–¿Esa es la razón para matarlo?—Preguntó Hyukjae aún receloso de que su amigo no reparara en su presencia. Sungmin por el contrario se notó sorprendido, pero aún así le restó importancia. Su atención estaba situada en el chico de sus sueños.
Aún podía sentir la cólera que lo atacó al saber que quién lo había ilusionado fuera el mismo chico que había despreciado su amor y humillado frente a tantas personas.
Su pulso se aceleró mas del que ya estaba y cuando el muy idiota le sonrió y dijo un seco y simple «Hola», no se contuvo de golpearlo en la mejilla con fuerza, gritarle que era un imbécil y salir a toda prisa del restaurante. Pero aún así el chico lo había seguido y apareció en la puerta de su apartamento.
Tal vez, la vergüenza de saberse expuesto en su humilde hogar, con lágrimas recorriendole las mejillas y los hermosos arreglos florares -Que el mismo le había regalado- sonriendole desde su sitio; además del «Lo siento» que soltó Kyuhyun, fue suficiente para descargar toda la furia acumulada. Le reprochó una y otra vez el rechazo y las humillaciones hechas a su persona.
Le gritó que se largara y que se llevara sus estúpidas flores consigo. Pero el chico jamás se fue, en cambio, se atrevió a entrar y abrazar a Sungmin pidiéndole perdón, pero el mayor estaba muy cabreado, tanto así, que se dirigió a la cocina en busca de un cuchillo para amenazar con matarlo si no se iba, le daba igual si pensara que estaba loco, lo que deseaba era estar solo y llorar su dolor. Pero no fue un cuchillo lo que encontró, sino un sartén, lo tomó y cuando Kyuhyun hizo ademán de acercarse a él, lo golpeó en la cabeza tan fuerte que pensó que sus vecinos oyeron más el sonido del golpe que los propios gritos.
Explicó cada detalle a sus amigos, no omitiéndose nada. Cuando terminó, todos lo miraban boquiabiertos, paseó sus ojos por cada uno de ellos y fue su turno de abrir los ojos por la sorpresa.
–¿Tu eres...? —Señaló a HeeChul y luego añadió: —¿Y tú...? —Donghae rió nervioso, porque alguien mas lo reconociera, abrió la boca para explicar todo, pero se vio callado cuando HeeChul habló:
–Soy Kim HeeChul, ya nos conocíamos de vista, pero no recuerdo tu apellido.
–Su nombre es Lee Sungmin.
–¡Kyu! —Se levantó poco a poco con la ayuda de su primo y Hyukjae. Le dolía la cabeza y sentía la boca reseca. Además no recordaba nada después de que Sungmin alzara esa sartén. Aunque a decir verdad, se imaginaba exactamente lo que había pasado.
Buscó a su chico con la mirada y lo encontró con el rostro hacia abajo. Resistió la tentación de levantarle la mirada con sus manos.
–Me golpeaste fuerte —Comentó con una risita. Tratando de salir de esa extraña atmósfera que se había creado.— Al menos tengo la certeza de que si alguien más intenta enamorarte, no se le va a hacer nada fácil. —Añadió orgulloso, importándole muy poco que todos allí le escucharan, incluso su primo. Ya no quería ocultar lo que sentía.
–Kyuhyun... —Comenzó Siwon pero el nombrado le interrumpió.
–Se lo que vas a decirme primo y...
–Descuida. El no iba a reclamarte nada. —interrumpió esta vez HeeChul. —¿Verdad Siwonie? — El nombrado tragó grueso y asintió.
–Bueno, ya que nadie necesita mi ayuda, será mejor que me valla. —Soltó Hyukjae, harto de que le ignoraran.
–¿Y tu quién eres? —Preguntó Kyuhyun altanero.
–¿Yo?, pues antes era el mejor amigo de SungMin... Ahora, parece que ya no, pues no me dijo nada acerca de ti.
