POV SOFÍA
No salí de mi cuarto en toda la tarde, no me importó no hsver mi trabajo. Aún seguía sintiéndome mal y verla no me iba a ayudar, pero tendría que hacerlo en algún momento.
Después de tanto debate mental salí. Decidí ir a buscar a Noah para ver si sabía algo más de los asesinos. Le encontré en el salón con todos, vaya suerte la mía. Otra vez jugaban a las cartas, menos él.
Al verme entrar todos dejaron de jugar para mirarme. Evite la mirada de Morgan y mire a mi amigo.
- Tenemos que hablar- el asintió, cogió su portátil y se levantó.
Salimos de ahí y fuimos al patio, no quería que nadie nos escuchara.
- Se lo que vas a preguntar y si, encontré algo- colocó su portátil en la mano.
Abrió la pantalla y tecleo algo, después me lo enseño.
- Ricardo Renna, de cuarenta años al parecer no tiene familia- mire la imagen.
Era un hombre con barba, sus facciones eran duras, curtidas. Media uno ochenta, se notaba que estaba fuerte. Seguí pasando algunas fotos hasta que vi el tatuaje, todos los llevaban.
- Averigua quién le hizo el tatuaje si puedes y me lo envias- dije.
- Sofia...el esta aquí, localice su ubicación hace unas horas- le mire mal.
- ¿Por qué no me dijiste nada?- pregunté molesta.
- Estas cuidando a Morgan, que ibas a hacer, ¿salir corriendo a por él?- asentí.
- Prepárate Noah, voy a ir a por el ahora- dije seria.
- Si jefa- me miró.
Volví a entrar a la casa para ir directamente a buscar a mi tío. Lo vi parado en la puerta del salón, viendo como jugaban toda la familia.
- Papa hiciste trampa- digo Maddison frustrada.
- No se de que me hablas cielo- rio el.
- ¡UNO!- grito Austin- Toma- dijo feliz.
- Otro tramposo- dijo Rebeca- Si tenias ocho cartas, ¿uno de que?- le miró.
- Soy un crack, es lo que tiene- sonrió.
Charlie sonrió ante aquello, todos parecían estar felices y tranquilos, por eso decidí que iría yo sola, ellos son mi problema.
- Hola- dijo al verme.
- Voy a salir, tenemos a uno- dije seria.
- No puedes irte- me miró serio.
- No te estaba preguntando Charlie, te estaba avisando- solté.
- Sofia....necesitas descansar- puso su mano sobre mi hombro.
- Lo hare cuando estén muertos- la aparté- Noah me guiará, si quieres puedes estar con él, si no haz lo que quieras-
- ¿Quién va contigo?- preguntó.
- Nadie, yo sola- respondí.
- No, llévate a alguien- negué.
- Están a salvo aqui- el suspiro cansado.
- A veces me gustaría que dejaras de ser tan cabezota como tu padre- dijo- Estaré con Noah para ayudarte- asentí.
Subí corriendo a mi cuarto, me quite todo y me puse el traje que tenia para estas misiones. Era tecnología avanzada, tenía prácticamente de todo, así que estaría protegida. Cogí mi bolsa y coloque las armas en los enganches que tenía el traje.
Volví a ponerme algo de ropa para camuflar lo, no podia pasearme así por las calles, llamarían a la policía. Baje cuando estuve lista y con todo preparado. Salí sin despedirme de nadie, me monte en mi moto y me fui.
- ¿Me escuchas bien?- dijo Noah.
- Perfectamente- respondi.
- Tardarás un poco en llegar, mientras hackeare las cámaras del lugar para ver todo y poder avisarte si hay algo raro- dijo.
- Gracias- solté.
Por un largo rato seguí las indicaciones que aparecían en la pantalla de mi casco. Creo que tarde una media hora o así en llegar. Aparqué y baje de la moto, active la seguridad y guarde el casco. Era un almacén, parecía estar vacío, colo si llevase años abandonado.
- Vale te cuento. Hay varias cámaras que registran vehiculos en la parte de atrás del edificio, dos furgonetas. De ella salieron unos doce hombres en total- dijo Noah.
- Esta bien, veo que arriba tiene cristales, quizá pueda ver mejor desde ahí- dije.
Me metí en el callejón que había al lado del edifico. Me quite la ropa que llevaba, subí la capucha que tenía el traje y el cuello que cubria mi boca y espere a que se ajustarán. Una vez lo hicieron comencé a haver parkour. Subí encima de la basura y de ahí seguí por los bordes de las ventanas hasta llegar arriba.
