Pablo y Adela [EN EDICIÓN]

By elvientoadentro

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La primera vez que la vi, pensé que el diablo me perseguía para llevarme al infierno. Literalmente. Adela es... More

Sinopsis
Prólogo
1. De cuando el diablo y yo nos volvimos a encontrar
2. Las rubias siempre vienen bien
3. El diablo no deja de perseguirme
4. De indecisiones y advertencias
5. Definitivamente Adela está loca
7. Prometo que le ayudaré
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Entrevista a Adela por @UnDemonioRadioactivo
Capítulo 18
Entrevista a Pablo por @Andsig4
Capítulo 19
Entrevista a Lucía por @Romi_Arias
Entrevista a Adela por @Andsig4
Capítulo 20
Entrevista a Pablo por @Undemonioradioactivo
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
ESTO NO ES UNA ACTUALIZACIÓN
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
IMPORTANTE
Capítulo 46 (penúltimo)
Capítulo 47 (y final)
AVISOS IMPORTANTES

Capítulo 27

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By elvientoadentro

27

—¿Adela, me oyes?—pregunto por enésima vez a la cámara del reloj que le he regalado a Adela para saber que todo funciona a la perfección.

Hemos dispuesto micrófonos por todas partes. Hay dos puestos estratégicamente en la cocina, tres en el living-comedor, otro en el baño y, finalmente, otro en mi habitación. Además, hay cámaras tanto en la cocina como en la sala de estar, y para estar aún más equipados, llevo el reloj de Adela en mi muñeca. Decidimos no poner cámaras en el baño, porque, a pesar de que insistí, ella fue tajante al decir que con los micrófonos era suficiente.

—¿Adela, estás ahí?

Escucho su risa característica casi burlándose de mí y sonrío.

Claro que sí—escucho en mi oído—. Relájese, Pablo. Le prometo que no voy a dejarle solo.

Asiento, mientras sigo mirando el reloj, como si pudiera verla, pero en realidad es ella la que puede verme a mí.

—Mi nariz se debe ver enorme en la cámara, ¿no es así?

Ella vuelve a reír, contenta.

La verdad es que sí, Pablo. Pero no se asuste. Su nariz es más linda en persona—dice ella.

Automáticamente sonrío.

—¿No será que todo yo soy guapo?—bromeo. Empieza a balbucear y me echo a reír. Me encanta que se ponga nerviosa con estas cosas. —Ya está. ¡Me encuentras feo! Siempre supe que era así, Adela... —continúo en un tono juguetón.

Su respiración se agita en cuanto comienza a hablar presurosa.

No, no, no. ¡Usted no es feo, Pablo! No me malinterprete.

—¿Entonces, sí que soy guapo?—insisto, sonriendo.

Ella suspira, pero creo que alcanzo a percibir una sonrisa en la inflexión.

Mire, es que desde esta perspectiva y con la nariz viéndosele enorme, yo no sé qué pensar...—me dice, en un tono juguetón mucho más moderado que el mío.

Estoy a punto de responder cuando suenan tres golpes fuertes a la puerta. La puta madre, deben ser ellos. El estómago se me revuelve en dos segundos y la respiración se me acelera.

—Adela, voy a vomitar—le confieso, caminando tembloroso hasta la puerta.

¿Dónde ha quedado mi valentía? Pues escondida donde definitivamente no brilla el sol.

Pablo. Espere. No siga caminando—me responde ella, con voz firme y segura—. Tome un respiro profundo, sin subir los hombros, llénese de valor y abra la puerta. No hay por qué sentirse nerviosos. No sabemos si la señorita Lucía hizo algo o no. Ni tampoco sabemos qué amigos son aquellos que quieren presentarle.

—¡Me quieren en su banda de delincuentes!

Pablo, son inocentes hasta que no probemos lo contrario. —Escucho como ella también toma aire y dice con una voz mucho más dura—. Usted mismo me ha contado que esto es como conocer a sus padres. Así que imagínese que los padres de la señorita Lucía están tocando a su puerta.

Empiezo a sudar frío.

—No. Eso funciona incluso menos, odio conocer a las familias de mis novias.

Adela suelta una risa, y cuando vuelve a hablar, utiliza un tono diametralmente más cariñoso.

Pablo, estoy aquí. Estamos grabando todo. No hay de qué preocuparse. Sepa que en cualquier caso, yo seré veloz al llamar a la policía.

—Sé que tú lo serás, Adela, pero no confío en la velocidad de los carros de policía. Te aconsejo que si pasa algo, primero llames a la ambulancia. Tal vez y lo necesite más.

Adela suelta una última risa, mientras yo me acerco a toda velocidad hasta la puerta. Siento el corazón latir con fuerza mientras la observo. Escucho que Adela murmura: "Adelante" y asiento.

