Oscuridad, peligro y... ¿amor?

By laura_ruiz_reina

85K 3.5K 1.8K

Valentina es una chica normal y corriente de 17 años, su vida no tiene nada de especial, pero un día una pers... More

Capítulo 1: ¿Me estas tomando el pelo?
Capítulo 2: Mal comienzo.
Capítulo 3: Maldita clase de pócimas mágicas.
Capítulo 4: El hogar del fuego.
Capítulo 5: El ave.
Capítulo 6: Racha de mala suerte.
Capítulo 7: Una situación algo incómoda.
Capítulo 8: Sentimientos desconocidos.
Capítulo 9: Baile de invierno.
Capítulo 10: Bola de oro.
Capítulo 11: ¡No puedes estar aquí!
Capítulo 12: Todo ha terminado.
Capítulo 13: Temor.
Capítulo 14: El lago azul.
Capítulo 15: No quiero fingir más.
Capítulo 16: Tú eres mía.
Capítulo 17: Tú eres lo mejor de Zeus.
Capítulo 18: Zeus no es nada sin ti, necia.
Capítulo 19: Eres mi felicidad.
Capítulo 20: Una oportunidad más.
Capítulo 21: La guerra ha comenzado.
Capítulo 22: Te encontraré.
Capítulo 23: Cuánto tiempo.
Capítulo 24: Eres mía, Evans, asúmelo.
Capítulo 25: Normas.
Capítulo 26: Pesadilla.
Capítulo 27: Vente conmigo.
Capítulo 28: Pesadilla tras pesadilla.
Capítulo 29: Atados.
Capítulo 30: El amor de mi vida.
Capítulo 31: Eres parte de mi familia.
Capítulo 32: Primeras veces.
Capítulo 33: Dime dónde y nos escapamos juntos.

Capítulo 34: Pase lo que pase, siempre estaremos juntos.

36 3 0
By laura_ruiz_reina

—¡Alfred suéltame, que le has lanzado a Tom, tengo que ver si se encuentra bien! —exclamo muy preocupada intentando que me suelte, él está muy nervioso, no suelta mi brazo.

—Valentina, aunque no te lo creas te ha hecho algo para que te enamores de él, no eres consciente, pero hazme caso por favor, tenemos que salir de aquí en cuanto antes, eres mi amiga, te quiero y no quiero que te ocurra nada malo.

—No Alfred, estás equivocado, no me ha hecho nada, me ha vuelto a enamorar, en realidad nunca lo había olvidado.

—Tenemos que salir de aquí. —No hace caso a lo que le digo—. Y llevarte lo más lejos posible de este lugar —suspiro desesperada.

—¡Yo no me voy contigo a ningún sitio, tengo que ver cómo se encuentra Tom!

—Despertará en cualquier momento, tenemos que irnos ya, porque perdí mi bastón mágico que sino ya estaríamos muy lejos de este maldito lugar.

Coge fuertemente mi mano y comienza a correr aún más, yo intento soltarme, pero es imposible.

—No has oído lo que ha dicho Tom, hay seguidores suyos en la casa y como te vean aquí... —Le miro muy preocupada con la respiración entrecortada de correr.

—¿En serio te crees eso? Seguramente lo ha dicho para retenerme en la habitación y ocuparse de mí.

—Alfred, no te iba a hacer nada, sino ya lo hubiera hecho hace mucho tiempo, decía en serio lo de los seguidores, vivo con él y se reúnen para hablar muchas veces aquí.

—¿No me digas que también te has unido a ellos? —dice sin dejar de correr.

—No, por supuesto que no, Alfred por favor deja de correr y suéltame, tengo que ir a ver cómo se encuentra Tom.

Hace oídos sordos, bajamos unas cuantas escaleras cuando vemos a los seguidores de Tom en el comedor, paramos de inmediato, respiro aliviada al ver que no se han percatado de que estamos aquí.

—Vamos, tenemos que salir de la mansión, tengo mi botella de cristal con mi ave dentro escondida fuera entre unos matorrales.

Respiro intranquila y muy preocupada, no puedo hacer nada, sino los seguidores de Tom se darán cuenta de que estamos aquí.
No me pueden hacer nada, ya que Tom no permite que me toquen un pelo, pero al estar Alfred aquí cambian las cosas, sobre todo después de lo que ha hecho, lo ha dejado inconsciente e intenta alejarme de él.

Escucho la voz de Tom gritar el nombre de Alfred.

