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Karinchavez által

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ANTES LLAMADA EL HÉROE Y YO. LA PRIMERA NOVELA DE LA TRILOGÍA PERTENECERNOS. En medio de la temporada londine... Több

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Y fueron felices, cómo sólo ellos saben serlo. PARTE 1
Y fueron felices por siempre.
Mía, tuya , nuestros
Extras del héroe y yo
Extras del héroe y yo. Parte II
El héroe y yo. Extras parte IV
SEGUNDA PARTE

Extras del Héroe y Yo. Parte III

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Karinchavez által

Perdón por la espera y gracias por estar atenta a la novela! 😞❤


(Emma)

Llevé a mi boca otro pedazo de tarta de chocolate rellena con más chocolate . Estaba pecaminosamente deliciosa.

Gemí por el increíble sabor del chocolate en mi paladar.

Y lo que le siguió a eso, fue el sentimiento de culpabilidad que me embargó al percatarme que últimamente comía sin parar.
Suspiré cabizbaja. Yo me iba a convertir en una vaca, y pronto no me entraría nada de mi guardarropa.

Una risita interrumpió mis pensamientos de baja autoestima. Le fruncí el ceño.

- ¿ Disfrutas burlándote de mi desgracia?- pregunté indignada.

Caroline vestida con un favorecedor vestido verde oliva se sentó en el sillón de enfrente.

- Es curioso que tengas esa expresión tan triste, cuando hace unos instantes te vi cantando, muy complacida, en el invernadero- se burló.

Me enfurruñé, mientras di otro bocado a la tarta.

- !Lo que sucede es que no paro de comer!- exclamé indignada- !y me voy a poner como una vaca!

Sentí como mis ojos se llenaron de lágrimas, mientras continuaba devorando mi tarta.
Malditas hormonas y maldita hambre insaciable.

Caroline tuvo el tino de no burlarse. Ella dio una mirada amistosa y comprensiva.

- En mi opinión, creo que te ves más hermosa de lo que jamás te he visto - sonrió y acarició mi vientre lentamente- ¿como se siente?

- ¿El qué?- pregunté antes de llevar otra cucharada de tarta a mi boca.

- El llevar a alguien creciendo dentro ti- musitó absorta en sus pensamientos.

Dejé de lado lo que estaba comiendo y sonreí nostálgica.

- No podría explicarlo- susurré - es emocionante, pero aterrador a la vez-puse una mano sobre mi vientre- El sentir que he creado una vida con el hombre que amo, es maravilloso. Percibir a mi pequeño bebé crecer y pensar que algún día lo voy a tener en mis brazos es un sentimiento indescriptible- le sonreí, mordiendo mi labio- Sin embargo, el saber que en algún momento él o ella estará fuera de mi, me aterra un poco- hice una mueca- Dentro de mi, está protegido- señalé mi vientre- yo puedo asegurarte que no dejaría que nada le pasase; pero el mundo de aquí afuera aveces puede ser tan frívolo, tan mezquino, tan mundano que quisiera estar embarazada para siempre, y alejar a mi pequeño de la realidad.

Miré los ojos de Caroline, para sorprenderme y descubrirlos ligeramente enrojecidos y lagrimeantes. Acaricié su mano, tratando de reconfortarla.

- Estoy segura que cuando lo experimentes por ti misma, lo comprenderás - le sonreí.

Ella trató de devolverme la sonrisa. La miré confundida.

-¿Qué sucede contigo Caroline Sinclair?- pregunté frunciendo el ceño.

Caroline suspiró cabizbaja.

-Emma..., verás, yo...

Unos toques en la puerta interrumpieron a Caroline.

- Adelante- respondí con voz clara. Caroline enderezó su postura.

Charles, el anciano mayordomo entró en el saloncito. Hizo una reverencia.

-Perdone la interrupción, Su Excelencia- habló con su parsimonia habitual.- Lady Caroline tiene visita.

Caroline levantó la vista de inmediato.

- ¿De quien se trata, Charles?- preguntó.

- Lord James la está esperando en el salón azul, milady- declaró.

Caroline se turbó levemente, sonrojándose inmediatamente. Se puso de pié y asintió hacia el mayordomo.

