Polos Opuestos |PAUSADA y REE...

By inaxhone

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¿Cómo deberías sentirte cuando nadie es capaz de entenderte? Giselle es una chica inteligente, simpática y si... More

1. Vive y deja vivir.
2. ¿Niñera?
3. Bienvenida a la casa de los Collins.
4. No entiendo nada.
5. ¿Fiesta en casa de Dylan? P.1
6. ¿Fiesta en casa de Dylan? P.2
7. Todo lo malo me pasa a mí.
8. Los polos opuestos, se atraen.
10. "¿Qué haces en mi casa?"
11. Castigados.
12. ¡Sorpresa! (1)
13. ¡Sorpresa! (2)
14. ¡Sorpresa! (3)
15. Sentimientos.
16. Colores.
17. Lo odio.
18. Lluvia de estrellas (1)
19. Lluvia de estrellas (2)
20. Aceleración cardíaca.
21. Parque de atracciones.
22. "Te dejo estéril"
23. Ensayo.
24. Reencuentros y corazones rotos.
25. Romeo y Julieta.
26. Confesiones de última hora.
27. Desesperación máxima.
28. No todo el mundo cambia.

9. Esto... ¿Es una cita?

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By inaxhone

Leer la nota del final, ¡por favor! 


-¡Levanta dormilona!-Me movía Summer de un lado al otro de la cama.

-¿Qué hora es?-Dije sin ganas.

-Las 10:00 am. Levanta.-Me volvía a mover.

-¿¡Las 10:00!?-Abrí un poco los ojos, pero se me dañaban por culpa de la luz encendida.-¿Se puede saber que haces levantándome a las 10 de la mañana?

-Me estaba aburriendo en la habitación sin hablar con nadie.-Dijo haciendo puchero.-Llevo desde las 9 levantada esperando a que te levantaras pero no había manera.

-Summer, ya sabes que me gusta dormir.-Le dije tapándome la cara con la almohada.-Déjame.

Summer fue a decir algo pero el sonido de mi teléfono la interrumpió.

-Cógelo tú y dile que estoy durmiendo.-Dije mientras me volvía a poner en la misma posición en la que estaba durmiendo todo el rato cerrando los ojos.

-¿Sí?-Decía Summer a la otra persona del teléfono.-Ajá, Giselle ahora mismo está durmiendo Shawn, si eso llam...

Me levanté de golpe de la cama y le arrebaté el teléfono a Summer.

-Ho-hola soy Giselle.-Dije cogiéndome de la cabeza. Me había levantado demasiado rápido y la cabeza me daba vueltas.

-Hola Giselle.-Rió.-¿Te he levantado?

-No tranquilo. Mi amiga ya me había levantado.-Le miré mal.-¿Qué ocurre?

-Nada... Solo quería preguntarte si querías venir hoy conmigo a tomar algo.-Juraría que estaba nervioso. Se le notaba en la voz.

-Claro.-Le dije.-¿Cuando y a que hora?

-¿Qué tal si te paso a buscar a tu casa sobre las 5:00 pm?-Tapé el móvil y miré a Summer para decirle en voz baja si podía decirle su dirección, así ya me quedaba en casa de Summer y que me viniera a buscar aquí. Asintió.

-No estaré en todo el día en mi casa, te doy la dirección de mi amiga, que es ahí donde estoy.-Se la di.

-Vale, pues ahí te pasaré a buscar.

-Te espero.-Le dije. Nos despedimos y colgué.

-¿Y bien?-Dijo Summer esperando a que le dijera de qué habíamos hablado.

-¿Qué?-Dije haciéndome la loca.

-¿Por qué te a llamado, por qué va a venir a mi casa a buscarte,...?

-Summer, pareces mi madre.-Rió.-Me a llamado porque quiere quedar conmigo a tomar algo en algún sitio.

Summer comenzó a chillar y a dar saltos en la cama.

-¡Por fin tienes una cita!-Empezó a chillar mientras tiraba los cojines hacia arriba.-¡Y encima con un tío buenorro!

-Summer.-Le cogí de la pierna para que se bajara. Reí.-Sólo somos amigos. Vamos a conocernos, ¿vale? Bájate de la cama anda.-Y eso hizo.

-Vale vale, aguafiestas.-Dijo cruzándose de brazos.-¡Ya me dirás que tal!-Sonreía.

Pasé todo el día en casa de Summer. Su madre se tuvo que ir a trabajar así que nos dijo que pidiéramos algo para comer, ya sea pizza o pollo. Summer me obligó a que comiéramos pollo, ya que según ella "comer tanta pizza va hacer que engordes y te pongas como un cachalote". Yo prefiero la pizza ante todo.

-¿Estás preparada?-Me decía Summer desde su habitación. Había entrado al baño para vestirme.

-Ya estoy.-Dije saliendo y haciendo que Summer me viera.

