Living with the dead

By KarlaKassapian

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Kwon Ji Yong es un joven de 27 años que vive feliz y tranquilo en el centro de Seúl con un buen trabajo como... More

El joven a orillas del lago
Un muerto en la casa
No te lastimes
Mi amigo Seung Hyun
Una obra de arte
Entre mentiras
¿Quieres ser mi novio?
Verdades a la luz
Noche de brujas
Sólo tú
Los muertos no cumplen años
Arreglando el error
Perdido.
Te protegeré
El amor es la cura
Te amo

Cita a ciegas

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By KarlaKassapian

Seung Hyun se había adaptado bien a su nuevo empleo y cuando le pagaran le daría ese dinero a Ji Yong como un primer pago por dejarlo quedar con él. Recordaba haber trabajado antes de "morir" pero no recordaba en qué, no tenía muchos recuerdos de cuando estaba vivo. Todos los días salía temprano del cuarto, ya se sabía el camino por lo que Ji Yong no tenía que llevarlo, excepto cuando el fotógrafo iba a su estudio y aprovechaba la cola. Ese día se encontraba sirviendo como siempre, recogiendo los platos sucios y limpiando las mesas, sacaba una de las bolsas de basura y al volver adentro para esperar a que saliera uno de los pedidos, Min Ji se acercó a la barra y recostó su espalda en esta.

-Buen trabajo Seung Hyun, lo has hecho muy bien está semana.

-Gracias Min Ji - sonrió.

-Si quieres puedes llamarme Minzy, así me dicen los amigos.

-¿Me consideras tu amigo?

-¿Por qué no? Total trabajamos juntos - miró la hora en su celular - Ya no falta mucho para salir, ¿Quisieras ir por ahí?

-¿Por ahí dónde?

-A pasear, quizás comer un helado o ver una película - sonrió coquetamente como siempre lo haces.

-¿Acaso me pides una cita?

-Si lo quieres ver así - se encogió de hombros - Es raro que una chica haga una cita así que mejor dejémoslo como una salida casual de amigos.

-No lo sé, prefiero estar en casa. Cuando salgo por ahí me pongo algo nervioso y termino haciendo cosas que no debo.

-Uy ¿Qué clase de cosas? Quisiera ver eso.

Seung Hyun se le quedó mirando tratando de entender a lo que se refería pero después de unos segundos lo captó.

-Oh no, no esa clase de cosas. Son otras...cosas, es difícil hablar de eso.

-Sale un pedido para la 5 - indicó uno de los encargados de la cocina dejando un plato en la ventanilla que luego Seung Hyun puso en la bandeja para llevarlo afuera a la mesa.

-¡Oppa! - Min Ji volvió a acorralarlo una vez que el chico hubiese entregado la orden - Aún no me dices si quieres salir o no. Vayamos a por algo de parrilla y algo de beber.

Seung Hyun lo pensó un instante antes de darle su respuesta.

-Está bien, sería bueno salir.

Seung Hyun recordaba muy bien lo que pasó aquella vez cuando salió a ese centro comercial con Ji Yong y sus amigos y tuvo que hasta hacerse presente el guardia de seguridad por lo que está vez se comportaría y como le dijo el pelirrojo, nada de comentarios sobre que está muerto y mucho menos de su supuesto estado en descomposición. Después de que el café cerrara a las 8 de la noche, se dedicaron a limpiar y poner todo en orden y eso les llevó aproximadamente media hora, quizás un poco más, luego recogieron sus pertenencias y cada quien se fue por su lado. Min Ji y Seung Hyun se fueron juntos para tener su salida de amigos y como el chico no conocía mucho en Seúl, la joven de corto cabello rojizo lo arrastró hasta Hongdae en donde podían pasar un rato viendo a los artistas callejeros y luego parar a comer en algún restaurante o puesto de comida, en éste caso de parrilla coreana como ella quería.

-Anda, come, yo hoy invito - decía la chica ya poniendo un trozo de carne en la parrilla.

-No gracias, no tengo hambre - dijo por no decir que un muerto no come.

-No me dejarás comiendo sola, eso es de mal gusto... Ten.

Con los palillos tomó otro pedazo de carne que ya estaba listo y se lo metió a Seung Hyun en la boca que no le quedó de otra que masticarlo y tragarlo. Hizo una mueca de disgusto porque no le agradó su sabor.

-¿No te gusta la carne a la parrilla? Pero si es lo más sabroso que hay.

-Tiene un sabor extraño, como de putrefacción.

