ALÉJATE DE MÍ

By Cristina_maxiel

752K 24.4K 1.8K

Siempre creí que todo lo malo que pasaba en mi vida era culpa de mi mala suerte o producto de las malas decis... More

SINOPSIS
BOOK TRÁILERS
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29

CAPÍTULO 18

13.6K 754 37
By Cristina_maxiel

—Madison por Dios necesito hacer el C2, por favor tenme piedad. —Ruega Hanna desde el otro lado de la puerta, mientras toca está con desespero. —Aidan se ha marchado hace ya dos horas. —Anuncia. Lo sé.

Luego de que Aidan se marchó, estuve durante media hora lamentándome, luego tome una ducha, pero en vez de salir me coloqué la misma ropa y permanecí en el baño sentada en la tina pensando en todo y en nada a la vez. Llegue a un punto tal de alejamiento mental o relajación quizás, que estaba ya cayendo en un sueño profundo cuando Hanna me despertó de un sobresalto al tocar la puerta con fuerza mientras clamaba mi nombre hace unos cinco minutos.

— ¡Madison por Dios! —Chilla molesta. Suelto un pesado suspiro y me pongo de pie. Salgo de la bañera y avanzo hasta la puerta para luego abrir esta, encontrándome con Hanna, apoyada del marco izquierdo de la misma con los pies enredados y su cabeza agachada. En cuanto abro la puerta esta levanta el rostro. — ¡Por Dios! ¡No era para tanto! —Bufa con frustración para luego hacerme a un lado y adentrase al baño para luego desvestirse por completo y sentarse en el batel. —Tráeme mi toalla por favor. —Pide al mismo tiempo que me indica que me vaya en un gesto con la mano derecha. Y eso hago. Regreso a dejarle que me pidió y salgo nuevamente.

Voy a la cocina y me sirvo un vaso con agua y aun sostenido este me dirijo al balcón. Moviendo un poco el pequeño sofá para dos personas hacia un lado, me siento en el suelo, saco mis pies por los lados de la barandilla, para luego mover ligeramente estos mientras observo la noche estrellada sobre el resplandor de la ciudad.

Al cabo de unos treinta minutos escucho las pisadas y tan solo unos segundos después aparece Hanna detrás de mí.

— ¡¿Estás loca?! ¡Regresa los pies al suelo ahora mismo y aléjate de ahí! Mira que tú cabes por uno de estos huecos. —Gruñe Hanna al verme. No me da tiempo a reaccionar o siguiera girar para verla, ya que me hala del vestido, adentrándome por completo al balcón. Chillo del susto y por mi vestido.

— ¡Ya! —Gimo manoteando con las manos al aire para que me suelte. Una vez lo hace me pongo de pie y giro a verla con el ceño fruncido.

—No me mires así. —Advierte para luego acomodar el sofá en su sitio y sentarse, seguidamente me pasa una lata de cerveza. —Compre una caja. —Informa en el momento que la tomo. Me siento a su lado. Hanna ya tiene una cerveza para ella. Ambas abrimos las mismas al unísono y tomamos un sorbo.

Ambas soltamos un fuerte suspiro, y nos recostamos del sofá un poco más, con nuestra vista fija en el cielo nos tomamos toda la lata de cerveza.

—Entonces —inicia Hanna luego de unos minutos, colocando la lata vacía en el suelo para luego pisarla.

—No me hables del tema. —Ruego.

—No iba a hablar de eso. —Miente y giro a verla con expresión de incredulidad. —Bueno quizás sí. —Confiesa luego de unos minutos. —Está bien no hablaré del tema. Pero solo te diré lo mismo que le dije a él. No me disculparé, es tu culpa por no seguir las normas que establecimos al mudarnos. "Si traerás chicos a la casa para hacer algo indebido avisa a la otra" era sencillo, si me hubieras avisado te aseguro que aún no hubiera llegado, hay que respetar los momentos. Así que es tu culpa.

—No es lo que piensa. No vino... Bueno no era como que pensamos... Solo pasó. —Bufo suspirando con pesadez. Hanna solo asiente lentamente al mismo tiempo que se pone de pie, va a la cocina y regresa con dos latas más de cerveza. Tras entregarme una vuelve a sentarse en la misma posición que estaba a mi lado. Con mi mirada fija en el cielo mientras abrazo la lata aún sin abrir con mis manos, para luego soltar aún sorprendida. —No puedo creer que estuve a nada de entregarme a él. —Digo y siento a mi amiga ahogarse un poco al tragar en el momento que hablo. Giro a ver a Hanna y está sonríe, sé por qué lo hace, se supone que no hablaremos del tema, pero con quien si no con ella puedo desahogarme. — ¿Estoy loca?

