Me quedo solo en el salón, leyendo los reportes que recién entregaron a pesar de que la fecha límite fue la semana pasada. Intento olvidar el modo caótico en que los alumnos salieron apenas sonó la campana, como si fuera la alarma contra incendios o de que se acerca algún tsunami. También intento olvidar que la cantidad de reportes que me dieron hoy supera a lo que me entregaron antes de la fecha límite.
Alguien golpea la puerta.
—¿Interrumpo? —es Matt, y se le ve animado, cosa que no me sorprende ya que sé lo popular que es con sus estudiantes. Enseña biología, y puedo hacerme una idea de cómo consigue ganarse su admiración.
—¿Qué quieres? —Pongo al final uno de los reportes, las pocas líneas que leí fueron suficientes para saber que el joven Steven no pasará la materia.
—Solo vine a comentarte que ya publicaron la ficha de inscripción para los Torneos Amaestrados. —Dejo de leer y miro fijamente a mi amigo.
Los Torneos Amaestrados, es, sin tomar en cuenta el tonto nombre que le puso nuestro anterior director, una de las más importantes competiciones que pone a prueba a los profesores de la preparatoria Wantihann. En realidad es la única competencia que involucra solo a maestros, pero no deja de ser significativa.
Son dos días enteros de esfuerzo físico y mental, y no importa qué tan querido seas con los alumnos, si ganas la placa que te reconoce como el profesor maestre sin duda ganas cierto respeto. Y yo lo gané dos veces. Claro que esa cortesía solo dura unos meses, luego los jóvenes vuelven a verte como el profesor somnífero. Sí, sé que me llaman así, y no se han molestado en ocultarlo.
Creo firmemente que si gano ese torneo por tercera vez al fin conseguiré que mis estudiantes se tomen con más seriedad lo que les enseño.
Y es por eso que este año ganaré sí o sí.
Agarro el lapicero con determinación y lo levanto hasta la hoja pegada frente a mí.
—Creo que deberías leer las nuevas condiciones antes de apuntarte —dice Matt mientras escribo mi nombre en la lista.
—Lo que sea que haya añadido el nuevo director no creo que vaya a hacerme cambiar de opinión en mi objetivo de ganar. —Sonrío al leer mi nombre y le echo un vistazo a mi amigo, quien no aparta la vista del cartel de información que está pegado al lado del de inscripciones— ¿Hay algo de lo que deba preocuparme? ¿Añadió un obstáculo que involucre reptiles?
No me sorprendería si fuera así. A nuestro nuevo director se le reconoce por ser un poco inusual y... original en su modo de dirigir una escuela. Desde que llegó ha realizado varios cambios, ninguno de mi agrado. Por ejemplo, en cada baile de fin de año no solo se escoge a un rey o reina entre los estudiantes, también puedes votar por cuál profesor o profesora quieres que gane dichosa corona de popularidad.
Matt ha sido rey las dos veces. La reina fue... la profesora de música. La castaña insoportable.
—En realidad... —Me mira y enseña sus dientes—. Creo que este año puede que sí me anime a participar.
Solo he visto participar a Matt una vez en estos cinco años que llevo aquí, se notó que solo fue para divertirse, le daba igual si quedaba último o era descalificado. Claro, sabe que no tiene nada de qué preocuparse, igual los alumnos ya lo admiran.
—Dime que no nos hará luchar en gelatina. —Dirijo la mirada al cartel y busco lo que sea que le haya hecho cambiar de opinión— ¿Reconocimiento de pareja maestre? —Y mientras más sigo leyendo, más atónito quedo— ¿El torneo será de parejas? —Miro a Matt, esperando que él me de la contraria.
—Así que... ¿con quién vas a hacer pareja? —Me rodea los hombros, dándome un fuerte apretón—. Yo creo que elegiré a la profesora Macguire, sin duda es mi tipo.
—¿Por qué es pelirroja? —Exhalo y me encojo de hombros, recordando bien que el único requisito que pide en una chica es que tenga el cabello rojo.
—Podría aprovechar esta oportunidad para mostrarle que soy más que una cara bonita, algo que por alguna razón no parece darle gusto.
—Me temo, profesor Matt, que deberá esperar hasta mañana para saber si la profesora Sarah será su pareja o no —dice alguien detrás de nosotros.
