Tres semanas habían pasado desde que estaba nuevamente en New york pero mi mente estaba ocupada solamente por una persona: Camila.
Por fortuna nos manteníamos en contacto prácticamente todos los días. Normalmente ella me sorprendía con algún mensaje deseándome buenos días. Era agradable conocer esa nueva fase de la castaña; Menos distante y más tierna.
Yo por mi parte intentaba tomar las cosas con calma, temía que no reaccionara bien si la sofocaba demasiado y al mismo tiempo tenía muchas dudas sobre la más joven ya que nunca habíamos decido que rumbo tomaría nuestra 'relación'.
Como comúnmente pasaba a la hora de cenar mi teléfono sonó y pude ver el nombre de Camila en la pantalla.
C: Heeeeeeeeeeeey Lolo ¿Cómo has estado?
L: Camz :) muy bien... ¿Y tú? Extrañándome supongo...
C: ¡Siempre lo hago! Justamente por eso estuve pensando ir y así dejar de hacerlo.
L: ¡Me encantaría recibirte aquí! Todavía no ha pasado un mes desde la última vez que nos hemos visto y siento que fue hace un año jaja.
C: ¡Siiii! Estoy enloqueciendo. Entonces... ¿Cuándo te parecería bien que vaya?
L: ¿Este fin de semana sería muy pronto?
C: Seria perfecto, si fuera por mi iría mañana mismo pero no quiero parecer desesperada jaja.
L: ¡Genial! ¿Qué vas a decirle a tu madre? Taylor no tiene que enterarse de esto no te olvides.
C: Puedo decirle a mi madre que voy con Taylor a visitarte y a Tay que voy por asuntos familiares de todos modos no creo que pregunte demasiado...
L: Buena idea jaja. No sé si ya te lo había dicho pero ¡Extraño TANTO besarte!
C: ¡Yo tus besos Lauren Jauregui! Pero dejemos de hablar de eso porque de lo contrario no lograré dormir jajaja.
Mi mente repetía 'Lauren Jauregui' una y otra vez. ¿Por qué sonaba tan bien mi nombre cuando ella lo decía? Ni siquiera lo estaba escuchando y me volvía loca, a veces me asustaba el efecto que tenía Camila en mí aun estando lejos.
L: Ven a dormir conmigo entonces tal vez tenga alguna receta para que puedas dormir rápido... ;)
C: En unos días estoy ahí y me enseñas esa receta ¿Te parece bien?;) Buenas noches se me cierran los ojitos Deberías hacer lo mismo y dejar descansar esos hermosos ojos verdes. Adiós Farolitos.
L: Buenas noches hermosa. Estaré contando los días hasta que vengas
Enviando el último mensaje me deje caer en la cama y casi grite como una maldita adolescente.
Era vergonzoso lo feliz que estaba por saber que la vería pronto.
Seguí releyendo nuestra conversación como hacia cada noche y no podía evitar sonreír al saber que le gustaban mis ojos, sentí mi corazón saltar en mi pecho al leer "farolitos" y trate de imaginar cómo sería escucharlo en ella.
Normalmente así eran nuestros mensajes; Diciéndonos sutilmente cuanto nos extrañábamos, o cuanto queríamos besarnos pero sin ser demasiado explicitas.
Comenzábamos hablando de manera casual pero siempre terminábamos coqueteando hasta que lograba intimidarla y debía admitir que adoraba eso; Era fácil imaginar sus mejillas poniéndose rosas, haciendo que la extrañara aun más.
Ahora debía esperar su visita, era consciente que teníamos que hablar pero no sabía muy bien que decir, ni cómo actuar.
La idea de Camila conmigo a solas me causaba dolores punzantes en zonas que no debería. ¡Dios! Tenía que calmarme, parecía un maldito adolescente de 15 años cuando pensaba en ella.
Mi mente no me dejaba dormir ya que solamente pensaba en sus hermosos ojos, por lo que decidí buscarla en las redes sociales. No fue difícil encontrarla debido a Taylor, quien la mencionaba seguido en twitter.
Al entrar a su perfil, quede mirando su foto como una estúpida, su sonrisa era hermosa, y estaba tocando una guitarra. No sabía que ella podía hacer eso y no pude evitar preguntarme si también podía cantar.
Comencé a leer sus tweets, ninguno era demasiado entretenido hasta que llegue a uno que me hizo estremecer.
@camilacabello97: ALWAYS
La fecha del tweet era del último día en que nos habíamos visto. Y esa era la 'promesa' que nos habíamos hecho.
Me sentía una acosadora. No solamente no podía dejar de pensar en ella sino que ahora había cometido el error de seguirla en todos los medios de comunicación, ésta definitivamente era una nueva Lauren que no conocía. ¿Qué demonios estaba haciendo esta chica conmigo?