—Claro —Concuerda sin más al instante, fijo mi mirada en ella. —Bueno, al menos un poco si lo estás —Se corrige, pero no cambia nada. —El fin es que no te estreses, no es para tanto. Fue un momento desafortunado para ustedes claro, pero ya tendrán tiempo para recompensar. —Establece. Solo la observo. —Ojo, lo que te estoy diciendo no significa que me agrade el chico, tampoco que lo acepte o que realmente esté feliz de que estuviste... —Hace una leve pausa para ladear la cabeza—. No, estuviste no porque ya probó y saboreó —Se corrige. —No estoy feliz de que lo hayas pasado de nivel sin siquiera presentármelo formalmente, para tu suerte ya yo lo he hecho, sin embargo es tu obligación presentarnos. —Recrimina. —Claro está, que me refiero a él porque por lo visto es un chico que te gusta por ende con él no sería una noche y ya, porque de serlo obviamente no habría necesidad para presentarlo. —Se explica.

Expulsó un fuerte suspiro lleno de pesar al mismo tiempo que me recuesto aún más del asiento. —En serio me gusta. —Confieso con mi mirada fija al cielo.

—Dime algo que no sepa. —Murmura mientras le da un trago a su bebida.

—Sin embargo empiezo a creer que tener una relación con él resultaría contraproducente para ambos. —Confieso con pesar en mi voz.

— ¿A qué te refieres? —Pregunta mientras toma de su cerveza.

—No quiero decirte nada hasta que tenga la oportunidad de responder con él varías inquietudes de él que me preocupan, tampoco quiero llenar mi cabeza y mucho menos la tuya con pensamientos vacilantes. —Digo, y con eso me refiero a no contarle nada de lo que me ha sucedido con él, Hanna no aceptaría pretexto o excusas, si supiera lo que me sucedió, no solo enloquecería sino que haría lo que sea para alejarme de él aunque eso conllevara a decírselo a mis padres. Nos apoyamos mutuamente y somos las mayores confidentes, pero si se trata de nuestra seguridad luchamos por la supervivencia de esta sobre nosotras misma, aunque eso implique que nuestra amistad se quiebre en el momento.

— ¿Tus inquietudes son a base de lo que se comenta de él? —Inquiere y asiento.

—Eso y varias cosas más.

— ¿Eso quiere decir que crees que son ciertas? —Indaga mirándome y suspiro.

—Ese es punto. –Señalo. —Tengo miedo. —Revelo en voz baja.

— ¿De qué? ¿Qué sean ciertos? —Interroga luego de tomarse el último trago de la lata para entonces colocarla en el suelo.

—De que no me importen. Que sin importar lo que hizo o haga me siga gustando al punto de ignorar todo. —Expongo. —Que esté dispuesta a hacerme la ciega y tonta con tal de poder conocerlo más y tener algo con él sin medir ni tomar en cuenta las consecuencias que eso pueda traerme a mí, a él, o peor aún, a ti o alguien más. —Manifiesto y siento un nudo formarse en mi garganta, realmente me siento aterrada. Lo sucedido en la carretera aún vive en mi mente. Hanna permanece en silencio unos minutos, mis palabras le han dejado pensando, por lo que tarde en responderme, pero lo hace.

—De ser el caso, no te preocupes, yo siempre estaré a tu lado para enderezarte y mostrarte la realidad aun cuando permanezcas con los ojos cerrados rehusada a verla. —Promete rodeándome con su brazo izquierdo al pasar este por mi espalda.

—Gracias. —Susurro enderezándome para luego abrir la lata de cerveza.

— ¿Qué le ves? —Pregunta de la nada Hanna luego de unos minutos de silencio justo cuando me disponía a tomar un trago de la lata. Por la manera en la que lo dijo pareció que no puedo evitarlo. —Es decir, es guapo sí, pero... —Continúa luego de una pequeña pausa.