Me acerque a los cristales para poder ver algo. Estaba un poco oscuro, la única luz que entraba era por aquí. De mi bolsillo saque unos pequeños prismáticos de luz térmica, así podría ver toda la gente que había y si estaba armada.
Las figuras amarillas y naranjas comenzaron a salir. Conté unas doce personas, justo como Noah me había dicho. Seis en la planta de arriba y otras seis en la de abajo. Los de arriba parecían estar más armados. Caminaban de una lado lado otro vigilando todo.
- Creo que esto no es una simple reunión de amigos- comenté.
Vi a unos de los hombres de la planta baja cargando una caja y dejándola enfrente de mi objetivo. Decidí que iba a entrar sigilosamente. Toque los bordes del cristal, bueno si había alguna cerradura que la abriera, cuando la encontré la abrí. Al llevar tanto tiempo estaba oxidado y con un golpe en seco basto.
Prepare la cuerda para bajar y salir en caso de que algo se pusiera feo. Me deslice despacio, tenía debajo a uno de los hombres. En sus manos había una Ak-47. No tenía pensado matarles, mi objetivo sólo era Ricardo, pero si se me ponían en medio no dudaría en hacerlo.
Aproveche que se dio la vuelta para bajar del todo. Desenganche la cuerda y me giré. Tape su boca y rodee su cuello, le apreté contra mi hasta que se desmayó. Fui a por el siguiente, que estaba lo suficientemente lejos para que no me viera. Hice lo mismo que con el anterior y, cuando vi al tercero girarse agarre el cuerpo y me escondí con el tras unas cajas. Di gracias a la poca luz que había, porque si no se hibiera dado cuenta de que faltaban dos compañeros.
Cuando se dio la vuelta salí de las cajas y fui a por él. Minutos después los seis de arriba estaban en un placido sueño.
- Noah, quiero que busques este símbolo- saque una foto a la chaqueta del hombre.
Me di cuenta de que todos la tenían y pensé que podía ser del que les contrató.
- Lo tengo- dijo.
No podía bajar por más escaleras, me verían, pero su podía saltar y quedar detrás de un pilar de cajas, así que lo hice. Gracias a los amortiguadores que tenía el traje en los pies no hice ningún ruido. Me escondí detrás y espere.
- Llegas tarde- dijo Ricardo- ¿Y tu jefe?-
- No ha podido venir, tiene trabajo- dijo uno de los soldados- Aquí tienes la caja-
- Ábrela, quiero ver el cargamento- ordenó.
- Yo el dinero- soltó.
Dio dos chasquidos, otros dos hombres salieron de las sombras, pero solo uno llevaba el maletín. Se colocó a su lado y lo abrió, dejando ver varios fajos de dólares.
Hizo un gesto con la cabeza y uno del hombres del vendedor se acerco con un aparato. Cogió un fajo y pasó el artilugio.
- Son verdaderos- dijo este.
El asintió y se agachó para abrir su caja. Al hacerlo vi unas armas, tenían la forma de una pistola normal y corriente, pero sabía que había algo más. Saque la pequeña araña que utilizamos con Ryan.
- Noah, quiero que analices con la araña las armas- ordene.
- Entendido, voy- dijo al segundo.
Vi como comenzó a moverse despacio, hasta llegar a la caja. Tengo que crear una distracción para que no la vean y la pisen. Mire a mi alrededor y vi una pequeña piedra, la lancé al otro lado para que desviaran si atención.
- ¿Qué ha sido eso?- preguntó Ricardo.
- No lo se, tu, ve a ver- miró a uno de los guardas.
Aproveche para moverme y deribar a otro. Ahora ya solo quedaban otros siete. Seguí moviéndome, aprovechando la falta de luz que había para que no me vieran, derribando otros dos en el proceso. Me asome un poco y vi como la arañita se metió dentro de la caja. En ese momento la cerraron.
- Toma tu dinero- el hombre con el maletín se acercó.
No podía dejar que se fuera, así que tendría que salir y enfrentarme a los cinco que quedaban. Me prepare y cogí una de los dardos tranquilizantes. Los coloque en el lanzadores de la muñecas, apunte a los dos hombres de Ricardo y dispare.
Ambos se tocaron el cuello antes de caer al suelo. El los miró extrañado.
- ¿A quien coño has traído?- saco su arma y le apuntó.
- A nadie, Linkon responde- tocó su pinganillo- ¿Mario? ¿John? Mierda-
Salí del escondite y saque uno de mis cuchillos. Lo lancé hacia la pierna del hombre que tenía el aparato.
- Ah...- calló de rodillas.
