Capítulo 111.
El suicidio de Olivia marcó una etapa en mi vida. Una etapa donde todo se volvió oscuro y lleno de dolor. Una etapa donde me vi a mi misma en lo más profundo del océano, sin posibilidades de salir a flote.
Todo mejoró cuando él llegó a mi vida, iluminó mis días, todo era menos doloroso.
Pero justo ahora, siento que estoy ahogándome otra vez.
Los recuerdos me embargan, recuerdos con mi mejor amiga. Recuerdos dónde tuve las pruebas en mis narices, pero fui ciega.
"— Me habías dicho que estarías aqui a las 6, no a las 10 de la noche —Me quejo apenas cruza la puerta.
—Lo siento, cariño. Mi madre me tenía atascada —Responde con voz apagada.
—¿Y que hacías exactamente? —Alzo una ceja llena de interrogación —Dime que no sigues siendo la cenicienta.
—No —Sonríe aferrándose a una almohada —Solo la ayude con la cena. Marcus se fue de viaje y mi madre quería despedirlo.
—¿Adónde va esta vez?
—No lo sé, tampoco me importa —Ella sonríe débilmente —Solo la ayudé con esa cena especial que ella quería darle.
—Si es tan especial, significa que no estará durante días en casa.
—Sí, eso es bueno —Murmura más para sí misma.
—Ella lo quiere mucho. Es un buen hombre, Olivia —Digo y ella frunce los labios.
Pienso que me dirá algo, pero no lo hace"
Me duele el alma. No puedo creer que todas aquellas veces, ella decidió guardar silencio. ¿Porqué no confío en mi? ¿Porqué no pudo decírmelo? ¡Nunca nos guardábamos los secretos! Ella sabía todo de mi y yo... Yo creí que sabía todo de ella.
He intentado todos estos días no sentirme enfadada con ella, he intentado no odiarla por haberlo ocultado.
Pero es tan difícil, es tan difícil para mi el tener que aceptarlo... Aceptar que jamás confío en mi, que jamás me consideró una persona a la cuál podría contar sus miedos y temores.
Pero lo que más lástima mi corazón es que no pude ayudarla. Que no pude hacer nada por ella, solo decirle que ese hijo de perra era un buen hombre.
Por cada palabra que salía de mi boca, ella se derrumbaba. Pienso en nuestras salidas al cine, al centro comercial, a cualquier lugar. Ella no era feliz, mientras yo reía y me divertía, Olivia seguía sufriendo.
Mi móvil vibra bajo mi almohada. En el fondo, sé que es él, Niall. Las lágrimas se acumulan bajo mis pestañas.
Lo echo de menos, pero él merece algo mejor.