—Nunca me había sentido tan atraída a alguien antes, te parecerá ridículo lo que te voy a confesar teniendo en cuanta que apenas lo conozco, pero...

—Te encanta —Dice interrumpiéndome, pero niego levemente con la cabeza.

—Más que eso. Es extraño, siento como si lo conociera de siempre o más bien como si él me conociera a mí, me siento cómoda y segura con él sin importar lo que suceda es como si estuviera segura de que él me salvara y cuidaría de cualquier mal, la manera en la que me observa u toca me resulta mágica, su voz... Es loco lo que siento por él —Suspiro resignada a no seguir desglosando lo mucho que me atrae y gusta a pesar de todo lo que he pasado y visto con él.

—Podemos decir que te flecho. Amor a primera vista. —Comenta Hanna al momento de quitarme la lata de cerveza y darse un trago.

—No es amor a primera vista. —Niego fijando mi vista en el cielo.

— ¿Entonces qué es? —Entre abro los labios para responderle, pero al último momento me contraigo con los hombros en respuesta.

—No te puedo negar que me gusta verte emocionada con la vida e ilusionada nuevamente con el amor, de la misma manera que no te puedo engañar diciéndote que me gusta que esos sentimientos sean causados por ese chico. —Establece, solo asiento en respuesta. —Aidan a mí lo último que me produce es seguridad, pero eso no es tan primordial siempre y cuando tú estés bien con él, sin embargo...

—No te gusta. —Termino su frase.

—No me da confianza lo cual es de mucho peor, y eso es más allá de lo que las personas comentan de él o su apariencia, la manera en la que observa, camina, los gestos que hace, su voz y hasta su forma de respirar me produce bastante recelo. —Confiesa, bajo mi mirada hasta ella y observa su expresión, habla en serio. —Más allá de lo que todos los demás pueden decir bueno o malo de él, solo sus acciones podrán cambiar mi pensar, pero estas obviamente a él no le importa. —Concluye.

—Él no es malo. —Murmuro al momento de bajar la mirada a mis manos.

— ¿Cómo lo sabes?

—Su infancia, toda su vida, debió ser muy dura.

— ¿Eso es una excusa? —Exclama con incredulidad Hanna. — ¿Quién no a o tiene problemas? —Cuestiona al momento de tomar mi barbilla y elevar está obligándome consigo a encontrarme con sus ojos castaños los cuales me observan con un brillo especial. —Todos luchamos con nuestros propios demonios y no por eso nos convertimos en uno. Lo que sucede en tu vida no define quien eres, tus acciones hacia estas situaciones sí. —Plantea y asiento. Tiene razón.

—Ya no hablemos de él por favor. —Suplico liberándome de su agarre y volviendo a desviar mi mirada.

—Está bien, pero esta conversación no podrás evadirla por siempre. Sabes que te amo Madison, haría lo que sea por ti, pero de igual manera haría lo que sea por tu bienestar. Si ese hombre resulta ser un verdadero criminal sin importar que tan bien te trate o cuánto te amé sabes que debes alejarlo, porque sus problemas pueden arrastrarte y eso no lo permitiría.

— ¿Qué hiciste anoche? ¿Por qué llegaste tan tarde?

—Indago sin más mirándola. Mi acción tan descarada la deja sin habla durante unos segundos casi minutos, Hanna me observa estupefacta, los minutos de silencio los sentí tan tortuosos que empiezo a morderme el labio inferior.

Finalmente y luego de una eterna espera Hanna suelta un largo y pesado suspiro.

—No te encontré, te llamé y no respondiste. Me dejaste abandonada a mi suerte así que me fui con un grupo universitario a pasar una buena noche. Pase de un bar a una playa y de esta a una villa. No me digas qué pasó porque no pasó nada, bebí hasta emborracharme y baile hasta desgastar mis zapatos. Lo demás no me acuerdo así que no debió ser importante. Desperté a las tres de la tarde, me duché almorcé y arranqué para acá a arruinar tu noche de pasión. —Concluye con descaro y burla para luego ponerse de pie y marcharse, no sin antes mostrarme una expresión de seriedad mezclada con un puchero en los labios.

— ¡Hanna! —Chillo, pero esta solo me ignora para luego irse a su recámara.



