| 21. Descubriendo el pasado |
Louis
Empezaba a creer que todos los espejos que rompí cuando empezaba a controlar mis poderes comenzaban a cobrar factura. No es que sea del tipo supersticioso, pero no podía estar más salado últimamente. Un par de demonios me estaban pateando olímpicamente el trasero y aún no encontraba una forma de hacerles pagar por todo. Y ahora estaba el asunto de mis poderes, bueno, la ausencia de ellos.
Nunca creí que iba a llegar a perderlos, y odio cada segundo sin ellos. Ahora era débil y odiaba sentirme tan vulnerable, Kat Stronghold me las pagará por esto. Recuperaré esa estúpida daga de una forma u otra, no me importa a quién le tenga que romper el cuello para hacerlo.
Juego con un par de dagas, pasándolas por mis dedos, ahora que no tenía poderes necesitaba otra forma de defensa, mientras observo como James hacia un hechizo para localizar al padre Stronghold, lo cual no fuese necesario si Maddison no hubiese sido tan estúpidamente sentimental. Como si con su buena acción del día podría volver con el hermano de Kat. El péndulo se queda inmóvil sin mostrar algún lugar y en un abrir y cerrar de ojos éste comienza a incendiarse, James deja caer el péndulo en la mesa para evitar quemarse.
Genial, justo lo que faltaba. De alguna forma se habían encargado de desaparecer de la faz de la tierra al padre Stronghold, seguro Emma y los demás hicieron algún hechizo de protección, pero lo que me desconcierta es la forma en la que éste rechaza el hechizo para localizarlo, eso era nuevo.
Y ahí he perdido la única ventaja que podía tener en este momento sobre los guardianes. En otras circunstancias, me enfrentaría a ellos sin dudarlo, pero ahora sin poderes no puedo hacer mucho. Y a pesar que tengo a Liam y James, prefiero encargarme de esto por mi cuenta, si alguien le dará un escarmiento a Kat ese iba a ser yo.
— ¿No puedes revertir el hechizo que lo protege? — pregunté, a lo que James me responde con un ademán que interpreté como un "Puedo intentarlo"
James comenzó a recitar un contra hechizo, mientras intentada de nuevo poder dar con una localización exacta. El péndulo simplemente explota en nuestras narices, rechazando por completo el contra hechizo. Me pregunté qué clase hechizo usaron, pues los que están en el grimorio de los Tomlinson, ninguno provocaba eso.
— Es inútil — murmura James, dándose por vencido —. Puedo apostar que la magia de Altair está involucrada.
Por supuesto que lo estaba. Y los odié a ambos aún más. Primero Kat me acusa de ser un idiota por creer que tenía algo con ese demonio, lo podemos agregar a mentiras que me ha dicho Katherine Stronghold en mi cara. Él es un demonio retorcido y es más probable que haya un renacer zombie a que alguien como él ande haciendo hechizos como ese a una chica con la que no tiene nada que ver por la simple bondad de su corazón.
Nunca había tenido el impulso tan grande de querer matar a alguien.
— Todo esto es tu culpa — señalé a Maddison, molesto, de no ser por ella, habría conseguido el amuleto y la daga
— ¿Mi culpa? — bufó —. Solo tenías que quitarle el collar a la chica ¿Qué tan difícil era eso?
— Solo tenías que romperle el cuello al padre Stronghold — respondí, intentando reprimir las ganas que tenía de desollar a esa chica viva —. ¿Qué tan difícil era eso? Pero claro, creías que si no lo hacías Daniel Stronghold te daría otra oportunidad y te proclamaría amor eterno y esas idioteces — ella solo baja la mirada, había dado en el clavo —. Noticia de última hora, él te odia por el simple hecho de ser lo que eres. Y no hay nada en el mundo que lo cambie, nunca te verá como algo más que no sea un monstruo, así que deja de ser estúpidamente sentimental, no seas patética.
