Dedicado a
Estaba durmiendo en una nube, una gran, suave y muy cómoda nube.
A la distancia, podía escuchar mi celular sonando pero la nube no quería soltarme. Y no podía culparla. Teníamos una estupenda relación de sueño sucediendo por aquí. Sonreí, enterrando mi cara en la nube.
Sin embargo, mi móvil no dejaba de sonar y estaba empezando a ponerme nerviosa. Perezosamente, extendí mi mano hacia la mesa de noche para agarrarlo, la cual terminó derribando mi celular hasta que aterrizó en el suelo con un ruido sordo. Gemí, abriendo mis ojos. Esperé a que mi vista se ajustara a mi entorno. Mi habitación todavía seguía un poco oscura.
¿Qué hora era?
Arrastré la mitad de mi cuerpo fuera de la cama para recoger a mi teléfono. Me recosté hacia abajo, respondiéndolo.
— ¿Hola? —mi voz sonó áspera y soñolienta.
— ¡Hey, Jules! —no reconocí la voz.
— ¿Quién habla?
—Soy Mike —contestó energético —. ¿Te desperté? Lo siento.
— ¿Qué hora es?
—6:40 a.m.
— ¿Qué? —miré a hacia mi ventana. El sol no había salido todavía pero pude ver lo naranja asomándose en el cielo —. Será mejor que tengas una buena razón para llamar a esta hora —dije molesta. Odiaba que me despertaran, especialmente tan temprano y en sábado.
—Escucha, sólo quería agradecerte por lo de anoche.
—Pudiste esperar a una hora decente para decirme eso —me quejé, cerrando mis ojos.
—Lo siento. No podía esperar. Tuve una asombrosa noche con Linda y fue todo gracias a ti.
—Mike, el crédito es todo tuyo. Yo sólo les hice compañía por un momento —escuché un ruido proveniente de mi lado. Miré a mi ventana, con el ceño fruncido. Parecía que algo la golpeara.
—Pero sin ti, ella no hubiera ido al club —Mike siguió hablando pero dejé de prestarle atención. Me senté, mirando a mi ventana. Vi algo pequeño chocar contra ésta. ¿Fue eso una roca?
Fruncí aún más el entrecejo, apartando las sábanas de mí y deslizando mi pie fuera de la cama.
—Jules, ¿me estas escuchando? —Mike preguntó serio.
— ¿Sí? Lo siento, ¿qué estabas diciendo?
—Me preguntaba si quieres tomar una taza de café. Tú sabes, para agradecerte lo de anoche —me asomé por la ventana y abrí más mis ojos.
—No puedo. Tengo que irme, Mike —colgué, mirando hacia abajo en mi jardín.
Jason estaba parado entre los arbustos, lucía bastante mal. Su cabello estaba completamente desordenado pero, no de una manera desaliñada, sino más como de un modo desamparado. Sus labios estaban morados, y se sacudía todo cada tanto. Probablemente estaba resfriado. ¿Por qué? Bueno, únicamente estaba usando sus calzoncillos negros. Miró hacia arriba para lanzar otra piedra cuando me vio. Alivio cruzó su rostro. Empujé mi ventana hacia arriba, abriéndola.
— ¿Qué demonios, Jason? —susurré.
—Abre la puerta trasera —dijo, corriendo hacia la parte de atrás de mi casa. Esta no era como mi casa anterior donde él podía escalar hasta mi ventana. Aquí era más alto para eso.
Un momento después, Jason caminaba dentro de mi habitación. Estaba temblando demasiado. Lo toqué y él estaba tan helado.
— ¡Jesús! Estas tan frío, como Edward Cullen —envolví una de mis sábanas alrededor suyo —. ¿Intentas enfermarte? —lo amonesté. El verano había terminado y el invierno no era la estación más adecuada para andar alrededor de árboles en un par de bóxers.
— Créem-me, yo n-no planeé esto —tartamudeó, sus labios temblaban.
—Iré a prepararte café caliente. Puedes pescar un resfriado —me dirigí fuera de la habitación.
Cuando volví, con dos tazas en mano, Jason estaba enterrado entre las cubiertas de mi cama. Sólo podía ver su cabeza.
—Voy a morir —dijo dramáticamente.
Giré mis ojos, sentándome a su lado —No, no morirás. Vamos, bebe esto.
—No puedo moverme.
—Sí, tú puedes. Sal de tu caparazón, pequeña tortuga —bromeé. Jason me fulminó con la mirada, pero se sentó, colocando las frazadas bajo su pecho. Agarró la taza, sorbiendo de ésta.
—Entonces... ¿vas a contarme qué sucedió o seguiremos pretendiendo que esto es normal? —pregunté, observándolo.
Suspiró —Helen me echó de su casa.
— ¿A las seis de la mañana?
—Sip.
— ¿Por qué estabas ahí? —tomé un trago de mi café.
—Pasé la noche allí.
Fruncí el ceño — ¿Evan sabía eso?
—No.
— ¿Su tía? —negó con la cabeza —. Bueno, ¿dónde está tu ropa?
