Más que un error

By MireSM

341K 17.8K 1.6K

Dime una cosa, si el peor error de tu vida, pudiera hacerte suspirar, y hacerte sentir lo que nadie ha hecho... More

Prólogo
Capítulo 2. Azul cielo
Capítulo 3. Es pura curiosidad
Capítulo 4. Pequeños juegos
Capítulo 5. Una tarde confusa
Capítulo 6. Siempre lo fuiste
Capítulo 7. Cómo un pájaro
Capítulo 8. Un deseo
Capítulo 9. Solo ella y yo
Capítulo 10. Te escuchan a ti
N/A: Pido vuestra opinión
Capítulo 11. Sin frenos
Capítulo 12. La boda
Capítulo 13. Nuestro perfecto desastre
Capítulo 14. Un vuelo eterno
Capítulo 15. Dos podemos jugar
Capítulo 16. Montreal (1a Parte)
Capítulo 17. Montreal (2a Parte)
Capítulo 18. No te arrepientas
Capítulo 19. Problemas
Capítulo 20. No hay nada de malo
Capítulo 21. Cometamos un error
Capítulo 22. La manzana prohibida (1a Parte)
Capítulo 23. La manzana prohibida (2a Parte)
Capítulo 24. Mordisco
Capítulo 25. Little Bird
Capítulo especial: Buen Viaje (Nico)
Capítulo 26. Frío
Capítulo 27. Calidez
Capítulo 28. Pájaro y Cielo
Epílogo

Capítulo 1. Buen Viaje

22.4K 711 28
By MireSM

IMPORTANTE. Las letras en cursiva en los diálogos, significa que la persona está hablando en otro idioma (concretamente el inglés). En algunos momentos escribiré ciertas palabras en inglés (y posiblemente francés), pero obviamente no siempre, para que se pueda comprender al momento.

Disfrutad de la lectura :)

Pensé que estaría mucho más tranquila, pero no era así. Fue ridículo darme cuenta de cómo era mi estado realmente. Darle el billete mientras mi mano temblaba como si fuera una gelatina, había sido bastante vergonzoso para mí. Incluso mi madre se sorprendió al verme así. No podía engañarme, era un manojo de nervios. Podía sentir mi corazón palpitar sin control, me veía obligada a controlar mi respiración, y el extraño huracán que se había instalado sin permiso en mi estómago, no me daba ninguna tranquilidad, más bien todo lo contrario.

Era muy necesario irme ya. La espera era la peor parte, imaginarme una y otra vez los problemas que podría tener, me hacían cambiar de opinión a cada dos segundos aquel viaje en solitario. Además, mi familia no hacía más que hablarme, cosa que no necesitaba, en absoluto. Me veía demasiado abrumada, demasiada información para tan pocos minutos, y lo que verdaderamente quería, era que se mantuvieran en silencio aunque fueran tan solo unos segundos. Sin embargo, no era así. Entendía perfectamente su preocupación, pero era algo que no me estaba ayudando.

Cuando mi mente empezó a plantearse la idea de dar marcha atrás, decidí que era el mejor momento de pasar aquel control. Sabía que si seguía así, acabaría por negarme a partir hacia Canadá.

—Necesito irme— dije finalmente. Volví a pasar mi mano por mi pelo, ya había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho.

—¿Estás segura?— preguntó mi madre. Yo asentí con rapidez. O lo hacía ahora, o no saldría de aquí jamás—. Está bien.

Abracé a cada uno, les dije que les quería, y finalmente me acerqué a la cola de control.

Minutos después, billete en mano, me dispuse a encontrar mi puerta. No fue difícil dar con ella, pero aún me quedaban un par de horas más para que mi avión saliera.

Decidí comprar algo de comer, y eso que sabía que me costaría muy caro, pero en aquellos momentos moría de hambre, y más siendo las cinco y media de la mañana. Además, me deparaba un viaje muy largo.

Horas más tarde...

Decir que estaba cansada era un eufemismo. Jamás había deseado tanto cerrar los ojos y dormir un día entero. Además, para rematar la cosa, había tenido que esperar unas cuatro horas para coger el último avión, el cual me llevaría por fin a mi destino: Quebec. Sinceramente, nunca se me había pasado por la cabeza que una maleta sirviera tan bien de almohada.