— ¿Acaso te estás reflejando en mí? — repela, ahora estaba furiosa —. Yo te diré lo que es patético, que simplemente prefieras bloquear tus emociones porque no podrías asimilar que la has perdido por ser un completo imbécil, y yo no estoy dispuesta a perder lo único bueno en mi maldita existencia, quizá sea un monstruo pero nunca lo seré con él, como tú lo has sido con esa chica.
— Cierra la maldita boca — gruñí, si se le ocurría decir algo más, pensaba secuestrar al hermano de Kat y matarlo enfrente de ella
— ¿Qué, no te gusta escuchar la verdad? — ríe amargamente —. Kat Stronghold te odia porque eres un idiota que amenazó con matarla y a su familia, no porque seas un demonio. Ella creía en ti y la apuñalaste por la espalda. Pobre chica, merece algo mucho mejor que un idiota despreciable como tú.
Y esa chica había llegado al límite ¿Quién demonios se creía para decirme eso? Sin pensarlo dos veces, me lancé sobre Maddison. Puse la daga en su cuello y rápidamente hice un pequeño corte, James se apresura para detenerme pero le lancé la otra daga en el hombro, solo escuché a James caer sobre la mesita de madera y ésta haciéndose añicos. Hundí un poco más la daga en el cuello de Maddison, es una pena que no pudiese torturar al chico enfrente de ella, pero me conformaba con matarla en ese momento.
— ¿Qué demonios crees que haces? — dice Liam alejándome de Maddison, un segundo más y le habría rebanado el cuello
— Estaba por rebanarle el cuello — respondí tajante —. ¿A ti qué te parece?
— ¿Y por qué demonios lo harías?
— No le gustó escuchar la verdad sobre por qué Kat Stronghold lo detesta — señala Maddison
— ¡Cierra la maldita boca o juro que te mato! — exclamé listo para terminar lo que empecé pero Liam me detuvo en seco
— Tú no le tocarás ni un pelo — me indica —. Y tú no lo provoques.
Ella simplemente desaparece de la habitación, Liam me mira seriamente de mala forma como si yo hubiese tenido la culpa y se acerca a ayudar a James sin dirigirme la palabra.
— ¿Estás bien? — pregunta removiendo la daga que le había lanzado al hombro, el castaño solo asiente
— La próxima vez que intentes hacer eso, te arranco el brazo — me amenaza James sin rodeos, y dicho esto, desaparece
Me quedo a solas con Liam, veía venir algún sermón estúpido donde me acusa de ser un idiota imprudente y defiende a los otros antes que a mí.
— ¿Podrías dejar de mirarme así e ir al grano? — murmuré entre dientes
— ¿Se puede saber qué demonios pasa contigo? — revela por fin, Liam se cruza de brazos y me mira como si fuese un acusado en la corte
— ¿Qué? — repliqué intentando controlar toda la ira que tenía dentro, si tuviese mis poderes, ya todo estaría hecho añicos —. ¿Acaso esto no era lo que querías? ¿Qué sea quien soy sin limitaciones? Pues eso estoy haciendo, hermano.
— No, estás siendo increíblemente estúpido — respondió Liam, genial, ahora mi propio hermano me insultaba —. Lo que quería decir es que yo no te juzgaría si te comportabas como un maldito, no como un maldito idiota, que es lo que estás haciendo exactamente.
— ¿Podrías cortarla con los insultos?
— ¿Podrías dejar de ser impulsivo y pensar las cosas? — contradice —. Sé que ahora es más difícil controlarte, pero eso no es excusa para atacar a James o Maddison de esa forma. ¿Quieres desahogarte? Bien, dime y problema resuelto.
— No estaría molesto si la idiota sentimental hubiese dicho lo que ordené — musité
— ¿De qué te servirá amenazar al padre de Kat? — cuestiona
— Para recuperar mis poderes — respondí con obviedad
— Lo único que conseguirás es que te pateen el trasero — apunta —. Y lo último que necesitamos es a Altair, Avner y a los Stronghold en nuestra contra.
