Astrid vio a nada más y nada menos que a su hermano en frente de ella, sosteniendo una espada golosa y apuntando contra ella.
—Ben... —dijo ella con una mezcla de confusión y alegría.
Pero él no le respondió directamente.
Astrid dirigió su mirada detrás de él y vio a dos chicas y un chico detrás suyo. Ella no los reconoció a simple vista y eso le extraño, estaba segura no haberlos visto antes
—¿¡Chicos!? ¿¡Que hacen aquí!? —ella escuchó la voz de Carlos detrás suyo. Sin embargo ella sólo miraba a Ben.
—Carlos, retrocede... —dijo la chica de cabello azul detrás de Ben.
—¿Qué?... ¡No! —dijo él acercándose a sus amigos y dándole una mirada al castaño. —. Ben, ella es Astrid. Mira su collar.
—Tal vez... —Ben dirigió la vista a su collar. —. Pero puede ser una trampa... Tal vez es la impostora usando su collar.
—Ben, creeme... —dijo Carlos. —. Ella es Astrid.
Carlos quiso explicarles cómo era aje estaba tan seguro, quiso mencionar lo de los sueños pero recordó el que ella pidió no mencionarselos.
—Tengo que asegurarme... —dijo Ben mirando a Carlos antes de volverse a ella de nuevo.-Sí eres Astrid... Entonces dime, dime ¿Que pasó esa noche en la cueva del sol?.
Astrid miró a Ben con nostalgia. Ella odiaba recordar ese día. Él que los había cambiado a los dos, y no sólo a ellos, a sus padres e incluso al reino. Pero lo que había ocurrido ellos dos sólo lo sabían. A pesar de que al reino les habían hecho creer otra cosa.
Astrid le dolía decirlo, al igual que a Ben escucharlo, pero la princesa de Auradon sabía que era necesario decirlo para que le creyera.
—Esa noche en la cueva del sol... Trataste de hacer que yo volviera al reino y probar mi inocencia... Te dije que no estaba segura de volver y empezamos a discutir... Luego... Viste cómo aquella flecha iba en camino hacia mi... Y te interpusiste entre ella y yo... Y... Ella dio directamente a tu corazón... —Astrid revivió ese momento en su mente Ben caído en suelo con sangre manchando su ropa y ella gritando su nombre. —Entonces cuándo pensé que ya era muy tarde... Canté la canción, pero no era suficiente... Entonces fue cuándo descubrí la rosa de Auradon... Ella estaba encantada... Y entonces fue cuándo con la rosa y la canción pude sanarte... Casi nos perdimos el uno al otro ese día —ella dijo con la voz quebrada.
Jay, Evie, Mal y Carlos escucharon eso atentos y a la vez sorprendidos. ¿Ben se había sacrificado por su hermana?, ¿Una flecha había llegado hasta su corazón?. Mal sintió un ardor en su pecho imaginándose a su novio a punto de morir por salvar a su hermana.
Pero todos se sobresaltaron al escuchar el metal de la espada chocar contra el suelo. Ben se acercó a Astrid y le rodeó rápidamente con sus brazos. Ella no tardó en hacer lo mismo y los dos se estaban abrazando.
Los 4 chicos sonrieron ante la imagen.
—Te extrañe mucho, enana.-dijo Ben con una sonrisa
—Y yo a ti. —dijo ella hundiendo su rostro el pecho de su hermano.
Carlos vio la escena y sonrió aún más al ver a los dos reunidos y que sus amigos estuvieran allí también.
Entonces cayó en cuenta.
—¿¡Chicos, cómo llegaron aquí? —preguntó él mirando a los tres chicos junto a él.
Astrid escuchó eso salir de la boca de Carlos y se separo de Ben extrañada.
—Es cierto... ¿Cómo es posible? —preguntó ella.
—Mal nos trajo. —Ella escuchó decir del otro chico que había allí.
Ben asintió.
—Está mejorando en la magia. —Mencionó
—¿Mal? —murmuró Astrid y vio cómo Ben dirigía su mirada a la chica de pelo morado a su lado.
—Oh... No es nada... Sólo que éste era un hechizo que mi madre quiso que aprendiera desde pequeña. —dijo ella.
—¿Madre? —dijo Astrid.
—Astrid... —escuchó a Ben decir—. Déjame presentarte a Mal, Jay y Evie. Vienen de la isla.
Astrid vio a los otros chicos, entonces el chico, quien supuso que era Jay, le sonrió y guiño un ojo. Mal sólo sonrió y levantó su mano en forma de saludo elegante, mientras que la chica de cabello azul, supuso que era Evie le hizo un leve reverencia. Todos venían de la isla junto a Carlos.