El silencio se apoderó de mi alrededor una vez Hanna se marchó. Permanecí en el balcón viendo el cielo mientras vaciaba mi mente de pensamientos estorbosos. No sé cuánto tiempo perduré así, pero no fue hasta que el sonido del timbre resonó en mis oídos sobresaltándome al mismo tiempo que me regresaba la realidad que me di cuenta de los relámpagos que iluminaban por segundos el cielo oscuro de la noche.

—Lloverá. —Murmuró para mí misma al momento de ponerme de pie. — ¡Ya va! —Exclamo frustrada a la persona que toca con impaciencia el timbre, pero esta no se detiene hasta que finalmente abro la puerta. — ¿Sí? —Pronunció al abrir esta, sin embargo debo bajar la mirada para poder ver al ser que llamaba con tanta insistencia. — ¿En qué puedo ayudarte cariño? —Indagó con curiosa y voz dulce al chico que se encuentra frente a mí.

Es un niño de aproximadamente cinco años no creo que tenga más que eso. Pelo abundante de color castaño con unas ondas naturales hermosas. Unos cachetes colorados buenos para jugar con estos. Vestido con un conjunto de pijamada con estampado de dinosaurio, descalzo, pero portando un par de medias que hacen juego con el conjunto, me parece la cosa más linda y tierna que he visto en mucho tiempo.

El niño de ojos café oscuro mi observa con detenimiento. —Usted es Madison Willson. —Suelta de repente, sin embargo no es una pregunta sino una afirmación. Asiento, pero antes de que diga algo el menor me extiende una cajita mediana de regalo que solo hasta ahora me doy cuenta que sostenía. Frunzo el ceño confundida. —Se lo envía el señor del elevador. —Revela, pero sus palabras solo hacen que me extrañe más.

— ¿Cuál señor? —Indago por fin, pero el niño solo se encoge de hombros mientras me hace un gesto extendiéndome aún más la caja para que la tome. — ¿El señor aún sigue en el elevador? —Curioseo, pero el chico niega en respuesta. — ¿Sabes cómo se llama? ¿Vive aquí? —Pregunto, pero él solo vuelve a negar.

Confundida por la situación, pero curiosa por saber que tiene la caja así como quien ha sido el encargado de enviármela, la tomo finalmente, y justo en el momento que se la quito al niño una mujer grita desde el final del paso

— ¡Aaron! —Grita una mujer desde el final del pasillo, capturando nuestra atención. —Me has dado un susto de muerte, ¿Qué te he dicho de salir del apartamento sin avisar? —Reprende la chica al niño una vez se detiene a nuestro lado.

—Lo siento mami. —Se disculpa Aaron, y siento mi corazón derretirse por lo tierno de que escucho al decirlo.

—Si lo sientes no lo vuelva a hacer. —Dice la madre acariciándole el cabello, para luego deslizar su mano y tomar la de su hijo, y al elevar la mirada finalmente noto mi presencia, sus ojos ligeramente sorprendidos se encuentran observando los míos. —Lo siento Maddie Griffin, vivo en el apartamento 503 espero mi hijo no te haya molestado. —Se disculpa y presenta al mismo tiempo que me extiende su mano libre.

—No, para nada, no se preocupe. Me alegra que lo haya encontrado. Madison Willson. —Me presento al momento de tomar su mano.

Luego de eso la chica se despide y los observo marcarse a ambos hasta que desaparecen de mi vista. El niño no dejó de observarme hasta que dobló en la esquina. Todo me resultaba raro, pero ahora lo que me interesaba era ver que contenía la caja. Cierro la puerta y me adentro a mi recámara.

Una vez sentada sobre mi cama abro la caja, luego de hacerlo ideas vareadas inundan mi cabeza, ¿Qué hubiese pasado si la caja contendiera una bomba? Habría explotado sin más, ya que la abrí sin temor. Fuiste muy imprudente. Mi conciencia me sermonea, pero ya me encuentro ocupada excavando en el interior de la caja.

Dentro hay varias cosas, que captan mi atención. Tras analizar lo observando y no saber por dónde comenzar tomo lo que primeramente capturo mis ojos. Una botella de cristal con aparentemente jugo dentro, examino la etiqueta del envase la cual es claramente improvisada, ya que las letras están escritas a mano con un plumón rojo, al leer "jugo de remolacha" no puedo evitar fruncir el ceño y hacer un gesto de asco, sin poder evitarlo destapo la botella y olfateo el interior de esta, no huele mal, pero el solo saber que es de remolacha no me produce deseo de probarlo por lo que vuelvo a cerrarlo para entonces hacerlo a un lado.

