Los meses ya pasaron demasiado rápido, pronto cumpliré trece años, estaría ahora mismo en secundaria. Aun no sé qué hacer con mi vida, estoy un poco desconcertada aun de todo. He pensado en varias cosas que quiero hacer, aun no estoy muy segura de eso, faltaba hablarlo con mis padres y convencerme a mí misma de lo que quiero.
Hoy tenemos una reunión en la casa de mi tío Paúl. Nos llevamos muy bien con su familia, tiene dos hijos casi de mí misma edad. Mi tía es realmente genial, me consciente mucho ella siempre quiso una hija, pero por muchos problemas de salud, no pudo seguir teniendo hijos.
Salimos de casa.
Todo el recorrido hasta su casa es de unos 40 minutos para llegar en auto. Estoy en la parte trasera del carro, observando por la ventana el paisaje que hay. Es verde como el campo en primavera muy colorido y hermoso. Se miran muchos animales ahí por los alrededores, saqué mi cámara y fotografié algunas escenas de paisaje que miré, pero no salían muy bien por constante movimiento del auto que estaba en marcha. Es raro observar esa vista. Donde vive mi tío es casi como una capital, es muy poblada y la tecnología abunda así que era de aprovechar esa hermosa vista que había todavía.
Ya casi llegamos. El paisaje cambió, ahora miraba edificios muy grandes, demasiado tráfico vehicular y peatonal. Es realmente genial ver todo eso, me emociona como una niña al ir al cine y ver su película favorita.
— ¿Ya casi llegamos a la casa del tío Paúl? — les pregunte a mis padres.
—Sí, ya solo faltan unos cuatro minutos de camino. —Mamá respondió.
— ¡Genial! —Grite emocionada, tenía mucho que no los miraba.
Pasaron los minutos y a lo lejos observaba un vecindario. Las casas eran totalmente iguales entre sí mismas, la diferencia es el número de casa escrita en la puerta de cada una de ellas. Si no mal recuerdo su número es el 10 al igual que mi número de la suerte. La casa por fuera es un poco diferente a las demás, él es general de división del ejército. Y su casa luce algo así, un poco extraña en cuestión de diseño. Ya la localicé, está igual a lo que recordaba. Estacionamos el auto, abrí la puerta y bajé rápidamente.
Papá lideró la fila y comenzó a caminar. Llegamos frente a la puerta. Se escuchaba la televisión encendida desde a fuera. Me acerqué a la puerta y miré a papá.
—Anda, adelante. —Riéndose. Toque la puerta tres veces seguidas, no me había dado cuenta de que había un timbre a lado, hasta que mamá me lo señaló.
—¡Rayos! —Exprese al ver el timbre. Ambos rieron.
Se comenzó a abrir la puerta desde adentro, lo primero que miré fue a Mark el hijo mayor, después de eso al gemelo Mike el menor.
—Hola tíos. —Dijeron los gemelos al mismo tiempo, parecían felices al vernos.
—Hola chicos ¿cómo están? —Papá les contestó.
— ¡Pasen! —A lo lejos se escuchó al tío Paúl decirnos.
Miré a los chicos y los saludé con un movimiento de cabeza. Su casa es realmente grande y bonita por dentro. El tío Paúl se encontraba ¿Cocinando? me sorprendí al mirarlo con un mandil de cocina y preparando algunas cosas.
Papá estalló de risa junto con todos al mirarlo vestido así.
— ¿Qué haces Paúl? —Mientras reíamos le preguntamos.
— Betty está en el cuarto y me encargó la comida por mientras que ella se alistaba. —respondió riendo.
Después de un rato la tía Betty bajó y comenzamos a platicar de muchas cosas, al poco tiempo salió el tema del incidente, trate de superarlo y no dejar que me afectara en ese instante. Después de toda esa platica comenzamos a comer. La verdad la comida estaba fascinante, realmente estaba muy buena.
En la mesa platicamos por un largo tiempo.
— ¿Tío Paúl, aun es general en el ejército? —Pregunté.
—Sí, por ahora estoy de vacaciones y en una semana más vuelvo al cuartel. —Me platico. El casi no está con los chicos ni con la tía siempre tiene que estar allá haciendo su trabajo por un largo tiempo. Siempre es así y cuando no lo es, todos los días llega a casa.
