Black Wings [Supernatural]

By its_the_impala

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[LIBRO UNO] -¿Sabes lo importantes que son las realidades alternativas? -Lo sé. -En esta realidad, tus amigui... More

Sinopsis
1. Fin de una época
2. Un mal presentimiento
3. Nueva esperanza
4. Encuentro no esperado
5. Datos particulares
6. Relación con mejoras
7. Vestimenta complicada
8. Sentimientos ocultos
9. Información adecuada
10. Cómo sobrevivir a un mal sueño
11. Una linda mañana
12. Peleas de hermanos
13. Entrenamiento
14. Pasos para ser cazador
15. Muerto de miedo
16. Primera cacería oficial
17. Lo inesperado es mejor
19. Charlas necesarias
20. Un lirio de significado especial
21. Calma con los niños irresponsables
22. Missing in Action
23. Los conocidos no podían faltar
24. ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?
25. La vida ante tus ojos
26. Un vacío negro
27. Los esperados reencuentros
28. Un respiro de la realidad
29. Secretos y más secretos
30. Bulletproof Heart
31. Lo lamento mucho
32. Una simple atracción... ¿O no?
33. Hey, soul sister
34. Enemigo de mi enemigo, es mi amigo
35. Déjenme sola
36. Girls just wanna have fun
37. Confesión de amor
38. Habla, Dr. Phil
39. Decisión complicada
40. La dama del vestido azul
41. Sin cordura, no hay esperanza
42. Countdown
43. Pocas horas
44. Directo al Infierno
Agradecimientos
Extra: Material Visual

18. Uno con el otro

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By its_the_impala

18. Uno con el otro

El arcángel asintió a su nombre con otra sonrisa sarcástica. Luego hizo una reverencia hacia la muchacha quien estaba algo agitada con la aparición del castaño. Los dos se levantaron dejando atrás el pasto aplastado por sus cuerpos y se reunieron con Gabriel.

-Sí, Cassie, ese es mi nombre. Me alegra ver que no te lo olvidaras mientras no estaba en la zona -contestó simpático mirando especialmente a la rubia.

Lily sonrió, no conocía a los ángeles, solamente a Cas, pero algo le decía que aquél arcángel no era como el morocho. Parecía más suelto en cuanto a su personalidad y más gracioso. Tal vez si hacía referencia a alguna serie o película, Gabriel la entendería.

El arcángel usaba una camisa verde clara y sobre ésta una campera marrón claro, debajo unos jeans con unas zapatillas con cordones blancos. El estilo de vestimenta también era muy diferente al de Castiel, quien usaba una corbata azul, un traje color negro con una camisa blanca debajo y la gabardina sobre éste.

Lily no sabía qué hacer o decir. No lo conocía. Estaba feliz de que hubiera salido de su dimensión y que Moah no, pero eso no le daba información sobre cómo hablarle a Gabriel.

-Y esta belleza debe ser Lily Winchester -comentó el castaño observándola de arriba a abajo con una sonrisa. Lily, por alguna razón, no estaba incómoda ni enojada. Luego él le tomó la mano izquierda y la besó—. Es un gusto conocerte, rubia.

-Lo mismo digo.

Castiel quien observaba la escena más que nada, sintió un ardor en su pecho contra su hermano. Seguía aprendiendo de las habilidades humanas y estaba más que agradecido de que Lily fuera su instructora, pero ese ardor era más vengativo e iba hacia el arcángel.

Tomó un paso adelante y soltó el agarre entre Gabriel y Lily con una mirada dura que sorprendió a ambos sujetos.

-Déjala -ordenó después, aunque no sonaba tan duro como pretendía.

-Tranquilo, Cassie. No robaré a tu chica -comentó guiñándole con un ojo. Juntó las manos como un aplauso y luego miró a la rubia y al morocho—. Lamento haberlos interrumpido en su tierna demostración de amor, pero hay que ponernos a trabajar.

-¿Trabajar en qué? -preguntó dulcemente la muchacha.

-En cómo detener a Moah -contestó con seriedad—. Si bien está atrapado en tu dimensión, lo cual no tienen que agradecerme -agregó con una sonrisa-, tarde o temprano encontrará un modo para entrar aquí. Y cuando lo haga queremos estar listos para eso.

