EXTRAS 1:
Gracias por los 500k
Cedric Diggory.
El chico suspiro.
Cedric Diggory, el chico más popular y querido de Hogwarts. Era lo único que escuchaba en los pasillos cada vez que el se aparecía.
¿Por qué rayos había puesto su nombre en ese cáliz? Quien sabe, él estaba seguro que ni de chiste iba a lograr ser seleccionado. Había personas más capaces que el, sin embargo el fue elegido... Bueno, el y Harry Potter. Pero en ningún momento sintió molestia a comparación de los otros. Cedric siempre estuvo seguro de si mismo, sin embargo los últimos días que pasaban, esa seguridad y esa fama le estaban cobrando factura.
¡Era tanta la presión social! Todos estaban atentos a lo que el hacía, era como una celebridad total y aunque en un principio se sintió conmovido y apoyado, la verdad es que no le agradaba tanto. El solamente quería ganar por sus méritos, hacer sentir orgulloso a su padre, estar con sus amigos y pasar tiempo con su novia a la que quería tanto. Aunque era lo contrario a lo que estaba logrando.
Ahora que tenía una invitación para ser parte de un equipo de Quidditch profesional, la carga era aún más grande, pero de ninguna manera se le iba a ver cansado, el tenía que trabajar, trabajar y ponerle buena cara al tiempo.
Era un día normal en el colegio, las clases habían terminado y aunque Cedric no estaba presionado en entregar sus tareas o proyectos jamás dejo de darles interés, así que esa tarde volvía de la biblioteca para poder pasar sus últimas horas del día con sus seres queridos hasta que escucho algo que lo mantuvo curioso.
—Ellos pueden hacer lo que quieran —dijo una voz femenina justo cuando Cedric iba a la mitad de las escaleras.
—¿No te da celos? —ahora era una voz masculina.
—¿De que?
—De que ahora esa chica, Ellie Prewett sea su nueva protegida —contesto el chico y a Cedric se le congelo la sangre.
Ellie Prewett, su novia. Estaban hablando de ella.
—Ya te lo dije, no me importa lo que ellos hagan y mucho menos Prewett.
—Oh, es que en realidad no estás celosa de Crackfford y su clan, en realidad estás celosa porque también es la protegida de Harry Potter.
—Prewett no es la protegida de Harry. No seas ridículo.
—¿Sigue sin hacerte caso? Ya te dije que lo olvidarás...
—¡Mira Theodore, no tengo tiempo para tus tonterías!
—Tranquila Smith, tranquila Querida.
—Ya dime qué es lo que de verdad quieres.
—No, esto de ninguna manera me beneficia —el chico hizo una pausa —. Creo más bien, que puede ayudarte. Tengo información con la que podrías destruir a esa chica.
—La verdad lo que menos me importa es ella, así que lo que tengas que decir tampoco me interesa.
—Oh, ¿Pero no quieres saber? Ni siquiera se lo he contado a mi hermana ¿Quieres saber porque la mayoría está interesados en ella?
—¿Con eso te refieres solamente a Draco Malfoy?
—Puede ser —rie el chico —Resulta que tiene un secretito que a Malfoy le interesa mucho. Es por eso que la busca, el no está enamorado de ella, Draco nunca se enamoraría de nadie.
—¿Eso me interesa?
—Oh, por supuesto que no. Mientras no se trate de Harry Potter tu estás tranquila. Pero si te digo este secreto ¿Crees que podrías hacer que su propia familia se aleje de ella?
—Yo no quiero eso, no me ha hecho nada. Además está saliendo con ese muchacho Diggory.
—Si pero tarde o temprano Malfoy hara que eso se acabe, nunca se queda sin cumplir sus caprichos.
—Pues, ojalá Prewett se vaya con cuidado. No sabe lo que las serpientes pueden hacer.
—Es que no sabes la realidad, no sabes nada.
—¿De que estás hablando?
—¡Es lo que trato de decirte! Sobre la verdad de Ellie Prewett, ella... —el chico se tomó otra breve pausa y se acercó al oído de lo que parecía una chica pelirroja.
Pero Cedric lo había escuchado claramente. Ese secreto que agobiaba la imagen de Ellie Prewett, el mismo secreto que ni ella sabía.
Cedric trago saliva en seco, pero siguió al pie de las escaleras sin moverse para no ser notado.
—¡No puede ser! ¿Están seguros de eso? —exclamo la chica.
—Malfoy y Wolf lo saben, así que si. Digamos que el señor Malfoy se lo dijo, es por eso que ambos están muy interesados.
—Pero eso en qué les ayuda.
—Pues resulta que el padre de la chica conoce muy bien al señor Malfoy. Sabe cosas de él y si se aseguran que ella también las sabe, pues podría ser peligroso y más ahora. Por eso solamente Draco la quiere utilizar.
—Compadezco a esa chica.
—¿No sé lo dirás a Potter o a su despreciable familia? ¿La verdad sobre ella?
—Ya te dije que no es de mi incumbencia. Y la verdad, es que Draco está definitivamente enamorado de ella.
—¿Cómo sabes?
—Tu hermana me lo dijo. Así que adiós.
Cedric no sabía que hacer, estaba ahí escuchando una conversación ajena, pero definitivamente sabía que algo andaba mal, nadie podía hablar así de su novia. No sé Ellie Prewett.
