Muchas gracias a @LulaBarletta por éste lindo edit te quedó muy hermoso❤❤
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—Carlos, suéltame. —Gruñó Astrid tomándolo de las manos y tratando de quitárselas de encima.
—¡No voy a hacerlo! —le respondió él al oído—. Por mucho que quiera no... Te quiero lo suficiente como para no dejar que lo hagas, sé que Gabe hizo cosas malas pero no vale la pena.
—Yo también te quiero Carlos... —dijo Astrid casi en un susurro, para luego subir un poco su voz— Sin embargo también quiero a Ben y casi lo pierdo una vez. No pienso hacerlo otra vez.
Carlos se dio cuenta de la voz quebrada de la castaña y aunque no pudo verle el rostro directamente a la cara sabía que estaba llorando.
Rápidamente Astrid dejó de luchar y Carlos la sostuvo más fuerte.
De un momento a otro dio una mirada a su alrededor y vio entre las personas paralizadas por la situación a Blanca Nieves y a su príncipe, y no muy lejos de ellos estaban Aurora y Felipe, entonces recordó las palabras del hada madrina y lo supo
Todos ellos estaban destinados a estar juntos. Pensó Carlos.
Y la solución estuvo frente a sus ojos.
—¡Mal! —gritó Carlos volviéndose a la pelimorada que estaba junto a Ben. Ella se volvió a él y Carlos vio vio cómo una lágrima caía por su mejilla. Le dolía verlas así. Entonces volvió a gritar—. ¡Besa a Ben!.
—¿¡Qué!? —gritó Mal extrañada ante ese comentario.
—¡Besa a Ben! —volvió a gritarle—. ¡Es la única forma... Confía en mi!.
Mal se volvió a su novio en el suelo. Entonces lo reconoció, era el mismo hechizo que su madre usó con Aurora, ella con el guardia den museo e Evie con Chad.
La chica dirigió una mirada a Bella quien le asintió rápidamente, se dio cuenta que había entendido el punto de Carlos.
Mal miró a Ben y vio su rostro dormido... Entonces acarició su mejilla y plantó sus labios contra los de él.
Ben despierta. Pensó Mal.
Ella se separó levemente del castaño y vio que no pasó nada por unos segundos.
Sólo hasta que él abrió los ojos levemente.
—¿Mal? —preguntó Ben con voz ronca viendo a su novia y luego a su madre— ¿Mamá?— entonces bostezó
—¡Ben! —dijo Mal antes de abrazarlo fuertemente.
—Mi bebé —dijo Bella imitando a Mal.
—¿Qué pasó? —preguntó Ben correspondiéndoles el abrazo.- Tuve un raro sueño
—Ben —se escuchó la voz de Astrid el castaño vio cómo su hermana se separaba de Carlos y corría a abrazarlo.
—Astrid —dijo Ben correspondiéndole el abrazo.
Ambos se separaron centímetros mientras que la princesa mantenía sus manos en los hombros del chico.
—¿Por qué éstas cosas me pasan a mi? —preguntó él.
Astrid rió y volvió a abrazarlo fuertemente.
Carlos miró la imagen y sonrió ante eso. Veía cómo el hechizo se había roto.
Una de las frases más cursis que había escuchado en Auradon había sido "El amor verdadero siempre gana", y ahora pensó que más cierto no podía ser.
Vio cómo Astrid se volvió a él y le sonrió. Quiso sonreirle de vuelta cuándo sintió cómo alguien lo tiraba al suelo.
De un momento a otro sintió un peso sobre él y vio a Gabe sobre él.
—Todo es tu culpa... —le dijo a él con furia— ¡Desde el momento en que naciste ha sido tu culpa!.
Carlos no entendió a que se refería con eso pero rápidamente vio el puño de Gabe levantándose y buscando dirección hacía su cara.
Carlos rápidamente atajó la muñeca de Gabe deteniendo el golpe. Pero en ese momento cada ve podía aguantarlo menos. Gabe era fuerte, más fuerte que él.
—¡Carlos! —dijo Jay y él junto a Urell se dirigieron a separarlos.
También escuchó como Astrid decía su nombre pero en ese momento sólo se concentraba en no dejar que Gabe lo golpeara.
