Chris amaba ser profesor. Amaba enseñar jóvenes, ayudarlos a ser mejores, guiarlos por el buen camino de la vida.
También amaba los libros, y amaba la tranquilidad que conseguía de ellos.
Pero algo que no amaba Chris era a Hayley Fox.
No la soportab...
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La semana se ha vuelto larga y tediosa, y me he cansado de justificar el cambio de comportamiento en Hayley. Cada vez que nos encontrábamos por casualidad se aseguraba de sonreírme o ser amable conmigo, y aprovechaba cualquier oportunidad para tocarme. Sé bien que le gusto, más obvia no puede ser, pero me niego rotundamente a formar parte de ese retorcido juego.
He tratado de evitarla, de alejarme lo más posible de esa mujer, porque cada vez que me toca he deseado arrastrarla a ese cuarto de limpieza y levantarle la falda para acariciarle hasta el alma. Cada vez que me sonríe he deseado atraerla hacia mí y besarla. Cada vez que me saluda he ansiado hacerla jadear hasta que diga mi nombre y me ruegue por más.
Al menos algo bueno ha salido en la semana. Por ejemplo, he conseguido una mayor participación con los alumnos, y hasta llegamos a debatir en algunas ocasiones.
Suena la última campana que anuncia la salida. Los jóvenes se entusiasman ya que es viernes y se marchan en grupo.
Soy de los últimos en salir de la escuela. Afuera los otros profesores están reunidos, seguramente planeando alguna salida. Sigo mi camino y Matt me alcanza.
—El profesor Wolf cumple años y tenemos planeado ir por unos tragos, ¿vienes?
Al dichoso profesor Wolf se le ve bastante cómodo abrazando a Hayley mientras ambos ríen encantados por la conversación que tienen con los otros maestros.
—¿Por qué no?
Llegamos al pub que eligió el cumpleañero y las bebidas no tardan en aparecer. Hayley y Wolf no dejan de reír mientras se susurran algo al oído, no sabía que fueran tan cercanos. Bien por ellos.
—¡Me encanta esta canción! —La profesora Macguire se emociona y se levanta—. Chris, ven... —Me agarra el brazo—. Bailemos.
—Paso. —Consigo que me suelte—. No soy buen bailarín.
—Si Chris no puede yo lo reemplazo. —Matt se pone de pie y se va con la profesora.
Otros se les unen, y la mesa queda casi vacía. Entonces noto que la mano del profesor Wolf desaparece bajo la mesa.
—Hayley. —Ambos voltean a verme— ¿Quieres bailar?
Se toma unos segundos para pensarlo, seguro que prefiere seguir siendo manoseada por ese tipo.
—Claro.
Sonrío y le tomo de la mano mientras nos acercamos a la pista de baile. Al verme rodeado de personas que se mueven sin indicio de estar siguiendo algún patrón recuerdo que hace años que no bailo. ¿Qué estaba pensando?
—Haz lo que yo hago. —Guía mis manos a su cintura y empieza a moverse de izquierda a derecha.
—No creo que lo estemos haciendo bien. —Observo a los otros, quienes saltan y se agitan debido a la ruidosa canción.
