La primera vez que la vi pensé que me había muerto y estaba entrando al infierno. Literalmente. Adela es de ese tipo de chica que llegó, por decirlo de una forma suave, un poco tarde a la repartición de belleza exterior.
Esta es la historia de cómo Adela García aprendió a hacer magia negra e hizo un encantamiento de amor conmigo...
Estoy jugando. Es la historia de cómo Adela, una chica increíblemente noble y con fuertísimos complejos de detective, logró enamorarme a mí, Pablo Castañeda, contra todo pronóstico.
Bienvenidos a los maravillosos mundos de J. García