—¡Maldito gusano, me vas a pagar esto bien caro! —Aparece tocándose la cabeza, dolorido.

Todos los seguidores corren hacia donde estamos nosotros. Me quedo inmóvil, cojo la mano de Alfred asustada.

—Yo me encargo de esa sanguijuela mi señor. —Saca su varita y lanza el hechizo de la muerte.

Una luz roja sale de su varita chocando contra el cuerpo de Alfred, noto como se separa mi mano de la suya, abro la boca y los ojos aterrorizada, me quedo en shock al ver el cuerpo muerto de Alfred bajando velozmente por las escaleras, pego un gran grito de horror y bajo corriendo, me desplomo en el suelo sobre el cuerpo de Alfred y comienzo a llorar histéricamente, todo mi cuerpo está temblando, los seguidores comienzan a reírse.

—Ya no dará más guerra esa sanguijuela mi señor.

—¡Marchaos de aquí, rápido imbéciles, desaparecer de mi vista, como alguien más vuelva a lanzar ese hechizo lo mataré con mis propias manos! ¡Y ahora fuera de aquí! —exclama furioso mirando a sus seguidores.

Todos los seguidores se marchan de la mansión a buen paso aterrorizados, yo solo lloro desconsoladamente sobre el cuerpo muerto de Alfred.

Tom se acerca a mí lentamente.

—No quería que pasara esto Valentina, lo siento mucho.

—Está muerto... él solo quería que fuera libre... y ahora está muerto. —Me atraganto con mi propio llanto.

—Lo siento mucho Valentina —se agacha y me mira con tristeza.

—Tampoco ha sido tu culpa... tú no querías que muriera... a que no. —Comienza a negar con la cabeza.

—No, por supuesto que no, no me caía bien pero tampoco quería que muriera, sabes que iba a dejar que se marchara de aquí sin hacerle ningún tipo de daño, por eso le avisé que estaban en la casa mis seguidores.

—No me puedo creer que este muerto. —Las lágrimas no dejan de salir—. Él solo quería que yo fuera feliz, pensaba que era infeliz aquí y por eso vino, para sacarme de este lugar, y ahora por mi culpa está muerto.

—No, tú no tienes la culpa Valentina, no pienses eso por favor, en todo caso la culpa es mía, ha sido uno de mis seguidores quien lo ha matado. —Le miro borroso por las lágrimas que se contienen antes de salir—. Tenemos que avisar a su familia para que lo entierren.

Muerdo mi labio y comienzo a llorar aún más fuerte, Tom toca mi espalda y me abraza, coloca mi cabeza en su pecho y lloro desconsoladamente durante un buen rato.

El resto del día ha sido gris y oscuro, un señor conocido de Tom se ha encargado de avisar a la familia y a los amigos de Alfred, lógicamente no podemos ser nosotros quiénes los avisen de esta trágica noticia.

Por la noche me encuentro sentada en la cama pensativa, unas cuantas lágrimas vuelven a recorrer mis mejillas.

Tom entra por la puerta con su mirada triste y apagada.

—Mañana será el entierro de Alfred, deberías ir con tus amigas. —Limpio mis lágrimas con las manos.

—Sí... aunque no sé si debería...

—Era tu amigo, por supuesto que debes ir. —Se agacha para estar cara a cara, me toca delicadamente las mejillas con sus dedos.

—Por mi culpa está muerto Tom, con qué cara voy a ir yo mañana al entierro a ver a su familia y a la gente que le quería.

—Valentina ya te he dicho miles de veces que no fue culpa tuya, quítate eso de la cabeza por favor. —Le miro—. Tú no tienes la culpa de que se le ocurriera venir a por ti justo el día que estaban aquí todos mis seguidores, no tienes la culpa de que te arrastrara hasta las escaleras y por supuesto no tienes la culpa de lo que pasó después. Yo entiendo que estás muy dolida, murió ante tus ojos, y va a ser duro, muy duro, pero yo te voy a ayudar en todo lo que pueda para intentar animarte en cada momento que estés mal, porque pase lo que pase siempre vamos a estar juntos, en las buenas y en las malas, y siempre me vas a tener para todo lo que necesites.

—Gracias... —Logro decir con un hilo de voz.

—Mañana tienes que ser fuerte, tienes que ir al entierro, te cueste lo que te cueste, tienes que despedirte de él.

—Tienes razón... ¿Vendrás conmigo?

