- ¡Voy! - Ana grita justo en mi oído.
- ¡Auch! pudiste acercarte a la puerta y gritarles desde ahí y no en ¡MI OÍDO! - me quejo cuando ella va riendo hacia la puerta.
- No exageres... - dice lejos.
- ¿Llevas zapatos altos o bajos? - Carla sostiene unos converse y unas botas alta color marrón de tacón grueso.
- Mmm... bajos - apunto a su mano derecha y tomo las zapatillas negras.
- Buena elección, porque tenemos que subir escaleras - dice muy sabia.
- Sip - me pongo de pie, paso las manos por el vestido veraniego, es blanco con estampado de flores negras y rosas - ¿Qué tal? - pregunto observándome en el espejo.
- Perfecto... - un susurro no muy claro llega a mis oídos, separo mis ojos de mi reflejo y me centro en otro que está detrás de mi, luce guapísimo, lleva unos jeans negros ajustado, una camiseta blanca y una chaqueta casual de color gris oscuro, su cabello rubio está un poco alborotado por el viento. No sé si es por la luz o igual es el espejo que está sucio, pero el brillo que reflejan sus ojos es muy intenso y particular. Por un momento me que atrapada en su mirada, noto su pecho bajar y subir rápidamente.
- ¿Estáis listas, preciosas? - pregunta Ashton distraído con los cosméticos que están regados por el tocador.
- Si corazón... - Ana le coge del brazo y salen por la rápidos por la puerta.
Sacudo mi cabeza para desalojar a Cameron de ella.
- Vamos.
Cojo mi bolso de correa larga y salgo con Marco y Carla.
- Estáis guapísimas chicas - nos alaga Marco. Es un amor.
**
Decidimos ir caminando al restaurante, ya que esta a unas pocas cuadras. Hacemos cola para entrar, cuando ya es nuestro turno un chico moreno y simpático nos guía a nuestra mesa. Es un lugar grande, tiene dos plantas, nosotros estamos en la de arriba, es sencillo y juvenil.
- ¡Es con barra libre! - casi grito de la emoción, todos mis amigos me miran divertidos, y algunas personas del local también - Lo s-siento... llevo más de quince horas sin probar bocado - me justifico, mis mejillas están ardiendo, mis amigos ríen. Que vergüenza. Nos situamos en la fila y vamos cogiendo lo que más nos apetece.
Mi plato es el más lleno, literalmente la comida se sale de los bordes de éste, manchando un poco el mantel de la mesa.
No pude evitarlo, osea no es como que sea capaz de resistirme a los espaguetis con albóndigas y a los filetes de ternera y ni hablar de la ensaladilla rusa. Todo tiene demasiado buen aspecto y un esquisto olor.
Desde ésta mañana no he comido nada más que un baso de zumo de naranja. Así que es hora de complacer a mi organismo y darle todo lo que se le plazca.
- Sam... no sé donde te meterás todo eso - ríe Ana.
- ¡Ana no seas guarra! - la reprendo con la boca llena de espaguetis.
- Eww y tu no hables con la boca llena... - su rostro se contrae en una mueca muy divertida.
- ¿Queff diffcessff? - introduzco más comida a mi boca y le hablo muy cerca, ella chilla de miedo a que le manche.
Todos reímos, y yo casi me atraganto en el intento.
El ambiente entre Cameron y yo está muy tranquilo, ha desaparecido la opresión que sentía en el pecho cada vez que le miraba. Estoy segura que es porque ya confesé todo, y ya puedo respirar con tranquilidad.
Aunque él ha estado un poco raro, parece que está, no sé... ¿nervioso? o igual es que soy muy paranoica, síp, será eso.
Pasamos el resto de la cena riendo y hablando de cosas triviales. Cameron no participa mucho, lo he cachado un par de veces viéndome muy fijamente. Es un poco irritante, porque siento su mirada en mi antes de que lo vea.
- Agh... creo que voy a explotar... - me quejo, creo que me excedí con la comida.