Fue a sacar su arma para apuntarme, pero le lancé otro directamente a la mano. El de la caja me apunto con su arma, yo me moví rápido para esquivar el disparo y le desarme. Vi como Ricardo sacó la suya y me apuntó. Le tire al hombre encima, empuje la caja de las armas a un lado con mi pie, pegué al hombre que deje herido, dejsndole inconsciente, agarre de nuevo mis cuchillos y me prepare.
- Tu...- susurro.
Giré los cuchillos en mi mano y se lo lancé. El primero lo esquivo, pero el segundo se clavó en su hombro. Al ir a sacarlo aproveche para pegarle una patada en el estómago.
Retrocedió un poco por el golpe, pero enseguida volvió a la carga. Me atacó con mi propio cuchillo, sus golpes eran rápidos y fuertes. Le golpe en la cara, luego en las costillas y de nuevo en la cara. Aleje el cuchillo de sus manos y se lo lancé al otro hombre que iba a escapar con las armas y el maletín. Cayó al suelo con el cuchillo en su gemelo.
Esquive los golpes de Ricardo y, en cuyo de esos movimientos me coloque detrás y pase una soga fina por su cuello. Tire hacia mi, ahogandole en el proceso. El hizo fuera, intentando tirar para el lado contrario. Al ver que no lo iba a conseguir retrocedió rápido hasta estampar nos con fuerza sobre una pila de cajas que traspasamos. Se acabaron rompiendo, de ellas salió polvo y heno para animales.
Mi espalda chocó contra la pared con fuerza, pero no le solté en ningún momento. Intento agarrarme la cara, pero tanto músculo le dificultaba para echar los brazos hacia atrás. Entonces fue cuando me dio un codazo en mis costillas, las mismas que tenía adolorida de antes.
Ese agarre se aflojó un poco, lo suficiente para que el pudiera salir de ahí.
- Sofia, el traje detecta daño corporal- hablo Noah preocupado.
- Yo también lo noto- dije.
Ricardo me agarró y me lanzó varios metros. Rodé un poco por el suelo, pero me puse de pie. Se acerco a uno de sus hombres y cogió algo de su cinturón.
Presiono un botón del palo que tenía en la mano, se estiró y de la punta salieron algunas chispas.
- ¿Quién eres y quien te envía?- preguntó.
- Nadie- respondí.
Saque una daga del bolsillo de detrás del traje.
El me miro con una sonrisa, supongo que pensó que tenía las de ganar.
- Ya veo, tu eres la famosa...¿cómo es que te llaman?.."La asesina de ojos verdes"- rio- Que placer me va a dar vengarte de mis amigos- crugio su cuello.
Vino hacia mi con el palo en las manos. Lo esquive rapidente y le corte con la daga en el brazo, el ni se inmutó y siguió. Era rápido, lo reconozco, pero yo era más hábil. Pasé por debajo de su brazo, le clave la daga en el, después la saque e hice los mismo con su pierna. La saque de nuevo y se la clave en el hombro. Cayó de rodillas, me puse enfrente suyo, rápidamente volvió a intentar darme con la barra eléctrica. La pare con mi mano, pude sentir todos los voltios recorrer mi cuerpo, pero la rabia que sentía, la adrenalina y los entrenamientos que me prepararon para esto, me ayudaron a aguantarlo.
El lo miró sorprendió, pues no se lo podía creer.
- Esto...no...como puede...- balbuceo.
Puse mi mano libre sobre su cuello haciendo que la corriente eléctrica le llegara a él también. No aguantó ni dos segundos, soltó la barra mientras se quejaba de dolor.
Le pegue en la mandíbula, haciendo que la sangre saliera de su boca. Él se quejo, sujetandose la cara en el proceso.
Agarre su pelo y le hice mirarme, golpee su estómago con mi rodilla. El tosio con fuerza, escupiendo más sangre.
Deje que cayera al suelo, él se arrastro como si eso fuera a darle alguna ventaja. Cogí la barra eléctrica y se la clave en el abdomen.
- ¡Ahhhh!- gritó con dolor.
Encendi por unos segundos la electricidad sólo para verle sufrir, después la saque y la lancé a un lado. Cogí de nuevo mis cuchillos, le di la vuelta con el pie cara que quedará boca arriba, clave cada cuchillo en sus manos, haciendo que quedarán pegadas al suelo.
- No...porfavor- suplico.
Pero no me daba pena ninguna, iba a morir, lo sabía. Verle así me hizo acordar de algo.
Cuando vi a mi madre morir me fijé en un lunar que tenia al lado de la ceja, era casi imperceptible, pero de cerca podías verlo y fue ahí cuando lo vi. Este hijo de puts fue quien mato a mi madre y ahora el iba a morir de la misma forma.
