Todos acabaron durmiéndose pronto, estaban agotados de caminar de un lado a otro de la isla durante todo el día, además que al día siguiente zarparían y continuarían con su rumbo.
Sanji se encontraba dormido, había caído rendido ante tanta excitación. Zoro en cambio se mantenía despierto, seguía un poco ebrio todavía, ebrio y cachondo. En ese momento se levantó de su hamaca y se dirigió a observar a Sanji, de esa noche no pasaba.
Se acercó al oído del cocinero y susurró:
(**) "Ven, desnúdate, ¿sabes que hacer cuando hablamos de placer? Voy a comparecer ante el balcón de tus oídos y a tu parecer, los dejaré pitando hasta el amanecer"
Sanji seguía profundamente dormido, parecía que no le había escuchado, sin embargo no se rendirá tan fácilmente y continuó:
(**) "Ven, desnúdate, la mejor marca de ropa que conozco se llama Tu Piel, y no hay mejor placer que la imaginación, el respeto y el amor en conjunción, ven...".
En ese momento Sanji se revolvió en su hamaca y se giró, bien, había avanzado algo, seguramente no tardaría en levantarse.
Zoro salió a cubierta y subió hasta el mirador, tenía muchísimas ganas de encontrarse con el cocinero, aunque no sabia exactamente como afrontar la situación si este iba a su encuentro. No le preocupaba, se dejaría llevar, como hacia siempre que se encontraba ante una situación desconocida.
Sanji despertó, creía haber escuchado a Zoro hablándole al oído, ¿o lo había soñado?, echó un vistazo al lugar donde deberá estar durmiendo el espadachín, como suponía no estaba, pero sabía donde encontrarlo.
Salió a cubierta, encendió un cigarro y echó un rápido vistazo a su alrededor, se encontró al marino en el mirador.
Podía observar desde su posición la espalda desnuda y musculada de Zoro, le encantaba el torso corpulento de ese idiota, llevaba puesto su pañuelo, le hacia tan misterioso, además, intuía que llevaba los pantalones puestos ya que podía observar el fajín de color verde. Sin mas dilación se dispuso a subir al mirador.
Sanji exhaló el humo de su cigarro y preguntó:
-¿Qué haces aquí marino?
Zoro no contestó, se giró y se dirigió al cocinero, lucía una sonrisa pícara, como si hubiese caído en alguna trampa. No contestó a la pregunta de Sanji, y en ese momento todo ocurrió muy deprisa.
El espadachín empotró al cocinero contra el mástil, con su mano derecha agarro la mano izquierda del rubio, la colocó por encima de la cabeza de este, lo tenia prisionero. Sus labios quedaron a escasos centímetros, Sanji creía que enloquecía ante semejante escena, pero eso solo fue el principio.
Zoro con su mano libre quitó al cocinero el cigarro que llevaba en la boca, pensó en besarle al instante,pero se le ocurrió algo mucho mejor.
Se acercó el cigarro a la boca y le dio una calada, exhalo el humo en la boca del cocinero, rozando levemente sus labios, el rubio no sabía cuánto más iba a poder aguantar, era lo más sensual que había experimentado en toda su vida.
El espadachín apagó y tiró el cilindro, se quedó pocos segundos mirando al rubio a los ojos, esa mirada de desconcierto le ponía muy cachondo, sabía que lo deseaba y esta vez se iba a rendir ante todas sus pretensiones.
Zoro rompió el silencio diciendo:
(**) - Y digo yo ¿no será mejor follar que fumar cigarrillos?
(**) Letra de la canción "Ven, folláme" de Día Sexto.
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Y hasta aquí el capítulo de hoy, muchas gracias por leer mi historia ^^.
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