Pero eso ya no importaba. La enorme ave metálica volaba con completa tranquilidad por el cielo nocturno, y por mi parte, logré dormir un par de horas en el avión, cosa que agradecí profundamente. No pienso mentir, la vista era hermosa. No perdí tiempo, hice un par de fotos para inmortalizar aquel paisaje, y después disfruté del descenso del ave. 

Minutos después mis ojos buscaban la salida. A decir verdad, el aeropuerto era realmente pequeño, por aquel motivo, no tardé nada en divisar a mis familiares al otro lado de las puertas de cristal. Ahí se encontraba mi tío junto a su mujer. Por un momento me pregunté dónde se encontraría mi prima, sin embargo, con el cansancio que llevaba encima, decidí que aquello era lo menos importante. Yo solo deseaba caer rendida sobre alguna cómoda cama. 

—¡Eva! ¿Cómo estás?— tan pronto como me tuvo cerca, mi tío me rodeó con sus brazos, cosa que me cogió un poco desprevenida. Hecho esto mis ojos se toparon en su mujer, mi tía. 

¿Estás cansada? — lo único que pude hacer, fue asentir con algo parecido a una sonrisa en mis labios. Hacía tiempo que no necesitaba tanto un buen colchón.

Cuando llegamos al coche, pensé que podría descansar aunque fuera unos minutos más, pero no fue así. Mi tío me preguntó sobre el viaje, y mi tía un poco más de lo mismo, aunque me resultaba más difícil responder, por el hecho de que solo podíamos comunicarnos en inglés y mi cabeza no se encontraba en su mejor momento como para procesar lo que iba a decir. El español quedaba descartado, pues tan solo hablaba francés e inglés.

Por otro lado, yo no hacía más que observar con curiosidad todo lo que había fuera del vehículo. Jamás había viajado fuera de mi país, y ahora, cada cosa que veía era nuevo para mí. Las casas, las señales, los barrios... Claro que lo había visto en fotografías o películas, pero era muchísimo mejor vivirlo y verlo en persona. 

Las casas eran de madera, para poder soportar el intenso frío de invierno. La mayoría tenían una arquitectura similar, aunque tampoco eran idénticas. Todas tenían un pequeño jardín delantero, y un hueco para aparcar los vehículos, mientras que por la parte trasera había otro espacio más grande. 

La casa de mi tío no fue una excepción. No era muy grande, comparándolas con algunas otras que había visto por el camino, pero estaba bien para las personas que convivían dentro. Así que, aparcó su Lexus junto a otro vehículo, y bajamos. 

Lo primero que hice al entrar a mi nuevo hogar —aunque solo estaría unos meses—, fue adentrarme llena de curiosidad, sin embargo, mi tío me advirtió de primer error.

—Aquí, lo primero que se hace al llegar  es quitarse los zapatos, Eva— indirecta captada. Con una sonrisa culpable volví a la entrada. No me había fijado, pero tenía razón, un conjunto de zapatos yacían a un lado de la entrada, justo al lado de un pequeño armario, en dónde se guardaban tanto abrigos, como gorras, y más zapatos. 

Con rapidez, retiré mis converse de mis pies, y las dejé a un lado, para que no estorbasen. Un par más para la colección. 

Hecho esto, avancé por el corto pasillo. Al lado derecho había una puerta, supuse que sería el baño. A mi lado izquierdo se encontraba el salón, en dónde habían un par de sofás, una estantería llena de libros, una mesa de cristal y una televisión.

Finalmente, el pasillo me llevó hacia la cocina y al lado de esta, un pequeño comedor, en la cual había una mesa para las comidas, junto con sus respectivas sillas.

El lugar era simple, pero me gustaba, tenía su encanto.

—¿Tienes hambre?— me preguntó mi tío mientras se acercaba hacia la nevera.

—Un poco, sí.

—Ahora te preparo algo, primero te enseño tu cuarto y la casa.

Mi tío abrió una puerta que se encontraba entre la cocina y unas escaleras. Se trataba del sótano.

Bajamos con tranquilidad, y al llegar abajo me encontré una especie de salón, en dónde había un par de sofás y algún que otro mueble. También podía divisar un par de puertas, siendo una de ellas mi habitación.

En ella había una cama, solo para mí. Justo al lado tenía una pequeña mesita de noche, y al frente un par de muebles. Mi tío me dejó la maleta a un lado, y yo hice lo mismo con mi mochila. Hecho esto volvimos a subir, hasta que llegamos a la siguiente planta. Ésta se componía de dos habitaciones, una oficina y un baño.