Vuelvo a curiosear en la caja. Hay un sobre blanco, un cede plateado dentro de una cubierta transparente la cual deja al descubierto el mismo, sin embargo sobre esta está escrita con plumón rojo la fecha de ayer. Frunzo el ceño mientras lo hago a un lado en la cama para seguir escarbando. Además de lo mencionado, hay dos rosas azules, una real y otra de plástico así como cuatro barras de chocolates de distintas marcas.

— ¿Qué significa todo esto? —Murmuro completamente desconcertada.

Dejando las flores, los chocolates y el jugo en la caja, para luego hacer está aún lado tomo el sobre blanco y el cede.

Sin dudarlo tomo mi laptop y le doy a encender, en lo que espero para poder luego ver lo que hay en el disco, abro el sobre. Dentro de este hay varias fotografías que me hielan la piel en segundos.

Quince fotos, todas describiendo el día de ayer. Cada una marcada con un número atrás y una pequeña descripción.

Foto número uno. Tomada desde una distancia considerable. En esta nos encontrábamos Hanna y yo en el estacionamiento de nuestro departamento caminando en dirección a Arturo. "Camino a la pelea. 7:48 pm"

En la segunda foto nos encontramos frente al antro hablado. Al ver la fotografía recuerdo la conversación que tuve con Hanna en ese momento por su engaño. "Llegada a la disco. 8:15 pm"

La tercera foto está tomada desde arriba y en un plano más amplio, en esta estamos en las gradas, sin embargo y a pesar de la multitud ambas sobresaltamos en la fotografía, ya que está en blanco y negro a excepción de nosotras dos. "Fuera de la exclusividad ¿por qué? 8:43 pm" Frunzo aún más el ceño al leer la nota. ¿Qué quiere decir con eso?

La cuarta foto está tomada en el momento exacto en el cual el réferi levó la mano a Aidan reconociendo así su victoria en la pelea. He de admitir que permanezco unos minutos contemplando esta. Se ve increíble, guapo, fuerte e inalcanzable su ceño fruncido solo lo hace ver más sexy. "Victoria inevitable 8:57 pm"

En la quinta foto, nos encontramos Aidan y yo en la barra de la disco conversando. Fue tomada desde cerca, muy cerca. Esta no tiene frase, solo la hora escrita. "9:15 pm"

En la sexta fotografía no encontramos caminando por el estacionamiento. Esta fue tomada desde lejos "Buscando Arturo. 9:25 pm" Me sorprende y asusta el que conozca el nombre de mi auto.

La séptima captura el momento exacto en el que Aidan me hala y pega a él, evitando así que sea atropellada. Es una foto excelente. En esta mi rostro expresa sorpresa, con los ojos bien abiertos, pegada a su pecho, envuelta con sus brazos, en la imagen Aidan tiene los ojos cerrados. "9:28 pm"

La octava ilustra nuestro beso. Aidan y yo en medio estacionamiento besándonos con intensidad, al ver la foto no puedo evitar llevar mi mano derecha a mis labios y acariciar estos acordándome así de ese momento. "9:34 pm"

Después de unos minutos de haberme perdido en mis recuerdos vuelvo a observar las imágenes.

En la novena foto todo está más oscuro, sin embargo aun así se puede visualizar el accidente en la carretera, así como a Aidan examinado a los pasajeros de la furgoneta. "¿Problemas? 10:42 pm"

En la décima fotografía estamos Aidan, Edwin y yo en el lobby de la casa de diversiones a la cual Aidan me llevo. Esta imagen parece ser tomada desde detrás de nosotros, el único que parece de frente a la cámara es Edwin y es porque está de frente a nosotros. "Insensatez por parte de Aidan. 11:28 pm"

En la undécima foto estamos Edwin y yo frente a la puerta de uno de los cuartos. Edwin está abriendo la misma y yo a su lado esperando. Esta fotografía parece ser tomada desde la derecha. "Edwin el prudente. 11:57 pm"

Con nada foto no puedo evitar sentir algo retorcerse en mi cuerpo. Definitivamente alguien me está acosando, pero ¿cómo? ¿Y por qué? Estas fotografías fueron tomadas en momentos donde se supone no había nadie más que nosotros ¿Cómo es posible que pueda una persona estar literalmente a nuestro lado o frente a nosotros tomándonos fotos y no darnos cuenta?