-Pero si logra salir de mi dimensión, buscará a sus hermanos -compartió la rubia los conocimientos que había adquirido del Seguidor gracias al libro que Sam le había traído hacía tiempo—. Él quiere reunir a su familia, ¿sabes qué tengo que ver yo en eso?

-Sé más de lo que piensas, Barbie. Pero debemos ir con tus hermanos así explico todo de una -dijo el arcángel.

Sin tiempo para dejarle a Castiel o a Lily protestar, con dos dedos tocó a cada uno en la frente. Al abrir los ojos ya no estaban en esa romántica colina, con el rocío refrescando el ambiente, con las miradas perdidas en el otro... En ese momento tenían a dos pares de ojos verdes fijos en los dos como si estuvieran regañándolos.

Estaban en problemas.

(...)

Media hora antes...

Dean dejó el Impala en el estacionamiento enorme de su Baticueva. Cada vez amaba más ese lugar. El búnker de los Hombres de Letras era una de las cosas buenas que habían salido de su vida, ahí tenía un hogar y todo sobre lo sobrenatural, ayudándoles en su trabajo.

Al llegar, Dean estaba muy enojado con su amigo como para apreciar el amor que había crecido en él hacia el búnker. Salió disparado del auto y se metió en la larga y extensa biblioteca. Tal vez estar alrededor de libros y de un aroma tranquilo le calmaría los humos sobre la reciente extracción de su hermana y la desaparición de su secuestrador.

Sam, más tranquilo, siguió a su hermano sin gesto alguno. Sin duda no le gustaba que Lily no estuviera bajo su guardia, siempre pasaban cosas malas si no se prevenían. Pir un lado tenían al morocho quien estaba con ella, pero Sam juraba que Castiel no sería de mucha ayuda ya que sabía lo que ambos ocultaban y lo que Dean no quería admitir de ello. El castaño caminó al encuentro con su hermano. Éste estaba sentado en una de las mesas largas de madera, tenía el libro que él había traído de su encuentro con el profesor Gallifrey quien había hecho todo un estudio en los Seguidores de Lucifer.

Sam no se extrañó de ver a su hermano así de afectado ante la desaparición de la rubia. Con notoria intensidad, identificó un vaso de vidrio y una botella a medio tomar de un líquido ámbar. Una vez más, su hermano, Dean Winchester, buscaba hogar en la bebida.

El castaño pasó por detrás del asiento del cazador y se sentó enfrente, dejando su mochila del caso a un lado. Se inclinó hacia delante dispuesto a solucionar el carácter auto-destructivo de su hermano.

-Mira, Lily seguro que está bien. -habló el Winchester más joven—. Cas probablemente la sacó del auto y estén los dos hablando tranquilos. Nada malo puede pasarle.

-No es eso, Sammy -aclaró el ojiverde mirando su vaso con líquido, se terminó éste antes de continuar—. Es que la chica es nuestra responsabilidad -sus ojos se unieron con los de su hermano—, y le enseñamos a cazar. Digo nos salvó de ese buruburu, que es un espíritu jodido. ¿Qué nos ha pasado, hombre?

-¿A qué te refieres?

-¡Es una niña, Sammy! ¿En qué rayos estábamos pensando? Ahora quiere luchar en una guerra contra este idiota -señaló enojado a la imagen de Moah en el libro-, cuando debería estar entrando a una universidad y su mayor problema sea no aprobar alguna prueba.

Sam quedó callado pensando en qué decir. Él estaba de acuerdo con entrenar a Lily, solo por protección propia, para que no esté completamente en la oscuridad. No quería que se aferrara a la cacería, no le deseaba a nadie esa vida, porque por lo usual nada bueno salía de ella. Miró a sus manos y luego al libro, todavía buscando palabras para decir.

Dean se quedó estático observando la horrible imagen del Seguidor, que era un dibujo tal vez de la Edad Media. Rellenó su vaso y tomó nuevamente un sobro de la bebida.

-Además, Cas se la lleva a Dios sabe dónde mientras discutíamos -se quejó nuevamente—. Te lo digo, Sammy. Lo vuelvo a ver y es hombre muerto.

-Tal vez no deberías ser tan duro con Cas -dijo el castaño—. Es todo lo que Lily tiene de su dimensión. Él estuvo con ella ahí, ella confía en él.