Ella estaba sorprendida. Sabía el deseo de Ben de traer a los hijos de los villanos a Auradon y darles una segunda oportunidad. Ella era la primera persona con quien había platicado acerca de eso. Pero no pensó que al final sus padres iban a aceptar eso.
—Evie —se presentó la chica de cabello azul. —, hija de la reina malvada.
Astrid sonrió y asintió.
—Jay —dijo el chico—. Soy el hijo de Jafar.
—Un gusto, Jay. —dijo ella
—Y yo soy Mal... —dijo la pelimorada—. Soy hija de Maléfica.
Astrid escuchó el el nombre de Maléfica y se sobresaltó, la hija de Maléfica estaba en frente suyo.
—Sí... Eso no causa una buena impresión a veces...—dijo ella.
—¡No! —dijo Astrid— No te preocupes, Mal... Creo que es genial. Lo digo en serio.
Mal sonrió levemente.
—Y veo que ya conociste a Carlos. —dijo Ben y Astrid asintió.
Ella dirigió su mirada a Carlos y éste igual. Ambos sonrieron.
—Creo que sí. —Respondió la princesa
—Bien.—dijo Jay. —. Ya tenemos a Astrid y la rosa —señaló el collar. —, ¿Que estamos esperando... ¡Vamonos!.
—Jay tiene razón... —dijo Ben. —. Mejor vámonos de aquí.
Mal asintió al igual que el resto. Ella hizo lo que antes. Pensó en el lugar al que quería ir y con las personas con quienes quería estar.
En el castillo de Auradon con sus amigos.
Hizo el hechizo con sus manos y solo tenía que esperar a que ellos fueran enviados de vuelta a Auradon.
Pero eso no pasó.
—Ah... Mal. —Evie le llamó. —. ¿Por que no haz hecho el hechizo todavía?.
Mal vio que ellos seguían en el mismo lugar.
—Se supone que ya lo hice... Deberíamos estar en casa.—dijo ella.
—No... —Dijo Astrid.
—¿Que ocurre Astrid? —preguntó Ben.
—El hechizo no va a funcionar. —dijo ella.
—¿De que hablas? —preguntó Jay —, funcionó para traernos a nosotros cuatro -Jay hizo gesto con los dedos y Evie asintió.
—Ese es el punto Jay.-dijo Astrid.-un hechizo de teletransportación siempre y sólo sirve para cinco personas... No seis.
—¿¡Que!? —dijeron todos los chicos preocupados.
—¿¡Y cómo vamos a salir de aquí!? —preguntó Evie —, porque estoy bastante segura que nosotros no vamos a dejar a nadie aquí... En esta horrible cueva.
—Yo... Supongo... Que usando el doble de magia podría ser suficiente para llevarnos a todos. —dijo Astrid.
—¡Ya entiendo! —dijo Carlos —, es como si usaramos el doble de electricidad en un estudio. Funcionan los aparatos eléctricos usando el doble de potencia al ser utilizados.
Astrid asintió exactamente como si hubiese entendido esa comparación a la perfección.
—Exacto, es prácticamente ciencia.
Los cuatro chicos miraron a los jóvenes extrañados ante esa conclusión.
—¡Oh, no se quejen! —dijo Carlos. —. Yo logré que hubiese tele por cable en la isla al menos unos momentos.
—Eso es cierto... —dijo Jay bastante convencido.
—Sí, sólo hay un detalle... —interrumpió Evie. —. Ninguno de nosotros, excepto Mal, posee magia.
—No es cierto...-dijo Ben.-si Pearl una a teletransportarse y Carlos terminó aquí, eso significa que ella está de igual manera aquí en la isla. Ella tiene magia
—Si hacemos que ella nos llevé junto a Mal. Todo estará bien. —dijo Carlos.
—Sí... Sólo hay un problema —dijo Mal. —, ella quiere la rosa. Y no va hacer nada para olvidarlo.
Todos llevaron su mirada a Astrid y a su collar. Ella lo tocó lo toco ligeramente y suspiró.
—Yo sé que hay que hacer... Pero primero, tenemos que encontrarla.
***
Hola lindas personas de la tierra y el internet!! Espero que se encuentren bien ^^
Ya se que van a decir que siempre les dejó con la intriga... ¡Pero es que no puedo evitarlo! u.u lo siento
Ahque bueno, quería decirles que ya casi llegamos a los 15k y para celebrarlo quería hacer un preguntas y respuestas!!! Ustedes pueden preguntarme lo que sea, puede ser algo acerca de la novela, acerca de mi, acerca de los personajes... Lo que quieran saber yo les responderé honestamente ^^
Bueno eso era todo lo que quería decir... Claro que pueden ir preguntándome ahora y cuando lleguemos a los 15k lo subiré. Dejen su pregunta aquí en los comentarios.
Besos Ángeles