En ese momento fue cuándo Carlos vio cómo algo se enrollaba sobre la muñeca de Gabe y se lo llevó arrastrando quitándoselo de encima.
Carlos sintió su corazón acelerarse de pánico ante la imagen. Pero entonces vio a unos metros de él a Gabe con un par de cadenas emergentes del suelo y éste trataba de zafarse.
Entonces se levantó rápidamente del suelo y vio que Mal y Jane tenían las manos extendidas hacía el chico y supo que ambas lo habían puesto de esa manera.
—¿Carlos, estás bien? —preguntó Astrid acercándose a él una vez que estuvo de pie.
Carlos asintió con una sonrisa.
—Bien... —dijo Astrid volviéndose a Gabe— Porque esto no ha terminado...
De Vil vio cómo Astrid daba un paso hacía adelante hacia el pelinegro, de manera firme y rápida. y entonces instintivamente la detuvo colocando su mano en el hombro de ella.
—Astrid —dijo él suavemente.
Ella sonrió.
—No voy a hacerle nada... Todo está bien... Lo prometo.
Carlos notó la sinceridad en su voz y aunque por un momento lo pensó terminó asintiendo y soltándola.
Astrid se volvió a Gabe con mirada firme y vio cómo trataba de forcejear las cadenas.
—Gabe...—dijo ella.
—Me has descubierto —dijo él soltando un suspiro—. ¿Y ahora qué?, ¿Me enviarán de vuelta a la isla?, adelante... estoy seguro que todos en el reino amarían hacerlo.
Carlos y todos los presentes vieron a Astrid y como ella mantenía la mirada unos segundos sobre él.
—No —dijo Astrid rompiendo el silencio.
—¿Qué? —preguntaron tanto Carlos cómo Gabe al unísono.
—Lo que has hecho ha sido terrible —dijo ella—. Pero todos hemos hecho algo de lo que alguna vez nos arrepentimos. Lo sé. No soy una persona que deja pasar los errores tan fácilmente, Gabe. Tú has cometido muchos durante éste tiempo.
—Bastantes a decir verdad... —la voz de Audrey se escuchó en la sala.
—Lo que has hecho al rey de Auradon... —dijo Astrid mirando a Ben quien ahora se había colocado junto a Mal— A mis amigos, a mi, todo merece ser más que castigado. Sin embargo, ¿Por qué habríamos de dejar que vuelvas a la isla de los perdidos donde la maldad puede seguir apoderándose de ti?. ¿Por qué no quedarte en Auradon y aprender lo que es realmente ser bueno y fuerte?... De verdad verdad.
—Yo... —dijo Gabe mirando incrédulo a Astrid al igual que todos en el castillo.
—Todos en Auradon creemos en las segundas oportunidades.-dijo Ben dando un paso adelante.-Mi hermana tiene razón en decir que acerca de todo lo que haz hecho ha estado mal sin embargo siempre existe la opción de dar vuelta a la página .
Astrid asintió.
—Empezar desde cero... Perdonando y olvidando. Pero para hacerlo siempre hay que empezar con honestidad.
—¿A qué te refieres? —preguntó Gabe.
—Te damos la oportunidad de quedarte en Auradon... Sólo si dejas los problemas con todos, y admites la verdadera razón que inició todo esto —dijo Astrid.
Carlos vio cómo el rostro de Gabe se colocaba de un color pálido y miraba a la princesa nervioso. ¿Qué verdadera razón?.
—No lo haré... Devuélvanme a la isla si es necesario —dijo él— Pero no lo voy a decir, nunca lo diré en voz alta,
—¡Gabe! —ésta vez fue Urell— Dilo... Admítelo y creeme que todo esto va a acabar más rápido de lo que crees.
—¡¿Y tú que sabes?! —El pelinegro se volvió al hijo de Úrsula con mirada de enojo.
—Hazlo, Gabe —le siguió Holly, queriendo sonar mucho más suave que su amigo.
Carlos se preguntó acerca de que podían saber ellos de Gabe. ¿Cuál era la razón que originó todo eso?.
—Gabe —ésta vez fue Harriet, Carlos la miró y de repente lael enojo se había ido del rostro de la chica, ahora todo lo que había era ¿pena?—. Hazlo... Todo va a ir bien.