Ambos la contemplamos boquiabiertos. Lo usual era que ella dijese que no se encuentra en casa o que hiciera esperar un largo momento a James hasta que por fin ella decidiera acudir.

- Aún no te has librado de mi- hablé mirándola fijamente - Iré a tu habitación y continuaremos nuestra charla- amenacé, mientras volvía a comer mi tarta.

Ella asintió sin sonreírme para luego desaparecer por la puerta. Algo estaba evidentemente mal con ella.

Charles carraspeó para llamar mi atención.

- Si no desea nada más, Su Excelencia, pasaré a retirarme.

Mi vista de fijó en el plato con tarta que ya casi se acababa.

Charles escondió una sonrisa paternal.

- ¿Quizá un poco de más tarta de chocolate, excelencia?- sugirió.

Me mordí el labio tratando de luchar con la tentación; sin embargo, la sola idea de tener más chocolate en mi paladar me enloquecía.

- Quizá sólo un pequeño pedazo, Charles- murmuré sonrojándome.

El mayordomo se mantuvo impávido, asintió e hizo una reverencia, para luego desaparecer tras las puertas.

Acaricié mi vientre, mientras daba el último bocado a mi tarta y la contemplaba con culpa.

- Hola ti pequeño ser humano - hablé a mi vientre- agradecería que ayudaras a mami a comer menos, ella está sintiéndose algo pesada por aquí.- murmuré desganada.

Recosté mi rostro en mi mano, sintiéndome desdichada sin mi tarta.
Una presencia masculina que reconocería inclusive en sueños, apareció tras las puertas sin ceremonias ni anuncios.

-¡Pero si es mi esposa favorita!-exclamó Dominick entrando en mi campo visual- ¡Que encantadora vista tengo por aquí!

Puse los ojos en blanco, ocultando mi sonrisa.

- Soy tu única esposa, Dom- mascullé con sarcasmo.

Él rió entre dientes, pasando una mano por su preciosa cabellera. Llevaba un traje marrón oscuro que resaltaba su atlética figura y sus hermosos ojos azules. Le contemplé absorta por unos segundos mientras se acercaba hasta mi lugar. Mi hombre era hermoso.

- Pero te aseguro amor mío, que en el caso de que tuviera más esposas, tú serías mi favorita.

Le fruncí el ceño. Su sonrisa se ensanchó. Mi corazón se aceleró.

- Vaya, que amable de tu parte mencionarlo, querido esposo- respondí.

Él se inclinó hasta tocar mi nariz con la suya.

- Lo que sucede amor, es que yo soy muy amable- contestó burlón.

Bufé.

- Vaya suerte la mía por casarme con la amabilidad personificada. - musité levantando una ceja.

Dominick soltó una carcajada. Se inclinó más hacia mi.

- ¿Te he dicho lo hermosa que estás hoy?- preguntó a centímetros de mis labios.

Mis ojos se posaron sobre los suyos, olvidando respirar.

-Hoy, no-susurré casi sobre sus labios.

- Es una pena, porque en verdad, eres la mujer más hermosa que he visto jamás - musitó mientras rozaba levemente mis labios con los suyos.

-Adulador- susurré en medio del beso.

Dom sonrió, terminando el beso y apoyó su frente sobre la mía.

- No estoy seguro del motivo, pero sabes a chocolate, esposa- declaró divertido.

Reí por lo bajo, sonrojándome ligeramente.

- Culpable- musité.

Dom rió de mi repentina timidez. Acarició mi mejilla con una mano. Me incliné por más contacto. Casi podía ronronear de felicidad por sentir su calidez.

- ¿Eres feliz Emma?- preguntó con seriedad mirando fijamente mis ojos.

Me puse en pie.
Procuré ser sería y corresponder su mirada. Aveces me asombraba la idea de que él fuera inseguro sobre la maravillosa vida que me estaba dando.

- Soy tan feliz que hasta me aterra un poco- murmuré, tomando su mano y dándole un beso sobre el dorso de esta- Mi vida a tu lado es mucho mejor de lo que alguna vez imaginé- besé su nariz- Tú me completas, Dom.