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Estuve paseando por el departamento por aproximadamente media hora. El día en que Camila vendría a visitarme finalmente había llegado y yo estaba hecha un desastre; No pude pegar un ojo en toda la maldita noche por lo ansiosa que estaba, odiaba ser así.
Cambiar mi vestimenta 3 veces no fue suficiente y seguía pensando en que hacer o que decir. Solo se quedaría conmigo 2 días debido a que tenía que estudiar pero era suficiente, de esa manera podría averiguar en qué situación estábamos.
Mire el reloj y casi entre en pánico al darme cuenta que en media hora debía estar en el aeropuerto.
Decidí cocinar para sorprenderla y la comida estaba retrasada.
Pensé en hacer pastas porque sabía lo mucho que le gustaba, pero tuve que dejarlo en pausa, no quería hacer esperar a la chica menor.
Rápidamente tome un taxi y en el camino recibí un mensaje de ella.
C: Acabo de llegar ¿Estas aquí? No puedo verte.
Mierda, odiaba ser impuntual.
L: Estoy llegando, tuve un problemita, en 5 minutos estoy ahí.
C: Ok, te espero...
Afortunadamente el taxi fue más rápido de lo que esperaba y al entrar en el aeropuerto pude ver a la chica de ojos chocolate sentada en un rincón mirando para todos lados y decidí jugarle una broma.
L: Que linda estas hoy...
Me tome el tiempo suficiente para mirarla, y no me había dado cuenta hasta ese momento cuanto la extrañaba. Ver cómo me buscaba entre la gente sin dejar de sonreír era demasiado adorable.
C: ¡Deja de jugar conmigo! ¿Dónde estás?
L: ¿Nerviosa Cabello? En serio, que lindas te encuentras hoy...
Definitivamente se la notaba nerviosa y no pude hacerla esperar más, mis ganas de abrazarla en ese momento eran infinitas.
Me acerque despacio por detrás, tapándole los ojos con mis manos.
"Tendrás que adivinar quién soy de lo contrario no te destapare los ojos" intenté sonar seductora.
"Mmm es un poco difícil no puedo reconocer ese timbre de voz tan fácil" respondió entre risas y la solté para poder encontrarme con esos ojos chocolates que me hacían perder la razón.
"Hey" una sonrisa se formó en sus labios, pero no era cualquier sonrisa, era la que más adoraba de ella y era toda para mí.
Tan solo con ver sus labios rosas otra vez, mi pulso ya estaba por las nubes y el calor que hacía en este momento en la ciudad no ayudaba para nada.
"Hola pequeña" Intercambiamos un abrazo mientras aspiraba el aroma que tanto había echado de menos "¿Cómo estuvo el vuelo?"
"Bien, pensé que iba a retrasarse pero por suerte llegue a tiempo"
"Me alegro tanto de que estés aquí" admití con una gran sonrisa que ella correspondió.
Tomamos un taxi para dirigirnos hacia el departamento y se formó un silencio bastante incomodo en el camino. Se notaba lo nerviosa que estábamos al estar solas por primera vez...
"¿Que planes hay para hoy?" preguntó la chica menor con curiosidad.
"Pensé en mostrarte mis lugares favoritos de la ciudad y cenar algo afuera tal vez, antes de volver... al departamento" agregue con timidez.
"Suena perfecto" se mordió el labio inferior como solía hacer cada vez que estaba nerviosa.
Al llegar, ella se acomodó y creí enloquecer cuando vi que había olvidado las pastas encima de la mesa y debido al calor estaban prácticamente hechas puré.
"Mierda" dije mirando la comida con desprecio
"¿Sucede algo malo?" preguntó la chica menor acercándose hacia mi
"Quería sorprenderte e hice uno de tus platos favoritos, pero..." respondí mostrando lo mal que había quedado.
Camila empezó a reír y golpeándome suavemente con la mano me dijo "No te preocupes Lo... podemos pedir algo para comer, de todos modos no tengo mucho hambre"
Estaba tan enfadada conmigo por haber sido descuidada y arruinar la primera sorpresa que tenía para ella, pero no podía permitirme estar de mal humor, no con ella aquí.
"Bien, supongo que será pizza" agarre el teléfono y pedí una de sus favoritas.
Camila me miró fijamente los labios. "Suena delicioso"
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Pasamos un par de horas paseando por la ciudad. Hablábamos de las cosas más insignificantes sin aburrirnos. Me sorprendía lo parecida que éramos.
"Eres como una mini versión mía" dije en tono de broma
"Debes admitir que la que quiere ser como yo eres tú"
"Oh claro, es que eres tan perfecta que no puedo evitarlo" respondí irónicamente rodando los ojos.