-¿En serio?-Me miró de arriba a abajo arqueando una ceja.

-¿Qué pasa?-Me miraba la ropa que llevaba. No estaba tan mal.

-Ven conmigo que te voy a dejar ropa, anda.

Me cogió de la mano arrastrándome a la habitación. Comenzó a tirarme camisetas en la cara y haciendo que se cayeran al suelo, hasta que encontró lo que quería.

-¡Esto!-Me dijo enseñándome una camiseta, realmente bonita.-Lo vamos a conjuntar con este pantalón roto y estos zapatos azules.

-No.-Le dije.-No tienes por qué dejarme cosas Summ...

-Cállate y pruebatelo, vamos.-Me dijo interrumpiéndome. Le hice caso y entré en el baño.

Salí y Summer me miró sonriendo.

-Así me gusta más.-Me dijo mientras se acercaba a colocarme bien la camiseta.-No es muy arreglado que digamos, pero así se verá que no estás desesperada.

-¡Oye!-Me quejé.-Tampoco lo estoy. Es un amigo.

-Claro claro.-Dijo riéndose.

Estuvimos 10 minutos hablando hasta que llamaron al timbre.

-Creo que es el.-Dije mientras me levantaba de la cama y cogía mi sudadera negra para colocármela en la cintura.-Estoy nerviosa.

-Vamos, te acompaño abajo.-Me dijo cogiéndome de la mano.-Sí, si lo estás. Te sudan las manos. Ecs.-Dijo haciendo una mueca de asco. Le di un codazo.-Es broma, es normal que te suden. Estáte tranquila, todo va a salir bien.-Me decía mientras llegábamos a la puerta.

-Te adoro.-Le dije cuando ya estábamos en la puerta, mientras la abría.

-Yo te adoro más.-Me dijo dándome dos besos y saludando a Shawn con la mano desde la puerta. Estaba dentro de un volkswagen negro, pequeño, pero bonito.

-¡Cuídamela!-Chilló Summer hacia Shawn. Le pisé el pie.-¡Ah!-Se quejó.

-Cállate.-Le dije riéndome.-Nos vemos.

Shawn salió del coche mientras iba hacia él, saludándome con dos besos. Tuve que ponerme de puntillas, Shawn es más alto que yo y no alcanzaba.

Me coloqué bien las gafas.

-Estás guapísima.-Me decía mirándome de arriba a abajo. No me gustaba que hicieran eso, me intimidaba. Pero en cambio, con el no me pasaba.

-Gracias.-Me sonrojé.-Tu también.-Me sonrió y me abrió la puerta del asiento delantero para sentarme. Qué caballero. Y finalmente, dio la vuelta y se metió en su asiento para conducir.

Iba muy guapo. Iba muy de negro, por eso. Llevaba una cazadora negra y debajo una camiseta gris que se le pegaba al cuerpo haciendo ver que de verdad tenía abdominales. Debajo unos pantalones negros ajustados, y por último unos zapatos, también negros. He de decir que también llevaba anillos, y eso le hacía verse más sexy. No sé si soy la única, pero cuando un chico lleva anillos me parece muy sexy.

-¿Dónde me vas a llevar?-Decía, mientras nos colocábamos los cinturones.

-Eso es sorpresa.-Me sonrió de lado.-¿Preparada?-Me miró. Asentí nerviosa.

Me fue llevando por muchas calles, y algunas de ellas no las había visto en mi vida, hasta que paramos en un parking.

-No sé donde estamos.-Reí.

-Tranquila.-Dijo mientras subía el freno de mano. Salimos del coche.-Ven conmigo.-Me decía mientras cerraba el coche.

Le seguí unos 5 minutos hasta que nos paremos en frente de una tienda, grande. Se oía música desde fuera.

-Aquí vengo cuando me aburro o cuando quiero pasar un buen rato.-Me miró.-¿Entramos?-Me extendió su mano para que se la cogiera. Reí.

-Claro.-Y se la cogí.

Abrimos la puerta y pude ver dónde me había llevado. Estábamos en una sala de juegos, donde podías encontrar máquinas por todos lados. Estaba flipando. ¡Éste era uno de mis sueños! Me encantan los videojuegos.

-¿Cómo...?-Dije intentando hablar. Me sacudí la cabeza.

-¿Cómo?-Rió.-¿No te gusta?

-S-sí.-Estaba flipando.-¿Cómo has sabido que me gustan los videojuegos?-Le miré.

-Un verdadero mago nunca revela sus secretos.-Le miré mal y lo captó. Comenzó a reírse.-Está bien. No lo sabía, sólo te traje aquí a la aventura, a ver si te gustaba o no.-Me miró sonriendo.-Ya veo que sí.

-¡Me encanta, Shawn!-Le dije mientras me soltaba de su mano para ir corriendo a una máquina.

Me paseé por toda la tienda. Había de todo. Ni siquiera me acordé de Shawn hasta que me cogió del brazo.