-¿Pu-putrefacción? - miró las carnes - ¿De qué hablas? Esta carne está fresca.

-Prefiero la pizza, creo que es lo único que paso.

-¿Te alimentas con pizza todos los días? ¿Acaso me estás tomando el pelo?

-Yo...- comprendió que no debió haber dicho eso y tenía que arreglarlo - Claro que estoy bromeando - rió falsamente - Me encanta la carne - tomó un trozo y lo masticó disimulando su gesto de asco.

-Seung Hyun, esa estaba cruda.

-¿En serio? Es tan buena que ni me di cuenta - decía aún masticando el pedazo para luego tragarlo.

-Qué raro eres, pero es lo que te hace especial - sonrió y siguió comiendo.

Después de cenar, aunque la que más comió y bebió fue Min Ji, regresaron a sus casas. Seung Hyun acompañó a la chica como buen caballero que es y luego tomó el autobús que lo dejaba justo enfrente del edificio por lo que no tenía que preocuparse, sólo tenía que estar pendiente de no pasarse la parada. Ya eran las 10 de la noche, no habían pasado tanto tiempo fuera pero ya era tarde considerando la hora a la que salían del trabajo y Seung Hyun, que solía llegar como a las 8:45 todos los días ya que de allí hasta la cafetería tan sólo habían 15 minutos, tenía a Ji Yong caminando de un lado a otro en el pequeño cuarto, mordiéndose las uñas de la preocupación. En cuanto vio al castaño entrar por la puerta se alivió pero no vaciló para reclamarle por haber llegado a esa hora.

-¿¡Dónde te habías metido!? ¡Me tenías demasiado preocupado!

-Tranquilo mamá – rió ligeramente.

-Y te ríes – resopló cansado – No te estoy diciendo que no salgas pero por lo menos avisa. Vas a tener que comprarte un celular.

-No tengo dinero para eso, lo que gane te lo daré como pago de renta.

-Pues utiliza un teléfono público...En fin ¿Me dirás dónde estabas?

-Salí con Min Ji, fuimos a Hongdae a pasear y luego a comer parrilla.

-¿Tuviste una cita con Min Ji? ¿Te volviste loco?

-Sé que dijiste que era una coqueta y todo eso pero una vez que la conoces bien es una chica muy agradable. Y no fue una cita, fue una salida de amigos.

-Siempre comienza así , luego se querrá acostar contigo, te desechará como un perol y se buscará a alguien mejor.

-Que desconfiado eres – hizo una mueca. Se quitó su chaqueta y se recostó en la colcha – Estoy exhausto, me duele la espalda – dijo entre un bostezo y se reincorporó - ¿Me das unos masajes? Es extraño que me sienta así considerando que ya estoy muerto.

Ji Yong rodó los ojos estando a espaldas del castaño por lo que éste no lo vio hacerlo. Ya estaba cansado que a cada rato dijera lo mismo.

-Háztelos tú – abrió la puerta.

-¿A dónde vas?

-A tomar algo de aire. Si quieres duerme hoy ahí para que estés más cómodo.

-Yo no duermo, recuerda.

-Sí claro, por eso es que todas las mañanas te encuentro roncando afuera - salió poniéndose una sábana por encima y con su celular en la mano que comenzó a revisar. En eso vio un mensaje de su madre que no había leído.

-Ven mañana a casa a las 9 am-

-¿Ahora qué querrá?

Apagó el teléfono y se quedó un rato sentado en el banco que tiene en la azotea hasta que el frío se lo permitió. Volvió adentro, aún la luz seguía encendida pero Seung Hyun se había quedado dormido incluso con la ropa puesta. De verdad que esos últimos días había estado muy cansado después de trabajar tanto, por suerte al día siguiente era sábado por lo que no le tocaba. Ji Yong se quitó la sábana que traía por encima y arropó con ella al castaño que se movió un poco para acomodarse mejor pero sin despertarse. El pelirrojo se sentó con las piernas cruzadas a su lado y le acomodó el flequillo que estaba en todas direcciones. En realidad el cabello no le caía en los ojos ni le molestaba pues estaba durmiendo pero Ji Yong tuvo el impulso de hacerlo. Se quedó unos instantes observándolo dormir y en cuanto Seung Hyun se giró, el otro se puso de pie de golpe y se recostó en el asiento debajo de la ventana en donde se quedó dormido.