"Siempre lo supe" dijo riéndose "Taylor nunca dejaba de mencionarme lo mucho que le recordaba a su hermana cada vez que estábamos juntas y no podía esperar a conocerte más para ver si era cierto" agregó tímidamente.
"Bueno... Soy un libro abierto puedes preguntar lo que quieras"
Nos sentamos en el Central Park mientras veíamos la gente pasar y el sol poco a poco iba cayendo.
"¿Alguna vez has estado interesada en otra chica?" sus mejillas se sonrojaron tanto que pude adivinar lo mucho que le había costado hacerme esa pregunta.
"Mmm, bueno a decir verdad sí. Pero solo fue un crush con mi mejor amiga cuando era más chica, nada demasiado...intenso"
La mire a los ojos y no parecía sorprendida...
"¿Qué hay de ti?" cuestione.
"Nunca." Respondió con total seguridad. "En realidad, es la primera vez que me sucede. Y puedo asegurar que es intenso"
Nos miramos por algunos segundos sin hablar y se veía malditamente perfecta con la puesta de sol reflejándose en su piel. Lamentablemente se estaba haciendo tarde y debíamos volver.
"¿Regresamos?" Me levante tomando su mano y al parecer no le molesto.
"Si, vamos..." Caminamos así por unos segundos antes de que ella me soltara. Dejándome con la sensación de su tibia mano sobre la mía.
Unos minutos más tarde habíamos llegado y no estaba segura de que debíamos hacer ahora.
"Mmm Camz. ¿Qué prefieres hacer?" cuestioné. "Podemos quedarnos aquí y tomar algo o ir al pub de la otra vez..."
"Prefiero estar aquí hoy y quizás mañana salir, si te parece bien. Estoy un poco cansada por el viaje"
"Perfecto." Saque unas botellas de cerveza y nos sentamos en el balcón mientras mirábamos las estrellas.
Decidí jugar un juego con ella para empezar a soltarnos ya que ambas estábamos tensas. Busque una hoja y un lápiz. Camila me miraba con curiosidad.
"Vamos a jugar a un juego." Rompí la mitad del papel y se lo pase. "Debes escribir cinco lugares en los que quieres que te bese, yo haré lo mismo, lo pondremos en medio de la mesa y la que pierde en responder cosas de la otra debe sacar el papel y hacer lo que dice ahí. ¿De acuerdo?"
Se me acababa de ocurrir ese estúpido juego pero pude notar la sonrisa pícara de Camila al mencionarlo; Parecía entusiasmada.
"De acuerdo, pero te advierto que se demasiado sobre ti. No quiero que te decepciones cuando pierdas" ¡Era tan competitiva!
"No todo es competencia en la vida Camz, yo también se mucho sobre ti. Muy bien... comencemos..."
Ambas empezamos a escribir.
Rápidamente elegí 5 lugares en los que supe se sentirían bien sus labios: Nariz, mejilla, frente, labios y cuello. Doble los papelitos para que ella no los pudiera ver colocando cada uno en medio de la mesa.
La chica menor estaba concentrada en lo que escribía, vi sus mejillas enrojecerse; Al instante sentí curiosidad de los lugares que estaba escogiendo.
Podría cumplir y besar cada centímetro de su piel sin ningún problema pensé y también me sonroje.
"Comienzo yo..." dijo la chica menor cuando había terminado de doblar sus papeles. "¿Cuál es mi nombre completo?"
Agradecí a las redes sociales y respondí orgullosa. "Karla Camila Cabello"
"Bien... tu turno." Dijo mientras bebía su cerveza.
"¿Cuándo es mi cumpleaños?" empecé con una fácil, estaba segura que lo sabía.
"Fácil, el 27 de junio" yo bebí mi cerveza.
"¿Cuándo es el mío?" cuestiono ella.
Demonios, no podía recordar si era el 3 o el 4 de marzo. Finalmente me jugué por la segunda opción y comenzó a reír.
"Fallaste. Abrí un papelito mi amor" ¿MI AMOR? Que bien sonaba eso. Era sin duda mi nueva palabra favorita. Todo sonaba mejor en sus labios carnosos.
Abrí el papel: comisura de los labios. Mis ojos se iluminaron
Quería provocarme y yo iba a hacerlo aún más interesante.
Fui hasta mi habitación en busca de una bufanda "Bien, voy a cumplir lo que pide tu papelito pero primero te vendaré los ojos"
"¿Esto es en serio?" sonaba nerviosa y ansiosa.
"Todo lo que digo es en serio." Respondí seductoramente y rápidamente la vende.
El alcohol empezaba a hacer efecto en mí y me acerque muy despacio para que pudiera sentir mi respiración.
Me senté arriba de ella sintiendo los músculos de Camila debajo mío tensarse.
Quería hacerla esperar, me quede quieta por unos minutos. Ella no podía dejar de sonreír, había olvidado lo mucho que adoraba verla hacer eso.