En la duodécima foto se ve a Edwin saliendo del cuarto. "2:20 am"

En la decimotercera, esta vez soy yo la que sale del cuarto. Aun no entiendo por qué lo hice. "Imprudencia. 3:05 am"

En la decimocuarta foto estoy yo adentrándome a un cuarto. "3:27 am"

Y por último, en la decimoquinta fotografía me encuentro fuera del cuarto/apartamento, tirada en el suelo mientras frente a mí se encuentra un hombre observándome desde la puerta. "4:14 am"

Por unos minutos me concentro en observar la fotografía, y al hacerlo pequeños recuerdos de lo sucedido embisten mi cabeza provocando que frunza el ceño y suelte un pequeño chillido de molestia al sentir cómo está empieza a latirme.

En un momento suelto las fotografías para acariciar mi cien como movimiento desesperado para que el dolor que se intensifica con el paso del tiempo, disminuya.

Escucho mi celular sonar desde la sala, pero lo ignoro para poder continuar masajeando mi cabeza. Luego de unos minutos de absoluto silencio finalmente siento un ligero alivio.

Fijando mi vista en el cede, tomo mi laptop ahora encendida y lo introduzco, dentro de este hay una carpeta, la cual contiene dos videos, uno titulado "Dentro del cuarto" y el otro "Cámaras" en lo que considero cuál ver primero o si realmente debería verlo, me pongo de pie a buscar mi teléfono el cual ha empezado a sonar nuevamente.

Al llegar a la sala, cojo el teléfono y sin siquiera ver de quien se trata tomo la llamada.

Llamada entrante.

—Habla Madison. —Digo dirigiéndome a mi cuarto nuevamente.

— ¿Cómo estás? —Al escuchar esa voz y acento que ya me resulta conocido aunque pertenezca a una persona completa extraña para mí hace que por un momento me detenga en seco justo en la entrada de mi recámara tras escucharlo hablar.

—Estoy bien. —Tardo en contestar, ya que por un momento pienso que confrontarlo nuevamente, pero al reaccionar quizás seguirle la corriente me resulte más efectivo.

— ¿Te has tomado el jugo que te envíe? —Indaga, y por los pequeños sonidos que hace parece estar acostándose o acomodándose en un sofá, en una cama o en algo semejante.

— ¿Cómo voy a tomarme algo enviado por un desconocido? Además, a pesar de lo lindo que se ve no me apetece probar un judo de remolacha. —Establezco con honestidad y en un tono cálido, pero quejumbroso como si estuviese hablado con un amigo. Lo escucho reír levemente.

— ¿Aún resulto un desconocido para ti? —"¡Claro!"—No me contestes —Dice rápidamente antes de que siquiera considerara que decirle ante su pregunta con una contestación de mi parte. Sonrío y sé que él también lo ha hecho, ya que suelta un ligero aire que denota eso. —Te aseguro que puedes tomártelo sin miedo, no contiene veneno ni ningún otro ingrediente que pueda enfermarte, dañarte o matarte. —Promete y a pesar de que sé que esto último lo ha dicho en calidad de broma no puedo evitar responderle.

— ¿Y cómo sé que es cierto? —Interpelo, entrando a mi cuarto y cerrando la puerta detrás de mí para luego sentarme en la cama.

—Confía en mí —Pide, no digo nada, pero él entiende mi silencio, ya que continúa. —Está bien, acepto que he actuado mal al no presentarme formalmente, pero no es porque no quiera sino porque no puedo hacerlo. —Confiesa y lo que ha dicho me ha llamado la atención. ¿Qué quiere decir con eso? ¿Quién no se lo permite? —Sin embargo fuera de eso, ¿realmente crees que yo haría algo para lastimarte o que pudiera quebrar tu seguridad? —Cuestiona y puedo sentir la afición en su voz. A pesar de que por un momento la palabra "No" ronda por mi cabeza no digo nada, permanezco en silencio. Escucho su respiración a través de la línea. No sé por qué respuesta ha tomado mi silencio, pero al escucharlo decir—: Entonces, debes de tomarlo, te ayudarán. A reponer fuerzas. —Supongo que lo ha afrontado como una contestación negativa, obviamente a su conveniencia. —Tómalo. —Insiste e inevitablemente me veo tomando la botella para luego examinarla. —Te confieso que lo he hecho yo mismo. —Confiesa. Eso explica la horrible etiquetar. —Lo sé, no ha sido mi mejor etiqueta, pero lo importante es el contenido. —Manifiesta luego de unos segundos como si hubiese podido leer mis pensamientos.