Me quité la capucha y la braga que me tapaba hasta la nariz, quería que viera mi cara antes de morir.
- ¿Quién..eres?- preguntó con miedo.
- Amanda Red y Luke Walter- dije.
- Que...- al principio no cayó, pero poco a poco su cara fue comprendiendo todo- Tu eres su hija...- soltó.
- Bingo- saque de nuevo la daga- Mataste a mi madre a sangre fría- la puse en su cuello- Le desgarraste la garganta- apreté la punta contra su piel, causando que una gota de sangre saliera- Le quitaste la vida y yo te voy la quitar a ti- susurre.
El no dijo nada, me miro con miedo porque sabia que no dudaría.
- Lo siento- susurro.
- Yo no- clave un poco más la punta.
El cerró los ojos con dolor, pero yo quería que me viera, quería que lo último que viera antes de morir fuera a mi, justo como mi madre.
- Mírame- tome su rostro con mi otra mano- No seas un cobarde- él los abrió aún dudoso.
- Nosotros no queríamos- soltó de repente- Nos contrataron para matarles- siguió confesado.
- ¿Quién?- pregunté.
- No lo sé, alguien poderoso, eso seguro, nosotros solo seguimos órdenes de nuestro jefe, nada más él lo sabe, porfavor no me mates- volvió a suplicar.
- ¿Quién es tu jefe?- él negó.
- No...no puedo decirte lo- tartamudeo.
- Bien, pues ya no me sirves más- le raje el cuello.
Le vi desangrarse y, aunque no fuese muy sano decirlo, se sintió bien saber que no iba a volver a matar a nadie.
Guarde las dagas y los cuchillos, registre sus bolsillos en busca de un teléfono que encontré en su bolsillo. Lo guardé también y me volví a tapar la cara. Me levante y fui hacia él hombro que iba a por el maletín. Agarre el cuchillo de su gemelo y lo saque.
- Ahh...- se quejó.
Le mire, era inofensivo así que no tuve necesidad de hacer nada. Cogí el maletín y la caja y salí de allí.
Lo metí en el compartimento de la moto, admito que entro a duras penas. Cogí la ropa que dejé y me la puse, solo por ocultar las armas. Ya me paso una vez que al pararme en un semáforo un señor me vio y llamó a la policía, al final tuve que esquivarla.
- ¿Lo tienes?- pregunto Charlie.
- Uno menos- dije poniéndome el casco- Ya voy-
- Te esperamos- dijo Noah.
Ya se estaba haciendo de noche y cuando me quise dar cuenta ya eran las nueve. Deje la moto donde siempre y saque la caja y el maletín.
Escuche la voz de mi tío en el salón así que fui.
Al entrar me encontré con Austin recostado en el sofá sin camiseta, mientras que Laura le ponía una pomada en sus moratones.
- Si bueno aquella vez te hiciese el héroe y acabaste con una costilla rota- dijo Laura con una sonrisa.
- Pero salve al niño, es lo que cuenta- dijo mi amigo con una sonrisa.
Todos le miraban con una sonrisa, será por la historia que cuenta siempre.
Noah fue el primero en verme y quien se acerco.
- ¿Es esto?- miró la caja, asentí.
Se la entregue y se fue con ella a su cuarto. Charlie fue el siguiente, le entregue el maletín.
- No se cuanto dinero hay, pero puede que haya algún rastro de algún extracto bancario a y dale esto a Noah- saque el teléfono- Ha salido corriendo con la caja y no me ha dado tiempo a darse lo- el asintió.
- ¿Tu estas bien?- asentí.
El salió con las dos cosas que le di y yo volví a mirarles.
- Hombre, puñitos- dijo Austin.
- Callate- le ordene, no estaba de humor.
Su sonrisa se borro al instante, no quería ser así con él, no me había hecho nada, pero últimamente mis emociones estaban locas.
- Sofia- dijo Laura.
- Laura- la mire.
- Ya estas Austin, eres la siguiente- me miró.
Negué, no tenía ganas de momento de curas.
- No te estaba preguntando, ven- abrió su maletín y sacó un bote.
Me acerque a regañadientes y me puse donde estuvo Austin hace unos segundos. Hice una pequeña mueca de dolor al recostarme que no pasó desapercibido por ella.
- Quítate la camisa- se puso unos guantes nuevos.
La quite con cuidado, pero todavía faltaba el traje. Hice lo mismo que con la camisa, dejando mi torso al aire.
Maddison, Morgan y Rebeca me miraron con horror las heridas, de seguro que estaban peor ahora por lo que pasó antes.
