Capítulo 12
Me desperté por el inusual sonido de una canción de cumpleaños. ¿Qué los vecinos nunca se callan? La verdad es que nuestros vecinos siempre tenían fiestas y por eso a veces no podía dormir ya que el ruido de sus fiestas llegaba hasta la otra colonia. Sus fiestas siempre eran de noche, ¿pero, ahora ponían música en la mañana? Gruñí y me tapé hasta la cabeza con las sábanas y en ese momento la música empezó a sonar aún más fuerte. ¿Qué en serio no tenían nada más que hacer?
Ya estaba completamente despierta, así que ya no había caso alguno en intentar dormir de nuevo así que me concentré en la irritante canción que cada vez sonaba más fuerte. Era la canción típica de los cumpleaños, pero ¿quién cumplía años hoy? Ahí fue cuando recordé que día era hoy.
-¡Rayos!- Grité, levantándome de golpe sobre mi cama.
Al hacerlo me encontré con seis caras que realmente conocía muy bien. Mi hermano, que supongo había llegado hace rato, sostenía el teléfono de donde sacaban el ritmo para cantar la canción. Mis padres sostenían un pastel con 18 velas encendidas. Y mis amigos y mi novio cantaban y sonreían como locos. ¿Me había perdido de algo?
-¡Feliz cumpleaños Tara!- Gritaron todos al verme ya despierta. ¿En serio no pudieron esperar a que ya estuviera despierta para poner la música y hacer relajo?
-Pobres vecinos.- Dije pensando en voz alta. Yo culpándolos cuando los que tenían la culpa eran mis amigos y familia aquí presentes.
Todos me miraron extrañados, al parecer nadie supo por qué dije eso. Yo sólo los miré a todos, intentando comunicar con la mirada que me dejaran el cuarto libre para cambiarme. Sólo Kate lo entendió. A veces agradezco que mi mejor amiga pueda entender todas mis miradas, aunque también eso hace que tenga que confesarle todo lo que me pasa porque me conoce muy bien.
-Chicos, hay que dejar a Tara sola para que se cambie. Nos ve abajo, ¿no es así?- Dijo Kate, dirigiéndose a todos los presentes. Asentí.
Todos empezaron a salir uno por uno, hasta que al final sólo quedaron Will y Kate. Will le susurró algo a mi amiga y ella asintió, luego me miró con una sonrisa burlona en los labios, me guiñó el ojo y se fue dejándome sola con Will.
-Hola, mi Alison. Feliz cumpleaños, mi novia. -Dijo con una sonrisa de oreja a oreja apareciendo en sus labios.
-Will...- Lo miré mal.
-¿Qué, mi novia?
-Will, ya te dije que...- Me detuve al verlo triste. Es sólo que no me quiero enamorar de ti, pensé pero no lo dije, otra vez.
-Te tengo una sorpresa por tu cumpleaños, y antes de que digas algo, sé que no somos oficialmente nada pero antes que todo somos amigos y yo quiero darte esto como amigo y nada más.
-Está bien.
-Pero necesito saber algo antes que nada.
-¿Qué cosa?- Pregunté algo nerviosa, temía que fuera a preguntar sobre lo que sentía por él y aún no estaba segura de qué respondería a esa pregunta.
-¿Te gusta el chocolate?- Preguntó sonriendo.
-Sí, ¿por?
-Para tu sorpresa. Ahora cámbiate que te espera un día lleno de sorpresas y no sólo las mías.- Dijo sonriendo, a la vez que salía de ahí dejándome con la palabra en la boca.
Esperen, ¿acababa de decir "mías"? ¿Eso significaba que tenía más de una sorpresa para darme?
Me duché rápidamente y me puse un vestido azul celeste que me había dado mi hermano unos días atrás antes de irse que quería que usara en mi cumpleaños. Me dejé el cabello suelto agarrado con una diadema y de zapatos me puse unas blancas con un moño en medio. Finalmente me coloqué el collar que me regaló hace unas semanas.
Justo al abrir la puerta me encontré a mi hermano con el ceño fruncido. Sinceramente no me apetecía saber por qué estaba así, pero tenía el presentimiento de que me lo diría aunque no quisiése.
-¿Qué pasa?- Tenía que preguntar, porque si intentaba irme sin preguntarle nada me haría detenerme para decírmelo.
-Tenemos que hablar.- Eso no se oyó bien.
