La inútil del grupo [One Piec...

By JustLoveMusic

216K 16.8K 7.4K

Un grupo de piratas lleno de increíbles guerreros y guerreras, y luego estoy yo. Soy la inútil del grupo, ni... More

Introducción
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
AVISO
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 30
Epílogo

Capítulo 29

3.3K 286 49
By JustLoveMusic


Este olor... me resulta tan familiar que es inquietante. Y lo peor es que no recuerdo porque me suena tanto. Miro atrás, y las sirenas siguen seduciendo a unos estúpidos piratas que tienen pinta de no tener ni idea de dónde se han metido.

No puedo describir el olor. Lo único que puedo decir es que huele extraordinariamente bien. Demasiado. Lo inhalo. 

- Buenos días.

Es la voz de una chica. Giro un poco la cabeza, para mirarla mejor. Hago todo lo posible para pasar desapercibido. Ella no se da cuenta de que la estoy mirando. Tiene el cabello muy largo, y sus ojos verdes brillan con la luz que entra desde la ventana. Se sienta a mi lado, y espera a que venga la camarera.

Ella la mira con desprecio. Parece celosa. No me extraña, la chica ha captado la atención de los piratas. Eso significa que puede que pierda clientela. 

- Un poco de sake, por favor.

Entonces recuerdo quién es.

***

Después de una larga ruta y varios inconvenientes con monstruos marinos, llegamos a la isla Gyojin. Cuando apoyo un pie sobre la tierra, todavía no me puedo creer que un lugar como éste exista. Es maravilloso, irreal. ¿Cómo podemos estar debajo del mar? Miles de preguntas recorren en mi cabeza. Todos estamos contemplando el lugar, y Luffy ríe. 

Algunos peces pasan por nuestro lado, y más allá logro ver unas cuatro sirenas. Nunca antes había visto a alguna, ni siquiera pensaba que existían de verdad. La nariz de Sanji no tarda en empezar a sangrar. 

Dejamos el barco atrás, y empezamos a andar hacia el centro de la isla. 

No sé cómo logramos separarnos, pero siempre pasa lo mismo. Me he quedado a solas con Sanji. Luffy salió corriendo como siempre, y uno a uno todos han desaparecido. No creo que nos pase nada malo, esta isla parece pacífica, aunque algún que otro nos mira con desprecio.

- Sanji, intenta no alejarte demasiado...

Cada vez que ve una sirena le empieza a sangrar la nariz, y creo que ya vamos en la enésima vez. Le agarro de la camisa y lo empujo hacia mí. No quiero quedarme sola. Aunque parezca que aquí no puede pasar nada, me espero cualquier cosa. Seguro que Luffy ya se ha metido en un buen lío.

Me quedo mirando un escaparate, es una tienda de katanas, pero es única. Hay un cartel en el que pone que están echas con piedra de no sé qué de la isla... 

Y cuando me giro para decírselo a Sanji, no está. Miro en todas las direcciones, pero no hay ni rastro de él. No me lo puedo creer. No sé cómo lo hago, pero siempre acabo sola, y lo odio.

Después de dar mil vueltas en la misma calle, me rindo. No veo a ningún compañero mío. Peor aún, Sanji tiene mi Den Den Mushi, así que no puedo contactar con nadie. Entro en un bar, por si Sanji está dentro. La verdad es que no me extrañaría, dado que en muchos bares de esta isla hay sirenas, y él estaba loco por conocer a alguna.

- Buenos días. - digo, y me siento frente a la barra.

Hay un montón de piratas. Algunas sirenas sirven comida y bebidas a sus clientes, y eso me recuerda a mi pasado. Pienso en mirar en otros bares, pero me quedo. No me vendría mal un poco de sake...

La camarera me mira un poco raro, y le pido un poco de sake. Me lo tomo a toda prisa. Dejo algo de dinero, y vuelvo a salir. No tengo ni idea de qué debería de hacer.

- Un momento.

Es una voz un tanto familiar, y me giro para ver quién es. Tiene la cara medio tapada, así que no logro ver su rostro. Me agarra fuertemente de la muñeca, pero yo me suelto.

- ¿Qué haces?

- Eres tú... - dice él, y logro ver su sonrisa debajo de la capucha - Vaya.

- Podría decir lo mismo si pudiese ver tu cara.

- No puedo. Tengo un asunto... bastante complicado.

Me doy la vuelta, y sigo andando. No tengo ni idea de quién era ese tío, pero paso. Pero el camina a mi lado.