-Pues eso no le da ventajas a Cas de llevársela a cualquier lado -comentó enojado de que su hermano no estuviera de su lado. Tomó otro sorbo con esperanza de calmar sus nervios.

-Oye, no digo eso. Me refiero a que, Lily perdió demasiado y con Cas ella se siente más... Cómoda aquí -habló con un tono suave y comprensivo, debía tratar con delicadeza el asunto—. Casi no nos conoce, Dean. Si no fuera que lucimos como sus hermanos, simplemente somos extraños para ella.

-¿Tu punto?

-Es que deberíamos contarle todo. Necesita saber que estamos de su lado y que puede confiar en nosotros. Y tal vez así lleguemos a un arreglo en el cual no deba ir a cazar a esta edad. -contestó el cazador comprensivamente.

Dean observó el vaso con un poco de líquido ámbar. Le parecía una buena idea, tratar de entender a Lily y de demostrarle que a pesar de la diferencia de dimensiones, eran hermanos y que la familia se queda unida.

-¿Y si no la convencemos? -preguntó Dean. Lily es una Winchester, por lo tanto no dejaría de pelear por algo que quiere. Sin mencionar que la terquedad estaba en los genes.

-Pues al menos nos tendrá al lado -Sam levantó los hombros—. Si no podemos ganarle, nos unimos a ella.

Dean asintió. No le gustaba tener que decirle brevemente todos esos años en los que había cometido más errores y en los que miles de diferentes de Apocalipsis surgieron a causa de ellos.

Tomó nuevamente de su vaso terminando con el licor. Al terminar con la botella, Sam y él se quedaron varios minutos en silencios. El castaño se puso a leer mientras Dean se quedaba pensativo en su lugar.

De repente escuchó el típico aleteo de alas de los ángeles, se levantó con rapidez y observó a los recién llegados. Estaba Castiel y Lily, pero quien más le sorprendió fue la aparición de cierto castaño.

-¿Gabriel? -preguntó el castaño también levantándose de su asiento y observando a los tres con sorpresa.

-El mismo en vivo y en directo -bromeó éste.

Castiel y Lily se quedaron atrás. Por un lado, el morocho sabía que Dean le regañaría por haberse llevado a la muchacha, y aunque no se arrepintiera de eso, no quería ocasionar una pelea con su mejor amigo. Y por el otro lado, la rubia sabía que sus hermanos le regañarían, por lo tanto se quedaría invisible para que ellos dos hablaran con Gabriel, quien parecía ser conocido para ellos, mientras pensaba una forma de evitar el regaño de hermano mayor.

-¿Estás vivo? Cuando Cas nos contó que le habías ayudado a él y a Lily... No podíamos creerlo -confirmó Sam—. Pensamos que habías muerto peleando contra Lucifer.

Gabriel le dio una sonrisa torcida, luego levantó las manos como si se estuviera señalando de una manera poco modesta.

-Pues sigo aquí, grandulón.

-¿Por qué nunca nos diste una pista de que estabas bien? -se quejó el rubio opaco—. ¿Por qué no nos ayudaste en cualquiera de las otras mierdas que ocasionamos en este mundo? -Dean parecía más enojado, que sorprendido.

-Oye, cálmate, vaquero. Fingí mi muerte, otra vez, porque quería estar afuera del horno. Y no ayudé luego porque habría salido del fuego para meterme en el microondas Winchester, y eso sería suicido -explicó el castaño con tono duro, no se arrepentía de haber fingido su muerte—. Además les ayudé con el tema de Lucifer, y después fui dejando pistas aquí y allá para los Leviatanes. Simplemente no di noticia de mi existencia.

-El Cielo tampoco lo sabía, no hasta que me buscó a mi -habló Castiel defendiendo a su hermano. Gabriel se giró y asintió mirando con desafío a los hermanos.

-Bien, no peleemos por eso -pidió Sam buscando una conversación normal entre los presentes—. Dices que te apareció en el Cielo -señaló mirando a Castiel-, ¿por qué?

-Digamos que luego de mi épica muerte contra Lucifer -respondió Gabriel-, me tomé unos años libres hasta que papá me habló.

-¿Dios te habló? -preguntó confundido Dean.

-Sí, torpe. ¿Cuántos otros padres crees que tengo? -preguntó con ironía pesada—. Como sea, me dijo que debía buscar a Cassie e ir por la chica.