-Giselle, tranquila.-Rió.-Empecemos por lo primero y ya iremos uno por uno.-Asentí riéndome.

Se me cambió la cara cuando recordé que para jugar a estas máquinas se necesitaba dinero, y de eso ahora mismo no tenía.

-Mierda.-Me quejé tapándome la cara.

-¿Qué ocurre?-Se agachó Shawn para mirarme mejor.

-No tengo dinero, Shawn. No voy a poder jugar.-Dije mordiéndome el labio inferior. Estaba furiosa. ¿Cómo se te ocurre venir sin dólares? Chica lista.

Shawn se comenzó a reír y le miré mal.

-Shawn, no tiene gracia.-Miré para otro lado cabreada.

-De eso no te preocupes.-Me dijo cogiéndome del brazo.-Soy socio, vengo aquí todas las veces que me aburro, ¿recuerdas? Y eso quiere decir que casi todos los días.-Me reí.

-¿Y qué que seas socio? Sigo sin dinero.-Me crucé de brazos.

-Pues que tengo una tarjeta, pocos de aquí la tienen. Sirve para utilizarla las veces que puedas.-Le miré desconcertada.-Es decir, si ves.-Me dijo enseñándome la tarjeta.-Aquí pone el número de partidas que me quedan.

-¡Te quedan 100 partidas!-Dije alucinando.

-Lo sé.-Rió.-Me la renovaron ayer. Así que no te preocupes, puedes utilizarla conmigo.

-No.-Me miró extrañado.-No tienes por qué dejarme nada, Shawn. Me sabe mal.

-¿Qué te va a saber mal? Venga vamos.-Me insistía.-No seas tonta.-Me miró haciendo puchero. Me reí.

-Está bien...-Dije al fin, a lo que el sonrió.

Juguemos a todas las máquinas, sin dejar ninguna. Nos quedaban aún 60 partidas o más, no me acuerdo. La última máquina era una de bailar. No sé si sabréis cual es, aquella que hay flechas en una plataforma y delante tenéis una pantalla que os dice que flechas tenéis que picar con los pies para bailar.
Pues esa.

-¿Preparado para que te meta una paliza bailando?-Le dije mirándole con los ojos medio cerrados. Rió.

-Preparado para hacerte perder.-Abrí más los ojos. Reí.-Vamos a mirar que canciones hay.

Habían muchas canciones, lentas como rápidas. No estaba ni Rihanna ni Ariana. Estaba Cool For The Summer de Demi Lovato, Lush Life de Zara Larsson, Shower de Becky G...

-Me estoy aburriendo buscando las canciones.-Reí.-Quedémonos con Cool For The Summer.

-Lo que tu quieras.-Dijo Shawn al fin, poniendo la canción que le había dicho.-Igualmente te voy a ganar.-Reí.

-Eso lo veremos.

Íbamos empate. La partida estuvo apunto de acabar, y cuando faltaban menos de dos segundos, gané. Empecé a chillar y a saltar, me salí de la plataforma donde bailábamos y me puse a hacer un baile raro. Me daba igual, ¡le había ganado!

-Toma esa, toma esa.-Le decía mientras ahora, hacía el baile de la mayonesa. Se comenzó a reír.

-Vale, vale. Ya está.-Levantó las manos hacia arriba.-Has ganado.

-Ajá.-Le guiñé un ojo bromeando.-Soy la mejor.-Rió.-Dilo, "Giselle, eres la mejor".

-Señorita, bájese de dónde esté, se está flipando mucho.-Me reí.

-Pero dilo.-Le ordené mientras me puse otra vez a bailar el baile de la mayonesa.

-Giselle, eres la mejor.-Me reí.

-¡Sí! Lo soy.-Dije poniéndome una corona invisible.

-Bueno, bueno.-Me dijo y paré de bailar.-¿Sabes que hora es?-Negué y miré mi reloj. Se me abrieron los ojos como naranjas.

-¿¡Las 9:00 pm!? ¿Cómo hemos podido estar tanto tiempo aquí dentro?-Dije, no entendía nada.

-Las máquinas te hacen perder el tiempo.-Rió.-¿Te parece si vamos a comer a algún sitio?-Se movía el pelo nervioso.-No importa, sé que no tienes dinero así que invitaré yo.

-Me encantaría Shawn, pero ya sabes que me sabe mal que vayas a pagar una cena tú solo. No me gusta que me paguen cosas.-Dije moviéndome el pelo en otra dirección.

-¡He dicho que no te preocupes por eso! Ya me lo devolverás con otra cosa...-Me miró subiendo y bajando sus cejas.

-¡Shawn!-Le regañé.

-Era broma.-Rió.-En serio, no es molestia invitarte. Es más, si hubieras llevado dinero no te hubiera dejado pagar de todas maneras.

-Es que...