Al día siguiente Ji Yong fue a casa de sus padres a la hora que su madre le dijo y antes que todo primero desayunaron en familia como solían hacerlo siempre antes de que el chico se mudara, tan sólo faltaba su hermana mayor que aún seguí disfrutando su luna de miel. Después de que terminaron de comer y hablar de cosas cotidianas, fueron hasta la sala donde la señora cambió su semblante a uno muy serio.

-¿Qué pasó? Me estás asustando – dijo el chico.

-Hijo ¿Recuerdas lo que hablamos el otro día en tu cuarto? Bueno, me he tomado la libertad de hacerte unas citas a ciegas.

-¿¡Qué!? – exclamó Ji Yong - ¡Papá!

-A mi no me mires, tu madre fue la de la idea y aún no entiende que es una total locura.

-¿Cómo que locura? Ya no falta mucho para que Ji Yong cumpla 30 años y necesita casarse.

-¿Por qué? Actúas como una de esas madres ricas de las novelas, ni siquiera somos millonarios, no sé por qué insistes con esto – el hombre se puso de pie y se metió en su habitación dejando a su esposa e hijo solos.

-Mamá ¿Por qué me haces esto? Yo no me quiero casar.

-¿Y por qué no? Todo el mundo aspira por casarse y formar una familia con su pareja ¿Por qué habría de ser diferente para ti?

-Yo no soy el único que piensa así, hay muchos hombres y mujeres que piensan igual.

-Já, pues eso es una locura. Que ellos hagan lo que quieran con sus vidas pero no dejaré que mi hijo se quede soltero para toda la vida.

Ji Yong resopló, era imposible hacer entenderle a su madre y si le decía la verdadera razón sería todo peor y hasta el edificio donde estaban se vendría abajo por su reacción.

-Como decía, arreglé unas citas a ciegas con tres chicas. Será en el restaurante de éste hotel – le entregó la dirección – Será media hora con cada una así podrán conocerse.

-¿Pretendes que esté ahí como un idiota perdiendo el tiempo?

-Más te vale no faltar o me harás quedar mal. Esas chicas son hijas de amigas.

-¿Cuáles amigas? Las que conozco no tienen hijas como de mi edad.

-Del spa a donde voy.

-¿Y cuándo es eso?

-Hoy mismo, a partir de las dos de la tarde.

-Perdóname mamá pero estás loca – se retiró sin decir más nada.

Lo que le faltaba, unas citas a ciegas con unas total desconocidas que sabrá Dios cómo serán. Ciertamente como decía su padre, parecía una de esas madres de las novelas que le buscan las novias a sus hijos, sólo que a diferencia de esos chicos, él no podría tener oportunidad con alguna de ellas, o mejor dicho, ellas no podrían tenerla con él. Volvió al cuarto y pateó lo primero que vio ignorando que Seung Hyun estaba allí mirando la televisión.

-¿Qué sucedió? ¿Por qué tan molesto?

-Mi mamá – se sentó a su lado e hizo un mohín – Me hizo unas citas a ciegas para hoy y más me vale no faltar o la haré quedar mal – dijo imitando la voz de su madre.

-Sólo ve para complacerla y si no te gustan ninguna, que será así, no pasó nada y ya. No puede obligarte a casarte, tú puedes decidir en tu vida.

-Tienes razón, iré, las escucharé, diré lo que quieran saber y le diré a mi madre que no me gustó ninguna.

-Exacto, te irá bien – le dio unas palmaditas de ánimo en el hombro.

-Acompáñame, para que me des apoyo moral.

-¿Yo? ¿Por qué no le dices a Young Bae o a Dae Sung? Ellos llevan más tiempo siendo tus amigos.

-Lo sé pero ellos se toman todo como un chiste y temo que no se comporten bien, en cambio tú eres más serio, me sentiré más cómodo.

-De acuerdo.

Al llegar la hora de las citas, Ji Yong se vistió igual que suele hacerlo siempre, una camiseta con una chaqueta de jean, una bufanda, unos pantalones y unas botas, muy casual, no iba a ponerse con formalismos. Junto con Seung Hyun fueron hasta aquel hotel y esperó sentado en una de las mesas del restaurante mientras el castaño se quedó en una alejada pero donde lo pudiera ver. No fue difícil para la primera chica encontrar a su cita ya que no había más nadie por allí que tuviera el cabello color zanahoria.

-Tú debes ser Ji Yong, yo soy Lee Chae Rin – estrechó su mano.

-Igualmente – le señaló la silla de enfrente invitándola a sentar.

-De verdad que eres muy guapo, pero algo pequeño, tanto de cuerpo como de cara ¿Cuántos años tienes?