Carlos vio cómo Gabe cerraba sus ojos y empezaba a negar fuertemente.
—¡No!—gritó él.
De acuerdo esto es más extraño cada vez. Pensó Carlos
—Gabe, por favor —dijo Astrid y Carlos vio cómo el pelinegro se tensaba y la miraba—. Sé que lo que decías sentir por mi era amor, sin embargo no lo era...
-Claro que sí.-dijo Gabe.
—Claro que no... —dijo Astrid inmediatamente— Existen diferentes tipos de amor. Desde los amores fraternales hasta el amor hacía los amigos y desde allí hasta el amor que te hace incluso dar tu vida por esa persona si el momento llega se a dar. Pero esto,-señaló la castaña a su alrededor.-Esto no es amor... Es un tipo de obsesión... Y ni siquiera llega a eso. Pero una cosa si es clara Gabe, ¿Si alguna vez sentiste al menos respeto hacía mi?, entonces dilo. No cometas los mismos errores de tu padre...
—Mi padre... —murmuró el chico con voz quebrada.
Carlos entonces lo miró, y empezó a sentir pena por el chico. A pesar de que no sabía exactamente de que estaban hablando, ver a Gabe así, derrotado, no le daba la satisfacción que creía que le daría.
Gabe entonces miró rápidamente a Carlos y luego se volvió a Astrid con un asentimiento de cabeza. En ese momento todos vieron cómo una lágrima caía por la mejilla del chico.
—Carlos De Vil ha tenido la única cosa que yo he anhelado toda mi vida. —Dijo Gabe.
El peliblanco/negro se tensó al escuchar eso. ¿La única cosa que Gabe ha anhelado la ha tenido él?.
—¿Qué cosa? —preguntó Ben, se había puesto de pie con ayuda de Mal y Terrence.
Gabe bajó la mirada y luego la subió mirando directamente a Carlos.
—Halagos y aceptación por parte de nuestro padre. —dijo Gabe.
En ese momento los murmullos de la gente se escuchó. Evie, Mal, y las otras chicas incluidas Pearl ahogaron gritos. La reina Bella casi se desmayó al entender a que se refería Gabe y Carlos empezaba a sentir nauseas al momento que lo entendió.
¿Era hijo de Gastón?. ¿Su madre y Gastón...?
Casi sintió la bilis subir por su garganta y casi sintió que iba a caer al suelo.
—Sí, De Vil... —dijo.-En mis venas, corre la misma sangre que en las tuya.
Pero Carlos no respondió. Entonces ese era el odio que Gabe le tenía. ¿Gastón había hablado bien de él, de quien sólo una vez había cruzado palabra y no de su hijo el que había criado tantos años?
—¡Esperen un momento! —dijo Jay— ¿Gastón es el padre de Carlos?, ¿Tú y Gabe son hermanos?. Oh amigo...
Carlos vio cómo Jay empezaba a reírse, obviamente para calmar la situación sin embargo Gabe se volvió a Jay.
Gabe realmente no estaba para nada divertido con eso
—Jay, tu madre es mi madre también... Somos hermanos de la misma manera que Carlos y yo —dijo Gabe.
—¿¡Que! —preguntó Jay claramente impactado.
—Sorpresa... —dijo el pelinegro con un hilo amargo de voz.
Astrid dirigió buena mirada a Jane y Mal y les asintió indicándoles que lo dejaran libre y a duras penas fue lo que hicieron.
Las cadenas desaparecieron de las muñecas del pelinegro y Astrid se acercó a Gabe y le extendió un mano. El pelinegro pareció dudar acerca de ello pero a los segundos le correspondió a ella y lo ayudó a levantarse.
Gabe recorrió la mirada a todo el salón y a las personas a su alrededor cuándo captó a Ben y dio un paso hacía adelante.
—¿En serio no vas a enviarme a la isla? —preguntó Gabe, mirando a los ojos a la princesa.
Astrid puso una mano en su mejilla.
—Puedo ver que realmente no eres malo, solo necesitas buenos guías —dijo ella con una leve sonrisa.
Gabe miró a su alrededor, todos lo miraban atentos y de pronto, empezó a sentir la verdadera culpa. Él le dio una mirada rápida a Astrid, y sus amigos que lo miraban muy por detrás de ella.