— ¿Y qué? — repliqué molesto —. ¿Esperas que me quede aquí sentado sin poderes?
— No, quizá te sorprenda pero no todo lo resuelvo con violencia, es sencillo, les ofreceremos algo a cambio del athame.
— ¿Y cuál es tu increíble plan? — cuestioné, estaba seguro que no conseguiríamos nada de ellos por las buenas
— Les ofreceremos algo a lo que no se podrán negar — se explica, levanto una ceja incrédulo y con una seña le indique que continúe —. Romperemos el vínculo entre Kat y Altair a cambio de tus poderes.
— Te dije que no me importaba mandar a los dos al infierno — suspiré, rechazando la idea —. ¿Desde cuándo te importa Kat Stronghold?
— No me importa la chica, me importas tú — aclaró, genial, veía venir otro sermón —. Mira, ahora reprimes tus emociones porque no puedes lidiar con la ruptura amorosa, si esa chica muere, no serás capaz de hacerlo y eso acabará contigo.
— ¿Terminaste con el psicoanálisis? — murmuré intentando no darle importancia e ignorando todos los sentimientos que estaban por venir
— Sí — asintió y me dio una pequeña palmada en el hombro —. No hagas nada estúpido, yo me encargo ¿Entendiste?
No digo nada, Liam sale de la habitación dejándome solo. Me dejo caer en el sillón, estaba demasiado ansioso, me temblaban las manos, podía sentirlo, las emociones haciéndome mierda psicológicamente, Liam tenía razón, si no podía con eso, mucho menos podría soportar la idea de que Kat muera por mi culpa. No, no podía permitirme sentir eso, cerré los ojos y respiré hondo, estaba demasiado furioso y necesitaba una forma de desahogarme o me volvería loco.
Tomé la daga que le había lanzado a James y la guardé en mis bolsillos, tal vez no tenga poderes pero sé muy bien como defenderme sin ellos. Me aseguré de llevar un par de pociones por si la cosa se pone fea y salgo a hurtadillas de la casa esperando que Liam esté sumergido en los grimorios buscando una forma de romper ese dichoso vínculo y que no se de cuenta que me he ido.
Igual no podía ir muy lejos sin poderes, así que simplemente caminé hacia la autopista y pedí un maldito uber que me aleje del bosque y me lleve a la civilización. Noche de Halloween, esto iba a ser realmente interesante, seguro algún idiota se querrá pasar de listo, asustando a los demás, suena como la víctima perfecta.
Halloween, hace tiempo que no salía en estas fechas, la última vez fue cuando Harry y yo intentábamos divertirnos pero nos atacaron un par de demonios, él había disfrazado de Drácula, y está de más decir que los colmillos no eran falsos. Observo como una pareja estaba teniendo un momento sentimental cerca del muelle ¿Qué acaso estas personas no conocen los malditos moteles? Odio las demostraciones afectivas en público.
Me acerco lentamente y en solo un par de segundos estrello la cabeza de la chica con el barandal del mirador, la chica solo queda inconsciente, el chico me mira asustado.
— ¿Pero qué mierda haces? — intenta mostrarse duro, pero sabía que estaba realmente aterrado —. ¿Cuál es tu problema?
— Muchos — respondí secamente, tomé al muchacho del cuello y lo obligué a incorporarse, le doy un puñetazo en la boca del estómago, y en ese momento simplemente me dejé llevar por la peor parte de mí —. Maldita seas, Stronghold — suelto otro golpe, el cual va directo a su cara y le destroza la nariz —. Eres una asquerosa traidora ¿Y sigues diciendo que no tienes nada con él? Intenta explicar el hechizo — suelto otro puñetazo más —. Yo te amaba, maldita sea.