—Cuando necesites ducharte solo dilo— dijo mi tío con su caracterizada sonrisa.

Después volvimos abajo. Ahí me preparó un pequeño bocadillo, y mientras comía, mis tíos continuaron con la ronda de preguntas. Yo como podía contestaba, pero terminaron siendo tan vagas, que finalmente comprendieron mi estado y decidieron dejarlo estar por hoy. Nos dimos las buenas noches, y bajé al sótano. 

Ya en mi habitación, rebusqué mi ropa para poder cambiarme y estar cómoda. Pero antes envié un mensaje a mi familia, quienes habían creado un grupo para saber de mí en conjunto. Después seguí con mis amigos y por fin, pude tocar cama.

Al día siguiente me desperté temprano, el horario de mi país seguía afectando a mi cuerpo, de eso no cabía duda. 

Decidí subir, sentía el hambre muy presente, por ello, cuando mi tío me preguntó si quería comer, asentí con rapidez. Segundos después me encontraba sentada junto a mi tía, cuando entonces oí como alguien bajaba las escaleras.

—Ahí viene tu prima, puedes darle el regalo— cierto. Mi padre me había dado unos detalles para mis familiares, y al no verla ayer no pude dárselo.

Me sentí nerviosa, sería la primera vez que la vería. No sabía exactamente qué decirle. Además, tenía el mismo problema que mi tía. No hablaba el español, solo el francés y el inglés, aunque por suerte entendía bastante mi idioma. 

Bonjouralcé la vista al oír aquella voz.

A mi lado se encontraba mi prima, quien me miraba con una perfecta sonrisa. Aquella chica era alta. Delicados mechones rubios se ceñían alrededor de su fino rostro, finalizando con unas puntas onduladas. Las cejas pobladas pero perfectas daban personalidad a unos ojos claros como el cielo, seguidos por una nariz pequeña y recta; labios permanentemente rojos, tentadores aunque no demasiado voluminosos.

Por un momento me pregunté si de verdad era mi prima, no veía parecido alguno con mi tío.

Hi, I'm Nicolette— una dulce y delicada voz salió de sus labios. No pensaba engañarme, aquella chica era sumamente atractiva, era imposible no fijarse en su belleza.

Evafue mi única respuesta. Me sentía incómoda con esos ojos azules mirándome, por ello decidí desviar la atención a otro tema. Cogí la pequeña bolsita y se la tendí—. Em... This is for you.

—Oh, thank you— se sentó en una de las sillas y agarró el regalo. Me sorprendió darme cuenta de cuánto tiempo mantuve mi mirada en su rostro. Tuve que obligarme a centrar mi atención en cualquier otra cosa; la mesa sería algo muy interesante que ver.

Después que me dijera que le gustaba, mi tío me dijo lo que haríamos hoy. Al parecer, una de sus sobrinas —por parte de su mujer—, cumplía años, en un par de horas partiríamos, así que debía prepararme una pequeña mochila con mi pijama y lo que necesitase, ya que volveríamos al día siguiente.

Pues bien. Después de darme una ducha rápida, y de preparar mis cosas, volví al salón, pero solo estaba Nicolette, quien al sentir mi presencia me miró, dedicándome de nuevo una sonrisa.

¿Lista para conocer parte de Canadá?— me preguntó. Otra vez ese cielo vino a parar a mis ojos—. Algo me dice que te encantará.

Y he de decir, que por un segundo, creí notar un doble sentido en esa última frase.

Continue Reading

You'll Also Like

Te Busco By Yune

Teen Fiction

2.8K 147 38
Todo cambia sin que nadie se de cuenta, los años pasan. Todo pasó tan rápido, como quiso el tiempo, los juegos siguen, y las aventuras comienzan. Ale...
162K 6.5K 50
Un choque de personas? Un reto? Desamor? Después de 7 años se vuelven a reencontrar para ver si su destino es estar juntas o dificultades las separar...
8K 587 46
-Yo no soy perfecta... Y Jamás lo seré, pero puede que por ti haga lo que sea para volver a verte y estar a tu lado ¿Podemos darnos una oportunidad...
7.2K 796 62
A veces se necesita una segunda vez para conocer a alguien. Las personas pueden convertirse en algo totalmente diferente. ¿Pero qué tan listo se es...