—Ella no me dio la oportunidad de recoger mi ropa o mi celular —colocó la taza en la mesa de noche. Entorné los ojos a él.
— ¿Qué hiciste? Ella debió estar muy molesta para echarte de esta manera —Jason abrió su boca, luego la cerró. Levanté una ceja, esperando que hablara. Frotó su rostro, desviando la mirada — ¿Jason?
—Yo... No lo hice a propósito, lo juro —elevó sus manos a modo de defensa —. No sé en qué estaba pensando.
Lo agarré por sus hombros — ¿Qué hiciste, Jason?
—Es un poco embarazoso.
—Okay, estas oficialmente asustándome —le dije honestamente. Dejó salir una larga respiración.
—Me desperté un poquito excitado y bueno, comenzamos a besarnos y tocarnos. Una cosa llevó a la otra y en fin, terminamos teniendo un increíble sexo matutino.
— ¿Y? —presioné, bebiendo un poco más de mi café.
Bajó su cabeza —La llamé Laura.
Escupí café en su cara — ¿¡Qué!?
— ¡Ew! Jules, qué asco —hizo una mueca, limpiando su cara.
— ¿¡Tú qué!? —repetí otra vez en shock —. ¿Es en serio?
Mantuvo su cabeza baja —De verdad no sé qué pasó.
—Yo sí —repliqué —. Ese es un gran subconsciente traicionero.
Jason miró arriba, a mí —No estaba pensando en ella.
—Tu subconsciente sí, aparentemente —hablé con preocupación —. ¡Pobre Helen!
—Ella no puede enojarse conmigo cuando mi cerebro no funcionaba correctamente.
Fruncí el entrecejo — ¿Qué quieres decir?
—Estábamos teniendo sexo. Toda mi sangre estaba en el sur, si sabes lo que significa.
—Sí, desafortunadamente —hice una cara.
—Helen estaba furiosa —Jason agregó.
— ¿Quién no lo estaría?
—No lo hice a propósito.
—Lo sé.
— ¿Crees que ella me perdonara? —preguntó esperanzado.
Froté su hombro a modo de consuelo —No lo sé, J, pero eso no es lo que más me preocupa.
Jason frunció el ceño —Entonces, ¿qué es?
Toqué su pecho —Aquí. Tus sentimientos.
— ¿Qué sobre ellos?
—Jason, puedes engañar a cualquiera pero no a mí —expliqué tristemente. —Cualquier cosa que sientas por Laura no parece que va a desaparecer.
Frotó su rostro —Lo intento, ¿bien? Yo sólo... —suspiró —. No sé qué más hacer.
—Desearía poder decirte qué hacer pero realmente no tengo experiencia en esa área —admití. —Pero, tal vez los sentimientos no se puedan combatir o detener.
—No quiero lastimar a nadie, Jules y los dos sabemos que mucha gente será herida si yo no manejo esto de la manera correcta —nunca antes lo había visto tan serio.
—Lo sé pero ¿qué más puedes hacer? Quiero decir, lo intentas pero obviamente no está funcionando.
—Lo intentaré más fuerte entonces.
—Jason...
— ¿Qué otra cosa puedo hacer? —preguntó, mirándome seriamente —. Me siento como el chico más egoísta del mundo. ¿Por qué ahora? ¿Por qué mis sentimientos deciden salir a superficie ahora? Cuando Laura y yo ya nos involucramos con otras personas.
—Eres muy duro contigo mismo.
Sacudió su cabeza —No, es la verdad y lo sabes. Crecí con ella. ¿Por qué esperé tanto tiempo para darme cuenta de la manera en que me siento por ella?
—Jason, los sentimientos no se pueden controlar —repliqué. —No son pensamientos o palabras. Son emociones invisibles que no puedes controlar, no importa cuanto lo intentes.
— ¡Oh, mierda! —exclamó, dándose vuelta. Extendí mi mano hacia él.
—Vamos a resolver esto como siempre lo hacemos —prometí, apretando su mano.
—Código Triple Z —farfulló. Reí entre dientes, introduciéndome a la cama con él.
—Ese es el mejor código que hemos elaborado —dije, abrazada a su lado. El código Triple Z era para dormir juntos. ¿Por qué triple Z? Bueno, era como esto: ZzZ, como las letras de sueño en las historietas.
—No permitas que arruine esto —alegó en voz baja.
Cerré mis ojos —No lo haré.
—Y... ¿Jules?
— ¿Sí?
—Gracias.
Sonreí antes de quedarme dormida.
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La nube y yo estábamos de nuevo juntas después de nuestra pequeña separación.
Desafortunadamente, nadie parecía tener un poco de respeto por esta hermosa relación nube-humano. ¿Por qué? Bueno, me despertaron con una muy abrupta sacudida en mis hombros. Atontada, abrí los ojos para encontrarme con Laura de pie junto a mi cama. Vestía su pijama violeta, su cabello con un moño desalineado. Me miró con desaprobación.
— ¿Qué? —dije con la boca seca. Ella entornó una ceja.