–Hyukjae no seas idiota. ¿Que no viste que apenas y aclararon las cosas entre ellos? —Heechul respiro hondo, como si explicarle las cosas a Hyukjae fuera de lo más agotador.
–Oh Hyukie, sabes que sigues siendo mi amigo, es solo que... ¡Oye! ¿Ustedes...? —Señaló las manos entrelazadas de Hyuk y Hae — Que descarado eres, reclamarme el no haberte dicho y tu me restriegas a tu novio en la cara. —Hyukjae rió nervioso y Donghae se sonrojó. SungMin terminó haciendo un puchero y todos los demás sonreían por tanta tontería. Ese era un momento especial, aunque la causa de su reunión fuera tan extraña.
–Bien, entonces nosotros nos vamos —Heechul puso una mano en el hombro de Hyuk y este asintió.
–Estaré en contacto contigo Min. Ya sabes... Para aclarar todo este malentendido. —Reforzó el agarre en las manos de Donghae y lo llevó con Él. Mientras que Siwon no sabía que hace, si acompañarlos e ir a algún lugar para hablar con HeeChul, o exigirle a su primo que subiera a su auto para llevarlo a casa y dejar a SungMin en paz, o mejor dicho, salvar a SungMin de las garras de su propio primo. Optó por lo primero, pues su amigo ya había demostrado que podía defenderse y su primo no era un violador.
–Sungmin... Hasta mañana. —Su amigo lo miró con cara que denotaba nerviosismo, pero no se permitió ayudarlos esta vez. Si iban a hablar tenían que hacer ahora, ya. Solo esperaba que no intentara matar a su primo otra vez.— Kyu. —Miró a su primo, quién estaba parado a su lado, transmitiéndole con la mirada palabras como «¿a que esperas? ¡Vete ya! ¡Largo!» Y todas venían con un movimiento de pupilas que hacían mas evidente sus peticiones silenciosas. —Cuidate... Adiós. —Giró sobre sus talones y se marchó de la habitación, creyó escuchar un «Te acompaño» pero no observó a nadie junto a él cuando llegó a la puerta de salida.
Los chicos aún seguía fuera del departamento, o bueno, al menos HeeChul si estaba completamente, pues los otros dos estaban más concentrados en su mundo.
–Tardaste mucho —Reprochó HeeChul. Ganándose una sonrisa juguetona por parte de Siwon.
–Tengo miedo de lo que pueda pasar si los dejo solos. —Respondió mientras caminaban fuera del edificio, con la pareja -más acaramelada que antes- detrás de ellos.
–Ninguno de los dos parece ser virgen —Soltó HeeChul como si nada. Y Siwon -aunque parezca imposible- se atoró con su propia saliva, llamando la atención de los transeúntes nocturnos por su repentino ataque de tos. Miró a HeeChul cuando se hubo calmado, con la cara roja, avergonzado de que hablara de esas cosas así, sin más. A él aún le costaba aceptar que le gustaba un hombre, aún le costaba aceptar su comportamiento en el bar; los besos que le dio a Hee aún seguían en su cabeza, haciéndolo avergonzarse por el repentino cambio de pensamientos y gustos. Pero causándole además unas ganas enormes de lanzarse sobre su boca de nuevo, devorarlo y disfrutar de el tacto sobre ese hermoso cuerpo. Se le pusieron los pelos de punta por el hilo de sus pensamientos. Y se obligó a pensar en otra cosa, volviendo al tema anterior, se preguntaba como Heechul podía saber cuando alguien es o no virgen, ¿Acaso sabría que él...?.
Nuevamente se reprochó por sus pensamientos y advirtió que seguía con la cara hacía abajo, con Donghae dándole palmaditas en la espalda, Hyukjae con una mirada extraña gobernandole el rostro y HeeChul, quién parecía ser el único que disfrutaba de toda la situación.
