Me vuelco contra el suelo, intentando que eso ahogue mi pena mientras golpeo con una mano la madera del suelo. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué se llevan a la mejor persona que hay en todo este país? ¿Pero vosotros la habéis visto sonreír? ¿Acaso sabéis cómo suena su sonrisa? ¿Sabéis qué flor estáis marchitando? El suelo se empapa con mis lágrimas y yo me encojo en posición fetal intentando buscar alivio. Los mocos me ahogan y me tiembla la barriga con los sollozos. Todavía la veo bromeando con nosotras, diciendo tonterías. Se nota demasiado su ausencia, creo que hasta las populares la echan de menos. Su vacío deja un agujero que corroe incluso a aquellos que no se hablan con ella. Tiene algo que nos llenaba a todos...

Es tan desesperante la niebla que siento. Intento negar el caos que azota mi interior, caos mezclado con furia y desesperación. ¡Ina tiene que ser libre! ¿Para qué sirve toda esa mierda? Su alegría era lo que necesitábamos todos. Cierro los ojos para ver si se apaga el mundo, para que la luz no pueda entrar en mi interior. Grito con fuerza con una voz rota mezclada con mi llanto. Intento esconderme de eso que me apuñala y no me mata. Tirada en el suelo atragantándome por algo de aire, sintiéndome presionada de forma brutal como si tuviese un peso que me destroza pero no llega a hacerme estallar y me mata del todo. Lucho contra mí misma en una batalla que sé que no gano y cada vez me agota más, una batalla en la que no consigo ni un ápice de serenidad. ¿Estás muerta ya Valentina? ¿Estás tosiendo? ¿Estás todavía entera? ¡Bum! Mi alma se atraviesa con el dolor. Mi amiga desvaneciéndose delante de mi cara, sin yo poder hacer nada. Aprieto los ojos con fuerza, buscando todavía más oscuridad. Intentando que el dolor me pase por encima y acabe por fin con esto.

No tengo el control. No lo domino, no lo conozco, no sé qué es. No soy libre, no lo manejo ni sé dónde está. Empieza en el estómago y se ceba con mi alma. Me retuerzo sobre el suelo, desesperada por intentar encontrar al menos un poco de alivio en el movimiento que me desorienta. Tirada por un golpe que no me deja levantarme en el momento más cruel de mi vida; a sabiendas que es imposible estar peor y más quebrada. Sé que no está. Sé que la echo de menos. Sé que no pudimos hacer nada. Sé que se la llevaron porque estaba rescatando a otra. Esto marca otro triste día en la historia de la humanidad y da ejemplo de cuánto dolor podemos llegar a generar con nuestro egoísmo. Un dolor que estoy recogiendo yo con cada célula de mi cuerpo.

Continue Reading

You'll Also Like

9K 673 6
-¿Quién eres tú? Estaba en shock. No podía creer lo que mis ojos estaban viendo. -Soy Garrett-dijo un poco confundido y desorientado-. ¿Y tú eres?. ...
404 74 8
Alana lucha por escapar de un pasado doloroso mientras Sebastián, con una sonrisa en el rostro, esconde su propio sufrimiento. Cuando sus caminos se...
135K 9.9K 34
[FINALISTA PREMIOS WATTY 2014] Natasha, una joven que creía ser normal, es de un pronto introducida en un mundo completamente diferente al que estaba...
71.5K 3.6K 16
Samanta moretz, es una chica que sufre, la enfermedad de la esquizofrenia ¿que es eso? trastornos: alucinaciones, ideas delirantes, trastorno de pen...