Si voy a morir hoy, al menos ya no soy virgen.

Abro la puerta y lo primero que pasa es que Lucía me salta encima. Me abraza con fuerza y noto como su extensa cabellera rubia me da con fuerza en la cara.

—Lu... —alcanzo a decir antes de que me dé un beso en los labios.

Creo escuchar una tos en mi oído, pero no alcanzo a saberlo, porque la risa que suelta Lucía es muy estridente.

—Pablopablopablopablo, ¡ya estamos aquí!—casi grita en mi oído y termino cerrando el ojo que está cerca de él.

—Auch—suelto y cuando miro hacia la puerta dos hombres me observan como si me estuvieran analizando.

—¿Tú eres Castañeda?—pregunta uno de ellos.

Tiene la cabeza rapada y lleva una barba prominente, que me hace pensar que todo el pelo de su cabeza se tuvo que haber trasladado hasta ahí. Su cuerpo parece el de un gorila enorme y lleva una camiseta negra, con el logo de ACDC. El que está a su lado es un poco más pequeño. Tiene el cabello largo y negro, como si se hubiese quedado atrapado en la época de la gente emo, y lleva lentes. Se ve más joven que el otro, pero también mucho más inteligente. Además, lleva una camiseta negra también que dice "King of code" estampada en ella.

Lucía me suelta y se pone a mi lado, tomándome la mano a la espera de mi respuesta.

—Ahm... Castañeda. Pablo Castañeda—digo con voz levemente trémula.

El hombre gigante me mira, frunce el ceño y sin previo aviso se echa a reír estridentemente.

—¿Bond, James Bond?—pregunta mientras entra a mi departamento, dándome una fuerte palmada en el hombro, la cual hace que me doble por la mitad—. Qué gracioso estuvo eso.

Escucho la risa suave de Adela en mi oído y yo tomo boto el aire que tenía contenido en mis pulmones, relajándome al fin. Lucía aprieta mi mano con la suya, infundiéndome valor.

—Yo soy Samuel, él es Inter. —Apunta al muchacho del cabello largo. — Y el que está escondido afuera es Perro.

Inter da una media sonrisa y me saluda con un movimiento de cabeza cuando entra. Luce como si fuera un adolescente despreocupado, pero no lo es. Tras él aparece otro hombre, un poco más pequeño que el muchacho, el cual antes de saludar me evalúa con la mirada. Tiene casi literalmente rostro de perro, pero creo que su nombre tiene que ver más que nada como se mueve alrededor de mí. Tiene el cabello negro, desordenado, y lleva una camiseta blanca que se le ajusta al cuerpo revelando que, deprimentemente para mí, debería estar yendo diez años a un gimnasio para poder lograr estar como él.

Viene con las bolsas de comida que Lucía había dicho que traerían.

—Así que tú eres el tontito que está con nuestra hermanita.

Alzo las cejas y miro a Lucía.

—Me dijiste que no tenías hermanos.

Ella se ríe y se encoge de hombros.

—Al menos, no hermanos de sangre—me dice.

El hombre frente a mí se me acerca, levantando el pecho, colocándomelo casi encima y echando la cabeza hacia atrás en una posición desafiante.

—Pero somos hermanos de banda, que es mucho más fuerte. ¿Entendido?—me dice Perro casi empujándome.

—Perro, no lo molestes. Solo se confundió—le dice Lucía, como quien no quiere la cosa.

Perro se aleja de mí casi al instante, asiente una vez con la cabeza.

—Está bien—dice antes de irse como si nada hubiera pasado hasta la mesa, donde Inter y Samuel esperan sentados.

Observo a Lucía con los ojos como platos y ella me sonríe cálidamente.

—No te preocupes. Son raros, pero te caerán bien.

Escucho a Adela murmurar "¡Qué grupo!" y asiento, tanto a Lucía como a ella, viendo al trío de hombres hablarse mientras sacan papas fritas de bolsa, refrescos, botellas de ron y vodka, y se golpean entre ellos como si solo fueran muchachos en una fiesta.

Cuando noto que empiezo a sentir confusión, me doy cuenta de algo que vengo pensando hace un tiempo:

Definitivamente, odio mi vida.

***

Un rato más tarde, vamos ya por el cuarto vaso de vodka junto a Perro y ambos nos estamos ahogando de la risa.