—Ustedes parecen llevar el tema de mejores amigos a un gran nuevo nivel —señaló a Jason con su barbilla. Volteé para verlo justo detrás de mí, sus brazos rodeaban mi pecho. Las sábanas habían caído así que su cuerpo entero estaba prácticamente a la vista.
Enterré mi cara en la almohada otra vez —sólo estamos durmiendo.
—Explícale eso a tu madre cuando suba aquí —salté fuera de la cama, aterrizando en un pie y brincando hasta que pude poner el otro abajo. Perdí el equilibrio, me balanceé de lado a lado hasta que logre estabilizarme.
— ¿Mamá está aquí? —mi voz seguía un poco áspera.
Lau sonrió culpablemente —En realidad no, pero te necesitaba fuera de la cama.
— ¡Lau! —gemí en disgusto —. Me diste un susto infernal.
—Lo siento —masculló, soltando un bolso que no había notado sostenía.
— ¿Cuál es la emergencia?
—Bueno —comenzó —, me enviaste un mensaje ayer sobre un acontecimiento por el cual tenías que lucir decente hoy —Oh. Cruzó sus brazos sobre su pecho —. En realidad dijiste que necesitas estar lista a las 5 pm y tengo noticias para ti: son las 4:15 ahora mismo.
— ¿Qué? —Exclamé sorprendida — ¿He dormido el día entero? — ¿Cómo pude? Sabía que el aniversario de los abuelos de Evan era este día. Esa almohada/nube era la única culpable.
Lo siento nube, pero creo que necesitamos romper.
—Mirar a la pared no te salvará —me recordó, haciendo ruido sacando cosas de su bolso —. Iba a pedirte que vinieras ya que somos vecinas de junto, pero ahora no tenemos tiempo.
— ¡Oh, Dios! —el pánico me golpeó —. Voy a conocer a sus abuelos en menos de una hora y ni siquiera he tomado una ducha —caminé alrededor de la habitación en círculos. Un ataque de pánico estaba en movimiento —. ¿Qué si no les gusto? ¿Y si creen que él es mucho para mí? No lo culparía, cuando me veo así. Yo no li-
—Jules —Lau me sujetó por los hombros —. Cálmate. Inspira, exhala —me indicó y la obedecí —. Lucirás ahumadamente caliente cuando termine contigo —aseguró, sonriéndome.
— ¿Lo prometes?
Asintió —Sí, melli. Lo prometo. Ahora, muévete.
Había tantas cosas que adoraba de Laura. Una de ellas era su habilidad para hacer que cualquier cosa luciera más bella y sofisticada. Conocía todos los accesorios, maquillaje y trucos para el cabello que hayan existido nunca. Sabía cómo combinar todo para hacer que funcionara.
Entonces, ahí estaba yo, frente al espejo, boquiabierta por mi reflejo. Ella había hecho un trabajo increíble. Estaba usando un vestido azul sin tirantes que llegaba a mis rodillas. De acuerdo con Laura, el azul era mi color. Mi cabello estaba suelto cayendo a los lados de mi cara. Lau lo había planchado y luego hizo unos bucles en las puntas.
Mi maquillaje era simple pero elegante. Lau comenzó con polvo, luego una sombra para ojos azul, delineador negro y finalmente terminó con un suave lápiz labial rosa. No me sentía como yo misma pero no podía negar que me veía bien. Me puse el collar de frutilla que Evan me había dado en el río hace un tiempo y unos pendientes de plata a juego con mis zapatos de tacón.
—Soy la mejor, ¿o no? —Lau dijo, señalando su trabajo.
—Sí, deberías hacer esto para ganarte la vida —recomendé.
—Nah, tu sabes exactamente lo que quiero estudiar cuando salga de la escuela —sabía que a ella le apasionaba la industria del cine y baile, también.
—Sí, recuérdame cuando te vuelvas famosa como directora de cine.
— ¿De qué estás hablando? Estarás en mi primera película —me sonrió abiertamente a través del espejo. Escuché unos ruidos detrás nuestro y ambas nos dimos vuelta para mirar a la cama. Jason estaba roncando fuerte.
Giré mis ojos —Cómo puede dormir con todo el ruido que hacemos, me supera.
—Eso, mi querida amiga, es un talento —una diabólica mirada cruzó su rostro —. Deberíamos escribir algo en su cara.
— ¿Con qué?
Lau alzó su pintura de labios roja —Con esto.
—Eres malvada —le sonreí.
—Y me amas por eso.
Nos acercamos a mi dormido amigo.
¡Hora de divertirse!
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Nota de la autora: Hola bellezas, esperando les este yendo bien. Yo aun estabilizandome pero todo va muy bien gracias a Dios. Para algunos que preguntaron, vivo en Carolina del norte.
Hay fiesta en twitter, votemos por Growing up (este segundo libro de My wattpad love) Redacten un tweet con el hashtag #Mywattyschoice Growing up. Pueden subir imagenes de My wattpad love o comenten algo. Los estare retweetiando a todos.
Un abrazo,
Ariana