-Ni es que ni nada, ¡nos vamos!-Y me cogió de la mano arrastrándome fuera. Estaba sonriendo, se le veía porque por detrás se podía apreciar como sus mofletes se arrugaban un poco. Me reí.

-Está bien, se ir yo sola ¿vale?-Le dije haciendo que se parara.

-Bueno, pero quiero llevarte de la mano. Me apetece.-Me sonrojé. Miré nuestras manos, estaban entrelazadas. Me gustaban sus manos, eran suaves y delicadas. Por suerte las mías ahora mismo no sudaban.

Me volví a subir a su coche y salimos del parking. Estuvimos todo el trayecto en silencio. No era un silencio incómodo, era un silencio cómodo. De esos que te pasarías la vida en silencio. No sé si me explico.

En la radio se escuchaba Sorry de Beyoncé. Adoraba a esta chica, pero no tanto como a Rihanna o a Ariana. Era distinto.

Miré de reojo a Shawn y estaba muy centrado en la carretera, mientras tarareaba la canción. Sin su permiso, le puse más volumen a la radio, haciendo que se girara para mirarme y sonriera. Comencé a cantar la canción un poco más alto, y el se unió. Me reí. Vaya par de tontos.

-Y llegamos.-Dijo mientras nos desabrochábamos los cinturones. Antes de salir del coche, ya se podía apreciar el restaurante. Las calles estaban todas oscuras, pero habían farolas que te dejaban ver por dónde ibas, y dentro de ese mismo restaurante, habían velas por todos lados. Shawn me abrió la puerta y me ayudó a salir. Le sonreí. Me puso su brazo para que pusiera el mío, y eso hice. Entramos y nos atendió una chica, aproximadamente de unos 40 y algo, o eso aparentaba.

-¡Hola Shawn! ¿Cómo estás, cariño?-Le sonreía.

-Hola Ciara.-Le devolvía la sonrisa.-Muy bien, gracias. Tenía una mesa reservada, para dos.-La chica, que ahora tenía nombre, me miró con una grande sonrisa.

-Hmm.-Volvió a mirar a Shawn para luego bajar la mirada y mirar el papel de las mesas reservadas.-Sí, aquí la tengo. Allí.-Se giró para señalar dónde quería decirnos.-A mano izquierda, al final de todo. Donde está el gran ventanal.

-Vale, gracias.-Shawn le sonrió para después mirarme.-¿Vamos?-Asentí.

Shawn se despidió de Ciara y fuimos a la mesa que nos indicó. No nos sentamos en unas sillas, eran como unos tipos de sofás, no sé si me entendéis. Pero se estaba muy cómodo.

-¿Mesa reservada para dos?-Le dije, cuando ya estaba sentada mientras él se quitaba su cazadora dejando ver esos bien ejercitados músculos de sus brazos. Sí, los bíceps.-¿Lo tenías todo planeado?-Reí.

-Se podría decir que sí.-Rió.-¿Que te vas a coger?-Dijo mientras me daba la carta con todo tipo de comidas.

-Pues no lo sé, la verdad.-Abrí la carta.-Pero.-Dije alucinando.-Shawn, está todo carísimo. No puedo elegir nada.-Cerré la carta y se la dí.

-Giselle, tranquílizate. Pide lo que quieras.-Me volvió a dar la carta.

-Voy a mirar lo más barato, que lo sepas.-Rió y yo miré seria la carta. Lo más barato era de 20 dólares. No entendía que hacía en un sitio tan caro.

-¿Sabes qué? Déjame elegir por ti. Ya sé que cogerte, te va a gustar.-Dijo Shawn cogiéndome la carta y dejándola en la mesa. Asentí.

A los segundos, apareció una chica, muy guapa por cierto, y nos preguntó que es lo que queríamos comer.

-Para mi, arroz con bogavante.-Le decía Shawn mientras la chica apuntaba.-Y para ella un cóctel de gambas.-La mujer asintió y se fue.

-¿Cóctel de gambas?-Le dije riéndome.-No me gusta el pescado, y menos las gambas.

-Ya verás que cuando lo pruebes, cambiarás de idea.-Dijo sonriendo. Asentí.-Cuéntame algo de ti.

-Mi vida no es para nada interesante.-Reí, a lo que el también rió.

-Vamos.-Dijo y puse mis dos puños en cada moflete de mi cara apoyando mis brazos en la mesa.-Tus aficiones, que es lo que te gusta, que es lo que no te gusta...

Comencé a pensar.

-Me gusta bailar y cantar. Hobbies que tengo.-Rió.-Me gustan los videojuegos, leer libros...

-¿Ah sí?-Asentí sonriendo.-¿Cuál es último libro que te has leído?

-Me Before You.

-Suena a cursi.-Reí.-¿Sobre que va?-Shawn se había puesto en otra posición, un poco más cerca de mi.

