«Nota: Esto es un lime Crack, eso quiere decir que la trama es absurda; plz no leas esto o vas a explotar».
Resumen:
Hace tres años, el mundo se enteró de que arpías, centauros, catgils, y toda suerte de criaturas fabulosas no son más que ficción, sino que son de carne y hueso, por no hablar de la escala, plumas, cuernos y colmillos. Gracias a la "Ley de Intercambio Cultural entre las especies", estas criaturas míticas de una vez se han integrado en la sociedad, o al menos, intentando.
«Que cálida sensación» Pensó «Se siente tan bien» Aquel grato aroma tan cerca de él, aquella agradable tacto transitando su piel; como un suave masaje que lo recorría desde sus rodillas hasta su cuello.
«Esta cálida sensación, Que...»
«¡Me oprime el corazón!» Abrió sus ojos enfocando el techo de su habitación, algo tapaba su nariz y boca impidiendo la entrada del tan necesario aire, trató de descubrir su rostro en una búsqueda por respirar, pero su cuerpo; inmóvil ante el áspero tacto, se negaba a liberarlo.
Sus brazos, piernas y en general todo su cuerpo eran atrapados debajo de la serie de escamas córneas que comprimían aun mas con cada pequeño lapso de tiempo. No obstante, lograban apreciar de entre aquella camisa desabotonado el lucido tono (Tono de piel) que yacía frente a él.
En otro momento hubiese quedado maravillado ante tal soberbio espectáculo. Pero el considerable estrujar; que parecía tener como objetivo exprimir sus adentros, comenzaba a desesperarlo.
Encorvó su espalda sobre la cama permitiéndole soltar su faz —(Nombre)— Llamó sin obtener respuesta de la mujer cuyo apacible sueño no era perturbado por ninguno de sus intentos zafar su fiero agarre.
—¡(Nombre) no puedo respirar!
Ya casi era peligrosamente tarde, como pudo logró liberar su mano, un toque con la punta de su cola le indicó que yacía a un costado, la atrapó y apretó.
Un gritó emanó de sus (Tono) labios logrando así la parcial descompresión en su pecho. Pero aun continuaba la presión en su otro brazo, volvió a reiterar su brusco toque, emitiendo esta vez a corta distancia de faz aquel un suave quedo que erizo su tez.
—Eren— Tarareó la chica de cristalizados orbes (color).
Era tan adorable, pero ahora no era tiempo para eso su supervivencia dependía de su agilidad. Sus movimientos continuaron de arriba a abajo con entusiasmo emanando mas gemidos directo en sus oídos. Hasta que al fin con un ligero retorcer y comprimir fue liberado.
Eren comenzó a respirar agitadamente inhalando cuando anteriormente negado aire pudo, una vez que su ritmo se tranquilizó. Un par de brazos rodearon su cuello.
—¡Eren!— Gritó la Chica con emoción.
El hombre se sonrojó al tener aquellos ligeramente rosados labios a tan corta distancia de los suyos.
—Lo siento tanto— Se disculpó avergonzada la mujer al volver a repetir su inadvertido intento de homicidio.
—Descuida— Habló el hombre dando algunas palmadas en su espalda. —¿Pero qué hacías en mi cama?
La chica se encogió con inocencia —Tenía frío— Murmuró. —Y tu eres tan caliente—Soltó con una dulce sonrisa sin afanes de segundas intenciones, mas sin en cambio esa frase; Encendió el raudo latido del corazón de Eren. Cuya única acción para apaciguar su rubor fue apartar su vista de aquella joven.
(Nombre) lo percibió, sin embargo no con el mismo pensamiento, quizás a Eren no le gustaba o incluso desgrasaba que ella se colara en su cama; esa era su preocupación.
La mañana tuvo su rutina como siempre, el a su respectiva escuela, ella a sus particulares asuntos.
(Nombre) todo el día estuvo meditando sus acciones, concluyendo en que en el momento en que Eren apareciera por esa puerta, se disculparía eh intentaría reivindicar su error.
La puerta fue abierta anunciando su grata llegada. Pero un característico aroma fue captado por los agudos sentidos de la joven; aun mas avanzados que los humanos.
—Pasa, espera un momento— Indicó la voz del castaño.
—Muchas Gracias— Indicó un tono femenino. —Que bonita tu casa—Exclamó.
—Gracias.
El semblante de (Nombre) se tensó al abrirse paso por la cocina hasta la sala, una vez ahí visualizo a la chica sobre uno de los sillones. Sus ropa; una (falda/short/pantalón«de la chica que no te agrada LOL») (corto/pegado/apretado) rectificando las curvas en sus piernas.
Una vez que su presencia fue ubicada un suave alarido fue emitido, dado el desconcierto de su aspecto. No estaba acostumbrada eso lo dejo mas que claro.
—Hola— Saludó con dificultad la (Morena/rubia/ etc «de la chica que no te agrada»), bucheando un buen sorbo de saliva.
(Nombre) sonrío si bien dentro de sí algo de ella no parecía agradarle, la honestidad de su sonrisa prevalecía a su buen estado de animo.
—(Nombre de la chicas que no te agrada) Perdón por hacerte esperar — Interrumpió el moreno agitando un cuaderno entre sus manos.
(Nombre) lo ubico con aquellos iris (color) ligeramente más alargados, exponiendo tras aquel tenue pero prologado azote de cola contra el suelo.
(Nombre) regresó a la cocina, bajo la analítica mirada del desconcertado chico.
La chica se levantó de su asiento y aló el brazo del pensativo varón, dando paso a lo que sería su sesión de estudio.