-¿Dios me quiere a mí? -habló por primera vez la rubia. Se había quedado callada mientras el castaño explicaba cosas que no entendía a sus hermanos, incluso cuando Castiel aportó algo de información. Que le dijeran que el Dios el cual ella creía la buscaba... Era otro paso en su mente.

-Pues claro, Lily.

-¿Por qué? -preguntó el morocho sosteniendo a la rubia con su cálido apretón de manos. Descubrir una parte de la verdad sería un paso importante para Lily, y después de lo que pasó entre ellos dos, quería decirle en toda manera posible que estaba a su lado.

-¿No la viste? -cuestionó algo confundido—. Es hermosa.

-Mira que estás hablando de mi hermana -amenazó Dean con brazos cruzados. Sam y Castiel se quedaron con el ceño fruncido y Lily, aunque aceptaba cumplidos, no entendía el motivo de ese mismo.

-No me refiero a su figura, idiota -contestó éste. Luego se dio la vuelta hacia la rubia y le guiñó un ojo—, aunque no estás nada mal, querida -susurró antes de que Castiel le fulminara con la mirada—. Yo me refiero a su alma.

Los tres Winchester se quedaron callados, el castaño sonrió estúpidamente, le encantaba ser quien dejaba a todos sin habla. El de gabardina observó nuevamente a la rubia, esta vez centrándose en su alma y entendió lo que Gabriel les decía.

-¿Su alma? -preguntó Dean.

-¿Qué tiene su alma? -agregó Sam insistiendo en el tema. Las almas eran algo delicado, el más que nadie lo sabía.

Lily unió sus manos en aquél tic nervioso y esperó que ella no tuviera maldad en sí. No tenía historial con charlas sobre almas, por lo tanto sabía poco de la suya.

-Es brillante -dijo Castiel observando a la chica con ojos soñadores—. Es preciosa. De un blanco puro.

-¿No todas las almas son iguales? -preguntó Dean aún más confundido.

-¿Cómo es que ustedes dos han logrado salvar al mundo siendo tan estúpidos? -preguntó Gabriel—. Las almas son todas distintas, como las huellas dactilares. Cada una es especial a su manera.

-¿Y por qué la mía la busca Dios? -preguntó la dulce voz de la rubia. Sam y Dean la observaron, estaba asustada. Todo ese tema era nuevo para ella y entendían el miedo. Castiel también sintió que algo andaba mal con Lily, por lo tanto sostuvo su mano firme contra la de ella.

-No lo sé -confesó el castaño con tranquilidad—. Supongo que para protegerte de Moah.

-¿Y Moah por qué la quiere? -cuestionó Dean. No dejaría que nada malo le pasara a Lily. Sam asintió a la pregunta esperando que el arcángel les diera una respuesta que les conformara.

-Un alma tan especial, tan pura, puede usarse para miles de cosas -explicó el castaño—. Muchas de ellas son malas. Hablo de genocidios, matanzas extremas, incluso el mismo Diluvio si se sabe el hechizo en enoquiano. Moah quiere el alma de Lily como gasolina para su Auto Maravilla y ocasionar el mal en toda la tierra. Por eso encargué a Castiel de protegerla -miró al morocho—. Aunque parece que la pasa espléndido con Lily -bromeó ocasionando que los dos mencionados ardieran en rubor.

Dean y Sam miraron a los dos ruborizados. Ninguno de los dos vio así a su amigo alado, y eso les sorprendía. Tal vez a Sam no tanto ya que en el fondo sabía lo de ellos dos y no iba a oponerse. Pero Dean sí se sorprendió. Miró a su amigo con una mirada dura como si estuviera diciendo "Tú y yo luego hablaremos", algo de lo cual el morocho no podría escapar.

-Bien, ahora que aclaramos que no estoy muerto y por qué Lily es importante... Me voy. Cumplí con mi misión, ahora les toca a ustedes.

-¿Vas a huir otra vez? -recriminó Sam—. ¿No nos vas a ayudar contra Moah?

-Mira, Sasquatch -contestó el castaño con dureza, a pesar de su pequeña estatura contra Sam, podía dar miedo—. He arriesgado mi pellejo aquí cuando se supone que estoy 'muerto' para todos ustedes. Ya he ayudado bastante, así que me voy.