Él gruñó antes de besar desesperado mis labios. Me pegué lo más que pude a su cuerpo, mientras sentía su brazo rodear mi cintura y apretar me contra él. Jadeé al sentir su cercanía y percibir su enloquecedor olor crítico y varonil. Dominick invadió mi boca y me besó sin dar tregua.
Tomé su labio entre mis dientes y mordí ligeramente.

- Mía - gruñó mientras continuaba besándome de forma salvaje.

Gemí.

- Tuya, amor- conseguí susurrar cuando abandonó mi boca para besar mi cuello.

Dom se giró para abrazarme desde atrás. Hizo mi cabello a un lado y deslizó su nariz a lo largo de mi garganta. Me estremecí ante su contacto.

- Nena- susurró en mi oído, mientras le daba pequeños mordiscos.

Me tomó diez segundos poder conseguir funcionar mi cerebro para responder.

- ¿Si?-pregunté recuperando el aliento.

- Quizá podamos ir a un lugar donde nadie pueda interrumpirnos- susurró con voz ronca.

Un estremecimiento de anticipación me recorrió. Con una sonrisa coqueta tomé su mano y lo dirigí hasta la puerta.

Nos detuvimos a un paso de chocar con Charles quien traía mi tarta.

Rápidamente Dominick fue relegado a un segundo plano al verse opacado por el chocolate. Me contempló entre divertido y asombrado cuando solté su mano para tomar el pedazo de tarta de la bandeja.

El mayordomo hizo una reverencia y se retiró.

- Creí que iríamos a nuestras habitaciones - habló Dom escondiendo su sonrisa, mientras se cruzaba de brazos.

Le miré aleteando las pestañas y haciendo un puchero.

- El bebé quiere chocolate- declaré.

- Pero yo quiero a mi esposa- refunfuñó Dom como un niño.

Miré tentativamente entre mi hombre y el chocolate. Y la idea vino rápidamente hasta mi.

-Tal vez si ponemos un poco de. Chocolate sobre ti...- murmuré un poco avergonzada por mi sugerencia, pero excitándome con la idea de un Dominick cubierto con chocolate.

Dom me contempló con asombro unos segundos para dar paso a un sonrisa que me dejó sin aliento.

-¡ Que me aspen si no soy el hombre más afortunado en esta tierra!- murmuró a carcajadas.

Le sonreí tímidamente, mientras él tomaba mi mano y me encaminaba hacia nuestros aposentos.

- Tengamos muchos hijos, por favor - suplicó mi marido mientras besaba mi mano.

Le sonreí coqueta.

- Veremos que podemos hacer, Excelencia- musité con voz suave y sensual.

*********

Después de pasar una tarde memorable con mi esposo cubierto con chocolate me sentía saciada en todos los aspectos.

Solté una risita al recordar que le había dejado hace unos minutos profundamente dormido y agotado en nuestra habitación ducal, y pensando en lo disgustado que se encontraría cuando no me encontrase a su lado. Sin embargo, por más que quisiese acurrucarme para siempre, tenía un asunto que resolver.

Seguí caminando por el pasillo hasta detenerme en la puerta de las habitaciones de Caroline. Había prometido que vendría a buscarla así que aquí estaba.
Respiré hondo antes de entrar y giré el pomo de su puerta. Estaba invadiendo su privacidad con letras mayúsculas y seguro que se pondría furiosa conmigo. Eso incluía un par de maldiciones y una larga charla sobre la individualidad.

- El hecho de que seas una duquesa no te da el poder de entrar en las habitaciones de los demás sin llamar a la puerta- murmuró como saludo.

No era la bienvenida llena de gritos y reproches que esperaba de su parte.

Alarmada por su reacción, la busqué con la mirada por el espacioso y amplio lugar el cual estaba decorado de un suave violeta y la encontré sentada sobre el sillón que daba a su ventana sin zapatos, con el cabello desarreglado y los ojos enrojecidos. Se me partió el corazón.

- ¿Qué ocurre contigo, linda?- pregunté suavemente acercándome casi trotando hasta ella.

Caroline evitó mi mirada, mientras limpiaba discretamente sus lágrimas.

- Por favor Caroline, habla conmigo - murmuré sintiéndome igual de triste que ella, gracias a mis hormonas.

Caroline dio un gran suspiró y miró por la ventana.

- James se irá - murmuró claramente afectada.- él se irá.

La contemplé confundida.