«Se veía molesta» Era el pensamiento que atravesaba una y otra vez su mente.
(Nombre de la chica que no te agrada) bufó ante el poco interés del muchacho.
Hasta que una pregunta cruzó por su mente. Logrando despejar la silenciosa atmósfera que aquella 'criatura' pareció dejar una vez que abandonó la sala.
—Eren— Llamó con un sutil suspiro —Eres muy valiente— Externó con asombró inclinando aquellas (larga/cortas) pestañas enmarcadas con rímel de manera adorable a él.
El castaño la miró confundido por aquel comentario.
—¿No te da miedo?
—¿El que?
—Vivir con 'algo' así— Enfatizó con una hilarante sonrisa.
Eren no entendió.
—Debes estar hastiado de ver horribles escamas regadas por todos lados— Continuó (Nombre de la chica que no te agrada).
—¿Horribles?
—Si—Respondió con una breve señalar de asco, con discreción se aproximó a él.— Es como una víbora, Apuesto que estas mas que cansado de ver aquella imagen, arrastrándose por de aquí a allá por toda la casa. Si quieres puedo enseñarte alguna vista mejor, para evitar que en tu mente siga fluyendo aquella lúgubre imagen.
—No se de que hablas.
(Nombre de la chica que no te agrada) crispó su ojo ante lo distraído que podía llegar a ser el chico. —De esto— Murmuró a corta distancias de sus labios.
(Nombre) pese a sus malos presentimientos se encaminó nuevamente a la sala. Dada su maleducada salida. Trayendo con sigo unos vasos con limonada.
Sus ojos se abrió ligeramente al ver el breve beso que ambos chicos compartieron a escasos instantes.
Sin saber que decir únicamente hipó llamando la atención del varón.
—Perdón por interrumpir— Habló sonriendo con nerviosismo y a su vez nostalgia.
—¡No! No es—Protestó el chico, pero sus palabras quedaron de lado por el torpe retroceder de (Nombre); tirando el contenido que se disponía a compartir. Pero al final velozmente salió.
—Espera— Habló el castaño en cambiándose a donde ella. Pero un firme alar lo retrajo.
—Soy yo la que no quiere esperar— Tarareó (Nombre de la chica que no te agrada) para fruncir de ceño del chico.
(Nombre) se dirigió a la fregadero logrando posarlos sobre el lavabo.
Pero porque molestarse, la relación entre ambos era inexistente, el exclusivo lazo de compañeros 'culturales' era lo que definía su estancia y compañía. (Nombre) hipó al recordar el día en que ella llegó, el la recibió con una sonrisa; emanando alegría. Eso la hizo feliz, usualmente los humanos repudian su áspera apariencia, tachándola por hostil o incluso aterradora.
Como aquella chica de constitución (figura«chica que no te agrada») que la miró con desdén aun frente a él, la antipatía y el desagrado yacían en su vista. Si bien estaba acostumbrada a todo tipo de reacciones, estas no dejaban de ser dolorosas.
—(Nombre)— Habló el chico a espaldas de ella.
Esta se enderezó y de inmediato se dispuso a limpiar —Lo siento, intentaba llevar agua.
El varón no respondió.
—Regresa— Rió la chica —Tu pareja se va a molestar. Ahora mismo vuelvo a llevar–.
Los brazos del castaño rodearon su cuerpo por su cintura hasta pegar su pecho contra su espalda —No sirve de nada que intente contarme mas. Incluso pese a ser diferentes, no puedo contener mis sentimientos por ti.
(Nombre) se sorprendió.—Pero dices que ahí de esa chica.
—No se de que hablas, ella únicamente venía a estudiar.
—Pero.
—Le pedí que se fuera. (Nombre), hasta hoy en día eh intentado contenerme.
—Creí que te desagradaba— Habló girando entre sus brazos. —Porque soy...
Un dócil tacto fue brindado en la superficie de sus labios, la distancia se impuso para arremeter con otro, luego otro, estallando en uno mas intenso.
Aquellos cálidos orbes esmeralda analizaron cada reacción de su faz.
Las inquietas manos del chico viajaron hasta su espalda a desliz del busto.
Un gemido fue emitido en su oído mismo ya enrojecido.
—(Nombre) eres tan suave— Afirmó el chico apretando ligeramente sus manos entre la tersa carne aun latente a la interferencia de sus camiseta.
Poco a poco la áspera tela fue retirada deleitando la pupila del chico ante tal bello espectáculo, la timidez se hacia presente en las ruborizadas mejillas, por las sublimes caricias.
Primero dio un beso a uno de sus pechos levantando el bra sobre estos, después vino el punto de succión donde su castaño cabello fue desordenado, un quejido con su nombre comenzó a incitarlo a mas, provocando una mordida que excito más su cuerpo.
—¡Eren!
Este bajo con cuidado en sus besos, hasta el borde de aquella falda que cubría la parte baja de su cuerpo. Su imaginación comenzó a provocarle anhelo por verificar que tipo de ropa interior usaría. Una vez que paso la punta de sus dedos donde creía que era un punto clave provocó el frenético golpeteo de cola. Aparto las estorbosas prendas de ella, observando tan tierno (Tono: rozado etc).
—Eres tan hermosa— Confesó sin apartar su vista de ella. Se acercó para dar un roce, pero toda acción cesó al sentir un sorpresivo y fuerte alar en su pierna, arrojándolo sobre el piso.
—¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento tanto!— Repetía (Nombre) avergonzada por sus emotivo e incontrolable movimiento.
Eren río levantándose ante aquella afligida expresión.
—Esta bien— Afirmó acercándose hasta acariciar su faz. —Me acostumbraré.