-Pues verás...-Me saqué los puños de mis mofletes y entrelacé mis manos en la mesa.-Trata de dos personas completamente diferentes, sin saber que ellos pueden cambiar la vida del otro.-Asintió.-Louisa Clark, la protagonista, nunca había salido de su pueblo y le asustan los cambios, así que prefiere estar atrapada en la rutina que es su vida a decidirse a tomar riesgos como por ejemplo vivir la vida que a ella le gustaría, hasta que en la cafetería donde trabaja, cierra definitivamente. Louisa se ve obligada a buscar un nuevo trabajo, y después de una búsqueda difícil se encuentra en un nuevo trabajo como acompañante de un hombre inválido. Y bueno, van pasando las cosas. Amor y demás.-Le dije.-Y si quieres saber qué más pasa, léete el libro. No te voy a hacer spoiler.-Reímos y asintió.-Solo te diré que lloré como una magdalena al leerlo. Más de seis veces, sólo digo eso.-Rió.-Y ni te cuento al ver la película...

-¿Eres sensible?-Me miró curioso.

-La verdad es que sí. Aunque pueda que no lo parezca. Cuando tocan en esta patata.-Dije señalando mi corazón.-Me pongo muy sensible, y soy fácil de llorar.-Rió.

-Vaya.-Dijo sorprendido.

-Ya.-Reí.-Pero bueno, así es Giselle.-Asintió.-Algo que no me guste...-Me paré a pensar.-Odio estar leyendo un libro, ponerme a pensar en mis cosas sin querer, y luego darme cuenta de que he leído una página sin enterarme.-Se comenzó a reír.

-Vaya, qué cosas tienes.-Reímos.

-¿Y sobre ti? ¿Qué me cuentas?

-Mmmm... No sé.-Rió.-Pregúntame cosas.

-¿Vas al gym?-Solté sin más.

Me encantan sus brazos. Y las venas que se marcan en él.

-Pues sí.-Rió.-Desde hace ocho años.

-¿¡Ocho años!?-Le dije alucinando.-¿No te cansas?

-Cuando a uno le hacen bullying en el colegio por ser gordo, intenta cambiar hasta gustarle a alguien.-Me callé de golpe.

-¿Te han hecho bullying?

-Sí, bastante. Desde los once años, exactamente. Ahora tengo diecinueve, y quién se meta conmigo...-Decía mientras subió su brazo enseñándome la bola que sobresalía de su bíceps. Reí. Bajó su brazo.-Es broma, no soy capaz ni de hacerle daño a un bicho.-Reímos. Qué adorable.-¿A ti te han hecho bullying alguna vez?-Miré mis manos. Tardé unos segundos en responder.

-Sí.-Le miré.-Aún me lo siguen haciendo por ser "nerd"-Hice comillas con los dedos en la palabra nerd.

-¿Qué?-Asentí.-¿Quién?

-No suelo decir...

-Giselle, quién.-Me dijo más serio Shawn.-Yo he pasado por eso, y se pasa muy mal.

Antes de decir nada, vino la chica con una botella de vino y dos vasos.

-Invita la casa.-Sonreía y asentí.

-Gracias.

Se fue y continuamos hablando.

-Stacy Bullock y Jackson Collins.-Abrió los ojos.-¿Los conoces?-Dije mientras Shawn me ponía vino en el vaso.

-¿Stacy? ¿En serio?-Asentí.-De Stacy me lo espero.-Se movió el pelo.-Sé que a hecho bullying, y lo sigue haciendo. Pero no sé nada de ese tal Jackson. Sólo se quién es más o menos por amigos.

-A ver, Jackson tampoco me hace mucha cosa que digamos. A lo mejor un día me hace un comentario de las gafas que llevo o de la ropa, pero Stacy es de tirarme al suelo, tirarme los libros y decirme de todo.-Le dije.-¿De que la conoces?-Dije refiriéndome a Stacy. Cogí el vaso y me lo puse en la boca para comenzar a bebérmelo.

-Joder.-Se quejó.-El año pasado fue mi novia.-Sin querer, escupí el vino por la boca, y antes de que le diera a Shawn, se apartó.

-Lo siento, lo siento.-Le dije.-Menudos reflejos.-Rió.-¿Que fue tu novia?-Dije mientras me limpiaba la boca con la servilleta de papel.

-Sí, duramos poco por eso. Es muy guarra.-Dijo y reí.

-Me lo dirás...-Reímos.

-No sé como lo hacen esas personas que dejan de quererte de la noche a la mañana.-Dijo, refiriéndose a su relación con Stacy.

-Pues ahora sale con Jackson.-Reí.

-¿Ah sí?-Bebió de su vino.-Me da bastante igual, la verdad.

Llegó la camarera con sus dos platos y nos los colocó en la mesa, cada uno con su respectiva comida. Me puse una servilleta en el cuello para no mancharme. Miré a Shawn y me observaba con una cara en plan "¿qué se supone que estás haciendo con ese papel en el cuello?" Reí.