–Ya está bien, Donghae. —Espetó Hyuk. Hae se alejó y se ubicó a su lado. HeeChul puso los ojos en blanco por los estúpidos celos de su amigo. Él ni siquiera se había inmutado cuando Donghae había comenzado a acariciar a su hombre... Un segundo, ¿Su Hombre?... ¡Por Calvin Klein!, estaba comenzando a creer que necesitaba un cambio de cerebro.
–¡Vámonos ya! —Dijo medio gritando. Estaba harto de toda este embrollo, estaba confundido y sus pensamientos estaban más rebeldes y directos que nunca. Por eso quería llegar a su casa y tomar una ducha, relajarse, peinarse y ver alguna serie que le gustara para dejar de pensar en estupideces.
En dos minutos ya iban de camino a ninguna parte, pues nadie dijo a donde debían ir. así que Siwon fue quién preguntó.
–Donghae, te llevamos a la iglesia o... —Dejó la frase en el aire para esperar una respuesta, que además de sorprenderle, no salió de su boca sino de su novio.
–El y yo viviremos juntos ahora —Fue la respuesta. Miró a HeeChul solo porque sí y lo encontró con la cara roja de coraje, apretando la boca de manera que le quedó en forma de línea.
–Parece que hoy es la noche de las sorpresas. —Espetó con furia HeeChul. — ¿Cuando pensabas decírmelo? ¿Cuando escuchara a Donghae gemir a tres pasos de mí?
Eso último definitivamente, no era necesario decirlo, pero cuando Hee se enojaba, no había nadie quién lo detuviera. Hyukjae se enojó por ello, Siwon dirigió su vista a carretera nervioso y avergonzado, mientras que el pobre Donghae se sonrojó hasta las orejas y ocultó la cara entre sus manos, tratando de evitar que sus lágrimas salieran, respirando profundo para poder alzar de nueva cuenta la cabeza. Sabía que revelarse contra la iglesia y todas sus creencias iba a ser muy difícil, por eso se mantuvo callado, debía soportar todo esto y más si realmente quería pasar su vida junto a Hyukjae, que aunque se conocieran desde hace poco tiempo, estaba seguro que ese chico le haría feliz.
–Viviremos en un nuevo apartamento. —Respondió con simpleza. —Le he dicho a mi padre que volveré a la escuela con la condición de que aceptara a Donghae. —Añadió. Ninguno dijo nada después de eso. Más Siwon volvió a interrumpir el silencio preguntando de nueva cuenta a donde irían. Hyukjae le dio la dirección y se dirigieron hacía el lugar en silencio.
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—Llevame a mi casa —Demandó HeeChul cuando dejaron a Hyukjae y Donghae en su nuevo hogar. Donghae le explicó antes de despedirse y mientras HeeChul discutía con Hyuk, que había salido de la iglesia hacía dos días, dejándole una nota al padre Park disculpándose por dejar la iglesia de esa manera. Pero en todo eso, no podía evitar pensar en el mañana, cuando fuera a la iglesia y no estuviera ahí, si es que tenía la desfachatez de entrar. Tal vez no, después de haber hecho tales cosas esa misma noche...—¿Nos vamos ya? ¿O prefieres que baje y tome un taxi?.
—No.
Enciende el auto y se pone en marcha.
Llegan a un edificio desgastado, le apetece hablar con él, pero HeeChul está tan de mal humor, que siente que si llega a decir una palabra éste lo tratará como a un perro. Por eso cuando HeeChul se acerca a él y lo besa rápido y demandante, no evita preguntarle lo que hasta hace poco le estaba carcomiendo el cerebro.
—¿Heechul, nosotros...? —Deja la frase sin terminar por la vergüenza.
—¿Nosotros que? ¿No me digas que Hyukjae y el cara de pez te han contagiado de sus estupideces? ¿Crees que por salir del closet conmigo, te vas a venir a vivir a mi casa? ¿O a la tuya por ser más grande? No, yo no quiero compromisos con nadie. Tu eres solo un pasatiempo y deberías tomarlo de la misma forma. — Y sube las escaleras, dejando a Siwon con el corazón extrañamente estrujado.