Ben entonces se colocó a un lado de ambos, a lo que él lo miró apenado.
—Ben... —dijo Gabe al castaño— Yo... Lo siento... Lo siento mucho.
Pero Ben sólo se limitó a asentir con una sonrisa, aunque aún incómodo.
—Descuida... me han ocurrido cosas peores...
Astrid y Ben sonrieron ante eso.
Carlos dirigió una mirada a Jay que también parecía enfermo ante la idea de ser el hermano de Gabe.
Pero entonces pensó acerca de Astrid y Ben, de como ellos eran unidos sin embargo antes ni se hablaban. Ellos habían arreglado todos sus problemas y arreglado su relación.
—Gabe... —dijo Carlos llamando al pelinegro y éste se volvió a él— ¿Es cierto eso... Jay y yo somos tus hermanos?.
—Medios hermanos —corrigió Gabe— Tú por mi padre y Jay por mi madre... Y sí, me temo que eso es cierto...
Entonces Carlos se dio cuenta que tenía sentido por que Gabe era el único en toda la isla que sabía que Carlos no había sido planeado para nacer. Tantos años preguntando por su padre y él estaba en la isla criando a otro niño. Entonces entendió por que Cruella nunca quiso dar mención de él.
Era medio hermano de Gabe. El chico que tantos años le había estado molestando y querido quitar a Astrid...
Era su medio hermano.
A pesar de que sentía un poco de ¿dolor?, ¿rencor?, ¿nauseas? ¿Todo eso y más?. Tomó fuerzas para extender una mano hacía el pelinegro.
—Supongo que entonces tengo que llamarte hermano —dijo Carlos.
El pelinegro miró a Carlos y pareció incrédulo ante lo que estaba pasando.
—¿No estás molesto? —le dijo Gabe.
Carlos soltó un suspiró y negó. Podía tener un montón de sentimientos encontrados pero sabía que no estaba molesto en lo absoluto.
—Yo realmente lo siento por todo —dijo Gabe.-Creo... Que se siente buen haberme despegado de eso.
—¿Por qué no me lo habías comentado? —dijo Carlos y Jay se acercó a ambos— A ambos, de hecho.
—Supongo que... Estaba celoso de ti... De ustedes... Han logrado cosas asombrosas aquí... Supongo que debo felicitarlos por eso.
—Oye, Gabe... Por muy extraño que haya sido todo esto-dijo Jay-Y que todavía no me lo crea... Supongo que Astrid y Ben tienen razón. En Auradon dan segundas oportunidades, creo que es en turno de nosotros tres en hacerlo. Digo... Esos dos lo hicieron—señaló a Astrid y Ben— . ¿Por que nosotros no?. Aunque espero que me expliques todo este asunto pronto
Gabe sonrió levemente. Ambos chicos vieron el arrepentimiento y la sinceridad en la mirada del pelinegro y se sorprendieron.
Gratamente.
—Supongo que deberías dar más disculpas —dijo Jay y señaló detrás de Gabe, todos se volvieron y vieron detrás de él a Harriet, Urell y Holly cruzados de brazos.
Vieron cómo Gabe se fue con ellos cuatro.
—Chicos, yo... —empezó a decir.
—Lo sabemos —dijo Urell de manera rápida—. Fuiste un idiota...
—Un tonto —dijo Holly.
—Y falso... —agregó Harriet mientras arqueaba una ceja.
Entonces los tres lo atraparon a , cosa que lo dejó helado.
—Pero... —murmuró él.
—Puede que te hayas comportado como un completo idiota —dijo Holly—. Pero aún así eres nuestro Gabe, nuestro amigo.
—Juntos siempre, ¿recuerdas? —dijo Urell aún abrazandolo con una sonrisa.
—Te guste... —dijo Harriet de igual manera.
—O no —dijo Holly.
Aquello hizo sonreír a Gabe, él sabía que no se merecía él perdón de sus amigos después de todo lo que hizo, pero allí estaban los tres abrazándolo, y perdonándolo.
Olvidando y perdonando, eso había dicho Astrid.
Gabe le correspondió el abrazo, y luego de unos segundos, los cuatro se soltaron. Fue entonces cuando Gabe pudo ver bien a Harriet, notando el como estaba vestida.