He descubierto que Inter, en realidad se llama Nicolás, pero que le dicen así por internet o interconexiones. El chico es programador de computadoras. Eso explica en gran medida la camiseta rezando "King of Code". Samuel, a pesar de lucir tan grande, es un bromista tan excepcional con el cual a la mitad de la velada ya no puedo dejar de reírme. Por otra parte, Perro cada vez que alguien molesta a otra persona sale a defenderla aunque no tenga por qué meterse, pero se aleja apenas se lo piden. Me da la sensación de que solo ama meterse en peleas, de modo que el apodo lo tiene bien merecido.

Lucía se queda a mi lado, colocando su mano posesivamente sobre mi pierna, mientras estamos sentados alrededor de la mesa bebiendo. Mi cuerpo se siente graciosísimo y a juzgar por mis movimientos lentos y torpes, me doy cuenta de que el alcohol ya está haciendo efectos en mi cuerpo. 

—Teeee jjjjuro que pensé que me asustarían, cachorrito. Quiero decir, Perro—digo con la lengua enredada. Él tiene las mejillas coloradas y se ríe ruidosamente.

Adela también se ríe en mi oído. ¡Adela, Adela, Adela, me gusta esa risa, te lo juro por Lucía, Perro, Samuel y el chico ese que no recuerdo ya el nombre, no lo sé.

—Yo pensé que no te merecerías a nnnnueeestra Lucy. ¿Te llamas Lucy, no es así?—pregunta Perro mirando a Lucía y ella asiente rodando los ojos, ¿o no lo hace? 

No estoy seguro. Muchas cosas dan vueltas. Samuel también da vueltas al lado de la tele. Ha puesto música hip hop y baila balanceando el cuerpo de arriba hacia abajo.

—Sí, Perro. Puedes decirme Lucy.

—¡¡¡Como la canción de los Beatles!!! ¡¡¡Lucy in the sky with diamonds!!!—grita Samuel a un lado de la tele, tarareando la canción mientras baila a un ritmo muy diferente de la música.

Me río con tantas ganas que empiezo a hipar. De pronto, me doy cuenta de que no veo al computín ese y me levanto a buscarlo.

—¿Dónde está el chico emo?—pregunto.

Al dar un par de pasos y sentir que el tiempo avanza a una velocidad vertiginosa me doy cuenta de que he bebido demasiado. Pero a quién le imporrrrrta, si el que ha estado bebiendo soy yo.

—Ten cuidado, Pablo. No te vayas a caer—me dice Lucía.

—Tranquila, tranquila que con vooodka caminnno mejor—le suelto y nada más doy un paso cuando me tropiezo.

Todos en la habitación se echan a reír y Lucía hace ademán de ponerse de pie, pero la freno con las manos, poniendo cara de que estoy perfectamente.

—Tranquila, tranquila. Puedo.

Ella me asiente y sonríe otra vez mirándome con esos ojillos soñadores. Casi quiero reírme, me he convertido en su príncipe azul.

Pablo, tenga cuidado. No vaya a ponerse demasiado sincero. Recuerde que lo de las cámaras no lo puede saber nadie. —Escucho a Adela en mi oído, preocupada, mientras camino hacia la cocina.

—¡¿Cómo te hasss mmmetido en mi oído?!—le inquiero con una risa.

—¡Pablo!—exclama Adela.

Me río con su voz. Debería relajarse. Debería relajarse conmigo un día de estos. Sí, se lo tengo que proponer.

—¿Quién se ha metido en tu oído?—pregunta Lucía, detrás de mí.

Adela retiene la respiración en mi oído. Me giro lentamente y le sonrío a Lucía mostrando todos mis dientes.

—Creo que es mi conciencia, no lo sé—le suelto y nuevamente todos se echan a reír.

Doy un paso más y escucho que Perro le dice a Lucía:

—Tu noviecito es extraño, pero creo que me agrada.

Entrecierro los ojos y lo último que me pregunto antes de entrar a la cocina es: ¿Y este qué? ¿Será gay?

_______

¡Hola, chic@s!

Está jugando Chile con Argentina (soy chilena) y estoy murien2. Creo que las argentinas que lean Pablo y Adela seguramente también lo están, jajajajajaja *se ríe nerviosamente hasta morir*

Dos cosas:

•¡Ya hice el grupo de facebook! Les dejaré el link en los comentarios o pueden buscarlo como Shining Sunflowers. 🌻🌻🌻
•Tengo un nuevo proyecto literario que verá las luces un poquito antes de que acabemos con Pablo y Adema. Se llamará Todos Quieren Algo. ¡Les estaré contando más en las siguientes semanas!

Preguntas:

1) ¿Qué otras historias de Wattpad son interesantes para leer?
2) ¿Leerían una historia de Ciencia Ficción si la escribiera? (Btw, existe, pero la dejé por la Universidad: Se llama Xenidis).
3) ¿Se unirán al grupo?

Abrazos (y besos)
-Youngbird93🌻🌻🌻

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