"Debes dejar de sonreír, así puedo hacer mi trabajo" le dije despacio al oído.
"Ssi.. pe.. Perdón" comenzaba a tartamudear evidentemente nerviosa y adoraba cuando eso le sucedía.
Con cuidado le di un beso al costado del labio, justo en la comisura y al alejarme la chica menor suspiró. Estaba por levantarme pero sus manos agarraron mi cintura sin querer dejarme ir.
Volví a acercarme y esta vez le di un beso en el mentón.
"Lauren...por favor" Su voz salió ronca y no podía hacerla esperar más. Por mucho que adoraba tener este papel de control sobre ella, mis ganas de unir nuestros labios eran más fuertes.
Primero le di un beso casto y ambas suspiramos en los labios de la otra, verdaderamente había extrañado esto. Camila subió sus manos hacia mi cuello en un intento de profundizar el beso y mordió mi labio inferior.
Comenzamos a besarnos de tal manera que ninguna podía parar. Se sentía tan bien tenerla nuevamente solo para mí y esta vez no debíamos preocuparnos por posibles interrupciones.
Todo era borroso cuando empezó a chupar mi labio inferior y tiro de el con suavidad. Sus caderas se movieron hacia adelante y chocaron contra mi centro mientras ambas respirábamos con dificultad.
"Creo que lo mejor va a ser que paremos ahora" Ella se alejó
"Si si, sigamos jugando" me levante con cuidado y podía sentir lo húmeda que estaba. ¡Dios! Esta chica tenía algo que activaba mi cuerpo en segundos.
La chica de ojos chocolate se sacó la bufanda que cubría sus ojos.
Hicimos nuevas preguntas que las dos contestamos sin error y no podía creer cuanto sabíamos la una de la otra.
Habíamos tomado alrededor de 5 cervezas y me encontraba completamente mareada.
Me levante para ir al baño y cuando regrese Camila estaba esperándome pegada a la pared con una sonrisa traviesa.
"Que haces aqu.." no me dejo terminar la frase.
Cerré los ojos y sentí los explosivos labios de la chica menor atacando los míos. Se sentía jodidamente bien. Sus manos se posicionaron en mi cintura levantando con cuidado la remera y rozando con sus dedos mi piel haciéndome olvidar de todo lo que nos rodeaba.
Sus caderas tocaron la mía y en un intento desesperado de tenerla aún más cerca comencé a guiarla hacia mi habitación en medio de besos que ninguna estaba dispuesta a romper.
Caímos en la cama y me posicione con cuidado encima de ella. Ese simple gesto me hizo enloquecer.
Mordí con cuidado sus labios; ese gesto se había vuelto costumbre entre nosotras y lo adoraba. Fui bajando despacio por su cuello succionando la piel sensible de allí.
"Ohh Dios" Camila suspiro esas palabras tan despacio que no podía distinguir si en verdad las había dicho o era todo producto de mi imaginación.
Realmente no estaba consciente de lo que estaba haciendo pero no quería ir demasiado lejos, en realidad todo mi cuerpo me lo pedía, pero temía asustarla.
Me enloquecía ver lo desesperadas que estábamos por estar más cerca, como nuestros cuerpos se buscaban. Nunca había sentido esta química con nadie antes.
Camila se alejó por un momento tomando aire y me miró fijamente a los ojos.
Me miraba con ternura y no sabía que era lo que pasaba por su mente.
"¿Sucede algo?" pregunte preocupada de haber hecho algo malo.
"No, es solo que, realmente me gustas" respondió casi avergonzada.
"No te das una idea de lo que me gustas a mi Camz." Acariciaba lentamente su mejilla y el sol comenzó a entrar en la habitación.
"¿Verdaderamente está amaneciendo?" Preguntó la chica menor sonriendo divertida al notar cuanto tiempo habíamos pasado besándonos.
"Así parece" Me recosté a su lado. Odiaba lo rápido que pasaban las horas cuando estábamos juntas.
Camila bostezo y sin querer imite el gesto.
"¿Podemos dormir juntas?" pregunto tímidamente
"No tenía pensado prestarte la otra cama de todos modos."
Ambas nos metimos dentro de las sabanas y sentí el brazo de Camila pasar por mi cintura acurrucándose contra mi pecho.
No podía entender que tenía ella pero en ese momento no deseaba nada más que congelar el tiempo para siempre.
Tal vez esto no estaba bien, pero en este momento realmente no me importaba, se sentía bien.
Me hacía tan jodidamente feliz con pequeños gestos y no podía negar que mis sentimientos hacia ella crecían día a día sin importar cuanto me esforzara por mantenerme distante, siempre las barreras se rompían y no tenía caso seguir negándolo.
Estaba perdidamente enamorada de Camila Cabello.