— ¿Qué significa todo esto? ¿Por qué me acosas? ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Por qué si estuviste ahí no me ayudaste? —Arremeto luego de unos minutos de silencio sin poder evitarlo. —Sin importar lo cálida que se escuche tu voz o lo mucho que intentes agradarme, eso no cambia nada, es aterrador saber que alguien te sigue y observa violando tu privacidad ¿Sabes? —Reprendo con el tono de voz más calmado que puedo. — ¿Quién eres?

—Lo siento. —Susurra.

— ¿Qué sientes? ¿Acosarme o no haberme ayudado? —Indagó ya con voz más firme, realmente quiero respuestas.

—Te lo dije antes. No puedo acercarme a ti, y más si sé que están cerca.

— ¿Quién eres?

—Solo pensé que enviándote eso recordarías lo que sucedió. Escuché que no recuerdas. —Confiesa y sus palabras solo logran confundirme más

— ¿De dónde lo escuchaste? ¿Quién te lo dijo? —Preguntó en tono presionante.

—Adiós Madison. Descansa. —Se despide y niego.

— ¡No cuelgues! —Chillo al instante. — ¡Oye! ¡¿Quién eres?! ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Qué es...? ¡Diablos! —Gruño frustrada al escuchar la línea al momento de colgar, para luego lanzar mi celular a un lado.

Fin de la llamada.

Frustrada y harta de esta situación vuelvo a colocar todo en la caja para luego cerrarla y tirarla al suelo.

Me acuesto boca arriba en la cama para luego soltar un largo y pesado suspiro.

Debería denunciarlo.
Pero si lo hago nunca descubriré que es lo que quiere de mí o ¿sí?
Quizás la policía sea realmente mi mejor opción.
Definitivamente debo hacer algo antes de que sea tarde.
¿Y si se lo digo a Aidan?
Quizás sepa quién es.
Al menor él parece conocerlo a él.
Además, la única persona que pudiese evitar que él se acerque a mí a de ser Aidan ¿no?

Cientos de pensamientos y preguntas arroyan mi mente en estos momentos, sin embargo antes de perderme y atormentarme con estos agito mi cabeza con la esperanza que estos desaparezcan y lo hacen, al menos por un momento me veo viendo a la nada y perdiendo mi mirada en una esquina del techo sin nada rondando, pero no dura mucho tiempo. Ya que tan solo unos minutos después mi celular empieza a vibrar a mi lado. Del aventón que le di llego cerca del espaldar de la cama.

— ¡Mierda! —Gruño al sentirlo vibrar nuevamente para entonces tentar con mis manos la cama aún sin moverme de mi posición, al no poder tomarlo giro para a hacerlo. Son mensajes.

Mensaje nuevo de número desconocido

Este mensaje fue eliminado.
Este mensaje fue eliminado.
Este mensaje fue eliminado.
Este mensaje fue eliminado.

Me encuentro escribiéndole una contestación a sus mensajes eliminados cuando entra uno nuevo, y al leerlo solo puedo fruncir el ceño.

Nuevos mensajes de número desconocido

«¿Recordaste?»
«¿Te han ayudado los videos?»

Mensaje para número desconocido

«¿De qué me hablas? ¿Qué video...

Estaba a punto de terminar la frase y enviar el mensaje cuando recuerdo, por lo que fijo mi mirada en la laptop y vuelvo a ver la carpeta con los dos videos.

Dejo mi celular a aún lado al mismo tiempo que me siento en la cama, tomo la computadora y la coloco sobre mis piernas cruzadas.

Sin pensarlo le doy clic al video titulado "Cámaras", al empezar este a reproducirse solo puedo arrugar el entrecejo confundida.

Son las cámaras de vigilancia del lugar donde estábamos. Al ver que es un video extenso coloco el clic en la línea del productor para ir avanzando.