— ¡Quiero ingresar al ejercito! — Dije en voz alta.
Todos quedaron callados y sorprendidos por mi petición, estuve pensando por varios meses sobre ese tema y no sabía cómo decirles a mis padres, creí que este era mejor momento para decirlo.
— ¿Qué dices Rad? — Mis padres preguntaron.
—Quiero ingresar a la escuela militar, donde mi tío esta. —dije sin titubear.
— ¿Por qué? —Mamá preguntó.
No podía decirles el por qué aun, pero tenía que entrar si quería lograr mi objetivo principal.
—Es solo que me llama la atención todo eso. Además, saben que desde chica quería ingresar.
—Sí, lo sabemos, pero, pensamos que ya se te había pasado ese tema.
—Sabes lo que quiere decir todo esto Rad, lo que implica esa decisión, los cambios que vas a sufrir, las cosas que vas a perder —El tío Paúl dijo.
—Lo sé, pero quiero ingresar. Por favor, tío, quiero aprender todo lo que conlleve.
—Pero a tu edad es algo imposi...—lo interrumpí.
—Por favor, lo soportare, ayúdeme a ingresar.
Todos me observaban desconcertados por lo que acababa de decir.
—Sabes que tendrás que soportar mucha presión muchas otras cosas que tal vez no podrás aguantar mentalmente e inclusive físicamente y que solo apenas tienes doce años. —dijo Paúl.
—Ya voy a cumplir 13.
— Aun así, El ingreso es permitido desde los 16.
—Por favor, tío, realmente quiero ingresar, no lo dejare en vergüenza ni nada de eso.
Solo me miraba y daba miradas a mis padres.
—Está bien, haré lo que pueda para que te admitan en los exámenes para ingresar — mi tío dijo.
— ¿Pero, Paúl? —Papá dijo.
—Ella solo sabe el porqué de su decisión, confíen en ella. —Me miraba mientras decía eso.
Solo pensaba que, tal vez mi tío haya descubierto mis verdaderos pensamientos y trata de ¿Probarme? Eso sería algo que yo ya había predicho. Él es un General, nadie podía hacerlo tonto. Estaba capacitado para todas estas circunstancias, además de que yo ser su sobrina de doce años que conoce perfectamente de toda la vida, es como si conociera mis pensamientos.
—Gracias. —Le dije.
—De acuerdo, mañana te diré que es lo que necesitan de papeleo y todo eso.
Terminamos de comer y me había levantado para colocar los platos en su lugar.
— "Recuerda que tendrás que ser más inteligente que todos para avanzar" —Me dijo mi tío mientras ya no había nadie cerca.
Quede quieta por unos segundos, me invadieron muchos pensamientos al escuchar eso. Solo me dijo eso y se retiró de ahí, yo aún estaba en la mesa, sabía que él había dado en el blanco sobre lo que tenía en mente por mi reacción, pero tenía razón él, tengo que ser más inteligente que todos.
Pasamos el rato, y se hizo tarde, son las 6:00 pm ya nos teníamos que ir. Nos despedimos de todos y mis padres comenzaron a salir, abracé a la tía, y les dije a dios a los chicos.
—Adiós Mike y Mark. —Ellos me abrazaron al mismo tiempo.
—Estás loca chica del ejército. —Estaban riendo mientras decían eso.
—Están locos los dos. —Les saque la lengua y reímos más.
Me dirigía con mi padre y mire a Paúl.
—Nos vemos Rad —Me miró.
— "Se que no será fácil desde afuera y como solo se actuar sin conocer la situación en la que me encuentro, es mejor hacerlo desde adentro"—Le dije mientras salía de la casa.
— "Ni desde adentro, si careces de inteligencia" —Me dijo.
Llegué con mis padres y nos volvimos a despedir desde afuera de su casa. Mis padres ya estaban en el auto y yo estaba diciendo adiós desde la cerca de su casa.
— ¡Ganare el juego tío! —Le grite mientras me reía.
— ¡Eso espero! — Mientras se reía y se despedía con la mano diciéndome adiós.
Me subí al auto y mamá preguntó — ¿Qué juego ganaras? —Solo me reí cuando pregunto ella.
—Eso...—Me miraban fijamente
—Es algo que estoy por jugar. — Les sonreí sin más que decir y me volteé a ver al otro lado de la ventana dejándola con la duda.