—Yo ahí sí que no pinto nada, no era mi amigo, nos llevábamos peor que el perro y el gato, lo siento mucho, pero por mucho que quiera no te voy a poder acompañar. Odio dejarte sola en este tipo de situaciones, estarás con los amigos que teníais en común, al menos me quedo más tranquilo de saber que no tendrás que pasar tú sola ese mal momento.

—Gracias por tus palabras Tom.

—Es lo mínimo que puedo hacer.

—Te amo.

Él sonríe tiernamente, besa mi frente y me abraza.

A la mañana siguiente me miro en el espejo, tengo los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, me duele el pecho cada vez que pienso en Alfred y en lo que ocurrió ayer, no puedo evitar derrumbarme cada vez que pienso que murió sujetando mi mano, ese momento en el que se soltaron nuestras manos... me entran escalofríos por todo el cuerpo.

Me he puesto un vestido negro y unos zapatos a juego, salgo de la habitación y me encuentro con Tom, está muy serio y triste, al igual que yo.

—Tienes que ser fuerte amor, ahora más que nunca. —Me abraza fuertemente—. Te estaré esperando aquí. —Intento sonreír, pero no puedo.

Al llegar al entierro me encuentro con Jessa, Candy y Diana, me siento con ellas, ambas estamos muy afectadas, yo la que más, no saben cómo murió realmente, saben que lo mató un seguidor de Tom, pero nadie sabe que lo vi morir, que murió sujetando mi mano, es un secreto que llevaremos a la tumba Tom y yo.

Hay muchísima gente, familiares de Alfred, amigos suyos, compañeros de Zeus... Todos estamos muy afectados por su perdida.

Diana me abraza y me mira muy triste.

—Cuando recibí la carta me afectó bastante, Alfred me caiga muy bien.

—¿Los seguidores de Blake no habían dejado de matar a gente? —pregunta Candy mirándome muy triste.

—Sí... pero aún quedan unos pocos que siguen actuando como antes.

—Ojalá se pudran todos en la cárcel mágica, Tom hará algo con esos seguidores, ¿verdad Valentina? —Asiento con la cabeza mirando a Jessa.

—Sí, ya ha tomado medidas por supuesto, ese hechizo está prohibido a partir de ahora, como alguien más lo utilice irá directo a la cárcel mágica.

—¿Por qué no ha venido Tom? —pregunta Diana.

—Como va a venir, yo si fuera él tampoco vendría la verdad, aunque no haya sido culpa suya lo ha matado uno de sus seguidores.

—Jessa tiene razón, ha hecho bien en no venir.

—Sí, pero él tampoco tiene la culpa de que siga habiendo seguidores suyos malos.

—No se llevaban bien con él Diana, no hubiera pintado nada aquí. —Le miro con la mirada triste y apagada.

Damos el pésame a los padres de Alfred, intento ser fuerte, pero me termino derrumbando, todos están igual que yo, unos más afectados que otros.
Cuando termina todo nos despedimos y vuelvo a la mansión.

—Valentina, ¿cómo te encuentras? —Tom se acerca a mí bastante preocupado.

—Regular, menos mal que he estado en todo momento con las chicas, cuando he visto a la madre cara a cara no he podido contenerme y me he derrumbado, he tenido que salir a que me diera el aire, ha sido horrible. —mis ojos vuelven a estar llorosos, él me abraza.

—Ya todo ha terminado, eres muy fuerte amor, mucho, y muy valiente, vamos, necesitas descansar.

Toca mi espalda y subimos a descansar.

Los siguientes días han sido bastante duros, tengo bajones todo el tiempo, Tom está siempre conmigo, no se despega de mí, me anima muchísimo y es un gran apoyo para mí, cada día que pasa me voy dando cuenta de la suerte que tengo de tenerlo, incluso hace de mi psicólogo personal, pero es inevitable que me sienta triste y comience a llorar al recordar a Alfred.

Pasan los meses y con ellos el verano, se me ha pasado el tiempo volando, ya estamos casi en navidad, vamos a visitar a mi madre y a mi familia muy a menudo, todos están encantados con Tom, mi madre lo adora a más no poder, y a mi familia se la ha ido ganando poco a poco, parece mentira como ha cambiado todo.