Las carcajadas de mis amigos llenan el lugar y algunas miradas de desaprobación se dirigen a nuestra mesa.
- Ssshhhuuu... que nos están viendo mal... - digo intentando no reír tan fuerte como ellos.
- Voy al baño... - Cameron se pone en pie y baja rápido las escaleras, lo veo desaparecer por el pasillo de los aseos.
- ¿Y a este que mosca le pasa? - Ana dijo la pregunta que yo me hacía internamente.
- Desde anoche está muy distraído... - Marco se encogió de hombros quitandole importancia. Pero Ashton y él intercambiaron miradas, lo que me hizo pensar que algo no estaba bien. Pero lo dejaré pasar... por ahora.
Cuándo Don no me mires regresó, pagamos y nos encaminados hacia la Torre Effiel que estaba a unos cuantos metros del restaurante.
En el camino seguimos haciendo bromas. Perecíamos críos en el recreo, riendo, chillando por las calles de París.
Íbamos con chispilla, los chicos compraron dos botellas de champán. La primera está ahora en el basurero de dos calles atrás.
- ¡Rooon! - Ana le grita a su hermano que va varios pasos delante de nosotros.
- ¿Qué?... - contesta seco.
- Oye, no me hables así de borde. Ven - lo coge del brazo y se apartan de nosotros.
- Sabes si Cameron padece de bipolaridad... - comento divertida.
Ashton suelta una carcajada tan fuerte que sostiene su estómago con sus manos.
- Yo también sigo con esa duda... - dice recuperándose de la risa. Sonrío ampliamente él sonríe de vuelta.
- No en cerio... ¿está bien? - digo sin rastro de broma.
- ¿La verdad?... no, está pasando por una etapa que desde hace años no pasaba... - dirige su mirada a su amigo y la pelirroja, parece que Ana le está echando la bronca por algo. Oh mierda, espero que no tenga nada que ver conmigo.
- ¿A qué te refieres? - insisto.
- Pues que... digamos que ahora mismo esta siendo arrastrado por una ola de sentimientos. La cosa es que en el pasado también le pasó lo mismo, y no salió muy bien, solo espero que esta vez no se equivoque - sonríe de media luna, en sus ojos marrones noto una pizca de complicidad, es como si me estuviera diciendo algo entre líneas. Pero mi cerebro está un poco desconectado ahora mismo.
- ¡Hemos llegado! - grita Carla emocionada.
Mis ojos suben hacia arriba.
¡Wow!
- Es precioso... - no me puedo creer que tenga en frente uno de los monumentos más importantes y maravillosos del mundo.
Son pasadas las once de la noche, no hay muchas personas en las calles, la Torre se ve magestial, tan sola, solamente acompañada del firmamento que le hace un fondo que ni los mejores efectos especiales lograrían.
Decenas de luces parpadeantes cubren el monumento, haciéndolo mucho más hermoso.
- Vamos - cuando creo que mis pies están clavados al suelo él me toma del brazo y me arrastra hasta la entrada donde están los guardias, revisan nuestras entradas y nos dan paso. Esperamos a que Cameron y Ana lleguen al ascensor con nosotros, cuando lo hacen doy al botón. Las paredes cristalizadas de éstos nos ofrecen unas vistas panorámicas de la extraordinaria y audaz arquitectura del monumento.
El corcho del champán sale disparado hacia el cielo, siendo tragado por la oscura noche. Marco sirve nuestras copas. Estamos en la segunda planta, no hemos podido subir más porque Carla no se sentía bien a tanta altura.
- ¡Salud!
Todos brindamos.
Al cabo de unos veinte minutos nos hemos separado, Ana y Ashton están en el telescopio, Carla y Marco han bajado a la primera planta, Cameron se ha quedado en las escaleras de la segunda planta, y yo ahora mismo estoy dejando mis pulmones en llegar a la ultima planta.
- Joder, t-tengo que h-hacer mas ejercicio...