-¿Qué pasa? Puede que me manche... Y es mejor prevenir que curar, ¿no?-Rió.

-Verdad, verdad.

Comenzamos a comer a la vez. He de decir, que las gambas estaban súper deliciosas.

-Esto está de muerte.-Dije, mientras mordía la gamba.

-¿Ves como está bueno?-Reímos.-Hablando antes de Jackson me he acordado de que el sábado que viene es su cumpleaños.-Le miré un momento dejando las gambas en el plato.

-¿Así?-Asintió.-¿Cómo sabes tú eso si no le conoces?

-Por Dylan y Colton.-Le miré sorprendida.

-¿Tambien conoces a esos dos personajes?

-Sí, son amigos de la infancia.-Rió.-Quieren hacerles una fiesta sorpresa y me han invitado, así lo conozco.-Asentí.-Quiero que vengas.

-N-no Shawn.-Le dije mientras me limpiaba la boca con la servilleta de mi cuello.-No pinto nada allí, no soy bienvenida.

-Pues lo vas a ser.-Dijo.-No quieren que haya mucha gente, sino la suficiente.-Volví a coger una gamba.-Vamos.-Me decía.-Yo les diré que te he invitado, seguro que te dejan venir.

-Shawn, no sé.-Dudaba. ¿Como iba a presentarme a la casa del chico que me odia, y al que yo odio?

¿Que diría al verme allí? No soy nadie para el, ni una amiga.

-Seguro que se alegra de verte allí.-Levanté una ceja.

-¿Lo dices enserio?-Reí.-Ese chico no me quiere ver ni en pintura.

-Vamos. Me a dicho Dylan que lo celebraremos el domingo de esa semana, ya que el sábado está cogido para su hermana y su madre.-Me decía.-Hazlo por mi, quiero verte allí.-Decía entrelazando sus manos.

-Ya me lo pensaré.-Dije al fin.

-No me falles.-Me dijo poniendo su mano encima de la mía, sonriéndome.

Me habia quedado callada, a lo que Shawn también. Shawn me miraba fijamente, de un ojo a otro.

-¿Habéis terminado?-Nos interrumpió la camarera, preguntándonos.

-Sí.-Le dije entregándole mi cóctel y Shawn su plato.-Muy bueno el cóctel.-Me sonrió y le sonreí.

-¿Nos vamos ya?-Dijo Shawn y asentí. Nos levantamos de nuestros respectivos asientos y de repente me entró un frío que ni me aguantaba. Cogí mi sudadera y me la puse mientras Shawn se acercaba a la barra a pagar la cena.

Estaba temblando. ¿Qué me estaba pasando?

-¿Vamos?-Me dijo Shawn y asentí. Le seguí todo recto hasta llegar a la puerta. Abrió.

Comencé a temblar más de la cuenta. Tenía mucho frío.

-¿Qué te pasa?-Me dijo Shawn, parándose delante mío.

-N-no s-sé.-Dije tiritando.-Es-sto-oy tem-bl-blan-ndo.

Shawn acercó su mano y la colocó en mi frente.

-Dios mío, Giselle estás ardiendo.-Dijo mientras se sacaba la cazadora y me la ponía encima. Me abrazó.-A ver si así dejas de temblar.-Me abrazó más fuerte, colocando sus brazos por debajo de su cazadora. Se estaba muy bien ahí, de verdad. Olía tan bien, que no sabría describirlo. Si pudiera me dormiría ahí mismo.

-Voy a llevarte a tu casa, sólo haz el esfuerzo de decirme la dirección.-Y eso hice. Me llevó hasta su coche y me metió dentro.

-Se ve que el cóctel te a sentado mal.-Decía, mientras arrancaba el coche.-Lo siento.

Quería decirle que no lo sintiera, que el no tenía culpa de nada. Pero no podía hablar, en ese momento no me salían las palabras. Me encontraba mal, y la cabeza me pesaba. Esto a pasado tan rápido, que no sé exactamente que es lo que me había hecho ponerme así. Era todo tan raro.

Llegamos y salió rápido de su coche. Abrió mi puerta y me ayudó a salir. Me puso un brazo alrededor de mi cuello.

-Voy a tener que buscar las llaves de tu casa, así que lo siento si toco algo que no debería.-Rió. Las tenía en el bolsillo trasero de mi pantalón.

-Están en el bolsillo de mi pantalón, el bolsillo trasero.-Pude decirle. Hice un esfuerzo y me las saqué yo.-No estoy tan mala. Solo ahora mismo tengo frío y la cabeza me pesa, y me cuesta hablar.-Rió.

-No hables, ya abro yo la puerta.-Y eso hizo. Entramos en mi casa y me llevó hasta la cocina. Me senté en una silla y vi que empezó a buscar donde tendría los medicamentos.