- No sé quién eres, así que haz el favor de irte.

Me agarra del brazo y me mete en un callejón. Cuando me suelta, se quita la capucha. Casi grito al ver su rostro. Es él. 

- Eustass... Kid.

- Pareces sorprendida. - dice él, y se pasa la mano sobre el pelo - Y tú... todavía no se tu nombre.

Entonces recuerdo las palabras de Ussop: <<Es uno de los peores piratas. Un brutal asesino. Mata a todo el que se le ponga delante. >>

- Sé quién eres, y cómo eres. He oído... cosas sobre ti. 

Quiero salir corriendo, pero él me está en medio del callejón. Su sonrisa me da escalofríos. Ahora que sé quién es, no puedo mantenerme en pie. Su recompensa... es increiblemente alta. Me va a matar.

- ¿Qué cosas?

No respondo. Aprovecho que no está en guardia, le doy una patada en el tobillo y salgo corriendo. Corro como si mi vida dependiese de ello. De hecho, tal vez sí lo haga. Ese hombre... está interesado en mí, y no creo que sea porque quiere que seamos amigos. Entonces, oigo un sonido metálico extraño. Son mis katanas, que salen por sí solas de sus fundas. Intento cogerlas, pero van a una velocidad increíble. Corro tras ellas, y termino otra vez en el callejón.

- Dámelas.

- Dime... ¿eres una pirata?

- He dicho que me las des.

- Créeme, no tengo intención de hacerte daño. 

- Claro. Dicen que matas a todo ser que se te ponga delante.

- Bueno. - dice, y eleva sus cejas un poco - Puede ser cierto, o no.

- ¿Qué quieres de mí?

- Me pareces... interesante. 

- Te diré quién soy si me las devuelves. - digo, señalando mis katanas.

- Sé que saldrás corriendo otra vez, y no tengo tiempo.

Me ha pillado.

- ¿Por qué?

- Tengo un asunto privado aquí.

- Ah... ¿y qué es?

- Privado.

No entiendo esta situación. Estoy frente a uno de los piratas más horripilantes de todo éste maldito mundo, y le estoy haciendo perder el tiempo. Ni siquiera me siento tan asustada. Hasta que pone una de mis katanas sobre mi cuello.

- Matarme con mis propias katanas, sería estúpido.

- ¿Te interesaría unirte a mi banda?

- ¿Cómo?

No entiendo nada. Nunca pensé que existiría alguien como Luffy, que pregunta a toda persona viva si quiere unirse a su banda. No me esperaba esa pregunta para nada, me quedo paralizada. Los dos oímos unos pasos, un grupo de gente corriendo por las calles. Se pone la capucha y vuelve a taparse la cara.

- ¡Midori!

Me doy la vuelta. Es Zoro, que mira a todos lados antes de fijar la vista en mi. Seguro que se ha vuelto a perder.

- ¿Qué hace éste idiota?

Zoro desenvaina una de sus katanas.

- No hagas nada. - digo yo, y no sé porque.

- ¿Qué dices? Oye. - mira a Kid, y señala mis katanas - Devuelve lo que no es tuyo. ¿Quién eres?

De repente desaparece, y mis katanas se ponen en su sitio por sí solas. Zoro me mira boquiabierto. Se acerca hacia mí, y le abrazo.

- ¿Quién era ese? ¿Te ha hecho algo?

- No, estoy bien.

- ¿Pero quién era?

- No le he visto la cara.

No sé muy bien por qué le miento, pero siento que es mejor. No quiero que Zoro esté en contra de Eustass Kid. Tampoco me ha hecho nada, incluso me ha preguntado si quería unirme a su banda. Increíble. Ya tenemos bastantes enemigos como para añadir uno más a la lista.

- Cobarde...

- ¿Dónde se han metido los demás?

- Se han perdido.

- Tal vez eres tú el que se ha perdido. - me lanza una mirada asesina, y me sale una carcajada.

- Tú también te has perdido entonces.

Salimos del callejón, y nos encontramos con las calles abarrotadas de seres marinos. Parece que somos los únicos humanos en toda la calle.

- Por cierto, todavía no he visto bien cómo te has entrenado...

- Ya lo verás pronto.

- Tal vez necesites ayuda del maestro Zoro...

- Tal vez haya superado al maestro Zoro en estos dos años...

Frunce el ceño, pero acaba sonriendo.

- Eso es imposible.