-Espera -pidió la rubia mirando sus manos para luego levantar la mirada a esos ojos color ámbar—. ¿Qué pasó con Amy?

Gabriel bajó la cabeza al escuchar el nombre. Dean miró a Sam con el ceño fruncido, no recordaba quién era ella, Sam la miró comprensiva y le dio una respuesta silenciosa a su hermano. En ese momento era Lily quien apretaba demasiado la mano del morocho, necesitaba saber qué había ocurrido.

Los ojos ámbar del arcángel se centraron en los verdes suyos. Lily podía ver la tristeza que emanaba de ellos y el mismo sentimiento se juntó en la boca de su estómago.

-Lo siento, Lily. No sé nada de ella -comentó dirigiendo sus irises al piso. Lily sintió una presión en su pecho y pronto las lágrimas inundaron esos ojos verdes—. Peleamos contra Moah un buen rato y ambos salimos muy heridos. Después me encargue de ocultar los ingredientes del hechizo que te trajo aquí... No la pude encontrar luego. Lo siento mucho.

Lily ya se había perdido desde el "no sé nada de ella". Amy podría haberle mentido sobre su especie, su origen, pero eso no cambiaba que había sido su mejor amiga desde los trece años. Siempre protegiéndola, apoyándola en la muerte de su madre y en el rompimiento de Brady, siempre presente para lo que sea que necesitara. Ella simplemente no podía morir. No podía perderla.

Castiel vio cómo las mejillas de la rubia se humedecían a causa de las lágrimas que soltaba. Sintió un dolor en su pecho, llegó a la conclusión de que ese dolor representaba la imagen de Lily llorando o triste en él. Sin pensarlo dos veces, atrajo a la muchacha en un abrazo. Según había aprendido de la humanidad, un abrazo es reconfortante, te ayuda a saber que si caes tienes a alguien que te sostiene.

Lily ocultó su rostro contra la gabardina del muchacho y lloró con intensidad, tenía la esperanza de que Amy volviera con ella. Castiel se entretuvo acariciando los cabellos dorados de la joven. No sabía cómo quitarle el dolor de una pérdida, pero daría su mejor intento.

Dean y Sam sintieron pena por su hermanita. Cada vez que la veían llorar o extrañaba a su hogar, se les hacía un vuelvo en el corazón. La rubia, como muchas veces comprobaron, era dulce. Tenía su lado salvaje, su lado protector que le ayudó con su primer cacería, pero mayormente era una niña quien había perdido casi todo. Esa vez, ni Dean ni Sam se preocuparon en separar a la pareja, Lily necesitaba todo el apoyo posible.

Gabriel también sintió lástima por la muchacha. Eso le hizo reconsiderar su idea de no ayudar en la situación. No conocía a fondo a la joven pero observó cómo Castiel la consolaba, con esa mirada perdida, sufriendo por la chica. En ese momento vio lo especial que era Lily para el morocho, tal vez por eso Dios le había pedido buscarla. Tal vez además de Moah, el destino de Lily era algo más grande.

-Tal vez siga con vida -opinó Dean tratando de evitarle la carga de otra pérdida.

Lily apreció el hecho de que su hermano intentara consolarla, pero no creía que fuera verdad. Si de casualidad, Amy sobrevivía a eso, Moah se encargaría de matarla y no estaba preparada todavía para perder a su mejor amiga.

Se separó de Castiel evitando ver las manchas húmedas que había dejado en la gabardina de éste y miró con tristeza a sus hermanos. Luego se retiró hacia su habitación en el búnker, necesitaba tiempo a solas.

Una vez que la rubia salió de escena, Castiel pensó en correr a ella. No podía dejarla sola porque temía que la tristeza le llenara de ideas. De malas ideas. Pero antes de siquiera mover un pie, Gabriel le detuvo.

-Ayudaré. Solo porque Lily parece una buena chica y por lo que sientes por ella -murmuró el castaño evitando que los Winchester escuchara su conversación-. Buscaré al arcángel, pero necesitaré ayuda.

-¿Quieres que te acompañe? -preguntó confundido el morocho. Miró a los ojos de su hermano y vio que la respuesta era afirmativa. Desvió la mirada hacia el último lugar del búnker en el cual la rubia había pasado y pensó. 