Al inicio del video se puede ver desde las cámaras de fuera, cómo el auto de Aidan entra y como al detenerse en la entrada baja del coche y como segundos después bajo yo, así mismo como luego ambos entramos, segundos después la cámara cambia y ahora muestra el lobby, nos veo avanzar hasta detenernos frente a Edwin. Avanzo la grabación hasta el momento que Aidan ya no está, y Edwin y nos disponemos a subir al segundo nivel, las cámaras cambian dependiendo el lugar donde nos encontremos, con cada pasillo que doblamos la localización de la cámara así como la resolución y número de esta cambia, lo puedo notar, ya que en la parte superior del video dice el número de la cámara al menos eso es lo que creo. Adelanto el video, veo cómo Edwin y yo en tramos a una habitación, lo adelanto más y logro detenerme en el momento que Edwin sale de esta y se dirige por donde habíamos venido, el video por unos minutos los sigue a él, pero una vez llega al lobby y se adentra por otro pasillo vuelve a estar grabando la puerta del cuarto donde yo aún estaba.

Cómo sé lo que sucede adelantó este con rapidez, hasta el momento que me veo saliendo de la habitación de aquel hombre. Y la imagen que vi anteriormente ahora puedo ver con exactamente lo que sucedió.

Un nudo se forma en mi garganta al verme en el suelo, en ese estado deplorable. Mis ojos se nublan de lágrimas pero las contengo.

Cierro la ventana del video, al mismo tiempo que respiro hondo para calmarme.

Por un momento fijo mi mirada a la pantalla de la laptop mientras considero en borrar todo y olvidarme esto, sin embargo sé que no puedo hacerlo. Por lo que aun si desearlo y sintiendo miedo de lo que pueda ver le doy clic al video titulado "Dentro del cuarto".

El video está acelerado, resulta bastante obvio por los movimientos, además su corta duración de tan solo tres minutos y veinte segundos me da a pensar que originalmente este ha de durar mucho más que solo esto.

El video no tiene sonido, pero al verlo recuerdo todo, por lo que aún no tenga audio puedo escuchar sus palabras exactas.

El video muestra la sala de aquella habitación, puedo ver el momento exacto en el que entro a esta y como me quedo estática de la sorpresa al encontrarme con aquellos hombres. Todo lo que había sucedido en esa habitación ahora lo puedo visualizar, todo lo que había olvidado regresa a mí golpeándome con tanta fuerza que siento la impresión de quedarme sin aire.

Ver lo que pase en esa habitación mientras los recuerdos y los sentimientos vividos atormentan mi cabeza es demasiado para mí. Cierro la ventanilla del video y apago la laptop, no quiero verlo, es suficiente.

Mi celular empieza a asonar nuevamente, pero esta vez ni siquiera me asomo a ver quién es, sin levantarlo de la cama lo coloco en silencio para luego ponerme de pie y salir de mi habitación no sin antes apagar la luz de esta.

Me tomo unos minutos para verificar que la puerta esté cerrada así como para la puerta corrediza del balcón, una vez hecho esto me dirijo al cuarto de Hanna. Al detenerme frente a este toco suavemente la puerta para después de la misma manera abrirla.

Hanna ya está durmiendo, acostada de lado a espalda a la puerta y arropada de pies a cabeza. Me adentro al cuarto cerrando la puerta detrás de mí para luego levantar la sábana y acostarme a su lado, escucho a esta soltar un pequeño gemido al sentirme hundir mi cabeza en su espalda, pero solo eso, continúa rendida en su sueño así que yo cierro mis ojos esperando imitarla en eso.

Continue Reading

You'll Also Like

13K 1.6K 46
Ainoah Sellers, mejor conocida como el bicho raro del instituto. Usa ropa ancha, una talla o dos más grande que ella, es tímida y su círculo de amigo...
15.5K 2.2K 53
Sara García no tiene nada: ni un físico envidiable, ni un trabajo bien remunerado, ni una familia unida y mucho menos unas amigas normales, pero sí t...
1.6K 381 40
¿Alguna vez han escuchado la famosa historia del hilo rojo? La leyenda afirma que aquellos que estén unidos por el hilo rojo están destinados a conve...
8K 1.2K 22
Un amor de mil doscientos años. En esta vida han vuelto a reencarnar. ¿Podrán ser felices al fin? Los sueños de Nabi dejaron de serlo cuando aquel p...