Hemos ido a visitar a Estelle, está saliendo con un chico del hogar del aire llamado Stefan y viven juntos. He obligado a Tom a ir a visitar a Sam para ver cómo se encuentra, sigue trabajando de panadero, está comprometido con su compañera de trabajo y es la persona más feliz del mundo en ese sitio.
Me he pasado parte del verano visitando a Diana y a más amigos del instituto. La verdad es que no puedo estar más feliz y se lo agradezco todo a Tom, si no fuera por él ahora mismo me sentiría la peor persona del mundo y me querría matar por lo sucedido con Alfred. Llena mis días de alegría, es increíble, pensaba que ya estaba locamente enamorada de él, pero cada día que pasa me doy cuenta de que estoy cada vez más y más enamorada, de su personalidad, de su carácter, de todo su ser.

—Tom, deberíamos de volver a Zeus el año que viene para acabar nuestros estudios —exclamo poniendo una bola de navidad en el árbol de mi casa, mi madre está en el trabajo, vendrá para la hora de comer.

—No nos hace falta tener que terminar de estudiar, gobierno el mundo mágico, por mucho que estudie no creo que vaya a llegar más lejos de cómo lo estoy ahora.

—Yo necesito hacer algo con mi vida, llevo mucho tiempo sin hacer nada. —Le miro algo desesperada.

—Estás conmigo. —Levanto las cejas, él sonríe y coloca una guirnalda que se está cayendo del árbol, le miro seria.

—Hablo en serio, tengo que estudiar, no puedo estar de brazos cruzados metida todo el día en la mansión sin hacer nada. —Él resopla.

—Está bien, el año que viene vuelve a Zeus para terminar los estudios, luego haz lo que quieras, como si quieres estudiar para trabajar en una empresa mágica, eso sí, prométeme que siempre estarás junto a mí. —Sonrío de oreja a oreja.

—No hace falta que te prometa eso, sabes de sobra que siempre estaremos juntos. —Beso sus labios, feliz—. Por cierto, ¿cómo estará el instituto? ¿Se volverá a abrir el año que viene verdad?

—Están arreglando los destrozos que provocamos aquel día. —Me tenso al escuchar eso—. El año que viene en septiembre se volverá a abrir y todo volverá a la normalidad. —Me sonríe—. Supongo que todos los de nuestro curso estarán como tú e irán a terminar.

—Sí, he hablado con Jessa y con Candy y ellas también quieren terminar los estudios en Zeus —exclamo muy animada—, Tom, ya no asesinarás a nadie más, ¿verdad? —él me mira molesto y algo enfadado.

—¿A qué viene esa pregunta? Debería de enfadarme contigo por lo que acabas de decir, sabes de sobra que no. —Sonrío tímidamente.

—Te quiero muchísimo Tom.

—Y yo a ti, eres el amor de mi vida. —me besa dulcemente—. Tengo una sorpresa para ti, tómatelo como un regalo de Navidad anticipado —levanto las cejas, eufórica—, bueno, antes tengo que decirte que por desgracia la semana de navidad no vamos a poder estar juntos, tengo que hacer unas cuantas cosas. —Me desanimo muchísimo.

—¿No vamos a pasar las navidades juntos...?

—Las pasarás con tu familia, intentaré venir a la comida de Navidad. —Sonríe levantándome la cabeza del mentón delicadamente.

—¿Y eso es un regalo? —Le miro muy triste.

—La semana del veintiocho volveré y tendré una semana entera de vacaciones, nos vamos a ir los dos a la isla de Bora Bora, pasaremos mi cumpleaños allí. —exclama muy sonriente.

Abro los ojos a más no poder muy sorprendida, una de mis tías fue de joven allí y siempre dice que fueron las mejores vacaciones de su vida, eso sí, te dejas dos riñones por los menos, es todo carísimo.

He pasado las navidades con mi familia, han venido mis primas y mis tías a casa, Tom vino de sorpresa a la comida de Navidad, pero por desgracia no se pudo quedar mucho tiempo, a pesar de que lo echo de menos y me hubiera encantado pasar estos días con él estoy muy contenta, además en unos días vamos a estar juntos en Bora Bora, pasando el último día del año allí.

—¿Tienes todo listo? —pregunta cogiendo las maletas.

—Creo que sí.

—No te habrás llevado ni bufandas ni abrigos, ¿verdad? —Me mira riéndose—. Sabes que allí las temperaturas máximas del año suelen darse en diciembre.

—Sí, ya lo sé. —Ruedo los ojos.

—Muy bien, vámonos —exclama muy sonriente y feliz.

Las temperaturas en Bora Bora son agradables para disfrutar de sus playas paradisíacas durante todo el año. El sol aquí brilla durante todo el día, Tom tenía razón en que las máximas temperaturas son en estas fechas del año, menos mal que me he traído ropa fresquita y bañadores.