De repente, me choco contra un hombre. Tiene partes de tiburón en su cuerpo. Me mira con todo el asco del mundo. Hay una fila entera de hombres del mar que no nos dejan pasar.

- Ah, perdón. 

- Estos humanos inútiles, ni siquiera miran por dónde van. - dice, y sus compañeros se ríen con él.

- ¿Cómo? - dice Zoro, pero le agarro de la muñeca.

- Vamos. - me doy la vuelta, y seguimos andando. Zoro se suelta.

- Esos estúpidos se estaban burlando de ti, y te vas corriendo.

- No quiero meterme en líos por un estúpido como ése.

Salgo volando y me estampo contra un edificio. Oigo algunas personas gritar, y abro los ojos. Lo veo todo borroso, siento que mi cabeza va a explotar. Aún así me levanto con cuidado. Ha sido el hombre de antes.

- ¿Estúpido? Te diré quiénes son estúpidos. Vosotros. Los humanos asquerosos, sois unos inútiles. Será mejor que os vayáis de ésta isla antes de que os mate.

Zoro se acerca hacia mí, y me ayuda a mantenerme en pie. Me ha estampado con tanta fuerza que siento que se me han roto todos los huesos. El tipo sonríe con sus horribles dientes de tiburón, un mordisco y ya estaría en el suelo.

- ¿Qué pasa, es que ya no te puedes ni mover sola?

- Creo que es hora de que veas cuánto he entrenado. - miro a Zoro, y me limpia la cara con su pañuelo.

- Adelante. - dice él, con una sonrisa torcida.

Desenvaino mis katanas, y miro al estúpido hombre-tiburón. Es verdad que seré un poco torpe porque estamos bajo el agua, pero tampoco creo que sea para tanto.

- ¿Crees que eres capaz de derrotarme en mi propia tierra?

- Técnicamente es 'mar'.

El hombre frunce el ceño, y viene a por mí. Estira su puño en el aire, y por muy poco no me da. Es un poco más difícil moverse aquí. Aparece detrás de mí, y me da un buen golpe sobre mi espalda. Aún así sigo en pie, y aprovecho que se ha despistado para hacerle un buen corte en el pecho. Ni se inmuta. Coge de su bolsillo una especie de pastilla, y se la toma. Se lanza sobre mí, y los dos caemos al suelo. Me muerde el hombro con sus afilados dientes, y grito. Clavo mi katana sobre su pecho y me lo quito de encima. Pesa mucho, pero logro apartarle.

La sangre brota de mi hombro, y me entra un escalofrío al ver la herida. Cada diente hundido en mi piel ha dejado una buena marca. Es horrible.

- ¿Y bien? - le pregunto a Zoro, que estaba mirando desde la esquina.

- Me esperaba más.

- ¿Entonces necesitaré la ayuda del maestro?

- Si insistes...

Los dos volvemos a donde estaba el barco. Nadie se había quedado vigilando, así que decidimos que será mejor que estemos allí, y los otros volverán cuando quieran. Tampoco se meterán en un grave problema (o eso espero).

Cierro los ojos al sentir el escozor del desinfectante.Zoro gira la venda poco a poco, hasta dejar tapado el enorme mordisco. Moja una toalla con agua fría, y poco a poco me limpia la cara. Su cara de concentración es verdadera, parece un pintor dando pincelados a su obra. Pasa la toalla por mi frente, barbilla, y luego da toquecitos sobre mi labio inferior. Cliché. Se queda mirándome un rato, hasta que se asegura de que no tengo más heridas ni sangre. Siento mis mejillas arder. Apoya la fresca toalla sobre mi mejilla.

- ¿Tienes calor...?

- Eh... esto... no.

Miro sus labios, y me entran unas ganas terribles de lanzarme hacia él, pero aparto la mirada.

- Bueno, gracias.






Continue Reading

You'll Also Like

891K 132K 103
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
608K 27.7K 57
Lo que dice el titulo y otras cosas más ?P E D I D O S C E R R A D O S? ?One shots de los personajes pertenecientes a la serie Riverdale? Sacados c...
24.8K 1.1K 23
Compilación de escritos EREMIKA. Abarca un amplio repertorio de temas, los cuales sacarán de tus ojos lágrimas de felicidad o de tristeza. {***}ERE...
2.2K 269 19
Will Graham ha dejado a su amado para partir a la guerra. Durante su estancia en el campo de batalla, no pasará un día que no piense en Hannibal. Ha...