-Están en el baño, en la estantería de arriba, a la izquierda.-Dije, y salió corriendo de la cocina. Volvió con dos pastillas y me las echó dentro de un vaso de agua.

-Toma.-Me entregó el agua.-Vaya mala suerte eso de salir de un restaurante y acabar poniéndote mala.-Empecé a beber el medicamento.

-Gracias.-Le di el vaso.

-De nada.-Sonrió.

-Gracias por lo de los videojuegos, por el restaurante, por ser tan atento conmigo.-Le dije y le sonreí.

-No es nada, solo espero que te lo hayas pasado bien.-Asentí.-Pues ya está, eso es lo que me vale.-Sonrió.-Voy a ir yéndome, son las 12:00 pm.-Asentí.

Se acercó a mi y dejó un suave beso en mi mejilla derecha.

-Nos vemos.-Me sonrió mientras se iba y me despedí de él con la mano.

Después de estar diez minutos sentada en la silla de la cocina, me levanté y dejé el vaso en la encimera. Me encontraba muchísimo mejor. Estas pastillas son realmente buenas.

La verdad, había descubierto quién era realmente Shawn. Una persona dulce, atenta, cariñosa y graciosa. ¿A quién no le va a gustar este chico? Lo tiene todo.

Me había dado cuenta de que llevaba puesta la cazadora de Shawn, y la verdad, no tenía pensado quitármela. Era muy cómoda, y olía muy bien a perfume.

Escuché como sonaba el timbre de mi puerta. Me asusté.

Fui de puntitas hasta la puerta para mirar en la mirilla, y antes de eso, la persona del otro costado seguía picando como desesperada. Miré y le vi. Abrí.

-Gracias a Dios.-Dijo nada más entrar en mi casa, cerrando él la puerta.

-¿Se puede saber qué es lo que quieres?-Le dije de malas maneras. Se presenta aquí como si nada.-¿Por qué no estás en tu casa?

-No quería llegar y que Loren y Lisa me vieran así.-Esta vez me miró y pude ver que le sangraban partes de la cara. Tenía una raja en la frente que hacía que la sangre bajara por la sien derecha. También tenía una raja debajo del labio inferior y en una ceja.

-¿¡Pero que has hecho!?-Le dije y le cogí del brazo para llevarle al comedor.

Vale que Jackson fuera mala persona, a veces, pero no podía ver a alguien herido. Nunca.

-Me he metido en una pelea.-Me decía, mientras se sentó en el sofá y yo me dirigí al baño para buscar tiritas.-Y esta casa era la que me pillaba de más cerca sin que los policías pudieran llegar a pillarme.

-Saca tu yodo de tu cazadora y dámelo.-Le ordené y eso hizo. Se sentó en el sofá y yo me arrodillé para quedar a su altura.

Comencé a curarle la frente. Le quité toda la sangre y le eché yodo en la herida.

-¡Dios, como escuece!-Se quejaba.

-Cuando me echaste tu el yodo, me decías que no me quejara, que no hacía nada... ¿Y ahora haces lo mismo?-Se rió.

Cuando ya estaba, le puse una tirita y seguí con las siguientes partes. Me fijé que en las manos, los nudillos, también tenía heridas y sangre. Se las limpié y eché yodo por todos los nudillos. Fui de nuevo al baño a una estantería y cogí una venda.

-Las manos ya están.-Dije mientras se las envolvía.

-¿Por qué haces esto?-Me dijo e hizo que le mirara.

-¿A que te refieres?

-¿Por qué me ayudas? Yo solo te he tratado mal, y tu solo haces nada más que ayudarme.-Me quedé callada mientras acababa de envolver los puños.

-Desafortunadamente soy el tipo de persona que podrías destruir más de un millón de veces y yo aún estaría ahí si me necesitases.-Dije sincera. Él solo me observaba.

Cogí más algodón y le puse yodo. Miré debajo de su labio inferior. Tenía esa parte bastante cortada.

-Puede que este te escueza un poco más.-Le dije mientras se lo limpiaba antes de curárselo.

Me estaba mordiendo el labio inferior. No por nada, si no que cuando siempre me concentro o cuando estoy nerviosa, cuando algo me a dado rabia, o lástima, suelo mordérmelo. Puede parecer raro, pero me pasa.

Miré hacia arriba para ver a Jackson y me estaba observando. No le di importancia y me centré de nuevo en su herida. Me giré para coger el yodo y ponerlo en el algodón. Miré de nuevo en dirección a Jackson y me acerqué a su labio. Comencé a huntar el yodo por donde la herida.

-Ya está.-Dije mientras me levantaba y dejaba el algodón lleno de yodo encima de la mesa.-Esto es tuyo.-Se lo di y le sonreí.

-Gracias... por ayudarme.-Me decia mientras se guardaba el yodo.

-De nada.-Dije sin más.-Te acompaño a la puerta y así la cierro con llave.-Asintió.