Nos tiramos todo el día en la playa, hemos recorrido toda la isla, estamos admirando los mejores atardeceres que veremos en toda nuestra vida disfrutando, a la vez, de cenas muy románticas.
Nuestro hotel es de cinco estrellas, en la playa, con una piscina privada sobre el agua, es una auténtica pasada.

Jamás en mi vida me hubiera imaginado estar en un lugar así junto a la persona que más amo en la vida.

—Está guay esto de tener piscina privada. —Coge mi cintura y me atrae más hacia él.

—Es todo un sueño Tom. —Miro embelesada esos preciosos ojos verdes hipnotizadores que tanto me encantan.

—Tú te mereces esto y más.

Besa mis labios dulcemente, sin pensarlo dos veces me subo encima de él y profundizamos el beso, a los pocos minutos nuestros cuerpos ya están ardiendo en llamas por dentro, agarra mis muslos con fuerza y me levanta hacia arriba, salimos de la piscina sin dejar de besarnos, me tira a la cama bruscamente y se me echa encima, yo sonrío y volvemos a besarnos, sus manos acarician todo mi cuerpo haciéndome suspirar y morderme el labio para retener los gemidos de placer, este hombre es todo un Dios del sexo. No es como las primeras veces que lo hacíamos, antes era mucho más delicado y tenía miedo de hacerme daño, no disfrutaba el cien por ciento, se le notaba en su rostro, siempre tenía luchas internas y tenía que controlarse mucho, ahora es mucho más fogoso y salvaje, cosa que no me disgusta en absoluto, al contrario, me encanta.

En un abrir y cerrar de ojos ya nos encontramos los dos desnudos, sin avisar me embiste fuertemente haciéndome gritar de placer, su ritmo es rápido, al principio me cuesta acostumbrarme a su velocidad tan acelerada y fuerte, pero a los pocos minutos mi cuerpo se acostumbra, los dos llegamos al clímax a la vez, acabamos exhaustos, se deposita con cuidado sobre mi cuerpo para no aplastarme y me abraza.

—Eres tan preciosa y te quiero tanto. —Toca mi mejilla dulcemente con la respiración algo agitada—. No sé las veces que te lo he dicho ya pero no me cansaré nunca de decírtelo.

Ya es 31 de diciembre, el cumpleaños de Tom, le he preparado una pequeña sorpresa, en la habitación del hotel tenemos un gran patio privado para nosotros solos, justo abajo se encuentra la piscina que tenemos privada, desde ahí tenemos unas vistas maravillosas, he puesto unos cuantos globos, una manta en el suelo con unos pétalos de flores y velas, he preparado un picnic en su honor, le he pedido a los del hotel que preparen una tarta de chocolate, que es su favorita.

Me he tirado toda la mañana sin decirle nada, he hecho como que no me acuerdo que hoy es su cumpleaños, el pobre tiene una cara todo el día de decepción.

Lo llamo para que salga al patio, cuando veo su cara de sorpresa y emoción me pongo muy contenta y comienzo a reírme.

—¡Feliz cumpleaños Tom! —Corro hacia él y le doy un gran abrazo.

—Pensaba que no te acordabas de que hoy era mi cumpleaños. —Le miro algo molesta.

—Cómo no me iba a acordar tonto, ven, vamos a sentarnos. —Cojo su mano muy animada.

Cuando pasa un rato traen la tarta a la habitación y se la saco cantando el cumpleaños feliz, él casi llora de alegría, tiene los ojos muy brillantes y emocionados.

—No sabes la mañana que me has dado, pensaba que no te acordabas. —Se parte un trozo de tarta—. Mi favorita. —Sonrío feliz.

—Aún recuerdo tu primer cumpleaños que pasamos juntos, estábamos en Zeus, te preparé una fiesta sorpresa en una de las aulas, hasta te hice un pastel enorme de chocolate, no sabes lo feliz que me puse cuando el profesor me dio permiso para poder hacerlo. —sonrío melancólica.

—Cómo olvidarlo, también estaban ahí tus amigas, Diana... Lo recuerdo como uno de los mejores días de toda mi vida. —Abro los ojos sorprendida.

—¿En serio? —Él asiente.

—Fue la primera vez que alguien se molestó en hacerme algo así, no sabes la ilusión que me hizo, yo nunca celebraba mis cumpleaños con nadie, no le daba mayor importancia a ese día, era como uno más del año.

