15. Veneno, emociones y amuletos

241 18 6
                                    

| 15. Veneno, emociones y amuletos |

Louis

De acuerdo, esto no estaba planeado.

Estaba siendo tan impulsivamente idiota que no pienso bien las cosas, nunca se me había pasado por la cabeza que Altair me regresaría el golpe y lo haría mil veces mejor. Tenía que admitirlo, se lleva el premio mayor al maldito del año.

Sentía como el veneno se iba esparciendo y con ello me debilitaba cada vez más, pues cada corte de la daga era como recibir un rasguño de un miserable demonio araña. La mala noticia es que mis poderes de regeneración no servían de nada, pues solo puedes tratar el veneno con un antídoto especial.

Me dejo caer en el suelo, mis piernas me temblaban y estaban a nada de volverse de gelatina, la sangre que brotaba de mis heridas era negra y de apariencia horrible.

— ¡Liam! — exclamé

¿Cuánto tiempo me quedaba? ¿Tres horas? ¿Quizá una? Era una sensación en extremo dolorosa, era como tener ácido en lugar de sangre, la peor cosa que he sentido en toda mi vida.

— ¿Louis? — lo escucho bajar por las escaleras, al verme tumbado en el piso se acerca corriendo a auxiliarme —. ¿Qué demonios ha pasado?

Liam me arrastra hasta el sofá mientras maldecía, se encarga de quitarme el iridix y observa el estado de mis heridas.

Sentía que me estaba quemando por dentro, además de tener una terrible sensación de escalofrío. Tenía la sensación de quedarme sin aire, como si tuviese algo pesado encima de mí impidiéndome respirar, también mi visión estaba empeorando notablemente, veía todo borroso.

— ¡James! — exclama Liam —. Maldición, resiste y no te mueras.

— Eso no se ve nada bien — murmura James al aparecer —. ¿Te metiste en un nido de arañas de nuevo?

— No — alcanzo a decir —. Altair...

— Ese demonio es más sádico y retorcido de lo que creí — murmura James

— Comienza a hacer el antídoto — indica Liam —. Y cuídalo, si algo le pasa te mato.

— ¿Enserio me dejarás de niñero? — cuestiona James

— ¿Prefieres ir por el veneno? — ataja Liam

James titubea y termina accediendo, Liam desaparece después de tomar un frasquito de la alacena para guardar el veneno y hacer el antídoto.

Mi nuevo niñero me pone un par de cadenas en las muñecas como si fuese una especie de prisionero y me fuera a encadenar en el sótano.

— ¿Esto para qué? — cuestioné alzando una ceja

— Para que no me ataques por las alucinaciones que tendrás dentro de poco — responde con un tono de obviedad en su voz

Había olvidado las alucinaciones, eran de lo peor; tener una pesadilla combinada con algún narcótico era la descripción que mejor encajaba con esa horrible sensación. Como si estar muriéndote y tener ácido corriendo por tus venas no fuera suficiente.

Me recosté en el sofá mientras James se encargaba de elaborar el antídoto. Me dolía todo, respiro hondo varias veces intentando calmarme y cierro los ojos un momento.

Esto estaba acabando conmigo, solo espero que Liam se de prisa con esto. Intento buscar una posición más cómoda pero en ese momento el sofá era terriblemente incómodo.

Siento un zumbido en mis oídos, abro los ojos, no veía claramente pero el ambiente estaba oscuro ¿En qué momento oscureció? Veo un par de sombras por el rabillo del ojo, y una risa que venía de algún rincón de la habitación.

Irrealidad IIWhere stories live. Discover now