-¿Tenemos tiempo?- Pregunté mirando por encima de su hombro hacia las escaleras.
-Sí. Tus amigos y tu novio fueron a buscar algo para no sé qué y papá y mamá se quedaron en la cocina hablando de quién sabe qué.
-Sí, pero qué específico.- Dije ante la falta de información que obtuve por parte de mi hermano.
Ahora estaba más relajada. Creí que sería algo grave pero cuando me dijo que teníamos que hablar supe que quería saber cómo conquistar a su chica.
-Antes de que te ayude, debo tener más información sobre ella.- Dije dirigiendo mi mirada hacia mi hermano, que me miró con el ceño fruncido, de nuevo.
-¿De qué estás hablando?
-¿No querías que te ayudara con la chica de la universidad?- Dije lo que me pareció obvio, pero él me miraba extraño.
-No... Digo, sí quería que me ayudaras pero no ahora. Tengo que preguntarte algo importante.
-¿Qué es?
-¿Por qué Will no es tu novio verdadero?- ¿Qué? Él no podía saber eso, simplemente no podía.
-¿Por q-qué p-p-preguntas?- Dije tratando de calmarme.
-Porque lo escuché en tu habitación. Cuando todos bajamos me di cuenta de que faltaba Will y Kate me dijo que había ido al baño, pero no le creí así que subí para ver si era cierto y lo escuché decirte que su noviazgo no es verdadero.
-Escucha. Antes de que me juzgues, o juzgues a Will. Quiero contártelo todo, pero ahora no. Kate aún no sabe y no quiero que se entere por sorpresa. Guarda esto en secreto y te prometo que te cuento todo después de que todos se vayan a casa por la noche.
-Está bien, pero me tendrás que contar cada detalle.- Asentí.
Esto ya estaba mal, muy mal. Si creí que Adam lo supiera arruinaría nuestros planes, ahora esto lo estaba empeorando. No le voy a decir a Will, no quiero que entre en pánico o algo por el estilo.
Lo único que hice fue seguir a mi hermano hacia la cocina donde estaban mis papás y sentarme a esperar que mis amigos y Will vinieran para lo que sea que tenía planeado para hoy.
(...)
Este día había sido una de los mejores cumpleaños que haya tenido en la vida. Primero mis papás me llevaron a desayunar con mi hermano, mis amigos y mi novio. Luego de eso Adam me dio mi sorpresa que era un pase para comer gratis en nuestro restaurante favorito por un mes. No lo desaprovecharía. Seguidamente me llevaron de compras para que escogiera el regalo de cumpleaños por parte de mis papás, al final no compré nada y me quedé con el dinero, pero fue divertido pasear todos juntos. Cuando regresamos a casa para comer, Kate me dio su regalo, era una foto de las dos, nuestra favorita, en un marco hecho a mano por ella. Me encantaba que me diera regalos así ya que era muy buena con las manualidades.
Al final sólo quedaron los regalos de mi hermano y de Will, que decideron dármelos al mismo tiempo. El regalo de mi hermano era su camisa del equipo que siempre le robaba para dormir en los tiempos en los que pertenecía al equipo, ya que al irse a la universidad lo había dejado. Mi hermano me había regalado lo que le llevaba pidiendo desde que tenía trece años.
Y Will, él me regaló algo que recordaré por siempre. Primero una caja de mis chocolates favoritos, pero ¿cómo sabía que eran mis favoritos? Tuve un segundo para pensarlo cuando mi cerebro y mi ojos dieron con la persona que lo había ayudado: Kate. Pero como era casi obvio no me sorprendí y seguí abriendo mi segundo regalo. Me regaló una escultura de cristal en forma de rosa y debajo de toda la caja había una carta, me di cuenta que le encanta hacer cartas, pero la dejé ahí porque no la quería leer en frente de todos.
Después de todo este día tan perfecto, mis padres se pusieron a cocinar en lo que mi hermano, mis amigos, Will y yo nos poníamos a ver una película. Ni siquiera estábamos prestando atención alguna a la película, primero porque yo no me cansaba de agradecerles todos los regalos que me habían dado y segundo porque sentía la tensión que generábamos. Will porque le seguía dando miedo mi hermano después de todo, Kate porque sentía la intensa mirada de Adam sobre ella, Adam porque sabía que Kate sabía que él la estaba mirando, mi hermano porque no soportaba verme abrazada a Will y yo porque mi hermano se había enterado justo hoy que yo no tenía novio y eso me ponía los pelos de punta ya que si esto no salía bien, Will podría sufrir algunos daños por meterme en esto.