—Pues desde que me conociste eso ha cambiado. —Le miro muy orgullosa.

—Desde que te conocí han cambiado tantas cosas, aún recuerdo el día que te vi por primera vez, chocaste conmigo y caíste al suelo. —Me mira y sonríe—. Sigues siendo igual de patosa. —Se ríe a carcajadas, yo finjo estar molesta.

—Y tú no me ayudaste a levantarme del suelo. —Me meto un trozo de tarta a la boca.

—Era un estúpido, pero ya me quedé con tu cara desde aquel momento, ¿te confieso algo? —Asiento con la cabeza curiosa—. No me disgustó en absoluto cuando Tolbert dijo que tenía que ser tu tutor en todas las clases, al contrario, me puse feliz, aunque pareciera lo contrario, me fijé en ti desde el primer momento Valentina, ahora ya te lo puedo confesar todo.

—Una vez en clase de pócimas mágicas tuvimos que probar una pócima para decir la verdad, y dijiste que te habías fijado en una chica del hogar de la tierra, ¿era yo? —pregunto curiosa.

—Por supuesto que eras tú, ¿en qué otra chica más me iba a fijar? —Me pongo algo colorada—. No sé qué me pasó contigo, pero tuve una conexión extraña desde el día en que nos conocimos, por eso siempre me ponía tan celoso de todos los chicos que intentaban tener algo contigo, por eso siempre me preocupaba por ti y te defendía, sentía una necesidad de protegerte que no era ni normal, por mucho que quisiera no podía dejarte sola, intentaba alejarme de ti, no quería sentir lo que estaba sintiendo, tuve muchas batallas en mi cabeza, no estaba en mis planes enamorarme de nadie, no creía en el amor, pero al final... —Le corto antes de que siga hablando.

—Al final venció el amor. —Le miro y sonrío tímidamente.

—Tú lo has dicho, fuiste, eres y siempre serás la alegría de mi vida, doy gracias a lo que haya allí arriba por haberte conocido, no sé qué habría sido de mí sin ti, tú me haces ver la vida con otros ojos y con color. —Sonrío emocionada.

—Tom... eres lo más bonito que me ha pasado en la vida.

—Te juro que cuando sonríes no sé quién de los dos es más feliz. —Me abalanzo sobre él y lo abrazo fuertemente.

—Prométeme que siempre estaremos juntos. —Sonríe muy feliz.

—Hace unos meses yo te dije lo mismo. —se aparta un poco de mí y me mira a los ojos fijamente—. Respóndeme a una cosa —exclama serio, lo miro algo intranquila—. ¿Te casarías conmigo? —Abro los ojos como platos y comienzo a ponerme muy nerviosa, él se empieza a reír—. Cambia esa cara, por favor, no estoy hablando de casarnos ahora, somos demasiado jóvenes, pero en un par de años... —Lo miro sorprendida pero rápidamente asiento, emocionada—. Y prométeme que tendremos hijos, quiero tener a una mini Valentina y a un mini Tom corriendo por la mansión.

Sonrío de oreja a oreja reteniendo unas cuantas lágrimas que amenazan con salir en cualquier momento de felicidad, no puedo ser más feliz.

—Claro que te lo prometo, te amo Tom. —Le beso y nos abrazamos.

—Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, ya no puedo imaginarme una vida sin ti, has sido y siempre serás la única luz que brilla y brillará en mi oscuridad.

No sé lo que pasará dentro de una semana, dentro de unos meses o dentro de unos años, pero lo que tengo claro ahora mismo es que amo a Tom, lo amo con todas mis fuerzas, y no puedo imaginarme una vida separada de él.

Hoy, día treinta y uno de diciembre, tengo las cosas más claras que nunca, pase lo que pase siempre estaremos juntos... hasta la eternidad.

FIN

Continue Reading

You'll Also Like

26.9K 1.5K 28
𝐄 | Cuando Draco Malfoy fue clasificado en Ravenclaw, el mundo podría haberse derrumbado sobre sí mismo. Nadie habría asumido tal destino de cambio...
334K 12.2K 44
una chica en busca de una nueva vida, nuevas oportunidades, de seguír sus sueños. todo iba bien hasta que el la vio. el la ve y se obsesiona con ell...
59.6M 1.1M 13
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
74K 5K 24
Sinopsis: Y ahí estaba ella nuevamente, esplendida. _____ Moore resplandecía en el escenario, sin ser consciente de que sus delicados movimientos hi...