Jackson se puso delante mío para ir él primero. Fuimos caminando hacia la puerta hasta que tropecé con la mesa del comedor y caí de culo. Jackson se giró para verme y se rió. Le extendí la mano para que me ayudara a levantarme. Me cogió de la mano y mientras me fue a levantar, tropezó con mi pie e hizo que nos cayéramos los dos al suelo. Me removí dolida, me había pegado la espalda contra el suelo. Tenía a Jackson encima mío, con sus dos manos colocadas en cada lado mi cuerpo, haciendo que no acabara chafada por el. Abrí más los ojos y miré hacia el frente. Podía ver perfectamente los ojos claros y penetrantes de Jackson. Me observaba atentamente, mirando cada parte de mi cara.

Nunca había tenido a Jackson de tan cerca, y tampoco había pensado en tenerle así jamás en mi vida. Teníamos los dos cuerpos pegados y nuestras respiraciones chocaban. Podía decir que se le veía aún más atractivo de lo que era. No podía negarlo.

Vi en sus ojos como se quedó observando mis labios, y sin darme cuenta, me mordí el labio inferior, haciendo que Jackson sonriera de lado.

¿¡Por qué siempre me mordía el labio!?

Podía oler su perfume. No se había echado tanto como aquella vez, y la verdad, se lo agradecía. Ahora mismo me estaría ahogando.

Aún seguía mirando mis labios. Yo estaba quieta, sin saber que hacer. Jackson pasó su lengua lentamente por todo su labio.

He de decir que estaba realmente sexy.

Giselle, contrólate. Te estás volviendo loca.

¿Iba a hacer lo que creía que iba a hacer? Cerré mis ojos un segundo, para volverlos a abrir. No, no es un sueño. Tenía a Jackson a pocos centímetros de mí.

Me volví a morder el labio inferior sin quererlo. Sus ojos me miraban. Sus labios se acercaban muy despacio a los míos. Siento su aliento cálido y de pronto, noto el roce de nuestros labios. Cerré los ojos. Es verdad lo que dicen en las películas de amor; hay que cerrar los ojos.

De repente se separó, haciendo que abriera los ojos y sintiera a mis labios, fríos. Me miró de nuevo a los ojos, y finalmente, juntó de nuevo sus labios con los míos. Volví a cerrar los ojos, y abrí mi boca.

Comenzó a besarme lentamente, quitando su mano derecha de apoyarla en el suelo para pasarla por debajo de mi camiseta, haciéndome masajes por la espalda. Levanté mis brazos y los coloqué alrededor de su cuello.

Intentó atraerme más hacía él, pero era imposible. Estábamos en el suelo, y no podía casi moverme. Quité mis dos manos de al rededor de su cuello y las pasé por debajo de su camiseta, tocando cada parte de su abdomen bien trabajado.

Me cogió de las piernas e hizo que las colocará alrededor de su cintura. Me levantó del suelo como pudo sin dejar de besarme y me llevo al sofá. Ahí, se tumbó encima mío y comenzó a besarme apasionadamente, como si estuviera diciéndome algo.

Cogió mi labio inferior con sus dientes y lo estiró delicadamente. En ese instante, abrí los ojos y pude ver que es lo que realmente estaba pasando.

Me separé rápidamente de el dándole un empujón y me levanté del sofá. Jackson se sentó y miró fijo en una dirección, desconcertado.

¿¡Qué es lo que había pasado!?

Me cogí de la cabeza y empecé a andar de un lado al otro. ¿¡Que se supone que estaba haciendo con mi vida!? Acababa de salir con un chico que realmente valía la pena para acabar besándome con el último chico que me habría besado.

-Jackson.-Le dije. No me miraba, ni siquiera un segundo.

-Giselle, esto a sido un error.-Me miró.-Un gran error. No le digas a nadie lo que acaba de pasar si no quieres que te arruine la vida.-Me amenazó y rápidamente se levantó de allí para salir fuera de mi casa y cerrar con un portazo.

Estaba en shock y a la vez estaba cabreada. Me había robado mi primer beso.

ÉL.

¿¡Por qué me había besado!?

No vas a olvidar tu primer beso. Nunca se olvida el primer beso.

Agitaba mi cabeza. No podía ser. Tenía que olvidar ese beso, había sido un gran error, como Jackson dijo.

¿Como se supone que voy a mirarle mañana a la cara?

Tierra

Tra
Ga
Me.

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¡Hola amoreees!

Espero que os guste este capítulo, no sé si lo habréis notado pero a sido uno de los capítulos más largos, así que espero que lo disfrutéis. No sé si a sido todo muy rápido, pero me apetecía escribirlo. <3

Quería deciros que había creado un bookcover, por si queréis alguna portada para vuestra novela. Me encantaría hacérosla. 

Un beso enorme,

Marina, xx.

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