Cuando la cena estuvo lista nos fuimos todos a cenar. La cena seguía con un poco de tensión pero mis padres se las arreglaban porque se disminuyera de a poco. Al finalizar, mis padres sacaron el pastel que había visto en la mañana y por tercera vez en el día todos comimos un trozo. A todos los lugares donde fuimos nos ofrecieron un pedazo de pastel a cada uno por mi cumpleaños, así que todos engordaríamos por culpa del pastel.
Finalmente, mis amigos y mi novio se marcharon como por las nueve y media y yo me quedé con mi hermano en la cocina para limpiar todo. En parte porque prometí contarle todo, y ese era el momento justo, y también porque mi mamá había hecho mucho hoy y se merecía descansar un poco, al fin y al cabo me consitieron todo el día.
-Gracias por la camisa.- Dije tratando de empezar la conversación de algún modo.
-Sabía que te encantaría. Antes de venir no sabía que te regalaría y cuando estaba busacando dinero en mi maleta para irte a comprar algo la encontré y supe que debía dártela. Como quiera ya no estoy en el equipo.
-No estás porque no quieres estarlo.- Hubo una pausa.
-¿Ahora me dirás todo el asunto sobre Will y tú?
-Sí. Verás, un día yo iba caminando como normalmente lo hago por el pasillo un día de escuela cuando de repente llega Will y me dice que lo bese y que luego me dará explicaciones. Obviamente, quedé confundida al principio, pero hice lo que me pidió. Después de clases fui a su casa y me explico que su novia lo engañaba y que si podía fingir ser su novia por un tiempo, hasta que su ex ya se olvidara del asunto. Y así es como estamos aquí.
-Este Will, ¿es el Will del que te enamoraste en el pasado?
-Sí y en parte ese es el problema. Cuando me pidió que lo besara creí que era porque lo quería hacer. Yo lo olvidé pero cuando lo vi en frente de mí todo lo que me dispuse a olvidar en el pasado volvió junto con él y lo besé en un momento de debilidad. Y luego me contó que no se acuerda de mí, así que me prometí olvidarlo, pero cada vez es más difícil ya que él se comporta como un novio de verdad y a veces me olvido que estamoss fingiéndolo todo. Sólo estoy contando los días para que esto acabe y me pueda olvidar de él.
-Escucha, tal vez no te lo creas pero él te quiere. Me di cuenta hoy que cada vez que te miraba a su mirada le salía un brillo especial y sonreía como si en verdad creyera que todo esto está pasando.
-Yo me prometí que me alejaría de él aunque me doliera. No quiero volver a sufrir por mi primer amor. Ahora no lo amo, y quiero alejarme a tiempo para no volver a caer...
-Tara, no te enojes pero si estás enamorada de él.
-Claro que no, Jase.
-Tú también tienes ese brillo en tus ojos cuando hablas de él.
-No es cierto.
-Claro que sí. Él está enamorado de ti y tú de él, ¿por qué no lo aceptas?
-Está bien, ¿si? Estoy enamorada de Will y tengo miedo a que me deje como lo hizo en el pasado. Lo quiero tanto que estaría dispuesta a caer a sus pies si me lo pide y por eso no quiero que esto sea real. Porque él ya me dejó y no tuvo problema con eso, ¿qué le impide que no lo haga justo ahora?
-Que te ama de verdad.
-Pero no estaré con él de verdad. Sólo le hice un favor, él me considera una amiga y yo a él así que no hay razón para estar juntos.
-No diré nada más que esto: arriésgate, porque el amor es eso que cuando lo tienes es lo más hermoso del mundo y aun cuando no sabes si estará ahí a tu lado por siempre lo disfrutas porque el amor es eso por lo que tienes que arriesgarte todos los días. Yo creo en el destino y sé que si el destino te puso a Will otra vez en tu camino es por algo, y tal vez estén destinados a una vida juntos.
-Si ese es mi destino, entonces que pase. Si no es, entonces que quite a Will de mi lado antes de que cometa alguna locura por amor.
-Como quieras. Sólo quiero que sepas que te apoyaré en cualquier decisión que tomes.
-Gracias, hermanito. Gracias.