El chico retrocedió varios pasos con sigilo hasta poder escaparse de la situación y corrió directamente a ella, sin embargo en el camino Cedric se preguntaba asi mismo si era correcto acercelo saber. Desplomar todas las creencias que tenía sobre si misma, arruinar lo que tenía su familia que tanto amaba, eso pareció injusto para él. Pero mientras iba directo a la sala común de Hufflepuff, se asomo por la ventana.
Draco y Ellie caminaban por las afueras del castillo, solos.
Cedric hizo todo lo posible para alcanzarlos pero al ver esa escena, le dió una furia irreconocible. Absolutamente todo lo que sentía que había escondido salió a la luz.
Draco había sujetado a su novia con mucha fuerza, estaban cerca, conocía las intenciones del rubio, quería utilizarla. Tan solo de verlo intentarlo le desgarraba el alma, y no solo porque era su pareja, Ellie era su amiga, era una chica que a pesar de no ser nada, estaba dispuesto a cuidar. Lo supo desde el principio en que la conoció. ¿Que sabía Draco Malfoy de ella? ¡Nada! Ni siquiera el saber ese secreto lo demostraba.
—¡Alejate de ella! —exclamo Cedric.
Pudo ver la cara de terror de su novia y la confusión de Malfoy.
—¿Cedric que haces?
Cedric ni siquiera lo pensó, tomo al rubio de su elegante túnica haciéndolo flotar. Draco apenas estaba creciendo y era tan flacucho como los demás chicos de su edad. Cedric tenía músculos y era por al menos un pie de altura más alto.
Pudo escuchar un reclamo de Ellie, pudo contestarle, pero ni siquiera le prestó atención. Solo estaba concentrado en hacerle entender a Draco Malfoy que se alejara de Ellie porque terminaría lastimamdola. No importaba si con eso su relación podría estar en peligro, no le importaba si el era el malo, lo único que realmente le importaba era ella.
Espero hasta que Ellie y esos otros dos chicos de Slytherin se fueran de ahí. Draco y el por fin estaban solos.
Ya no era una discusión cordial como la que intento tener con él, el día de San Valentín, dónde accidentalmente sus amigos de Quidditch le habían metido una paliza, inclusive Cedric los habia tratado de separar excusando al chico, pero esto iba más allá. No se trataba de que un chico quería meterse en su relación. Se trataba de algo más grande.
—Escucha Malfoy —espeto Cedric con todo el enojó que jamás había demostrado en su vida —. Se lo que quieres hacer con Ellie pero dejame decirte que mientras yo esté acá, no lo vas a lograr. Así que aléjate de ella, es la segunda vez que te lo pido.
—¿Y tú me lo vas a impedir niño bonito?
—Te dejaré ir si me prometes que te alejaras de ella.
—No voy hacer lo que un estúpido Mestizo me diga, vamos dame un golpe. Ambos sabemos que eso enfadara a tu noviecita. Así me dejaras el camino libre.
—Ya se lo que planeas hacerle, ya se porque la buscas en primer lugar.
—¿¡Ah?! ¿Ya te enteraste? ¡Felicidades! Ve a decirle, no te va a creer. Nadie lo hará.
—No, no pienso hacer lo mismo que tú quieres hacer. Ganar ventaja en lo que sea que tengas planeado... Te equivocaste de chica.
—¿Seguro? Porque probablemente si tú le terminas diciendo, ella te odiara para siempre por decírselo. Deja que siga viviendo en esa estúpida mentira.
Cedric aprieta la mandíbula y arremete contra el chico. Termina dándole un puñetazo en el rostro. El rubio sale disparado hacia el suelo, con la nariz sangrando.
—¿Quien más sabe de esto?
—¿De que hablas idiota?
—De la verdad acerca de Ellie.
Draco aún con el dolor sonríe victorioso.
—Solo yo.
Cedric no le creyó, por supuesto que no lo hizo. Sabía que Wolf también lo sabía, sin embargo había algo diferente con ella, tenía la misma intuición de que probablemente la estaba cuidando. Siempre la defendía en todo muy a pesar de las veces que la metió en problemas y luego ese chico Crackfford que no parecía tal amenaza, solo se quedaba callado observando todo. Pero Draco, el era la mente maestra o simplemente era el peon en el juego de alguien más.
—¿Es cierto lo que quieres hacer?
—No se quién te dijo esas tonterías, pero yo jamás planeaba decir nada, no quería hacerle daño, simplemente... —pero Draco se quedó callado. No podía revelarle sus intenciones con Ellie, Cedric al fin y acabo era su novio.
Draco en verdad no quería hacer nada malo contra ella. Solo estaba enamorado, todo lo demás podría haber sido una mentira, nada más que chismes.
—Bueno, en algo estamos de acuerdo. Ni se te ocurra hacerle daño o contarle a alguien lo que sabes.
—¡Lo voy a hacer pero no porque tú me lo digas! ¡Maldito Hufflepuff!
Cedric se fue de ahí frustrado, ¿Que es lo que había hecho en realidad? Ese solo era un niño que sabía más de lo que debería. ¿O no? Pero aún así ¿Cómo se guardaría un secreto tan grande durante un tiempo? No podía, Ellie lo tendría que saber tarde o temprano. Sin embargo planeaba decírselo cuando todo acabará. Cuando el pudiera volvier a ser un chico normal, sin tanto drama de por miedo, justo cuando acabara el torneo.
Y luego sucedió el regreso del que no debe ser nombrado, llevándose consigo ese secreto para siempre... O tal vez no.