-27.

-Pude jurar que eras menor que yo – rió como si hubiese echado el chiste más gracioso – Y cuéntame que haces.

Ji Yong le habló sobre su trabajo pero enseguida ella lo interrumpió diciéndole que también le gustaba mucho la fotografía pero que ella prefería ir de compras y no se le olvidó decir que tan sólo usaba ropa de diseñador. Dijo que le gustaba el hip hop, que casi siempre se la pasaba en algún club asistiendo a alguna presentación, que le gusta llevar la vida al extremo y un montón de cosas más a las que el chico ya no le estaba parando pues estaba fastidiado. Siguió hablando casi olvidando que Ji Yong estaba allí pues no le daba oportunidad de decir nada, éste buscaba a Seung Hyun con la mirada que al ver su expresión le daba señales de ánimo desde donde estaba.

-Oh, ya pasó la media hora – dijo la chica después de ver su reloj e hizo puchero – Que mal, me gustaría volver a verte, eres un chico agradable.

-*¿Cómo puedes saber eso si ni me dejaste hablar?* -pensó.

-Ya me voy, llámame – le dejó un papel con su número anotado y en cuanto se retiró Seung Hyun se acercó.

-¿Y cómo fue?

-Horrible, habla hasta por los codos ¿Y no viste la cantidad de maquillaje que traía? Así será de fea.

-Jajaja, que malo eres.

-Me quiero ir ya.

-Aún faltan dos y creo que esa debe ser la otra, tiene cara de venir a una cita – dijo refiriéndose a una chica que veía dirigiéndose a la mesa - ¡Suerte! – volvió a su sitio.

De hecho esa chica sí era la segunda cita a ciegas de Ji Yong y se presentó como Kwon Hye Su. Comenzó hablando de lo fascinante que era compartir el mismo apellido y que tal vez eran cosas del destino. Esta sí lo dejó hablar pero se reía por todo lo que decía, seguro comentaba que acababa de ver a un cachorro muerto en la calle y también soltaría unas cuantas carcajadas. Tal vez sería por nervios que actuaba así o quizás quería caerle bien al demostrarle lo simpático que era, pero exageraba. Aunque eso no quería decir que fuera una mala chica, de todas formas no habría ninguna oportunidad.

-De verdad que eres un chico muy interesante. Estoy pensando en estudiar modelaje así que un día podrías tomarme algunas fotos, tú sabes, para ir acostumbrándome frente a la cámara.

-Claro, ¿Por qué no?

-¿Y haces fotografías de desnudos? Sería bueno hacer una, así se me quitaría todo el miedo – se mordió el labio inferior y le guiñó el ojo.

Si lo de la risa era molesto, esto era peor. Ji Yong no pudo ocultar su asombro ante el comentario de la chica y la sacó casi que arrastrada al decirle que ya había pasado la media hora. Esta no se quería ir pero a la final recibió una llamada por lo que tuvo que dejarlo. El chico golpeó su frente contra la mesa, levantó la mirada creyendo que Seung Hyun se le acercaría como la primera vez para darle ánimos pero éste estaba distraído masticando el pitillo que traía un jugo que había pedido pero no había tomado aún. Ji Yong se quedó viendo al otro con su rostro despreocupado, mirando hacia la nada y mordiendo la pajilla, era algo totalmente normal que cualquiera haría pero por algo no pudo quitarle los ojos de encima hasta que algo color blanco con flores color salmón se atravesó en su camino. Era la última chica que se sentó frente a él.

-Hola – lo saludó la chica con un tono suave.

Ji Yong llevó su atención a ella y no pudo ignorar lo hermosa que era, con un rostro muy dulce, su cabello castaño claro, largo liso y se veía que era normal.

-Mi nombre es Sandara Park pero todos me dicen Dara.

-Es un placer – hizo una leve reverencia con la cabeza – Tu nombre es muy bonito, diferente.

-Gracias – rió tímida - Para serte sincera me parece algo tonto todo esto de las citas a ciegas pero vine porque sentía curiosidad. Perdón si no estás cómodo con esto, podría irme si quieres.

-No hay problema, puedo soportar 30 minutos más...Cuéntame sobre ti.

-Bueno, yo nací aquí en Corea del Sur pero desde pequeña me mudé con mi familia a Filipinas por los negocios de mi padre y viví allí por mucho tiempo. Tengo 30 años, me gusta mucho la música y la actuación, prefiero quedarme en casa que salir a algún club a beber y actualmente soy relacionista pública en una empresa publicitaria.