Volteamos al mismo tiempo y encontramos al director Montgomery sonriéndonos ampliamente. Empujo a Matt y le damos espacio para que se coloque en medio.
Su aspecto de Santa Claus puede resultar engañoso al principio, hacerte creer que es un hombre con el que puedes bromear e ir a beber algo después del trabajo. Eso pensó el anterior profesor de ciencias cuando le hizo una broma comparándolo con San Nicolás. Nos enteramos días después de que lo trasladaron a una pequeña escuela en un pueblo fantasma.
Desde entonces supimos que Charles Montgomery es un hombre con el suficiente poder para convertirte en el siguiente educador del reformatorio infantil más cercano.
—¿A qué se refiere? —le pregunta mi amigo, asegurándose de no sonar maleducado.
—Las parejas serán sorteadas. —Tanto su perfecta dentadura como su declaración me quita un poco la voluntad de participar—. Mañana se colocará la lista, entonces sabrán quiénes serán las profesoras afortunadas. —Coloca sus manos sobre nuestros hombros, y Matt y yo intercambiamos tensas miradas.
Debí hacerle caso y leer antes de escribir mi nombre, aún si quisiera borrarlo no podré porque el director ya sabe que me he apuntado.
—Buen día, profesora Hayley.
Intento no mostrar ningún gesto que ponga al descubierto mi desagrado y me mantengo quieto hasta que la profesora de música aparece en mi campo de visión.
—Buen día, director Montgomery. —Se ha colocado a mi derecha, y aprieto los dientes en cuanto noto su sonrisa.
—Por favor, llámeme Charles. —Tragar saliva es lo único que puedo hacer, pues el director me tiene de rehén— ¿Ha venido a apuntarse al torneo de este año?
—No me lo perdería por nada.
—Tal vez la profesora Fox desee leer las condiciones antes de tomar alguna decisión precipitada —intento sonar lo más cortés posible, sé que frente al director debo aparentar que le tengo algo de respeto a la profesora de música.
—Ah, creo que el profesor Chris se refiere a lo de las parejas —le informa el director mientras le da un leve apretón a mi hombro—, pero no creo que eso vaya a ser un impedimento para la profesora Hayley, ¿o me equivoco?
—Por el contrario, no puedo esperar a averiguar con quién ganaré el torneo este año. —Coloca su mano en mi hombro derecho—. Quién sabe, tal vez el profesor Chris sea el afortunado. —Fuerzo una sonrisa con la poca energía mental que me queda—. O tal vez lo sea Matt, aunque en ese caso yo sería la afortunada. —Le guiña un ojo a mi amigo.
Me concentro en la única tarea de respirar mientras la profesora se toma su tiempo en escribir su nombre. Pestañeo de vez en cuando para lucir natural, y finjo interés en las tiras cómicas pegadas más abajo del muro estudiantil.
—Profesora Fox. —Un alumno se acerca con prisa y la castaña se vuelve hacia él—. Tengo una hora libre y esperaba que pudiera escuchar la pieza que escribí para usted.
—Claro, Michael, me encantaría oírte tocar. —En cuanto sonríe cierro los ojos, pero no tardo en abrirlos antes que el director pueda notarlo—. Es más, ¿por qué no lo tocas en mi siguiente clase?
—¿Tocar en su clase? N-no estoy seguro de que pueda.
—Haremos esto, primero tocarás para mí, pero solo como una práctica, si lo haces frente a los demás te aprobaré en la prueba de esta semana, ¿hecho?
—Hecho.
—Profesores, direc... Charles, con permiso. —Se aleja con el muchacho al que claramente le han lavado el cerebro.
—También me retiro —avisa el director—, los veo este fin de semana. —Nos libera y se marcha.
Tanto Matt como yo soltamos el aire que contuvimos y nos relajamos.
—Tengo que terminar de revisar los reportes. —Palmeo la espalda de mi amigo y me adelanto.
—¿Renunciarás si te toca de pareja la profesora de música? —pregunta mientras me voy alejando.
—Eso no va a pasar —le aseguro fuerte y claro.
Antes la haría renunciar a ella.
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Capítulo más chaparro que mi ex (?)
PUBLICADO: 09/08/16
SOUNDTRACK: Lightning - Cash Cash