Estaba cubierto de sangre, no me sorprendería saber que había matado al chico tras ese ataque de ira. Intento limpiarme la sangre en mi ropa, pero seguía teniendo gran rastro de ella en mis manos, que comenzaban a temblarme de nuevo. La chica finalmente empieza a recobrar el conocimiento, y lo primero que ve es a su querido novio en un charco de sangre. Ella intenta huir pero termino con su su patética existencia volviendo a golpear su cabeza contra el barandal una y otra vez.
Normalmente esto me calmaba, pero todavía tenía el impulso de seguir matando a cualquier tipo que se me cruce.
— ¿Terminaste?
Doy media vuelta, Harry me miraba fijamente, estaba completamente a alerta de todos mis movimientos por si decidía atacarlo.
— ¿Qué demonios quieres?
— Estaba buscando algo útil cerca del mercado negro — contesta, caminando de un lado a otro, sin bajar la guardia —. Y entonces percibí el dulce aroma de AB+
— ¿Por qué tan a la defensiva, Styles? — señalé
— Por que no sé en lo que se ha convertido mi mejor amigo — responde —. Desconozco lo que seas capaz de hacer, aunque ese par de cadáveres me dan una buena idea.
— Pero qué perspectivo eres, Styles — reí amargamente, mientras tiraba ambos cuerpos por el muelle para eliminar la evidencia —. Ahora vete si no quieres que te arranque la cabeza y termines bajo el muelle.
— Sé que mi mejor amigo sigue ahí dentro — dice con certeza, al oír eso no puedo evitar poner los ojos en blanco —. No me harás daño.
— ¿Quieres apostar? — repliqué, no tenía ningún inconveniente en enfrentarme a Harry
— Sé lo que ha pasado con Kat — comentó de repente
— Cállate — espeté acercándome a él
— ¿Es por eso que ahora andas matando gente inocente? — pregunta —. Porque esa no es la solución, no conseguirás que ella te perdone si vas por ahí matando gente y comportándote como una bestia.
Genial, ahora puedo considerar esto como una sesión con el doctor Styles, experto en psicoanálisis y lavado de cerebro, y no iba a conseguir nada de mí.
— No me importa — espeté, dando por terminada la conversación, no estaba de humor como para soportar sermones
— Sí te importa — asegura, apresurándose para cerrarme el paso, lo miro fijamente y él mantiene el contacto visual —. Y lo sabes.
— ¿Y qué? — admití con fastidio —. Que me importe no me sirve de nada, porque he echado a perder lo único en mi vida que valía la pena — y en ese momento, me derrumbé —. He hecho que la única persona que no me veía como un monstruo ahora me odie... ¿Pero qué rayos he hecho, Harry?
Liam tenía razón, si no podía soportar esto, perdería por completo la cabeza en caso de que Kat muriera por mi culpa. No podía con mi existencia, me sentía la peor escoria en la faz de la tierra. Y Maddison también tenía razón, no merecía a Kat, después de todo lo que le he hecho no merezco formar parte de su vida. Quise evitar todo de nuevo, pero decidí enfrentar el dolor y la culpa, aunque merecía algo peor que sentirme una completa basura.
— Hey, está bien — menciona Harry, intentando calmarme —. Ya eres tú de nuevo, eso es lo que importa. Todo se solucionará.
No, no lo haría. ¿En verdad pensaba que con el simple hecho de que mi parte demoniaca no me esté controlando ahora todo volvería a estar como antes?
— Tengo que irme a casa, Liam debe estar preocupado — dije después de varios minutos en silencio
— De acuerdo — asiente —. Sé que está de más decirlo, pero no hagas nada estúpido, no bloquees tus emociones o seguirás haciendo cosas de las que te vas a arrepentir.
Simplemente asentí. Consigo un transporte que me deje a la altura del bosque en donde se encuentra mi casa. La noche era bastante fría, me apresuro para llegar a casa para evitar a algún licántropo que quiera un bocadillo a estas horas de la noche.