—Te ves bien, Harriet. —le dijo a la pirata, era la primera vez que la veía con vestido, le quedaba realmente bien.
Ella sonrió levemente, y a Gabe le pareció ver una sonrisa asomarse en el rostro de ella.
—Gracias. —Respondió ella.
Todo aquello que hizo que Carlos, Mal, Evie y Jay sonrieran. Ellos eran un equipo y los otros cuatro chicos también lo eran.
—¿Carlos? —Astrid se acercó a Carlos, y el peliblanco/negro se volvió a ella—. También tengo que disculparme contigo. Sé que te lastime de igual manera, y yo... entenderé si no quieres volver a hablarme.
La princesa tomó su brazo derecho y bajó la mirada, entonces Carlos notó algo en su cuello, algo sobre su pecho. El collar que él le había regalado estaba ahí.
Ella lo usaba.
Entonces recordó esas casi tres semanas en las que pensó que no había esperanza para recuperar a Astrid. Pero ahora sabía que ella había estado fingiendo todo ese tiempo.
—¿Tú... Nunca te molestaste conmigo? —preguntó Carlos frunciendo el ceño.
La princesa hizo una mueca.
—De hecho lo hice... La primera vez. Me dolió lo que me habías dicho... Y cuándo descubrí lo de Gabe me di cuenta que ellos habían manipulado todo, así que solo quise desenmascaralo. Y bueno... Supongo que ya debes saber el reto de la historia. ¿Tú, no estás molesto conmigo?
Carlos miró a Astrid y rápidamente tomó su mano y la apretó fuertemente.
—Dilo otra vez —Susurró Carlos cerca de Astrid
—¿Qué cosa? —Preguntó Astrid.
—Eso... "Te quiero" —dijo él.
Astrid sonrió, ahora se daba cuenta que lo había dicho antes.
—Te quiero Carlos De Vil. Te he querido desde la vez que nos conocimos en la cueva y mucho antes que eso.
En ese momento Carlos se inclinó hacía ella y plantó sus labios sobre los de Astrid de manera suave y esa vez, no les importó que medio reino estuviera viéndolos. Eran ellos dos, juntos, y era lo único que ahora les importaba.
Los dos.
Y nada más.
—¡Esperen un momento! —escuchó la voz del rey Bestia en la sala y ambos chicos se separaron mirándolo como todo el salón lo hacía— ¿¡Entonces mi hija si sale con un hijo de Gastón!?
Astrid le dedicó una mirada a Carlos y Viceversa.
—No... —dijo Carlos— Gabe es el hijo de Gaston. Yo soy Carlos, el hijo de Cruella De Vil.
Astrid le sonrió.
—Y así es perfecto.
***
—Ah, me alegra ver que todo se resolvió —dijo Evie sonriendo, una vez que la fiesta tomó su ritmo normal.
Carlos sonrió y entrelazó sus dedos con los de Astrid.
Entonces fue cuándo algo vino a su mente.
—¿Ustedes lo sabían? —preguntó el chico a sus amigos— ¿Sabían que Astrid estaba actuando?.
Evie y Mal, Jay y Ben intercambiaron miradas y asintieron.
—Pensábamos que te darías cuenta, al menos cuándo el agua del lago no hizo efecto.-dijo Ben.
—O cuándo te lo dije... —dijo Mal— Astrid nunca estuvo hechizada.
—Yo... —Carlos empezó a sentir vergüenza, él era listo, pero no tanto cómo darse cuenta del plan de Astrid.
—Tranquilo, hermano... —dijo Jay— Ya todo está bien.
El peliblanco/negro recorrió a sus amigos con la mirada y sintió de nuevo cómo cuándo Astrid estuvo en esa cueva.
—Chicos... Yo... Para la próxima incluyanme y no me dejen cómo la víctima —dijo Carlos soltando una risa.
Los chicos sonrieron y negaron con la cabeza.
—Sí, mejor que no próxima vez... —dijo Astrid.
—Sí —dijo Evie—. Mejor hay que celebrar que estamos todos juntos.
Carlos sonrió ante eso y se volvía a Astrid a su lado que estaba sonriendole de igual manera.
—Si, juntos.