-Pensé que serías actriz.

-No, quise pero no se me dio bien. Y ahora cuéntame de ti.

-Tengo 27 años, soy fotógrafo, antes era paisajista pero ahora de cualquier cosa que salga. Ehmm... no sé que más decir, mi vida no es muy emocionante – podía decir que vivía con un chico que asegura está muerto para que fuera más interesante pero debía obviar eso.

-Algo más debe haber sobre ti.

-Bueno, también me gusta la música y me gusta teñir mi cabello de colores, ahora estoy pelirrojo pero luego me lo puedo pintar rubio o fucsia.

-¿En serio te teñirías el cabello de fucsia? Jajaja, quisiera ver eso.

-Ya lo hice una vez – sacó su teléfono y le mostró una foto - ¿Ves?

-Te queda muy bien, tienes cara para eso.

-Apuesto a que a ti también se te vería bien.

Dara sin querer tocó la pantalla del teléfono y la foto se pasó, quedando en una de Seung Ri.

-Oh ¿Te gusta Seung Ri?

Ji Yong al ver la foto que estaba puesta, escondió el celular.

-¿Qué tiene que te guste? A los chicos también les puede gustar, es para todo público. A mí también me gusta mucho, tengo casi todos sus discos y he vistos sus novelas. Aunque hay rumores que dicen que es un arrogante ¿Será cierto? No lo creo, se ve que tiene cara de buena gente.

-Yo lo conozco. Bueno, no lo conozco como tal pero le he llegado a tomar fotos y también he hablado con él.

-¿¡En serio!? A mí también me gustaría conocerlo. Será que si algún día llegas a tomarle otras fotos ¿Me podrías invitar?

-¡Claro!

La chica miró la hora en su celular.

-El tiempo pasa volando. Ya debo irme, tengo otros compromisos, pero antes anota mi número y no te olvides en llamarme si ves a Seung Ri ¿Okay?

-Lo haré.

A diferencia de la primera que sólo hacia hablar y hablar, y la segunda que se reía por todo, Dara era una chica muy simpática que lo hizo sentir cómodo, alguien con quien podría ser amigo fácilmente. Pudo haberle dicho que era gay para así no llegar a darle falsas esperanzas pero temió que se lo fuera a comentar a su madre y después esta se lo dijera a la madre de Ji Yong. El chico fue hasta la mesa en donde Seung Hyun se encontraba, aún el jugo lo tenía entero y él estaba con el mentón apoyado en sus brazos cruzados sobre la mesa, se le veía fastidiado.

-¿Ya terminaste? – dijo enderezándose.

-Sí.

-¿Y cómo te fue con las últimas dos?

-La segunda se reía por todo de una manera muy molesta y pretendía que le sacara fotos desnuda pero sé cual eran sus verdaderas intenciones y la tercera fue como una bocanada de aire fresco. Se llama Dara, es una chica muy dulce y simpática y no me importaría volverla a ver.

-¿Y qué harás? ¿Le dirás sobre tu inclinación sexual?

-¿Debería? Me gustaría que fuéramos amigos y no quiero que se vaya a ilusionar conmigo y luego se decepcione.

-Yo digo que sí deberías hacerlo – bostezó – Ji Yong, estoy muy fastidiado de estar aquí sin hacer nada ¿Podemos ir a otro sitio?

-¿A dónde quieres ir?...Espera – su celular sonó - ¿Aló?... ¿Min Ji? ¿Dónde conseguiste mi número?...Ah ya ¿Por qué llamas?...No, no puede, vamos a salir ahora – trancó.

-¿Qué quería?

-Quería decirte para salir y como tú no tienes teléfono me llamó a mí. En serio tenemos que hacer algo sobre eso, no pienso estar calándome que me llame cada vez que quiera comunicarse contigo.

-Perdón, le diré que no lo haga.

-¿Sabes qué? Ya sé a dónde ir – arrastró a Seung Hyun afuera del hotel.

-¿A dónde vamos?

-A comprarte un teléfono, el más barato que haya. Así podremos comunicarnos por alguna emergencia o cuando salgas a algún sitio después del trabajo.

-Gracias – sonrió.

El teléfono de Ji Yong volvió a sonar, era su madre seguramente para preguntarle cómo le había ido en las citas pero ya no quería pensar en eso por lo que no le contestó, ahora iría con Seung Hyun a comprarle su celular y tal vez luego a dar un paseo aprovechando que es sábado.

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