¿Irse para buscar el responsable y respuestas? ¿O quedarse con Lily y apoyarla? Sabía que la lógica le decía de ir a buscar al arcángel traidor, pero por alguna razón eso le hacía mal. No podía alejarse de Lily, no en ese momento en que ella estaba tan destrozada. Simplemente no podía. Miró otra vez al castaño y pidió, silenciosamente ir a hablar con la rubia. Por muy loco que pareciera, estar con Lily le hacía elegir sin usar su lógica.

Sam y Dean intentaron detenerle, pero el arcángel negó llevándolos al otro extremo de la habitación con sus poderes.

-Déjenlo ir con su hermana -anunció sin aflojar la fuerza.

(...)

Lily se ocultó entre las sábanas de su cama. Muchas cosas le atormentaban. En menos de un mes perdió todo, su vida, su familia, sus amigos... Pero al ver que su mejor amiga no era simplemente humana, o al menos ella creía eso, le daba esperanzas de que siguiera viva. Lo primero que pensó al ver al castaño fue en Amy, en que si él había escapado, también ella. 

No podía pensar en tantas tragedias. Hace un año, perdió a su madre. Eso fue su culpa. Hace unos meses rompió con el chico de sus sueños porque éste no se satisfacía con ella. Eso fue su culpa. Hace una semana, el mundo que conocía ardió y muchos murieron. Eso fue su culpa.  Se entera de Amy no lo logró, no logró sobrevivir. Eso también fue su culpa

Parecía que no importaba cuánto lo intentaba, todos terminaban muriendo a su alrededor. Y lo peor era que ella no podía hacer nada al respecto. Moah era culpable de su miseria, pero ella había condenado a cada persona muerta.

Lloró un buen rato, desahogándose. Hasta que levantó la mirada, y vio que no estaba sola en la habitación. El morocho, en quien había confiado tantas veces, a quien experimentaba sentimientos extraños pero placenteros, se encontraba allí mismo mirándola con una mirada perdida de cachorro.

Se limpió las lágrimas, avergonzada de sí misma. 

-Cas... No me mires así -pidió evitando esos ojos celestes intensos. El ángel se acercó sin sentarse en la cama, se quedó ahí parado viendo a la joven que le había despertado tantas emociones. 

Otra vez, sin pensarlo, limpió la lágrima reciente de la mejilla de Lily. Ésta nuevamente sucumbió ante el tacto del morocho aprisionando su mano con la de ella, haciendo efecto en su mejilla.

-Debo hablarte de algo -anunció el ángel. Lily abrió los ojos y lo miró-. Gabriel está dispuesto a ayudar a descubrir quién abrió la jaula de Moah. Pero quiere que vaya con él.

La rubia se levantó de golpe. No, de ninguna forma, pensó. Lo perdió todo, no quería que el morocho se fuera de su lado. Simplemente no podía ni siquiera pensar en eso. Negó frenéticamente con la cabeza, haciendo que Castiel en parte se alegrara.

-Por favor, no me dejes -pidió con nuevas lágrimas cayendo de sus ojos. Castiel asintió, la atrajo nuevamente en un abrazo queriendo así disipar toda la oscuridad en la vida de Lily. 

-No lo haré -prometió el ángel. Si la rubia no quería que se fuera, él no la dejaría.

Se quedaron largos minutos, ahí abrazados. Eran las dos mitades que después de tanto tiempo se reunían. Lily no se había dado cuenta antes, pero con respecto al morocho sentía mucho más que con cualquier otra persona. Castiel se dio cuenta de que con ella, sus emociones resurgían.

Solamente necesitaban estar con el otro. Así el resto del mundo parecía no existir. Solo ellos dos, ocultos entre sus cuerpos, aspirando su aroma y sintiéndose como uno.


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N/A: Primer nota de autor desde hace años. Bien, era solo para comunicarles que empezaré pronto las clases y se me hará complicado ir actualizando tan rápido como hice estos últimos días. 

Intentaré actualizar cada fin de semana, pero pueden pasar cosas que nadie se espera y actualizar cada dos semanas. Prometo ir avisando en wattpad por mensajes apartes sobre el estado de actualización, pero sin duda no dejaré esta novela olvidada.

Espero que les esté gustando cómo va la novela. Este capítulo es más largo de lo que debería, pero se lo merecen.

¡Gracias por leerme!

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