- Vamos a ver que...- cuando me miró sus ojos se abrieron con sorpesa- Sofia, ¿con quien coño te has peleado? Mejor no me lo digas- acerco sus manos despacio a mis costados.
Hizo un poco de presión sobre mis costillas que me causó un pinchazo.
- Ay..- me queje.
- Te aguantas- dijo seria.
Sonreí por aquello, echaba de menos sus comentarios.
Presionó un poco más y así si que no me aguante y tome sus manos. Las aparté despacio y la mire.
- Me duele- la dije al ver su cara de molestia, odiaba que la cortará en su momento de examinación.
- Normal, lo raro sería que no lo hiciera- solto- Sofia a parte de lo visible creo que tiene una pequeña fractura en la costilla, no esta rota, pero enserio, necesitas reposo y no me vengas con tus mierdas de estoy bien porque te juro que te pincho un calmante- quito la tapa a uno de los botes y se puso un poco de crema en la mano.
Lo extendió por toda la parte morada de mi cuerpo. Al principio estaba frío, pero poco a poco notaba el calor en esa zona, fue agradable.
- Te vas a poner frío para prevenir la hinchazón y te vas a tomar esto- me dio unas pastillas- Y nada de ejercicio físico- me señaló.
- Si doctora- dije.
Me volví a poner el traje con dificultad y la mire. Guardo todo y se giro para mirarme.
- Ahora si, hola- me abrazo con cuidado y yo se lo devolví.
La echaba de menos, lo admito, ella y yo nos habíamos criado juntas en la base. Era mi mejor amiga.
- Hola..- susurre en su oído.
- Menos mal que no era nada eh- me miró- Ven te ayudo- me tomó de la mano y me ayudó a levantarme.
- Gracias- me puse de pie- ¿Te quedas?- asintió.
- Puedes dormir en mi habitación yo dormire en el sofá- ella sonrio.
- Ni de coña, necesitas reposo, por muy caro y bonito que sea este sofá, no es cómodo, vas a dormir conmigo, así te vigilo para que no hagas estupideces, tira- dijo seria.
- A la orden- sonreí.
Ella golpeó mi brazo con poca fuerza, puso su mano tras mi espalda y andamos hasta las escaleras. Antes de poder subir escuche voz de Morgan llamándome.
Ella me miró, le di una mirada y entendio que era mejor que esperará en el cuarto.
- ¿Qué te ha pasado?- preguntó.
- Nada- respondi seca.
- Sofia, basta, mirate- señaló mi costado.
- Fui a matar a uno de los tipos, el que asesino a mi madre, ya esta- confese.
- Oh...- dijo sorprendida.
Me giré para volver a subir, pero tomó mi brazo con cuidado.
- Lo siento- susurro- Por lo de esta mañana- la mire.
- Ya está controlado- dije seria.
- Lo sé, Maddison me lo dijo, gracias- me miró.
- No las quiero Morgan, quiero que me expliques porque coño me has mentido- dije molesta- Primero lloras pidiéndome ayuda, me dices que estás a salvo conmigo y horas más tarde dejas que te besé y me pides que le suelte cuando te toco-
- Lo siento. Ryan volvió a escribir me y me dijo que si las cosas no volvían como antes lo subiría a las redes yo...tenía miedo- confesó.
- Haberme lo dicho Morgan, te dije que yo me encargaba- repetí.
- No podía, si alguien más lo sabía lo subiría- se defendió.
- Pero ya me lo dijiste, tenias que haber confiado en mi- dije con dolor.
- Confío en ti- tomó mis manos.
- No lo haces- las aparté- Me mentiste en vez de decirme lo del mensaje y después...ese...beso- negue- Me dolió, me sentí usada- confese- Mira, sigo molesta e intentado comprender estos sentimientos que son nuevos para mí, estoy intentando con todas mi fuerzas mo hablarte mal, pero tengo un carácter horrible y cuando estoy contigo no soy capaz de controlar mis emociones así que porfavor, déjame- ella asintió.
No me gusto ver sus ojos así de tristes, pero sabía que podía soltar alguna burrada que le haría daño y no quería.
Subi a la habitación, ayude a Laura a sacar lo poco que traía, me quite todo, me puse ropa más cómoda y me tumbe en la cama. Cerré los ojos mientras que ella volvía a poner algo sobre mi costado que me hacía un poco ode cosquillas. Según ella era bueno para la circulación, así que no me queje.
Aproveche ese momento para ponernos al día de lo que había pasado todo este tiempo, era con la única, junto con Morgan, que me hacía sentír así de tranquila y relajada.
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