- ¿Como que se irá?-pregunté - ¿De qué estás hablando?

-¡NO LO SÉ!- exclamó perdiendo la compostura- ¡NO ME DIO NINGUNA EXPLICACIÓN SOBRE A DONDE IRÍA O QUE HARÍA!

Hice una mueca por los gritos. Odiaba escucharlos.

- ¿Qué fue lo que exactamente te dijo?- pregunté mientras la veía lloraré.

Ella me observó por un corto tiempo y habló.

- Dijo que desde hoy, yo era libre para seguir con mi vida sin él - declaró entre lágrimas- Que nunca más iba a volver a perseguirme a atosigarme a provocarme ni a buscarme- murmuró lo último sin poder contener sus lágrimas, quienes salían sin darle tregua-! PERO YO NO QUIERO LIBERTAD, YO NO QUIERO VIVIR UNA VIDA SIN ÉL!

Me arrodillé a su lado para abrazarla y sostener su cabeza.

- Él no lo entiende Emma!- exclamó en medio de un sollozo - YO LE AMO- le abracé más fuerte- ¡Estoy tan profundamente enamorada de él desde que era una niña!

- Lo sé, cariño- susurré.

Besé su pelirrojo cabello en un afán de calmarla. Caroline alzó su cabeza para mirarme con lágrimas en su rostro.

-No lo entiendo, Emm, Él me conoce como así mismo, incluso más que yo misma- susurró- Estoy segura que él sabe lo que siento por él- bufó incrédula- Yo sé lo que él siente por mí.

Asentí en acuerdo. Siempre estuve segura que James y Caroline tenían un tipo de comunicación que iba más allá de las palabras.

- ¿Entonces por qué me está abandonando?-preguntó entre más lágrimas- Me está lastimando tanto que me cuesta respirar con tanto dolor que estoy sintiendo- musitó con la voz ronca y la respiración agitada.

La abracé tan fuerte que me sentí ligeramente incómoda al aplastar un poco mi vientre.

- Tranquila , cariño - murmuré en su oído- debes tranquilizarte un poco.

- No puedo, Em- susurró Caroline- no puedo.

Acaricié su espalda mientras trataba de reconfortarla. Las lágrimas cesaron poco a poco y su respiración se hizo más calmada con el paso del tiempo.

- Dime que debo hacer ahora- musitó sumamente triste.

Le sonreí ligeramente.

- Dímelo tú- acaricié su cabello y agregué- tú eres la de las soluciones y las ideas brillantes- respondí.

Hizo una mueca.

- Me siento perdida- susurró- No sé lo que es correcto y lo que es incorrecto.

Le di un suave beso en la mejilla.

- Yo te diré lo que es correcto - levanté su rostro con el dedo índice - Secarás tus lágrimas, arreglarás tu cabello, te calzarás e iremos con Benedick y Dominick por respuestas y que el Dios ampare a James si está jugando un estúpido juego porque la Caroline que conozco y es mi más querida amiga, va a perseguir a su hombre hasta el fin del mundo.

Caroline secó sus lágrimas al instante y asintió recobrando su seguridad habitual.

- Iré al mismo infierno si con eso puedo estar con él - sonrió sutilmente.

Sonreí, mientras la observaba pararse e ir a arreglarse.
Asentí con orgullo, de esta Caroline estaba hablando. Casi me di palmaditas de felicitaciones por mis palabras alentadoras.
Que el universo no quiera que James haya hecho algo estúpido y más le valía a Dominick no saber nada de esto porque el no habérmelo contado le iba a traer ligeros problemas...

Hola a todos! 😨😨😨
Lo sé, demoré demasiado, pero en verdad que estado muy falta de tiempo para escribir :(
Espero que todos estén bien y estén teniendo una semana linda y relajada y llena de besos y de tarta de chocolate Y de un Dominick!
Jajajaja

Espero que disfruten el capítulo tanto como yo, en verdad que amo a esta Emma embarazada y por Dios que siento algunas preferencias por Caroline y James 💕💕💕💕

Pd: ¿Adivinen quien cumple años el próximo miércoles? No adivinen soy yo. Jajajaja

Millones de besos para todos. Comenten y dejen estrellitas por favooooooor :(

Olvasás folytatása

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