Después de varios minutos caminando solo en las profundidades del traicionero bosque Dering, estoy a un par de metros de casa. Escucho algo detrás de mí y volteo rápidamente, sacando un frasco de poción, Altair estaba recargado en el tronco del árbol con una sonrisa burlona pintada en su rostro, mientras Avner caminaba de un lado a otro.
— ¿Estás consciente que tu amigo el vampiro te hipnotizó? — murmura —. Me confesó que solía hipnotizarte cuando estuvo en mi sótano, es impresionante lo que obtienes con un poco de sangre de hombre muerto, y viendo que no intentas matarme ahora mismo apuesto a que lo acaba de hacer de nuevo.
— ¿Qué? — cuestioné sin darle crédito, aunque tenía sentido que Harry lo haya hecho para llegar a mi parte humana. Maldito seas, Styles. —. Largo.
— ¿Te has preguntado qué pasó aquella noche en la que murió tu madre? — mencionó Avner
— ¿Y a ustedes qué demonios les importa? — repliqué sin darle importancia
— Porque Harry nos compartió muchas cosas que podrían parecerte interesantes — prosiguió Avner
— ¿Y por qué me las dirían?
Sabía perfectamente que había algo detrás de todo esto, aunque no podía descifrar cuál era su propósito ¿Qué ganaban ellos con decirme cómo murió mi madre?
— Por que nos sentimos generosos — habla Altair —. Es nuestra buena acción del día.
— Pues habla de una maldita vez — demandé, tenía un muy mal presentimiento de esto, pero probablemente sea la única oportunidad que tendré para saber qué pasó esa noche
— Te lo puedo mostrar — Altair me sostuvo del brazo y todo comenzó a dar vueltas
Cuando por fin dejé de sentir la sensación de estar en un juego mecánico de mil vueltas, me encontraba frente a una casa blanca, de dos pisos y varias ventanas. Reconocí el lugar de inmediato, era la casa en la que solía vivir antes que mataran a mi madre y fuese adoptado por los Tomlinson. La casa se encontraba en perfectas condiciones, como si nunca hubiese sido abandonada.
— ¿Qué es esto?
— Viaje en el tiempo, por supuesto — responde Altair sin darle importancia —. No debe faltar mucho.
Observo como la luz del pasillo se enciende, tenía recuerdos borrosos, Liam me dijo que mamá había bajado a la cocina, me escondo e intento mirar por la ventana. Ver a mi madre me causó un nudo en la garganta, me di cuenta que mis escasos recuerdos de ella no le hacían justicia, era mucho más hermosa de lo que recordaba. Avner me empujó hacia los arbustos, unos segundos después, un montón de brujos estaba invadiendo el jardín. Me quedé estático al reconocer a Sally Tomlinson y a Julian entre ellos.
No podía dar crédito a lo que veía, si me lo hubiesen dicho jamás lo hubiese creído, pero no puedo negarlo cuando lo estoy viendo con mis propios ojos, ellos habían matado a mi madre y me ocultaron la verdad todos estos años. Escuché la pelea, tuve el impulso de salir corriendo a matar a todos los que estaban atacando a mi madre, pero obviamente no podía hacer nada. Y también escuché cómo todos discutían sobre cómo iban a acabar con mi hermano y conmigo para evitar una gran amenaza en el futuro.
Regresé a la actualidad, si en la mañana estaba furioso, ahora estaba al doble. No solo esos malditos brujos habían sido los responsables de la muerte de mi madre, sino que Harry también sabía la verdad de eso y nunca me lo dijo. Tuve que crecer con la escoria que asesinó a mi madre y estuvo a punto de hacer lo mismo conmigo.
Solo tenía una cosa clara: esos brujos debieron matarme aquella noche, porque no iba a dejar pasar esto.